Desde el templo del Lucero

lunes, 10 de abril de 2017

Genealogía e historia del apellido Franzón en Cádiz y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), y Franzoni en México. Origen y trayectoria.



                                                                                                     Ana Gómez Díaz-Franzón
                         Historiadora 

Resumen: Genealogía e historia del apellido Franzón, de origen genovés, cuyo inicio documentado se remonta a finales del siglo XVI en Prà (Génova). Algunos de sus miembros migraron a la provincia de Cádiz (San Fernando, Cádiz y Sanlúcar de Barrameda) en los albores del siglo XIX, donde se establecieron, como otros muchos italianos en la misma época, y cuyos apellidos han permanecido en la Bahía de Cádiz hasta la actualidad.
Pertenecientes a la época preindustrial, los miembros de la familia Franzón del siglo XIX destacaron como fabricantes de fideos y pastas o “fideeros” en Cádiz y Sanlúcar de Barrameda, manteniendo uno de los modelos empresariales más característicos de los italianos emigrados a esta zona gaditana. Asimismo, sobresalieron como hortelanos en San Fernando y en Sanlúcar de Barrameda la familia Franzón fue propietaria de varias huertas y navazos.
Siguiendo el hábito social propio de estos grupos extranjeros en Cádiz, las ramas de la familia Franzón establecieron intensas relaciones endogámicas con otras familias de origen italiano, a través del matrimonio, en los tres municipios gaditanos y, en algunos casos, durante tres generaciones. Asimismo, mantuvieron un modelo de familia extensa, tanto en Génova como en España.
También cabe destacar la integración de varios miembros de las familias Franzón en el estamento religioso, tanto sacerdotes como religiosas de clausura.
En Sanlúcar de Barrameda, el apellido Franzón casi ha desaparecido, mientras que en San Fernando se ha mantenido hasta la actualidad. Algunos miembros de la familia Franzón de Sanlúcar se trasladaron a México a finales del siglo XIX y principios del XX, donde tres familias procedentes de Sanlúcar, apellidadas Franzoni en aquel país, se asentaron con éxito empresarial y tuvieron una fecunda descendencia que ha perdurado hasta nuestros días.
Hasta el momento se han podido documentar doce generaciones de la familia Franzón.

Ilustración de Sestri Ponente, en E`Eco d`Italia, 1900

Para la realización de este trabajo ha sido indispensable la colaboración de varias personas. Vaya mi más sincero agradecimiento al investigador genovés Emilio Rombo, que ha localizado y reconstruido toda la documentación de la ascendencia familiar en Génova; al historiador Santiago Pérez del Prado, al que debo numerosos documentos procedentes del Registro Civil y los padrones municipales de Sanlúcar de Barrameda; al Comandante de Ingenieros e investigador, además de pariente, Juan Barba Lagomazzini, quien ha elaborado el árbol genealógico del apellido Lagomazzini y el correspondiente a toda la descendencia de las ramas Franzoni en México, y me ha facilitado bastantes documentos sobre la familia; a Jerónimo Montero Vallejo e Iván Franzón, quienes han estudiado las ramas genealógicas de la familia Franzón en San Fernando y me han proporcionado interesante información; a Nieves García Ortiz, archivera del Archivo Municipal de Sanlúcar quien, como siempre, me ha facilitado la localización de diversos documentos sobre el tema; al licenciado en historia Rubén Benítez Aragón, que ha localizado algunos documentos relevantes en el Archivo Municipal de Cádiz y Archivo de la Diócesis de Cádiz-Ceuta; y al doctor en Historia, Francisco Gil Pineda, quien ha documentado diversos datos en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla.

RAÍCES GENOVESAS


El árbol genealógico completo se puede consultar en Geneanet.

Los orígenes de las familias Franzón de Sanlúcar de Barrameda, San Fernando, Cádiz y México, se localizan en Génova, más concretamente en el antiguo municipio de Prà, donde se han hallado numerosos documentos de ésta y otras familias apellidadas Franzone entre los siglos XVII y XVIII.


Descripción del escudo Franzone (Italia) - Franzón (España) - Franzoni (México):
"Tronchado encajado de gules y plata, brochante de una cotiza de oro."
(José María Martínez, experto en heráldica).

Sobre el origen del apellido Franzone existen algunas referencias históricas del siglo XIV (1350), localizadas en Rapallo (Génova)[1]. Según algunos autores, el apellido Franzone en Italia se puede localizar con distintas ortografías: Franzone, Franzoni, Fransoni y Fransone[2]. En Génova existen desde antiguo otras familias apellidadas Franzoni, que posiblemente tengan una raíz común. El escudo de armas de este apellido aparece entre los propios de las más antiguas familias patricias de Génova, tal como se incluye en el libro Stemmario, de Giovanni Andrea Musso, de 1700 (Archivo del Estado de Génova).


Prà está situado en la costa genovesa, región de la Liguria, y fue municipio independiente entre 1797 y 1926. Administrativamente, estaba dividido en cinco pueblos o aldeas: Torre, Prà (centro, entonces llamado Borgo Foce), Sapello, Palmaro y Palmaro Carbone, a los que se añadió San Pedro en el siglo XX. En la actualidad es un barrio o circunscripción del oeste de Génova, situado entre Voltri y Pegli (los tres conforman el Distrito Ponente VII de Génova). Su situación costera y la cercanía a Génova dio lugar a que bastantes miembros de la nobleza y la burguesía genovesa construyeran suntuosas villas de recreo en la costa praese, entre los siglos XVI y XVIII (Villa Doria Podesta, Villa Adorno Piccardo, Villa Pinelli-Negrone-De Mari, Spinola-Torre Cambiaso, etc.). Desde principios del siglo XIX, Prà fue una ciudad-balneario muy concurrida en la época estival. Sin embargo, la construcción de un puerto de contenedores (1974-1994) provocó el declive de sus hermosas playas. Sus principales actividades económicas han sido los astilleros, la pesca y el turismo. En la actualidad Prà cuenta con 21.766 habitantes.

