Desde el templo del Lucero: La Manzanilla de Sanlúcar en la pintura y el grabado del siglo XIX (I)

miércoles, 3 de noviembre de 2021

La Manzanilla de Sanlúcar en la pintura y el grabado del siglo XIX (I)


Este texto y las imágenes reproducidas forman parte de un trabajo de investigación en curso sobre la historia de la Manzanilla de Sanlúcar, que se publicará próximamente. 

Actualización (agosto-23): Publicado el libro La Manzanilla de Sanlúcar en el siglo XIX a través de la prensa.


                                                                                                             Ana Gómez Díaz-Franzón


Durante el siglo XIX la Manzanilla de Sanlúcar quedará plasmada en una serie de obras artísticas de conocidos pintores, que se reprodujeron, mediante grabados, en las revistas ilustradas de la época.

Estos grabados revisten hoy especial interés documental, pues muchas de las obras pictóricas reproducidas se hallan en colecciones privadas, que hacen muy difícil su conocimiento y difusión.

En algunas pinturas el vino sanluqueño se presenta asociado a una maja castiza andaluza, como andaluz es el vino que la acompaña. Las figuras aparecen en solitario y ataviadas con mantilla o mantón de Manila, al tiempo que sostienen o brindan con la popular "caña" o vaso propio para beber la manzanilla.

Estas representaciones femeninas vinculadas al vino sanluqueño subrayan la tradicional identificación de la manzanilla con el género femenino. 

A esta tipología compositiva responden algunas pinturas concebidas por conocidos artistas, como el catalán Francisco Masriera y Manovens en sus obras tituladas La Manzanilla y ¡Brindo por ustedes!; el alicantino Emilio Sala Francés ofrece otra pintura del mismo tipo y título: La Manzanilla, protagonizada por otra de estas jóvenes aflamencadas. Del igual modo, el madrileño Alfredo Perea titulará una de sus obras La Manzanilla, compuesta en la misma línea que las anteriores; entre otros. 

Algunos objetos flamencos y taurinos suelen completar estas composiciones, como chaquetillas de luces, capotes de paseo o guitarras flamencas, por pertenecer a los espectáculos más populares del siglo XIX, donde siempre estaba presente la Manzanilla de Sanlúcar.


La Manzanilla, pintura de Francisco Masriera, grabada por Bong.
(Portada de La Ilustración artística, 30-12-1889).


!Brindo por ustedes!, obra de Francisco Masriera para la Exposición de la Galería Boch.
Fotografía de Laurent. (La Ilustración española y americana, 22-4-1885).


La Manzanilla, obra de Emilio Sala, que era propiedad en 1881 de Adolfo Bayo
(El Mundo ilustrado (Barcelona). 1-1-1881 y 31-12-1883).


La Manzanilla, de Alfredo Perea. Esta obra era en 1892 propiedad de los duques del Infantado (La Ilustración española y americana. 22-12-1892).

En otras composiciones pictóricas, las cañas, cañeros y bateas con manzanilla aparecen completando escenas costumbristas, que se vinculan sobre todo al flamenco y la tauromaquia, en cuyas fiestas populares nunca faltaba el vino sanluqueño. Este tipo de pinturas de género contó con una gran demanda en la época.

Como pocos vinos, la manzanilla ha contado para su consumo con un vaso propio y característico, "la caña", vaso fino y alargado que a veces presenta ranuras en su tercio inferior. En el siglo XIX y principios del XX son numerosas las pinturas de ambiente tauro-flamenco o castizo donde aparecen las singulares cañas manzanilleras, acompañadas de las botellas correspondientes. Su presencia siempre apunta a la Manzanilla de Sanlúcar como el vino más consumido en estos ambientes festivos.

Son muy numerosas las pinturas de escenas de costumbres populares donde se encuentra presente la manzanilla con sus cañas, cañeros y botellas. Entre ellas, podemos destacar ahora algunos grabados de otras tantas obras pictóricos, que fueron reproducidos en las revistas ilustradas del siglo XIX. 

Por ejemplo, el barcelonés Ricardo Brugada en su obra Fiesta en una venta concibe una escena de juerga flamenca en una venta o mesón, reproducida mediante grabado en La Ilustración Artística (1897). Mientras los concurrentes se divierten bailando o conversando, un camarero sirve un gran cañero repleto de cañas de manzanilla, al tiempo que en la mesa asienta una botella y varias cañas del mismo vino.

Ricardo Brugada: Fiesta en una venta (La Ilustración artística. 22-11-1897).


El parche de una pandereta -recurso gráfico muy habitual en la época- sirve de base al célebre pintor valenciano José Garnelo para reproducir un cuadro de costumbres andaluzas de tono realista, mediante una escena galante compuesta por una pareja de signo popular. En tanto que la joven se halla melancólicamente abrazada a una guitarra flamenca, su acompañante sirve un par de cañas de manzanilla de la botella que sostiene en su mano. 

José Garnelo: Cante y Manzanilla.
(Portada de La Ilustración artística. 5-3-1894).


Un tema muy tratado en la pintura de la época es el de unos caballistas apostados en la puerta de un ventorrillo al que se asoma el ventero para servirles unas cañas de manzanilla en un cañero, que degustan los visitantes sin apearse del caballo. Este es el asunto escogido para componer el dibujo del ilustrador vasco Salvador Azpiazu titulada En el Real de la Feria, reproducido en La Ilustración Artística (1899).


Salvador Azpiazu: En el Real de la Feria (La Ilustración artística. 27-12-1897).


En 1882 se publica en La Ilustración española y americana el grabado de una pintura del conocido reconocido pintor sevillano José Villegas llamada Fiesta de toreros en una venta, donde se representa una juerga flamenca en el patio de una venta andaluza, que está protagonizada por un grupo de toreros y mujeres flamencas que bailan y conversan alegremente. Esta pintura pertenecía entonces a la colección de Lorenzo García Vela. 

José Villegas: La fiesta de toreros en una venta 
(La Ilustración española y americana. 8-1-1882).


Otra escena de cortejo protagoniza una obra de José Alarcón titulada Tipos andaluces. Gente del bronce, que fue reproducida en 1894 en La ilustración española y americana. En esta ocasión la manzanilla se sitúa en unas cañas que reposan sobre una bandeja situada en el asiento de una silla, junto a la pareja aflamencada que centra la composición y se representa bajo la parra de un patio andaluz.

J. Alarcón. Tipos andaluces. Gente del bronce (Dibujo).
(La Ilustración española y americana. 15-10-1894).


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Éstas y otras ilustraciones podrán consultarse con mayor detalle en el trabajo sobre la historia de la Manzanilla de Sanlúcar, que será publicado próximamente.





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