Desde el templo del Lucero

miércoles, 19 de junio de 2013

Pobre "ciudad-fachada"

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar.

Demolición de la bodega “Reina Victoria” (1891)



Publicado en Sanlúcar Información, 13 de septiembre de 1997

Rescato este artículo del pasado porque creo que todo lo que se dice en él mantiene plena vigencia dieciséis años más tarde. Incluso mis recomendaciones a los políticos siguen siendo las mismas.
No es que todo siga igual que en 1997. Es que aquellas demoliciones fueron el comienzo de una imparable cadena de derribos de edificios históricos que se perdieron para siempre. En este intervalo de dieciséis años, en Sanlúcar han destruido numerosos edificios protegidos y otros tantos han sido vaciados, convirtiendo gran parte del casco histórico en esa verdadera “ciudad-fachada” a la que se refería el título.

Cuando escribí este texto, alertada por las obras que estaban realizando en la antigua bodega “Reina Victoria” (1891), ya habían derruido la techumbre de esta bodega, protegida por el PGOU, y comenzado a demoler la fachada principal. Aún no sabía que todo el conjunto bodeguero, hasta poco antes propiedad de “Pérez Megía, S.A., integrada desde 1980 en el “Grupo Medina”, iba a desaparecer por completo, quedando reducido a un sustancioso solar de unos 14.000 m2, donde se edificaron varios bloques de pisos de nueva planta. Sólo quedó en pie el llamado salón de recepción “Doña María”, situado en la zona alta de la barranca, que era de construcción reciente (1973).

Aquella demolición fue ilegal, como muchas otras efectuadas después. Nadie ha pagado por ello. Nadie dio la cara. Algunos se llenaron los bolsillos. A nosotros estos ladrones nos han robado parte de nuestra historia.
Nota.- Se ha respetado el texto original. Sólo lo incluido entre corchetes es actual.

 

No cabe duda de que Sanlúcar tiene el privilegio de conservar el conjunto arquitectónico bodeguero más significativo del Marco de Jerez, pues es la única ciudad en la que se ha preservado una gran diversidad de tipologías constructivas que van marcando la evolución experimentada por la arquitectura bodeguera desde el siglo XVII hasta nuestros días. Los valores de esta rica arquitectura parecía haberles quedado claro a los responsables municipales cuando en Pleno de 7 de abril del presente año [1997] aprobaron la "Revisión del Plan General de Ordenación Urbana", en cuyo Catálogo de Edificios Protegidos se incluyeron por primera vez un buen número de estas bodegas.

Sin embargo, en los últimos meses -desde la aprobación de dicha Revisión-, se está detectando una tendencia municipal a olvidar todas las responsabilidades que, en materia de conservación, confía a los Ayuntamientos la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (Art. séptimo), además de los propios compromisos contraídos en el PGOU. Se acaban de derribar algunas bodegas tradicionales del XIX en la calle Banda Playa que, al parecer, no presentaban elementos arquitectónicos relevantes, los cuales han dejado al descubierto sustanciosos solares urbanos.

En base a esto es presumible que el centro histórico se desarrolla y atiende, al mismo tiempo, la necesidad social de nuevas viviendas. Pero, no suficiente con ello, en los últimos días se ha comenzado a derribar la bodega "Reina Victoria" (C/ Fariñas-esquina Avda. de la Constitución), edificada en 1891 por la empresa Hijos de Pérez Megía, que en 1980 quedó integrada, junto al resto del conjunto bodeguero (unos 14.000 m2) en el Grupo Medina, cuya finca ha sido adquirida recientemente por una empresa promotora. [Rochdale]

Este conjunto se encuentra incluido en dicho Catalogo del PGOU, habiéndosele aplicado el nivel de protección "Global", por el que se contemplan como “elementos a conservar: naves de bodega y sus cubiertas, fachadas del conjunto y patios esenciales”, estableciéndose como elementos destacados la "Nave de esquina y fachadas del conjunto", es decir la bodega "Reina Victoria", una de las más originales de su época y un importante eslabón en la evolución arquitectónica bodeguera.

