Desde el templo del Lucero

sábado, 20 de enero de 2024

Impugnado el II Premio "Francisco de Fuentes" de Sanlúcar de Barrameda, por incumplir sus bases e infringir la Ley de Subvenciones.

 Opinión Premio "Francisco de Fuentes" (II)


Ana Gómez Díaz-Franzón

Dra. Historia del Arte


En estos días he procedido a impugnar el II Premio "Francisco de Fuentes" de investigación histórica, convocado por la Fundación Hermandad de la Santa Caridad. Lo he hecho ante esta entidad convocante, además de informar y denunciar el asunto en la Diputación de Cádiz, que lo sufraga mediante subvención pública. Todo ello en virtud de lo siguiente:

👉Por incumplimiento manifiesto de la BASE SEXTA de la convocatoria, en la que se dice que "El fallo se hará público en el plazo máximo de 2 meses desde la conclusión del plazo de entrega de trabajos". Habiendo finalizado este plazo de entrega el 5 de octubre de 2023, tendría que haberse fallado y hecho público, como máximo, el día 5 de diciembre de 2023. El fallo se ha hecho público el pasado 12 de enero de 2024.

👉Contravenir la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones, en la exigua nota de prensa emitida por la Fundación, donde ni siquiera aparece la firma del Presidente o Secretario. Este nota Infringe los artículos:

Artículo 14. Obligaciones de los beneficiarios (de subvenciones públicas). 1. Son obligaciones del beneficiario: Cumplir el objetivo, ejecutar el proyecto, realizar la actividad o adoptar el comportamiento que fundamenta la concesión de las subvenciones. [se presupone limpieza y transparencia].

Artículo 18. Publicidad de las subvenciones. 4. Los beneficiarios deberán dar la adecuada publicidad del carácter público de la financiación de programas, actividades, inversiones o actuaciones de cualquier tipo que sean objeto de subvención, en los términos reglamentariamente establecidos.

👉En la citada nota de prensa, que sólo se ha publicado en dos medios locales (no habiéndose distribuido en medios provinciales o nacionales), no se informa sobre los miembros de jurado que, supuestamente, ha fallado el premio; ni el número trabajos de investigación que han concurrido a este premio; ni los criterios de selección adoptados por el jurado; ni tampoco se informa sobre el acta y fecha en que se falló el premio.

El Presidente de esta Fundación, Sr. Rafael Ibáñez García, debería saber que, legalmente, aunque no recepcione el burofax remitido (no lo ha recogido en el primer intento de reparto), no le exime de su conocimiento, pues "un Burofax no entregado por ser rehusado o no retirado no implica una acreditación de falta de conocimiento por parte del destinatario , sino que por el contrario prueban la voluntad renuente del mismo a recoger la documentación correspondiente y ser notificado." (mudojuridico.info)

Con toda probabilidad, no me hubiese llamado la atención este asunto tan irregular, si no fuese porque el premio concedido al Sr. José María Hermoso se titule "Aproximación histórica a la Fundación Francisco de Paula Rodríguez". Los que me siguen saben que desde el pasado mes de julio estoy publicando una investigación de muchos años sobre Francisco de Paula Rodríguez y su legado, del que ya he publicado cuatro capítulos de cinco. El último lo estoy finalizando en estos días.

Esta coincidencia temática me hace temer que mi trabajo, en especial el último capítulo, donde trato más a fondo la historia de la Fundación Francisco de Paula Rodríguez que gestionó su legado, pueda quedar "fusilado" con el estudio premiado, aún más cuando tuve la oportunidad de comentar con el Sr. Hermoso el tema, en un comentario que me dejó en mi blog en el mes de julio, cuando publiqué la colección artística de Francisco de Paula Rodríguez. Dejo el comentario en foto. Ojalá me equivoque y su trabajo sea originalísimo, pues cuando se trabaja duro un tema durante más de veinte años, duele mucho este tipo de "coincidencias".

Me produce una gran tristeza que en una entidad, como esta Fundación, que ha ganado un gran prestigio en los últimos años, se produzcan estos presuntos amaños y enjuagues, que manchan y denigran su imagen pública.

Aunque sé que no va a servir para nada, porque entre primos anda el juego, y que el trabajo se va a publicar de cualquier modo, he impugnado porque ya está bien de sinvergonzonerías en este tipo de premios, casi siempre otorgados de antemano. Y no lo digo por mi, que a pocos premios me voy a presentar ya, sino porque se juega con los investigadores jóvenes que ponen toda su ilusión y sus recursos en presentarse a estos paripés.

Se ha anunciado la entrega del Premio para el próximo jueves de una manera un tanto encubierta (véanse carteles) y apresurada, entremetido con calzador en el acto de una conferencia. No me extraña. En esa Fundación andarán avergonzados, no tanto los que conocían el supuesto amaño, sino sobre todo los que no lo conocían.


👉 Más información: "Algunas preguntas para la "Fundación Hermandad de la Santa Caridad" de Sanlúcar de Barrameda, sobre el II Premio de Investigación "Francisco de Fuentes".