Parroquia de Santa María Assunta, en Prà (Foto: Wikipedia)
La parroquia Pieve de Santa María Assunta, en Prà-Palmaro, en cuyo archivo se han hallado los primeros documentos relacionados con la familia Franzón, es una de las iglesias más antiguas de Liguria, cuya edificación se remonta a fechas anteriores al año 1000. A esta antigüedad alude su título de “Pieve” (“Iglesia Madre”). Su primitivo estilo románico se perdió cuando la iglesia fue reconstruida en el siglo XVII en su forma actual y estilo barroco. Esta parroquia de la Asunción tiene gran importancia histórica pues, desde la Edad Media hasta 1838, supervisó las iglesias ubicadas en el conjunto de pueblos de Prà, Pegli, Multedo, Voltri, Mele, Acquasanta, Crevari y Arenzano.
En el umbral del siglo XVI al XVII hallamos en Prà a Filippo Franzone, casado con Battina (desconocemos su apellido), el primero localizado documentalmente, que supone hasta el momento el origen de las familias Franzón de San Fernando, Cádiz, Sanlúcar de Barrameda, y Franzoni de México.



sábado, 17 de octubre de 2015

La Merced: qué cedió la Duquesa a Sanlúcar y qué reclaman los herederos.

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar de Barrameda.


¿Qué pasará con el Auditorio de la Merced y el Archivo Municipal?


En estos días se celebra en el Juzgado nº 1 de primera instancia de Sanlúcar el juicio por la herencia de la XXI duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, requerida por sus tres hijos y viuda.

Entre los bienes que están en juego se encuentran el propio palacio ducal, todos las piezas artísticas que contiene y el magnífico archivo ducal, uno de los archivos familiares más importantes de Europa, todo declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1978, por lo que gozan de la máxima protección, según las vigentes leyes de Patrimonio Histórico.

A ello se añade el Auditorio de la Merced (antigua iglesia), claustro y dependencias ocupadas por el Archivo Municipal, todo cedido por la Duquesa al pueblo de Sanlúcar en 1987 para usos culturales. Ahora la Merced, el claustro y el Archivo Municipal  también son reclamados por los herederos al Ayuntamiento de Sanlúcar. La antigua iglesia de la Merced y su claustro no se pueden derribar ni hacer cualquier obra, aún menos estructural, pues el inmueble posee la máxima protección según el Catálogo de Bienes Inmuebles Protegidos del PGOU de Sanlúcar.

Para defender estos intereses del pueblo de Sanlúcar, el Ayuntamiento  se halla personado en la causa, actuando como defensa un abogado municipal.

Es lógico y natural que los herederos requieran su herencia, si bien no me parece muy razonable reclamar unos inmuebles que, cuando fueron cedidos, eran pura ruina y poco valor tenían, cuyas obras de restauración y rehabilitación financiamos todos los andaluces con más de cuatro millones y medio de euros [cifra corregida].

No sé si se podrá anular la cesión ducal, no sé si se podrá adjudicar al tercio de libre disposición de la Duquesa, no sé si será justo. En cualquier caso lo que me parece poco ético es reclamar unos inmuebles que hemos restaurado todos los andaluces, para obtener así beneficios millonarios. Me pregunto por qué los herederos no se opusieron a la cesión de la duquesa en 1987, pues era patrimonio de la Casa Ducal, y sin embargo ahora quieren anular la cesión y quedarse con los inmuebles.

Todos sabemos que el Ayuntamiento no tiene fondos para pagar a los herederos el valor, que se derive de la sentencia, del Auditorio y Archivo Municipal, lo cual podría ser una solución a este conflicto, aunque inviable. ¿Cómo se resolverá la cuestión?, ¿perderemos los sanluqueños estos dos fundamentales equipamientos culturales para la ciudad? 

Lo que está claro es la poca deferencia que están teniendo los nuevos Guzmanes con el pueblo de Sanlúcar al reclamar estos bienes.

Tuve la oportunidad de conocer y fotografiar el inmueble antes de las obras de restauración. Veamos, pues, cómo estaba el conjunto de la Merced en 1989 y cómo se encuentra en la actualidad. Veamos qué cedió la duquesa y qué reclaman sus herederos.


Un poco de historia
El actual Auditorio de la Merced de Sanlúcar de Barrameda es uno de los edificios de origen religioso más singulares de Andalucía.

El inmueble ocupa la antigua iglesia y claustro grande del antiguo convento de los mercedarios descalzos. La edificación fue construida entre 1616 y 1625 bajo el patrocinio de los Duques de Medina Sidonia, cuya Casa Ducal se reservó el patronato y propiedad del inmueble.

Del proyecto del templo se encargó el afamado arquitecto Alonso de Vandelvira y la ornamentación interior fue obra de Juan de Oviedo y de la Bandera.

La pureza de líneas y tradición italianizante del manierismo de Vandelvira se combina equilibradamente con el conjunto decorativo proyectado por Oviedo, surgiendo uno de los más espléndidos edificios del primer barroco andaluz.

A mediados del siglo XIX, tras la desamortización del convento y marcha de los monjes, los Duques de Montpensier edificaron su palacio de verano en la zona aledaña (Palacio de Orleáns-Borbón o Palacio Municipal-Ayuntamiento). Para asistir a los oficios religiosos del templo, a través de las tribunas altas, Montpensier se hizo con parte de las galerías altas del claustro, que primero los Medina Sidonia le dieron a censo (1857) y más tarde le vendieron (1882). Estas galerías altas están incoadas como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1982, junto al Palacio Municipal.

En los años 60 del siglo XX, la duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, por desavenencias con el sacerdote encargado de abrir la iglesia al culto, cerró el inmueble y trasladó todos los bienes muebles al Palacio Ducal. La estructura del retablo mayor pasó a la Cartuja de Jerez.