Esta última edificación presentaba una solución constructiva de gran interés. Su sistema de cubrición -totalmente derruido- estaba basado en una cubierta de viguería de madera a dos aguas que, revestida de teja plana francesa al exterior, se hallaba sostenida hacia el interior por un encerchado de finas tirantas de hierro, atrevida cubrición que cerraba una diáfana nave de casi 1.000 m2, sin necesidad de ningún tipo de soportes verticales. [en el interior se criaba la manzanilla Alegría]

 
Las dos fachadas exteriores presentan el valor de escapar a los sencillos cánones de las fachadas bodegueras decimonónicas y poseer una clara intencionalidad artística, que queda plasmada en la sucesión de arcos ciegos rehundidos en el muro; en los aplacados ornamentales de sus impostas o en las formas romboidales que coronan las puertas de acceso. Ello es todavía visible en la fachada lateral y en parte de la principal, puesto que esta ha sido ya semiderruida, habiendo desaparecido el redondeado piñón superior y el hermoso ventanal circular que coronaba el frontispicio. Desconozco si se piensa conservar o eliminar los restos, ya arqueológicos, de estas fachadas. [Se derribó por completo]

 
 
Históricamente, Sanlúcar, como otras tantas ciudades, siempre ha prostituido parte de su centro urbano. Lo sorprendente es que aún hoy se mantenga esta tendencia de venderse a cualquier postor, especialmente en los tiempos que corren de progresiva protección y conservación de todos aquellos elementos constituyentes del Patrimonio Histórico, por lo que estas acciones resultan absolutamente escandalosas e inadmisibles.

Así las cosas, da la impresión de que allá donde asoma el posible beneficio económico de alguna licencia de obras, allá que se lanzan los responsables municipales, recalificando arbitrariamente fincas urbanas protegidas, zonas verdes o terrenos rurales, desoyendo toda normativa urbanística, incluso la aprobada por ellos mismos.

Con ello no se tiene para nada en cuenta que uno de los recursos económicos más importantes de Sanlúcar es su patrimonio arquitectónico y especialmente el bodeguero, por constituir uno de los más claros signos diferenciadores y de identificación de la ciudad. Otra cosa es que no sepan rentabilizarlo, tal como acaba de proponer el II Plan de Bienes Culturales de Andalucía.

Es posible que nuestros políticos necesiten realizar una "ruta bodeguera" por el Marco de Jerez; o tal vez tendrían que salir al exterior de este pequeño "estado autárquico" en que se ha convertido Sanlúcar -con la correspondiente dosis de ignorancia que conlleva toda autarquía-, para ver lo que se está haciendo fuera con cualquier muestra del Patrimonio Arquitectónico Industrial; tampoco estaría de más que saliesen de vez en cuando a la calle -sin las prisas que supone cortar la cinta de turno, sin que el tiempo se les distraiga en la presunción del cargo-, para dar un detenido paseo por esta vieja y hermosa ciudad de forma que, "viéndola" -que no mirándola-, puedan caer en la cuenta de que hay que conservarla para poder disfrutar de sus múltiples significaciones históricas y presentes, y así respetar el derecho que tenemos todos los ciudadanos a comunicarnos con nuestro pasado.

Porque a este ritmo, y manteniendo esa tendencia farisea de salvar las apariencias arquitectónicas a través de la exclusiva conservación de las fachadas -en el mejor de los casos-, Sanlúcar se transforma día a día en una superficial tramoya escenográfica a la que están robando el alma, nuestro espíritu histórico.

Y es que la revitalización equilibrada de los centros urbanos puede ser perfectamente compatible con la conservación de sus elementos culturales más significativos. Sólo que en ocasiones, señores munícipes, hay que saber decir ¡NO! a las treinta monedas de plata. [al parecer, fueron bastantes más]


Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte

En esto se convirtió la antigua bodega:

 




Más inforrmación sobre el Patrimonio Destruido en los últimos doce años: Web Aula Gerión




 

sábado, 1 de junio de 2013

I Fiesta de la Manzanilla en 1929



Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte

Boceto (A.M.S.B.)

