Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte
Nota de la autora. Esta investigación fue realizada en 2014 por encargo de una persona, sin relación con la familia Argudo, que no quiso cumplir con el presupuesto pactado, por lo que el trabajo no fue entregado. Ya está bien de que nos traten a los historiadores como jarrones chinos de Juegos Florales con regateo incluido. Es necesario dignificar esta profesión. Lo publico ahora para aquéllos a quienes pueda interesar.
Tres generaciones de la familia Argudo de Jerez de la Frontera mantuvieron en activo las Bodegas Argudo, que está documentada desde el último tercio del siglo XIX. Esta bodega jugó un destacado papel en la industria del vino, aguardientes y licores, propia del Marco de Jerez, y sobresalió especialmente en la fabricación de coñac o brandy. Así, durante más de setenta años la familia Argudo estará presente en el sector industrial y en el tejido empresarial de Jerez de la Frontera, formando parte de su historia productiva.
Desde
sus inicios esta empresa también se dedicó a la comercialización e industria de
la madera, además de otras actividades empresariales, distinguiéndose por una
singular diversificación de los negocios. La producción de vinos y coñac se
encuentra documentada hasta finales de los años 40, mientras que la industria
de la madera se mantendrá en la familia, al menos, hasta finales de los años 60
del siglo XX.
El fundador de la empresa, el jerezano Sebastián Argudo y Guijarro (Jerez de la Frontera, 1837-1910) destacó por ser un sobresaliente emprendedor, tenaz y polifacético hombre de negocios, que hacia 1868 contrajo matrimonio con la también jerezana Josefa Flores Guillén, de cuya pareja nacieron sus hijos José, Joaquín y Rosario Argudo Flores[1], continuando los dos primeros con las actividades empresariales de la familia.
A la
diversidad de las actividades económicas de Sebastián Argudo se refiere Mariano
de Mazas en 1894, en el capítulo dedicado a la provincia de Cádiz en la obra España en fin de siglo:
“Desde muy niño mostró afición arraigadísima al trabajo,
y muy joven empezó a trabajar en los negocios que hoy le ocupan. Es infatigable
y atiende personalmente infinidad de asuntos completamente distintos.
Es cosechero y almacenista de vinos, tiene una
espléndida fábrica de aguardientes cognacs,
trafica en maderas y carbón mineral y preside, como llevamos dicho, todos sus
negocios, por lo que tiene adquirida sólida fama de trabajador inteligente e
infatigable”. [2]
Las
características y evolución de estas dos
principales actividades económicas de la familia Argudo, la producción de
vinos coñac y la maderera, se pueden
rastrear a través de los anuarios industriales y empresariales, así como por
las etiquetas de vinos y coñacs y demás material publicitario de esta empresa.
La bodega de Sebastián Argudo y
Guijarro fue fundada en 1886 en Jerez de la Frontera, según se desprende de la
fecha inserta en el propio logotipo de la casa, reproducido en algunas
etiquetas y anuncios publicitarios, así como por la referencia que se hace en
algunos artículos de prensa[3],
si bien el edificio, que sirvió como bodega y fábrica de la familia Argudo, se
construyó con anterioridad, en 1873, por el arquitecto José Esteve López[4],
situado en la calle Circo.
Esta
fábrica-bodega se levantó durante la expansión urbana, de carácter industrial, que
se produjo en los terrenos adyacentes a la plaza de toros durante el último
tercio del siglo XIX. Aunque ya se habían edificado algunas bodegas en esta
zona con anterioridad, será a partir de la aprobación de las alineaciones y demarcación
de solares liberados, en 1870, para edificar en la calle Circo, cuando
proliferó la actividad constructiva en estos terrenos.[5]
Un
antiguo grabado, publicado en el libro citado, España en fin de siglo (1894), nos muestra la espaciosa
fábrica-bodega de Sebastián Argudo en plena producción, con la chimenea
humeante, el trabajadero y el tren bodeguero, que recorría las principales
bodegas de la ciudad, donde se embarcaban los vinos y aguardientes para su
comercialización, el cual terminaba enlazando con la línea general del
ferrocarril. (Ver ilustración inicial).
Las
trazas del amplio edificio se corresponden con el proyecto de bodega presentado
en 1873 por José Esteve en el Ayuntamiento para su aprobación[6].
Fue edificada con muros de sillares pétreos y recercados en puertas, ventanas y
arcos decorativos en las fachadas.
Aunque el interior de la bodega ha sido
vaciado, aún se conservan los muros de su amplia fachada hacia la calle Circo,
pudiéndose observar en dos sectores principales cuatro tondos pétreos, que
contienen las iniciales y siglas de la empresa; “S / A / Y / Hno.”, correspondientes a la razón
social “Sebastián Argudo y Hno.”, en referencia a Sebastián y su hermano
Francisco Argudo. Con posterioridad este edificio pasó a manos de la empresa
Duque & Cº, “Sucesores de J. M. Argudo Rivero". Actualmente la antigua fábrica-bodega se
encuentra vaciada en su interior, conservándose sólo los muros de fachadas.
Este
edificio funcionó como centro de operaciones para todas las actividades
comerciales e industriales emprendidas por el enérgico empresario Sebastián
Argudo, como la elaboración de vinos, fabricación de coñac, almacenaje y
aserradero de maderas, transportes, comercialización de combustibles minerales
y de granos al por mayor, etc. Por otra parte, las oficinas administrativas o escritorio siempre estuvieron
en el centro de Jerez, en la calle Larga, 52 –más tarde denominada calle Duque
de Almodóvar y hoy de nuevo calle Larga-, que también era la residencia familiar, donde permanecerían al menos hasta
los años 50 del siglo XX.
Las
actividades relacionadas con el sector de la madera también se iniciaron en la
década de los años 70 del siglo XIX, como se constata en algunas facturas
localizadas de estas fechas. Por ejemplo, en la cabecera de una factura emitida a
José Mª Pan,
en 1879, se consigna “Almacén de maderas y clavazón“, que por entonces era
propiedad de “Sebastián Argudo y Hno.”. La empresa ya tenía su sede administrativa
en la calle Larga, nº 52.[7]
Además
de la anterior, se han hallado otras facturas y cartas comerciales de la casa
Argudo, que están fechadas en 1898, 1910, 1913 y 1929, entre otras
(todocolección.net). En su mayoría están dirigidas a la bodega jerezana
“Gutiérrez Hermanos” a la que Argudo abastecía de cajas para envasar las botellas,
entre otros productos[8].
También existe otra carta de 1906 remitida al Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda por Sebastián Argudo[9] en referencia a la solicitud de vinos realizada por la Alcaldía de Sanlúcar para la "Exposición Vinícola" celebrada aquel año en la ciudad vecina. El bodeguero manifiesta que no podía enviar el donativo que se le pedía porque "mi negocio no es el de la exportación, sino únicamente almacenado al no ser exportador de vinos, para el que como Ud. comprende no es necesaria la propaganda".