En la década de los 80 del siglo XX, el estado del inmueble era de completa ruina, tal como se puede comprobar en la fotografías de la época. Objeto de vandalismo continuado, tanto el templo como las dependencias se hallaban en un estado tan lamentable que se temía por su desplome. Es lo que sucede cuando una edificación se cierra durante años (véase el caso de Casa Arizón).

En 1987 la Duquesa cedió el uso de la iglesia, claustros grande y pequeño, y dependencias aledañas, al Ayuntamiento de Sanlúcar, siendo alcalde José Luis Medina Lapieza. Esta cesión se hizo con carácter indefinido y sólo podría revertir en caso que el Ayuntamiento no utilizase el inmueble para usos culturales, objetivo principal de la cesión.

En pocos años, el templo y claustro grande fueron restaurados por la Junta de Andalucía para Auditorio (Plan Colón 92), tal como hoy se mantiene. Por otra parte, las zonas aledañas y claustro chico también fueron rehabilitadas para Archivo Municipal, en funcionamiento desde entonces. Ambos equipamientos fueron inaugurados entre 1993 y 1994. Estas obras, que salvaron el conjunto de la ruina absoluta, importaron más de 4,5 millones de euros [cifra corregida], siendo financiadas  por la Junta de Andalucía. Es decir, estas obras las pagamos todos los andaluces.

Hoy, el Auditorio de la Merced es prácticamente el único equipamiento cultural del que dispone Sanlúcar para celebrar actos públicos, impartir cursos, organización de jornadas y conferencias, etc. De hecho, su programación está completa durante todo el año. Por otro lado, en el Archivo Municipal se conservan toda la documentación relacionada con la historia de Sanlúcar, encontrándose abierto al público para su consulta.


La iglesia de la Merced, claustro y dependencias aledañas en 1989
REPORTAJE FOTOGRÁFICO




sábado, 23 de mayo de 2015

Hacienda El Charruado. Historia de una finca sanluqueña.


Texto publicado en formato papel en 2012, revisado y ampliado para esta edición digital en junio de 2015.

Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte
Vista de El Charruado desde la carretera de Munive. Foto: Ricardo (Web Hacienda El Charruado)

Situada en una de las mejores zonas vitícolas del término de Sanlúcar de Barrameda, la tierra albariza y las brisas marinas garantizan en El Charruado la crianza de selectas vides, con cuyos frutos se han venido elaborando los excelentes vinos sanluqueños y, en especial, su famosa manzanilla.
Sobre una suave loma del actual pago agrícola El Charruado Pardo, antaño denominado pago de Doña Elvira, se extienden los límites de esta hacienda, que hoy ocupa un total de 41 aranzadas. En altozano asoma la majestuosa casa de viña, entre una vieja arboleda, dominando los terrenos que se han dedicado desde antiguo a viñedo, sembraduras y tierra calma.
Con entrada por la carretera de Sanlúcar a Rota, antiguo camino de Munive o del Administrador, El Charruado linda con otras dos históricas viñas: la hacienda Cuesta Blanca y El Maestre. Está última finca perteneció durante los primeros años del siglo XX a Carmen Giménez Flores, vizcondesa de Termens, llamada popularmente “La Infantona”, quien le otorgó esa llamativa imagen neomudéjar que hoy luce El Maestre.

Origen del nombre “Charruado”
El origen del nombre de esta hacienda, El Charruado, parece proceder de una antigua labor agrícola, propia de las viñas, que se efectuaba en fechas anteriores al siglo XIX, y se realizaba con la “charrúa” o arado francés, de tal forma que las tierras labradas mediante esta operación del “charruado” se denominaron “viñas charruadas”. Así lo explicaba el botánico Esteban de Boutelou en 1807:
“Usaban antiguamente los Sanluqueños, para preparar los terrenos que destinaban al plantío de viñas, de arados fuertes franceses, que nombraban charruas, de la voz francesa charrue. Uncían dos pares de bueyes robustos a cada uno de estos arados, que executaban una labor profunda e igual, substituyendo con mucho menor costo a el agostado que hoy practican con la azada. Duró por espacio de muchos años el uso de estos arados en Sanlúcar, de los cuales solo ha quedado en el día la memoria. El ahorro de jornales que resultaba al viñadero de la operación del charruado era un renglón de mucha consideración, que conocen generalmente todos aquellos cosecheros. (…) Los terrenos que antiguamente se prepararon y labraron con el arado francés, conservan hasta ahora el nombre de charruados (…) La duración de las cepas, su conservación, feracidad y producto en las viñas charruadas, es muy poco diferente en el día de las que se agostaron y corresponden a aquella época”.

Una historia centenaria
Como fue habitual durante el siglo XVIII en la baja Andalucía, esta finca estuvo en manos de la oligarquía mercantil procedente del comercio con América, cuyos sustanciosos beneficios se invirtieron en la compra de tierras y la agroindustria del vino. En el siglo XIX y gran parte del XX, la descendencia aristocrática y burguesa de aquellos cargadores a Indias, mantuvieron estas explotaciones agrícolas hasta que, casi siempre por motivos de herencia, quedaron fragmentadas en medianas y pequeñas parcelas, como ocurrió en este caso.


El Charruado antes la rehabilitación. Fachada lateral. Foto: Colección Familia Durán García.

La primera referencia documentada sobre El Charruado se remonta a 1824, cuando Juan Bautista Angioletti y Belloni heredó esta posesión de su madre, María de la Concepción Belloni. El padre de ésta, Juan Ángel Belloni, fue un importante comerciante con América. De origen milanés, se asentó primero en Cádiz y luego en Sanlúcar, hacia 1735, hallándose matriculado en la Carrera de Indias en 1751, aunque ya está presente en Veracruz en 1748. Siendo vecino de Cádiz, Belloni obtuvo la Carta de Naturaleza por Real Cédula en 1751, quedando así naturalizado español.

martes, 16 de diciembre de 2014

Sanlúcar de Barrameda durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), de Salvador Daza Palacios

Presentación del libro Sanlúcar de Barrameda durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), de Salvador Daza Palacios.