Para promocionar las principales marcas de manzanillas de Sanlúcar y en el contexto general de la celebración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en agosto de 1929 se organizó en Sanlúcar de Barrameda la I Fiesta de la Manzanilla, que puede considerarse el antecedente más remoto de la actual Feria de la Manzanilla.

Esta “Gran Fiesta de la Manzanilla” fue promovida por la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Sanlúcar, tras varios intentos en años anteriores, y contó con la colaboración de diversas bodegas sanluqueñas. El evento se celebró, mediante la exhibición en coso de carrozas, durante la noche del domingo, 25 de agosto de 1929, dando comienzo a las diez y media de la noche, en la plaza de América y paseo de La Calzada, entonces llamada Calzada de la Reina Mercedes.

Debido a la notoriedad que fue alcanzando la manzanilla en los diversos mercados desde el siglo XIX, este vino se había convertido en el más representativo de Sanlúcar, contando las más importantes empresas bodegueras con una marca principal de manzanilla, que se promocionaba de manera prioritaria sobre los otros caldos producidos en cada bodega. Por aquellos años, la actividad vitivinícola era uno de los más importantes sectores económicos de la población sanluqueña.

La crónica de este acontecimiento festivo apareció publicada en el periódico local El profeta sanluqueño (29-08-1929), donde se exponían los objetivos promocionales que se habían propuesto los vinateros sanluqueños, al participar en esta fiesta organizada en la época en que mayor afluencia de veraneantes había en la ciudad:

 “… festejo cumbre de la temporada dedicado a realzar las marcas de nuestros afamados vinos Manzanillas, productos únicos de nuestros viñedos, tan estimados por sus cualidades especiales (...) fue obligado la manifestación de elogio hacia las casas vinateras que aportaron su especial concurso con la doble finalidad expositiva de dar a conocer el nombre de sus marcas más recomendadas y la sensación de cuanta importancia tiene en Sanlúcar esta riqueza, una de las más importantes fuentes del desenvolvimiento económico de la vida local”.

La fiesta se centró en un certamen de carrozas, uno de las tipologías más populares de la publicidad efímera, al que concurrieron algunas de las principales casas bodegueras de Sanlúcar, presentando cada una un montaje representativo de su marca de manzanilla más conocida. El concurso estuvo seguido de un “Coso policromado” o batalla de serpentines, flores y confetis, en el que participaron los carros concursantes y otros que asistieron fuera del certamen. Durante la tarde de ese mismo día se celebró una corrida de toros y el evento finalizó con fuegos artificiales.

Al objeto de darle un mayor esplendor al festejo, el Ayuntamiento instaló un alumbrado extraordinario y para el público asistente se montaron unos palcos en la plaza de América, destinados a SS.AA.RR. el Infante de Orleáns-Borbón y sus hijos, las autoridades y el jurado del evento; así como otros palcos públicos en los andenes laterales. Además se colocaron varias filas de sillas a lo largo del paseo de la Calzada. Cada palco constaba de ocho asientos y su precio se fijó en quince pesetas. Los asientos de la primera fila costaron una peseta, mientras que el precio de los de segunda y tercera fila fue de 0,50 pesetas. La recaudación de estas entradas supuso el único ingreso económico del festejo.

Aunque en principio prometieron su asistencia diecisiete bodegas[1], finalmente sólo participaron once carrozas, aunque la Comisión organizadora había invitado a participar a veintiséis vinateros sanluqueños y González Byass de Jerez, cuya empresa ha estado siempre muy vinculada a Sanlúcar, debido especialmente al origen sanluqueño de su fundador, Manuel María González Ángel, manteniendo bodegas en la ciudad.

