Palacio Orleáns-Borbón. Fachada posterior. (Foto: Mariqui Romero, 1989). |
Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte
Allí extendió el horizonte de su dominio
a medida que avanzaba su pensamiento… el príncipe [Montpensier] pudo integrarse en Oriente.
Su palacio tiene el extraño aspecto y la irregular belleza de las moradas de aquel
país de genios.
(Antoine de Latour, en La Bahía
de Cádiz, 1857).
El Palacio Orleáns-Borbón (1852-1876), inscrito en el Catálogo
General de Bienes del Patrimonio Histórico de Andalucía en 2007, ubicado en uno
de los ángulos de la antigua muralla, fue rehabilitado entre 1987 y 1990 para
la instalación del Ayuntamiento de Sanlúcar.
Tiene su acceso principal en el ángulo que forma la cuesta de Belén
con calle Caballeros por donde, a través del afrancesado tratamiento
arquitectónico de la entrada, penetramos en un exquisito jardín romántico que
nos transporta a un mundo íntimo y orientalista, pletórico de color y fantasía.
Palacio Orleáns-Borbón. Pinturas del techo del Salón Bambú (actual Alcaldía). Retrato de los duques de Montpensier vestidos a la oriental. (Foto: Mariqui Romero, 1989). |
El palacio fue mandado edificar por los duques de Montpensier,
Antonio de Orleáns y María Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la reina Isabel
II, como residencia veraniega, cuando llegaron a la Baja Andalucía tras el
derrocamiento en Francia del padre del duque, el rey Luis Felipe de Orleáns, y
se instalaron en el palacio de San Telmo
de Sevilla.
La edificación agrupa tres antiguas construcciones de distintos
estilos y cronologías: de izquierda a derecha, el antiguo Seminario Conciliar de
San Francisco Javier (edificio religioso instalado sobre una antigua casa del
XVIII, adquirido por el Duque en 1853); la casa de los Páez de la Cádena (de tipo
civil doméstico, de finales del XVII, comprada en 1851); y parte del antiguo
convento de La Merced (construcción religiosa de 1625, adquirida primero a censo
(1857) y luego por compra (1882) a los duques de Medina Sidonia). A estos tres inmuebles,
se agregaron las bodegas y caballerizas con fachada a la calle Baños (1861).
Estas fincas constituyeron el soporte del gran recinto palaciego
(6.592 m2 edificados) que no se construyó de nueva planta sino que,
conservando las estructuras de los edificios preexistentes (aquí radica uno de
los valores históricos del palacio), fueron unificados adaptándolos a su nueva
funcionalidad, mediante alineaciones en fachadas y ampliaciones, dotando al
conjunto del orientalista revestimiento exterior.