El pasado 13 de diciembre tuvo el placer de presentar el nuevo libro del músico e historiador Salvador Daza Palacios, titulado Sanlúcar de Barrameda durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), publicado por Ediciones Ulises con la colaboración de la Diputación Provincial de Cádiz.
El acto, organizado por la Librería Fórum, tuvo lugar en el salón del colegio La Salle-San Francisco y se cerró con una espléndida intervención del joven guitarrista Carlos Pérez Álvarez.
Han colaborado Carmen Álvarez Marín, directora de Sanlucardearrameda.tv, y Bodegas Delgado Zuleta.

Video y fotografías de Carmen Álvarez


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Texto de presentación

En primer lugar quiero agradecer a Salvador Daza que haya confiado en mí para presentar su última obra, a la Librería Fórum por organizar este acto y a todos ustedes por su asistencia. Aunque en principio me sorprendió la invitación de Salvador, no tardé dos minutos en aceptar. Pues para mi es una verdadera satisfacción y un gran honor el que me hace, además de resultarme una tarea bien fácil. Y es fácil porque conozco a Salvador desde hace casi treinta años. En este tiempo he tenido la suerte de contarlo entre mis amigos, y de compartir con él muchas vivencias como compañeros y como colegas. Pero también es tarea fácil porque este libro que hoy presentamos es una excelente historia de la época de la Guerra de la Independencia en Sanlúcar, es una certera radiografía capazmente interpretada, que he leído con avidez y curiosidad.
Permítanme detenerme un poco en el autor, porque creo que es interesante conocer quién está detrás de un gran libro como éste. Quien se lleva horas y horas en los archivos y en casa, delante del ordenador, construyendo nuestra historia a partir de una pléyade de documentos originales. Aunque casi todos los que estáis aquí ya conocéis a Salvador Daza, creo que no está de más recordar que es una persona dotada de una extraordinaria inteligencia y una enorme capacidad de trabajo. Pero además estas virtudes se completan con que Salvador es un hombre comprometido y coherente con sus ideas, fiel a sus principios éticos, íntegro y honesto, con un alto sentido de la justicia, cualidades tan raras en estos tiempos de veleidades, que producen en mí una grata admiración.
Humanista y polifacético, Salvador es músico por vocación y profesión. Ha tocado todas las facetas de la música, como compositor, intérprete y profesor, habiendo desarrollado sus tareas docentes como catedrático del Conservatorio de Sevilla y en la actualidad en el Conservatorio de Jerez.
Como historiador, también vocacional, Salvador está doctorado por la Universidad de Sevilla, y ha publicado varios libros y numerosos artículos. Entre sus obras, asociadas a la Historia de la Música, debo destacar “Música y Sociedad en Sanlúcar de Barrameda (1600-1975)”, Historia de la Banda Municipal de Música o la historia de Juventudes Musicales en Sanlúcar. Los contenidos de estos trabajos superan ampliamente sus respectivos títulos, pues el principal asunto musical ha sido investigado en un amplio contexto socio-histórico, por lo que estas obras resultan ser además ricas fuentes de conocimiento sobre otros muchos aspectos de la ciudad.
Pero su labor investigadora ha traspasado del mero territorio musical y sanluqueño. En colaboración con María Regla Prieto, ha realizado varias publicaciones por las que ambos autores se han especializado en el sugestivo tema histórico-judicial de los procesos criminales seguidos por la justicia a ciertos clérigos en España y América por los asesinatos cometidos entre los siglos XVI y XIX. Son ya cuatro los volúmenes publicados hasta la fecha sobre este tema. Son unos verdaderos expertos.
Aún le queda tiempo a Salvador para cumplir con sus compromisos éticos respecto a la ciudad de Sanlúcar, como buen sanluqueño que ama profundamente su ciudad. Destacado activista cultural, nuestro autor es un defensor a ultranza del Patrimonio Histórico de Sanlúcar, al que ha dedicado numerosos artículos en prensa, y nunca falta en aquellas manifestaciones y actos organizados en defensa del Patrimonio, siempre está allí, entre la gente, como uno más, haciendo ver y oír su descontento ante las nefastas políticas culturales de los sucesivos Ayuntamientos. Sería deseable ver por allí, sobre el terreno, a otros historiadores relacionados con el Patrimonio de la ciudad.



miércoles, 18 de diciembre de 2013

"Paseos por la Igualdad" en seis municipios de la provincia de Cádiz


En el mes de octubre pasado fueron presentados al público los "Paseos por la Igualdad" o "Guías turísticas con perspectiva de género" en seis municipios de la provincia de Cádiz (Alcalá de los Gazules, Arcos de la Frontera, Bornos, Grazalema, Medina Sidonia y Ubrique). Este proyecto ha sido impulsado por el Área de Igualdad de la Diputación de Cádiz, con fondos FEDER. La investigación y textos han sido realizados por la historiadora Ana Gómez Díaz-Franzón; y el diseño y edición han corrido a cargo de la empresa gaditana Cadigrafía
 
Estos paseos son unos itinerarios diseñados para conocer algunos hechos históricos, personajes y lugares relacionados con la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, protagonizados por ambos géneros, en pro de la consecución de los derechos y libertades para todos.
 
Se trata de hacer agradables recorridos por los pueblos citados para comprender la evolución de estas reivindicaciones históricas, al tiempo que vamos descubriendo los principales monumentos, calles, plazas y rincones más singulares de estos seis municipios gaditanos.
 