Algunos bodegueros excusaron su asistencia por diversas razones, como Francisco García de Velasco, quien señala en su correspondiente misiva (12.07.1929), que no podría participar debido a los elevados gastos de propaganda realizados aquel año por su presencia en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Por su parte, Manuel de Argüeso Río, en nombre de su padre, declinó la invitación por no interesarle (12.07.1929) [2].

Además concurrieron algunas otras carrozas fuera de concurso, al único objeto de formar parte en el desfile o "coso policromo" con batalla de serpentinas, flores y confetis, que tuvo lugar con posterioridad al certamen.

De algunas las carrozas participantes se conservan antiguas fotografías, que muestran con detalle aquellas efímeras representaciones publicitarias del vino sanluqueño.

Al objeto de que el fallo del certamen “tuviera absoluta garantía de imparcialidad”, los miembros del jurado fueron escogidos entre “personas forasteras y de reconocida competencia artística, quedando constituido por el Alcalde de Sanlúcar, Antonio de León Manjón, como Presidente de honor; Pelayo Quintero, delegado regio de Bellas Artes en la provincia de Cádiz, como Presidente efectivo; y los vocales Cesar Pemán Pemartín, catedrático de Bellas Artes; Federico Godoy Castro, conocido pintor gaditano y catedrático de Artes de la Escuela de Bellas Artes de Cádiz; Juan Luis Romero Aranda, arquitecto provincial; y el pintor jerezano Manuel González Agreda. Poco antes de celebrarse el concurso, los miembros del jurado fueron recibidos por el Alcalde y el vocal de la Comisión, José L. Acquaroni Fernández, siendo invitados a cenar en el restaurante Miramar[3].

sábado, 27 de abril de 2013

Protagonistas en la Sanlúcar de los años 80 (II). Gonzalo Martínez Sadoc. Pregonero del Carnaval-87



En esta sección recupero una serie de entrevistas, realizadas entre 1987 y 1989, a destacadas personas de la cultura, la sociedad y la política en Sanlúcar de Barrameda. Publicadas en el periodico El Semanal
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El Semanal, 12 de marzo de 1987; p. 16.



Gonzalo Martínez Sadoc. Pregonero del Carnaval-87

 

 
El poeta sanluqueño, en su pregón, habló de los orígenes del Carnaval, comparó los rincones más típicos sanluqueños y a sus gentes con los de la Grecia clásica, haciendo una referencia constante a la mitología, a sus dioses y héroes, y por último recordó, ayudándose de múltiples anécdotas, el carnaval de Sanlúcar, allá por los años veinte y treinta.

¿Qué significado tiene la poesía para Gonzalo Martínez Sadoc?

- “La poesía es un reflejo de los sentimientos que uno ha acumulado durante muchos años y que procura expresarlo, mediante versos, de la manera más bella posible, para satisfacción propia y para satisfacción de la gente que ama la poesía".

Martínez Sadoc, en su texto pregonado, hizo constantes alusiones a la mujer, siempre cantando líricamente la hermosura de sus formas y su intrínseca feminidad, porque el lema principal de su poesía “es la belleza en general, pero mi musa principal es la mujer y el amor".

Su vocación literaria le llega muy temprano: "Ya a los doce o trece años comienzo a hacer versitos a los compañeros metiéndome con ellos, comentando algunos sucesos, etc. Más tarde, en el bachillerato me atrae profundamente la poética y comienzo a leer a los clásicos que más han influido en mi poesía, como a Lope de Vega, Calderón, Quevedo y Espronceda". De entre los poetas modernos, Sadoc destaca a García Lorca, a los hermanos Machado, pero sobre todo a Miguel Hernández "al que le tengo un cariño especial, porque me parece que fue un poeta que se frustró muy pronto, pero que podía haber llegado muy alto en el ámbito de la poesía española y mundial".

Tras la guerra, Gonzalo se autoexilia primero a Francia y luego a México, donde va a vivir treinta y un años: "Yo conocía lo que estaba ocurriendo en Sanlúcar. Habían fusilado a muchos amigos míos, que yo estimaba, que eran inocentes y que no tenían más delito que el de haber pertenecido a una agrupación política. Ante estos hechos preferí correr los riesgos del exilio, porque decidí pasar malos tiempos, pero con la esperanza de que vinieran tiempos mejores, como así ha sucedido".