Dos carteles publicados en el día 19 de enero de 2024, en la página de Facebook de la Fundación, casi al mismo tiempo, siendo sustituido de inmediato el primero por el segundo.


Comentario dejado por el Sr. Hermoso en mi blog, en agosto de 2003, cuando publiqué el primer artículo (en julio) sobre la colección artística de Francisco de Paula Rodríguez. Desconocía completamente el tema del que me hablaba el Sr. Hermoso.




Actualización 26 de enero de 2024

Ayer, día 25 de enero, se entregaron el premio y accésit del impugnado Premio "Francisco de Fuentes". 

Tras conocerse al Jurado, sin más detalles, cabe ampliar la impugnación por INCUMPLIR también la BASE QUINTA de la convocatoria, en la que se dice que el jurado estará compuesto "por entre 3 y 5 profesores y expertos en la materia sobre la que versa el Premio" y "la composición del jurado se determinará en función de los trabajos presentados". Pues bien, se incumple esta base porque ningún miembro de ese jurado es experto en fundaciones benéficas del siglo XIX, ni en Sociedades Económicas de Amigos del país, que son los temas premiados. Estos miembros han sido Fernando Cruz Isidoro, Lilianne Dahlmann, Antonio Moreno Ollero, José María Vidal Vargas y Aurora Ortega López, Para comprobarlo, sólo hay que mirar sus obras en internet.






miércoles, 17 de enero de 2024

Algunas preguntas para la "Fundación Hermandad de la Santa Caridad" de Sanlúcar de Barrameda, sobre el II Premio de Investigación "Francisco de Fuentes".

Opinión Premio "Francisco de Fuentes" (I)


Ana Gómez Díaz-Franzón

Dra. Historia del Arte


El pasado día 12 de enero de 2024, la Fundación Hermandad de la Santa Caridad ha emitido una sucinta "nota de prensa" en la que da a conocer el trabajo ganador de esta edición y un accésit concedido; y felicita a los autores.

Ante esta exigua nota, convendría que esta Fundación informara con mayor exactitud sobre diversos aspectos de esta convocatoria, que se omiten, siendo normal notificar sobre ellos en cualquier Premio que se precie de serlo, para ofrecer una mejor información a la ciudadanía, en general, y a los investigadores, en particular, que se hayan presentado a este galardón o piensen hacerlo en un futuro. Esta transparencia es aún más necesaria si se tiene en cuenta que este Premio está sufragado con una subvención de la Diputación de Cádiz y, al ser dinero público, todo debería hacerse con luz y taquígrafo. Así, caben las siguientes preguntas:

¿Cuáles han sido los miembros del Jurado, expertos "de reconocido prestigio" en los temas premiados, seleccionados según los temas presentados?

¿Cuántos trabajos de investigación han concurrido al certamen?

¿Cuáles han sido los criterios de selección de los trabajos premiados?

¿Cuál ha sido el acta del fallo del premio, informándose de la fecha y hora de la reunión?

¿Por qué han tardado más de un mes en fallar el premio y hacerlo público, vulnerando sus propias bases del concurso, en concreto la base Sexta, en la que se dice que "El fallo se hará público en el plazo máximo de 2 meses desde la conclusión del plazo de entrega de trabajos", habiendo finalizado este plazo de entrega el 5 de octubre de 2023, por lo que tendría que haberse fallado y hecho público el día 5 de diciembre de 2023? Este punto, ente otros, podría ser motivo de impugnación del Premio.

¿Por qué esta escueta "nota de prensa" no se ha distribuido a los medios de comunicación provinciales y nacionales, tal como se hizo con sus bases?

¿Qué garantías ofrecen a la ciudadanía de que el contenido del trabajo premiado vaya a ser el publicado, ya que al autor premiado se le otorgan "dos meses" para que prepare su edición, desde la comunicación del fallo del jurado (Base Séptima)? ¿Se podrían producir cambios en el texto original premiado respecto al texto publicado?

Sería de agradecer que esta Fundación despejase estos interrogantes, cuyas respuestas tendrían que haberse incluido en la nota de prensa emitida, en favor de la calidad, transparencia y credibilidad de este joven Premio y de una entidad con tanta solera como es la Hermandad de la Santa Caridad de Sanlúcar.

De no ser respondidas, recaerían sobre este Premio varias sombras de duda y sospecha que, sin duda, mancharán la buena imagen pública de esta Fundación.

Todo esto con independencia de que en el tríptico de las Bases debería haberse puesto 2023 y no 2022; así como de la calidad de los trabajos premiados, de los que podremos opinar cuando se publiquen.

A ver, que Sanlúcar de Barrameda es "Ciudad" desde el siglo XVI.


Más información en Impugnado el II Premio "Francisco de Fuentes" de Sanlúcar de Barrameda, por incumplir sus bases e infringir la Ley de Subvenciones.










lunes, 1 de enero de 2024

Las bibliotecas de Francisco de Paula Rodríguez (1811), Seminario Conciliar de San Francisco Javier (1831-1842), e Instituto de Segunda Enseñanza (1842-1847), en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).