Aprovecho este espacio para agradecer la colaboración prestada, durante la investigación y el trabajo de campo, por algunas personas y entidades como Esperanza Cabello Izquierdo (Ubrique), Jorge Garrido García (Bornos), bornichos.com, Antonio Benítez, Hugo Palomares, Aniano Arnáiz, Raúl Sánchez, Rosario Pinto Camas, Ana Domínguez, Asociación Papeles de Historia, Maribel Lobato Fuentes (Museo de la Piel), Javi Larrauri, Moisés Rodríguez Gonzáles, Zulema Sánchez Bazán, Pepa Caro, Manuel Téllez (Radio Arcos), Fundación Moreno Bachiller (Arcos), María José Lara, Antonio Lara (Grazalema), Lourdes García, Montse Hidalgo, Joaquín Ramón Gómez, Ana Zapata, Carlos Perales, Centro de Adultos de Alcalá de los Gazules, Asociación Arco de Matrera, Miguel Roa (Medina Sidonia), Salustiano Gutiérrez, Antonio José Candón; y Asociaciones de Mujeres, Delegaciones Municipales de igualdad o de la Mujer y oficinas de Turismo de las distintas localidades.
 
 
Estos folletos-guías, de los que también se ha elaborado una versión más extensa aún inédita, pueden descargarse desde la web de la Diputación de Cádiz: 




 
 
 

viernes, 26 de julio de 2013

Encuentros en la paz, 2013. Conferencia "Arquitectura y urbanismo del primer tercio del siglo XIX en Sanlúcar"

 

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Nota de prensa de Izquierda Unida.

La III jornada de los “Encuentros en la paz”, otro éxito de público con una didáctica, genial y reivindicativa Ana Gómez Díaz Franzón

La tercera jornada de los Encuentros en la Paz de 2013 ha sido a cargo de la doctora en Historia del Arte, Ana Gómez Díaz Franzón, con la conferencia de título “Arquitectura y Urbanismo del primer tercio del siglo XX en Sanlúcar de Barrameda”.

En esta ocasión, Ifigenia Bueno fue la encargada de presentar la ponente, que antes de comenzar propuso un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del desgraciado accidente de Santiago de Compostela haciendo. A continuación, realizó un somero recorrido por la trayectoria profesional, académica y, por supuesto, su actividad en defensa del patrimonio histórico artístico de la ciudad que desarrolla a través de la asociación cultural Aula Gerión muy reconocida dentro y fuera de nuestra ciudad.


Ana Gómez hizo una introducción sobre los fundamentos económicos y sociales en que se basó la arquitectura civil de nuestra ciudad en el primer tercio del siglo XX, afirmando que las autoridades políticas locales de aquellos años supieron consensuar el desarrollo de un urbanismo en la ciudad potenciando las grandes condiciones climáticas y paisajísticas, permitiendo y apostando por una arquitectura con los fundamentos estéticos propios de la época, que dieron como fruto a una gran cantidad de edificios singulares que todavía se pueden apreciar en la ciudad a pesar de haber sufrido muchos de ellos modificaciones poco agraciadas. Como corolario, terminó esta primera parte de su exposición aseverando que las personas que ostente cierta responsabilidad en materia de urbanismo tienen la obligación de preservar las singularidades de edificios impidiendo modificaciones en los mismos que desvirtúe la creación original de sus autores.

Posteriormente, hizo un paseo didáctico por una serie de edificios singulares de la ciudad. Desde los que están situados en el centro urbano, que definió que se trataban de casa abiertos hacia en el interior, remarcando la singularidad arquitectónica de sus construcciones y de las fachadas que en su mayoría presentaban un marcado estilo modernista muy en boga en aquella época, siendo ejemplos de ellos las casas señoriales situadas en la plaza del cabildo, calle San Juan y aledaño.

Señaló la actual Calzada como la obra que permitió la posterior urbanización de las actuales avenidas de Bajo de Guía y de las Piletas donde se construyeron una serie de hoteles para residencia de verano, todo con el denominador común de casas abiertas al exterior ya que todas tenían suficientes espacios para disponer de jardines a su alrededor. Criticó duramente la aberración que desde el ayuntamiento se ha permitido hacer en una casa del reconocido arquitecto Abel González que la han transformado en discoteca destruyendo para ello la espléndida fachada diseñada por el autor.

Con este paseo entrañable por las casas señoriales singulares de nuestra ciudad terminó su exposición, siendo muy reconocida por el numeroso público que se dio cita en una espléndida tarde noche en los jardines de Palacio escuchando, en esta ocasión, las doctas y comprometidas palabras en esta materia de Ana Gómez Díaz Franzón.

https://iusanlucar.org/la-3o-jornada-de-los-encuentros-en-la-paz-otro-exito-de-publico-con-una-didactica-genial-y-reivindicativa-ana-gomez-diaz-franzon/



Video de la conferencia en YouTuve. Sanlucardebarrameda.tv



miércoles, 19 de junio de 2013

Pobre "ciudad-fachada"

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar.

Demolición de la bodega “Reina Victoria” (1891)



Publicado en Sanlúcar Información, 13 de septiembre de 1997

Rescato este artículo del pasado porque creo que todo lo que se dice en él mantiene plena vigencia dieciséis años más tarde. Incluso mis recomendaciones a los políticos siguen siendo las mismas.
No es que todo siga igual que en 1997. Es que aquellas demoliciones fueron el comienzo de una imparable cadena de derribos de edificios históricos que se perdieron para siempre. En este intervalo de dieciséis años, en Sanlúcar han destruido numerosos edificios protegidos y otros tantos han sido vaciados, convirtiendo gran parte del casco histórico en esa verdadera “ciudad-fachada” a la que se refería el título.

Cuando escribí este texto, alertada por las obras que estaban realizando en la antigua bodega “Reina Victoria” (1891), ya habían derruido la techumbre de esta bodega, protegida por el PGOU, y comenzado a demoler la fachada principal. Aún no sabía que todo el conjunto bodeguero, hasta poco antes propiedad de “Pérez Megía, S.A., integrada desde 1980 en el “Grupo Medina”, iba a desaparecer por completo, quedando reducido a un sustancioso solar de unos 14.000 m2, donde se edificaron varios bloques de pisos de nueva planta. Sólo quedó en pie el llamado salón de recepción “Doña María”, situado en la zona alta de la barranca, que era de construcción reciente (1973).