Y estos tiempos mejores llegaron para el poeta en el año 1968, cuando viene a Sanlúcar sólo para hacer una visita, pero "el recibimiento tan cariñoso que me hicieron me hizo ver que, a pesar de los años transcurridos, se acordaban de mí y me recordaban con cariño, por lo que tomé la decisión de regresar, y en el año 1970 vuelvo definitivamente a España con toda mi familia".

lunes, 15 de abril de 2013

Protagonistas en la Sanlúcar de los años 80 (I) La Sallago: un mito del cante.




En esta sección recupero una serie de entrevistas, realizadas entre 1987 y 1989, a destacadas personas de la cultura, la sociedad y la política en Sanlúcar de Barrameda. Publicadas en el periódico El Semanal.

El Semanal, 10 de abril de 1987



La Sallago: un mito del cante



Foto: Mariqui Romero
 
“Hay que amarrarse los cordones de los zapatos pa cantar con La Sallago”, dijo Caracol de la Soraya, como él la llamaba”. De él dice Encarnación que es lo más grande y que “no se le ha hecho justicia".
Grande era Caracol y grande es Encamación Marín "La Sallago", porque en los círculos del cante se cuenta con ella, para que forme parte de esos pocos "grandes" del flamenco español. "Ahora me están llamando de todos los sitios", pero La Sallago ya no va a todos porque está cansada, porque son ya 69 años de vida, sentimiento y desengaño, porque ahora ya puede seleccionar y pasar de hacer "homenajes de balde". Porque ya no tiene los 29 años con que empezó a cantar en público "por todos lados, de balde y esmayaíta por una poquita de comida". Porque ella ya sabe que "la gente que yo creía que eran amigos y amigas me hicieron perrerías".
Nace en el Barrio, su Barrio, donde "vive la nobleza más grande del mundo. Que contestamos a destiempo... Que hacemos cosas a destiempo... pero allí todo corazón es bueno". Y se cría "a marcha", pero con mucha alegría, escuchando el compás de su madre y el de su padre también, aunque no lo conoció: "En mi casa cuanta más hambre teníamos y más fatigas, mas compás teníamos. Y mi madre nos decía: No pedid limosna. A vender pescaíto. Y tú a vender esas galeras". Y la gente preguntaba ¿Qué pasa en casa de La Sallago? Y es que la madre de Encarnación, con ella y sus hermanos estaban cantando. 
Acaba de volver de Madrid, de actuar junto a los mejores del cante. El viernes pasado le tocó a Sanlúcar, después de muchos años de no escuchar su garganta. Y la Peña "Puerto Lucero" se abarrotó de gente para oir a la Sallago y a "Ramito". Le aplaudieron, se emocionaron, le gritaron: ¡Ole Sallago! ¡Venga, Encamación, qué tú eres la mejor! Ella llegó sola, desapercibida, pequeñita, con mucha fuerza. 
El sentimiento interpretado, el dolor hacia fuera, las alegrías más hondas. ¿Cómo se hace este cante Encamación? -"Yo canto mi historia, mis cosas, lo mío, mis tristezas y mis disgustos, mis contratiempos, esas puñalás que se da la familia sin saber por qué. Esas cosas las digo yo cantando. Nunca canto lo que me digan o lo que me escriben, sino que me voy inventando, la letra y la música, porque si yo canto lo que cantó Caracol, que es para mí el primero, o lo que cantó Mairena, que es jamón serrano, o lo que canta la Paquera o la Niña de los Peines, que es la más grande, pues entonces no soy La Sallago".

lunes, 24 de diciembre de 2012

No dar explicaciones

 
Opinión. Patrimonio Histórico de Sanlúcar de Barrameda. 
 