Aquella demolición fue ilegal, como muchas otras efectuadas después. Nadie ha pagado por ello. Nadie dio la cara. Algunos se llenaron los bolsillos. A nosotros estos ladrones nos han robado parte de nuestra historia.
Nota.- Se ha respetado el texto original. Sólo lo incluido entre corchetes es actual.

 

No cabe duda de que Sanlúcar tiene el privilegio de conservar el conjunto arquitectónico bodeguero más significativo del Marco de Jerez, pues es la única ciudad en la que se ha preservado una gran diversidad de tipologías constructivas que van marcando la evolución experimentada por la arquitectura bodeguera desde el siglo XVII hasta nuestros días. Los valores de esta rica arquitectura parecía haberles quedado claro a los responsables municipales cuando en Pleno de 7 de abril del presente año [1997] aprobaron la "Revisión del Plan General de Ordenación Urbana", en cuyo Catálogo de Edificios Protegidos se incluyeron por primera vez un buen número de estas bodegas.

Sin embargo, en los últimos meses -desde la aprobación de dicha Revisión-, se está detectando una tendencia municipal a olvidar todas las responsabilidades que, en materia de conservación, confía a los Ayuntamientos la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (Art. séptimo), además de los propios compromisos contraídos en el PGOU. Se acaban de derribar algunas bodegas tradicionales del XIX en la calle Banda Playa que, al parecer, no presentaban elementos arquitectónicos relevantes, los cuales han dejado al descubierto sustanciosos solares urbanos.

En base a esto es presumible que el centro histórico se desarrolla y atiende, al mismo tiempo, la necesidad social de nuevas viviendas. Pero, no suficiente con ello, en los últimos días se ha comenzado a derribar la bodega "Reina Victoria" (C/ Fariñas-esquina Avda. de la Constitución), edificada en 1891 por la empresa Hijos de Pérez Megía, que en 1980 quedó integrada, junto al resto del conjunto bodeguero (unos 14.000 m2) en el Grupo Medina, cuya finca ha sido adquirida recientemente por una empresa promotora. [Rochdale]

Este conjunto se encuentra incluido en dicho Catalogo del PGOU, habiéndosele aplicado el nivel de protección "Global", por el que se contemplan como “elementos a conservar: naves de bodega y sus cubiertas, fachadas del conjunto y patios esenciales”, estableciéndose como elementos destacados la "Nave de esquina y fachadas del conjunto", es decir la bodega "Reina Victoria", una de las más originales de su época y un importante eslabón en la evolución arquitectónica bodeguera.

Esta última edificación presentaba una solución constructiva de gran interés. Su sistema de cubrición -totalmente derruido- estaba basado en una cubierta de viguería de madera a dos aguas que, revestida de teja plana francesa al exterior, se hallaba sostenida hacia el interior por un encerchado de finas tirantas de hierro, atrevida cubrición que cerraba una diáfana nave de casi 1.000 m2, sin necesidad de ningún tipo de soportes verticales. [en el interior se criaba la manzanilla Alegría]

 
Las dos fachadas exteriores presentan el valor de escapar a los sencillos cánones de las fachadas bodegueras decimonónicas y poseer una clara intencionalidad artística, que queda plasmada en la sucesión de arcos ciegos rehundidos en el muro; en los aplacados ornamentales de sus impostas o en las formas romboidales que coronan las puertas de acceso. Ello es todavía visible en la fachada lateral y en parte de la principal, puesto que esta ha sido ya semiderruida, habiendo desaparecido el redondeado piñón superior y el hermoso ventanal circular que coronaba el frontispicio. Desconozco si se piensa conservar o eliminar los restos, ya arqueológicos, de estas fachadas. [Se derribó por completo]

 
 
Históricamente, Sanlúcar, como otras tantas ciudades, siempre ha prostituido parte de su centro urbano. Lo sorprendente es que aún hoy se mantenga esta tendencia de venderse a cualquier postor, especialmente en los tiempos que corren de progresiva protección y conservación de todos aquellos elementos constituyentes del Patrimonio Histórico, por lo que estas acciones resultan absolutamente escandalosas e inadmisibles.

Así las cosas, da la impresión de que allá donde asoma el posible beneficio económico de alguna licencia de obras, allá que se lanzan los responsables municipales, recalificando arbitrariamente fincas urbanas protegidas, zonas verdes o terrenos rurales, desoyendo toda normativa urbanística, incluso la aprobada por ellos mismos.

Con ello no se tiene para nada en cuenta que uno de los recursos económicos más importantes de Sanlúcar es su patrimonio arquitectónico y especialmente el bodeguero, por constituir uno de los más claros signos diferenciadores y de identificación de la ciudad. Otra cosa es que no sepan rentabilizarlo, tal como acaba de proponer el II Plan de Bienes Culturales de Andalucía.

Es posible que nuestros políticos necesiten realizar una "ruta bodeguera" por el Marco de Jerez; o tal vez tendrían que salir al exterior de este pequeño "estado autárquico" en que se ha convertido Sanlúcar -con la correspondiente dosis de ignorancia que conlleva toda autarquía-, para ver lo que se está haciendo fuera con cualquier muestra del Patrimonio Arquitectónico Industrial; tampoco estaría de más que saliesen de vez en cuando a la calle -sin las prisas que supone cortar la cinta de turno, sin que el tiempo se les distraiga en la presunción del cargo-, para dar un detenido paseo por esta vieja y hermosa ciudad de forma que, "viéndola" -que no mirándola-, puedan caer en la cuenta de que hay que conservarla para poder disfrutar de sus múltiples significaciones históricas y presentes, y así respetar el derecho que tenemos todos los ciudadanos a comunicarnos con nuestro pasado.

Porque a este ritmo, y manteniendo esa tendencia farisea de salvar las apariencias arquitectónicas a través de la exclusiva conservación de las fachadas -en el mejor de los casos-, Sanlúcar se transforma día a día en una superficial tramoya escenográfica a la que están robando el alma, nuestro espíritu histórico.

Y es que la revitalización equilibrada de los centros urbanos puede ser perfectamente compatible con la conservación de sus elementos culturales más significativos. Sólo que en ocasiones, señores munícipes, hay que saber decir ¡NO! a las treinta monedas de plata. [al parecer, fueron bastantes más]


Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte

En esto se convirtió la antigua bodega:

 




Más inforrmación sobre el Patrimonio Destruido en los últimos doce años: Web Aula Gerión




 

sábado, 1 de junio de 2013

I Fiesta de la Manzanilla en 1929



Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte

Boceto (A.M.S.B.)

Para promocionar las principales marcas de manzanillas de Sanlúcar y en el contexto general de la celebración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en agosto de 1929 se organizó en Sanlúcar de Barrameda la I Fiesta de la Manzanilla, que puede considerarse el antecedente más remoto de la actual Feria de la Manzanilla.

Esta “Gran Fiesta de la Manzanilla” fue promovida por la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Sanlúcar, tras varios intentos en años anteriores, y contó con la colaboración de diversas bodegas sanluqueñas. El evento se celebró, mediante la exhibición en coso de carrozas, durante la noche del domingo, 25 de agosto de 1929, dando comienzo a las diez y media de la noche, en la plaza de América y paseo de La Calzada, entonces llamada Calzada de la Reina Mercedes.

Debido a la notoriedad que fue alcanzando la manzanilla en los diversos mercados desde el siglo XIX, este vino se había convertido en el más representativo de Sanlúcar, contando las más importantes empresas bodegueras con una marca principal de manzanilla, que se promocionaba de manera prioritaria sobre los otros caldos producidos en cada bodega. Por aquellos años, la actividad vitivinícola era uno de los más importantes sectores económicos de la población sanluqueña.

La crónica de este acontecimiento festivo apareció publicada en el periódico local El profeta sanluqueño (29-08-1929), donde se exponían los objetivos promocionales que se habían propuesto los vinateros sanluqueños, al participar en esta fiesta organizada en la época en que mayor afluencia de veraneantes había en la ciudad:

 “… festejo cumbre de la temporada dedicado a realzar las marcas de nuestros afamados vinos Manzanillas, productos únicos de nuestros viñedos, tan estimados por sus cualidades especiales (...) fue obligado la manifestación de elogio hacia las casas vinateras que aportaron su especial concurso con la doble finalidad expositiva de dar a conocer el nombre de sus marcas más recomendadas y la sensación de cuanta importancia tiene en Sanlúcar esta riqueza, una de las más importantes fuentes del desenvolvimiento económico de la vida local”.

La fiesta se centró en un certamen de carrozas, uno de las tipologías más populares de la publicidad efímera, al que concurrieron algunas de las principales casas bodegueras de Sanlúcar, presentando cada una un montaje representativo de su marca de manzanilla más conocida. El concurso estuvo seguido de un “Coso policromado” o batalla de serpentines, flores y confetis, en el que participaron los carros concursantes y otros que asistieron fuera del certamen. Durante la tarde de ese mismo día se celebró una corrida de toros y el evento finalizó con fuegos artificiales.

Al objeto de darle un mayor esplendor al festejo, el Ayuntamiento instaló un alumbrado extraordinario y para el público asistente se montaron unos palcos en la plaza de América, destinados a SS.AA.RR. el Infante de Orleáns-Borbón y sus hijos, las autoridades y el jurado del evento; así como otros palcos públicos en los andenes laterales. Además se colocaron varias filas de sillas a lo largo del paseo de la Calzada. Cada palco constaba de ocho asientos y su precio se fijó en quince pesetas. Los asientos de la primera fila costaron una peseta, mientras que el precio de los de segunda y tercera fila fue de 0,50 pesetas. La recaudación de estas entradas supuso el único ingreso económico del festejo.

Aunque en principio prometieron su asistencia diecisiete bodegas[1], finalmente sólo participaron once carrozas, aunque la Comisión organizadora había invitado a participar a veintiséis vinateros sanluqueños y González Byass de Jerez, cuya empresa ha estado siempre muy vinculada a Sanlúcar, debido especialmente al origen sanluqueño de su fundador, Manuel María González Ángel, manteniendo bodegas en la ciudad.

Algunos bodegueros excusaron su asistencia por diversas razones, como Francisco García de Velasco, quien señala en su correspondiente misiva (12.07.1929), que no podría participar debido a los elevados gastos de propaganda realizados aquel año por su presencia en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Por su parte, Manuel de Argüeso Río, en nombre de su padre, declinó la invitación por no interesarle (12.07.1929) [2].

Además concurrieron algunas otras carrozas fuera de concurso, al único objeto de formar parte en el desfile o "coso policromo" con batalla de serpentinas, flores y confetis, que tuvo lugar con posterioridad al certamen.

De algunas las carrozas participantes se conservan antiguas fotografías, que muestran con detalle aquellas efímeras representaciones publicitarias del vino sanluqueño.

Al objeto de que el fallo del certamen “tuviera absoluta garantía de imparcialidad”, los miembros del jurado fueron escogidos entre “personas forasteras y de reconocida competencia artística, quedando constituido por el Alcalde de Sanlúcar, Antonio de León Manjón, como Presidente de honor; Pelayo Quintero, delegado regio de Bellas Artes en la provincia de Cádiz, como Presidente efectivo; y los vocales Cesar Pemán Pemartín, catedrático de Bellas Artes; Federico Godoy Castro, conocido pintor gaditano y catedrático de Artes de la Escuela de Bellas Artes de Cádiz; Juan Luis Romero Aranda, arquitecto provincial; y el pintor jerezano Manuel González Agreda. Poco antes de celebrarse el concurso, los miembros del jurado fueron recibidos por el Alcalde y el vocal de la Comisión, José L. Acquaroni Fernández, siendo invitados a cenar en el restaurante Miramar[3].

sábado, 27 de abril de 2013

Protagonistas en la Sanlúcar de los años 80 (II). Gonzalo Martínez Sadoc. Pregonero del Carnaval-87



En esta sección recupero una serie de entrevistas, realizadas entre 1987 y 1989, a destacadas personas de la cultura, la sociedad y la política en Sanlúcar de Barrameda. Publicadas en el periodico El Semanal
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El Semanal, 12 de marzo de 1987; p. 16.