 
 
Junto a la mentira y la omisión de información, que es otra forma de mentir, se ha impuesto entre la clase política el hecho de no dar explicaciones sobre cualquier asunto que interese y afecte a los  ciudadanos. Estas tres estrategias, junto a las innumerables formas de corrupción, han alejado definitivamente a la gente de sus gobernantes. En consecuencia, la falta de credibilidad en los representantes públicos se ha generalizado más allá de todo límite soportable, o lo que es lo mismo, a buen entendedor pocas palabras bastan: búscate la vida que nadie de los que votaste te va a ayudar.

Me pregunto a qué se deberá esta insufrible tendencia a la mentira, de forma más o menos solapada, y esta sistemática falta de explicaciones sobre lo que verdaderamente ocurre en las ciudades. Como respuestas sólo se obtienen de los políticos un mar de subterfugios, que dan pábulo a todo tipo de rumores y confusiones entre la ciudadanía.

Este miedo a declarar la verdad se ha instalado férreamente entre los políticos. Quizá porque piensen que reconocer errores, expresar impotencias o confesar debilidades en la gestión pública les restará votos en sus próximas campañas: su principal preocupación. Y hasta parece darles resultado, a pesar de los muchos clarividentes vecinos. Así las cosas, nada se hace por derecho, las promesas se incumplen de forma descarada y reiterada y ellos se mantienen en sus sillones.

Estas negligentes actitudes sitúan a todos estos políticos al otro lado de la integridad moral. Y de ello sólo parece darse cuenta, de vez en cuando, un avergonzado rey como Juan Carlos I o algún que otro político honesto y dimisionario.

Un buen ejemplo de este lamentable fenómeno es la situación en que se halla la denominada “Casa del Carril” de Sanlúcar de Barrameda. Anoche, 23 de diciembre, un grupo de ciudadanos decidieron vestir de navidad a esta preciosa y preciada casa del siglo XVII, cosida a puntales desde hace seis años, al tiempo que se cortaba al tráfico el Carril de San Diego, donde se ubica el inmueble, una de las más céntricas calles de Sanlúcar, con la consiguiente problemática para los vecinos, comerciantes de la zona y obstaculización del tráfico rodado.

Una casa protegida que el constructor de turno pretendía derribar para edificar sustanciosos pisos, allá por el boom inmobiliario, a cuyo especulativo fin se opuso la Consejería de Cultura de la Junta, dictaminando que no se podía demoler por ser un edificio histórico protegido, según la normativa vigente. El propietario apeló a los tribunales este dictamen y ante la eminente peligrosidad -eso dijeron aunque algunos nunca lo creímos-, el propietario, en unión de la Gerencia de Urbanismo, optaron por apuntalar el inmueble de forma tan agresiva que tuvieron que cortar la calle al tráfico por alcanzar los puntales la acera y el muro fronteros. Probablemente una forma de presión para forzar el derrumbe que no surtió los efectos deseados. Y así llevamos seis años. La explicación que corre por la ciudad: la justicia es muy lenta.

De lo que se trata es de echar la culpa a otro. La Alcaldesa, Irene García Macías, y sus compañeros del PSOE-CIS participan y abusan de esta otra manida tendencia. La culpa de la Casa Arizón la tuvo la anterior alcaldesa; la culpa del Mercado, la crisis y los recortes del PP; la culpa de la lamentable situación del palacio municipal, el gobierno central… al tiempo que la Alcaldesa se va de rositas, rumbo al Everest, a dirigir su partido en la provincia y a formar parte de la ejecutiva regional. Mucho quiero, poco abarco.

Después de recogidas de firmas de los vecinos, manifestaciones colectivas junto a la casa, pancartas reivindicativas colgadas en la valla protectora, chistes jocosos que corren por Facebook ridiculizando a la Alcaldesa (“el jardín de Inere” en ralación al foco de basura creado), protestas de asociaciones como Aula Gerión, a la que se le ocurrió preguntar por la situación de esta Casa en un Consejo de Urbanismo, hará unos cinco años sin obtener explicación alguna. Desde aquel entonces aquel Consejo “tan participativo” dejó de reunirse hasta el día de hoy, también sin más explicaciones.

Ni la Alcaldesa ni concejal alguno se ha puesto delante de una cámara para dar explicaciones a los ciudadanos sobre este asunto, que tanto afecta a los intereses económicos y patrimoniales de Sanlúcar y que se ha convertido en todo un símbolo de la nefasta gestión municipal del PSOE-CIS.

Mientras, un gabinete jurídico municipal, que no ha sido capaz o no ha querido agilizar e impulsar un procedimiento judicial que afecta a los intereses públicos y que sigue el propietario de la Casa del Carril, a la sazón tío de una concejala, y la Consejería de Cultura por denegar el derribo. Ni buscan ni consiguen solucionar el problema.
 
 
 
 
Lo último, anoche, un “alumbrado extraordinario” y reivindicativo para esta hermosa casa de cargadores a Indias, unos villancicos enlatados, un grupo de ciudadanos, cabreados y pacíficos, con gorros de papa Noel y velas encendidas que intentan alumbrar las maltrechas conciencias políticas.

Para colmo, esta Alcaldesa que incumple todas sus promesas, al modo Rajoy, y no ofrece explicaciones de nada, nos deja esta mañana un bonito lecto-mensaje de Navidad, al más puro estilo monárquico y a través de esos mismos medios de comunicación locales, subvencionados por el municipio y que nada quieren saber de “alumbrados extraordinarios”, donde la máxima autoridad de la ciudad nos desea prosperidad a todos los sanluqueños. Por cierto, el publiomensaje también se está repitiendo machaconamente durante todo el día en la SER. ¿Cuánto nos habra costado la cuña?

En fin, amigos, el cinismo de los que evaden las explicaciones tiene caras y tiene nombres.


Ana Gómez Díaz-Franzón
 

Más información sobre la Casa del Carril: http://www.gerionsanlucar.com/indice.html
 



 

lunes, 29 de octubre de 2012

Publicada la historia de Estella del Marqués

Recientemente he publicado el trabajo de investigación titulado Estella del Marqués. Un pueblo de colonización agrícola (1954-1967) en Jerez de la Frontera (Cádiz).

La publicación aborda la creación y evolución del pueblo Estella del Marqués, actual EATIM de Jerez de la Frontera, que fue construido como nueva población por el Instituto Nacional de Colonización entre 1954, fecha en que se aprobó el proyecto, hasta 1967, cuando se liquidaron las obras. Junto a otros nuevos pueblos, Estella forma parte de un conjunto de núcleos agrícolas implantados en la Zona Regable del Guadalcacín, situada en el extenso término de Jerez, al objeto de poner en regadío estas tierras y cubrir el despoblado existente entre este sector oriental del término de Jerez y la serranía gaditana.

El estudio, elaborado en 1994, se fundamenta principalmente en la documentación existente en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, además de otras fuentes. En el trabajo se describe el proceso de construcción del pueblo, según proyecto del arquitecto Fernando Cavestany, para instalar a 120 colonos -88 con viviendas y parcelas agrícolas y 32 jornaleros agrícolas sin parcela-, provenientes de las zonas próximas más desfavorecidas, como las comarcas gaditanas de la Sierra o La Janda.

De igual modo, en la publicación se da cuenta de la evolución experimentada por la población de Estella del Marqués desde sus orígenes, con la llegada de los diez primeros colonos a la finca Dehesa de los Potros, así como de sus principales actividades económicas, con especial atención a la agricultura (tipos de cultivo, la parcela, lote-pilote, lotes complementarios, lotes de riego por aspersión, etc.), la estructura urbana, tipos de viviendas, edificios públicos, infraestructuras, etc.

Estos contenidos sobre Estella del Marqués se completan con una serie de planos, fotografías y tablas, en las que se ofrece al lector información detallada sobre los diversos temas tratados. El libro, en edición electrónica (versión Kindle), ha sido publicado en amazon.es.


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