Gonzalo Martínez Sadoc. Pregonero del Carnaval-87

 

 
El poeta sanluqueño, en su pregón, habló de los orígenes del Carnaval, comparó los rincones más típicos sanluqueños y a sus gentes con los de la Grecia clásica, haciendo una referencia constante a la mitología, a sus dioses y héroes, y por último recordó, ayudándose de múltiples anécdotas, el carnaval de Sanlúcar, allá por los años veinte y treinta.

¿Qué significado tiene la poesía para Gonzalo Martínez Sadoc?

- “La poesía es un reflejo de los sentimientos que uno ha acumulado durante muchos años y que procura expresarlo, mediante versos, de la manera más bella posible, para satisfacción propia y para satisfacción de la gente que ama la poesía".

Martínez Sadoc, en su texto pregonado, hizo constantes alusiones a la mujer, siempre cantando líricamente la hermosura de sus formas y su intrínseca feminidad, porque el lema principal de su poesía “es la belleza en general, pero mi musa principal es la mujer y el amor".

Su vocación literaria le llega muy temprano: "Ya a los doce o trece años comienzo a hacer versitos a los compañeros metiéndome con ellos, comentando algunos sucesos, etc. Más tarde, en el bachillerato me atrae profundamente la poética y comienzo a leer a los clásicos que más han influido en mi poesía, como a Lope de Vega, Calderón, Quevedo y Espronceda". De entre los poetas modernos, Sadoc destaca a García Lorca, a los hermanos Machado, pero sobre todo a Miguel Hernández "al que le tengo un cariño especial, porque me parece que fue un poeta que se frustró muy pronto, pero que podía haber llegado muy alto en el ámbito de la poesía española y mundial".

Tras la guerra, Gonzalo se autoexilia primero a Francia y luego a México, donde va a vivir treinta y un años: "Yo conocía lo que estaba ocurriendo en Sanlúcar. Habían fusilado a muchos amigos míos, que yo estimaba, que eran inocentes y que no tenían más delito que el de haber pertenecido a una agrupación política. Ante estos hechos preferí correr los riesgos del exilio, porque decidí pasar malos tiempos, pero con la esperanza de que vinieran tiempos mejores, como así ha sucedido".

Y estos tiempos mejores llegaron para el poeta en el año 1968, cuando viene a Sanlúcar sólo para hacer una visita, pero "el recibimiento tan cariñoso que me hicieron me hizo ver que, a pesar de los años transcurridos, se acordaban de mí y me recordaban con cariño, por lo que tomé la decisión de regresar, y en el año 1970 vuelvo definitivamente a España con toda mi familia".

lunes, 15 de abril de 2013

Protagonistas en la Sanlúcar de los años 80 (I) La Sallago: un mito del cante.




En esta sección recupero una serie de entrevistas, realizadas entre 1987 y 1989, a destacadas personas de la cultura, la sociedad y la política en Sanlúcar de Barrameda. Publicadas en el periódico El Semanal.

El Semanal, 10 de abril de 1987



La Sallago: un mito del cante



Foto: Mariqui Romero
 
“Hay que amarrarse los cordones de los zapatos pa cantar con La Sallago”, dijo Caracol de la Soraya, como él la llamaba”. De él dice Encarnación que es lo más grande y que “no se le ha hecho justicia".
Grande era Caracol y grande es Encamación Marín "La Sallago", porque en los círculos del cante se cuenta con ella, para que forme parte de esos pocos "grandes" del flamenco español. "Ahora me están llamando de todos los sitios", pero La Sallago ya no va a todos porque está cansada, porque son ya 69 años de vida, sentimiento y desengaño, porque ahora ya puede seleccionar y pasar de hacer "homenajes de balde". Porque ya no tiene los 29 años con que empezó a cantar en público "por todos lados, de balde y esmayaíta por una poquita de comida". Porque ella ya sabe que "la gente que yo creía que eran amigos y amigas me hicieron perrerías".
Nace en el Barrio, su Barrio, donde "vive la nobleza más grande del mundo. Que contestamos a destiempo... Que hacemos cosas a destiempo... pero allí todo corazón es bueno". Y se cría "a marcha", pero con mucha alegría, escuchando el compás de su madre y el de su padre también, aunque no lo conoció: "En mi casa cuanta más hambre teníamos y más fatigas, mas compás teníamos. Y mi madre nos decía: No pedid limosna. A vender pescaíto. Y tú a vender esas galeras". Y la gente preguntaba ¿Qué pasa en casa de La Sallago? Y es que la madre de Encarnación, con ella y sus hermanos estaban cantando. 
Acaba de volver de Madrid, de actuar junto a los mejores del cante. El viernes pasado le tocó a Sanlúcar, después de muchos años de no escuchar su garganta. Y la Peña "Puerto Lucero" se abarrotó de gente para oir a la Sallago y a "Ramito". Le aplaudieron, se emocionaron, le gritaron: ¡Ole Sallago! ¡Venga, Encamación, qué tú eres la mejor! Ella llegó sola, desapercibida, pequeñita, con mucha fuerza. 
El sentimiento interpretado, el dolor hacia fuera, las alegrías más hondas. ¿Cómo se hace este cante Encamación? -"Yo canto mi historia, mis cosas, lo mío, mis tristezas y mis disgustos, mis contratiempos, esas puñalás que se da la familia sin saber por qué. Esas cosas las digo yo cantando. Nunca canto lo que me digan o lo que me escriben, sino que me voy inventando, la letra y la música, porque si yo canto lo que cantó Caracol, que es para mí el primero, o lo que cantó Mairena, que es jamón serrano, o lo que canta la Paquera o la Niña de los Peines, que es la más grande, pues entonces no soy La Sallago".