Ana Gómez Díaz-Franzón 

Dra. Historia del Arte

 
Este artículo se puede descargar en pdf en Academia.edu 



Utopía
, de Tomás Moro (1516). Un ejemplar de esta obra se hallaba en la biblioteca de Francisco de Paula Rodríguez. (Wikimedia Commos).

 

Resumen: Para la realización de este estudio se han analizado dos inventarios de bienes: el correspondiente al recuento post mortem del hacendado Francisco de Paula Rodríguez, realizado entre 1811 y 1814, donde se cuantificaron y valoraron, respectivamente, los libros de su biblioteca personal. Por otro lado, en el inventario de 1847, realizado con motivo de la entrega de los bienes de la Fundación Francisco de Paula Rodríguez al Arzobispado de Sevilla por R. O., se registró la biblioteca del Seminario Conciliar de San Francisco Javier (1831-1942), y del Instituto de Segunda Enseñanza (1842-1847), establecidos en Sanlúcar de Barrameda con el legado de Francisco de Paula Rodríguez.

Palabras clave: Bibliotecas privadas; bibliotecas eclesiásticas institucionales, Seminario Conciliar de Sevilla en Sanlúcar; historia de las mentalidades; burguesía comercial y funcionarial; docencia eclesiástica, Sanlúcar de Barrameda, siglo XIX.



Retrato de Francisco de Paula Rodríguez. Publicado por Juan Carlos Losada en grupo "Sanlúcar para el recuerdo" (Facebook) y Blog “Sevilla, arte y tronío” (4-10-2022). Fotocopia digitalizada de fotografía original publicada en un libro sobre el Seminario aún no identificado. Pintura original al óleo en paradero desconocido.

Francisco de Paula Rodríguez y Rodríguez-Bejarano (1755-1811), natural de Sevilla, ocupó el cargo de Guarda-Almacén de Artillería en Cartagena (Murcia); fue Tesorero General del Consejo de la Real Hacienda, e Intendente General de Provincia de primera clase con carácter honorífico, entre otros cargos. Este caballero de la Orden de Carlos III se avecindó en Sanlúcar de Barrameda hacia 1800, donde llegó a ser uno de sus principales hacendados y en cuya ciudad fallecería en 1811. Dejó un importante legado destinado a la creación de un colegio en Sanlúcar para la educación de los jóvenes. Con este legado se fundó en la ciudad el primer Seminario Conciliar del Arzobispado de Sevilla (1831-1842) y un Instituto de Segunda Enseñanza (1842-1847), entre otras entidades educativas.

La biblioteca de Francisco de Paula Rodríguez se incluye en los “bienes de confort” del inventario de bienes post mortem, elaborado entre 1811 y 1814. Otras partidas de este inventario, como la colección artística, el ajuar doméstico, y las bodegas y vinos, ya se han publicado en otros artículos.[1]

El análisis y catalogación de la biblioteca privada de Francisco de Paula Rodríguez nos permite conocer su pensamiento, sus gustos literarios, los temas que más podían interesarle por sus múltiples facetas profesionales y aficiones, así como integrarla en la más amplia esfera de las bibliotecas y lecturas propias de las élites oligárquicas de la provincia de Cádiz, durante las últimas décadas del siglo XVIII y primeras décadas del XIX, cuando el Antiguo Régimen tocaba a su fin y algunas ideas ilustradas se propagaban en España.

En la biblioteca de Francisco de Paula Rodríguez, de tamaño medio, se contabiliza un centenar de títulos y algo más de trescientos volúmenes. Fue inventariada en 1811 y valorada en 1814 por Francisco Sales del Castillo, conocido impresor de Sanlúcar de Barrameda.

La publicación de este inventario, junto a otros ya estudiados para otras ciudades, contribuye al mejor conocimiento de la mentalidad y los hábitos de lectura de la burguesía (comercial y funcionarial) y aristocracia de la época, así como acceder a los temas preferentes que se hallaban en estas bibliotecas privadas de la provincia de Cádiz, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. En Andalucía se hicieron pocos inventarios de bibliotecas particulares y otros no se han conservado[2]. Por ejemplo, en las ciudades de Cádiz[3] y Jerez de la Frontera[4] apenas existe documentación al respecto y son muy pocos los inventarios de librerías conservados[5]. En otros casos, en los inventarios sólo se anota el número total de libros (tomos o volúmenes) que poseía el fallecido, sin desglosarse por títulos o autores[6]. De momento, este inventario de Francisco de Paula Rodríguez es el único que se da a conocer para la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, donde aún no se han publicado otros estudios sobre las bibliotecas privadas. Esta ciudad, además, cuenta con el agravante de la pérdida de su archivo de protocolos[7], lo cual dificulta aún más el hallazgo de este tipo de documentación.

Entre los estudios sobre bibliotecas privadas, realizados para la Baja Andalucía, predominan los referidos a miembros del estamento eclesiástico[8], donde prevalecen los libros de temas religiosos, siendo muy exiguos los trabajos sobre bibliotecas privadas de carácter laico. Varias publicaciones, tanto en España[9] como en Andalucía, se han ocupado de algunas bibliotecas privadas de los siglos XVI y XVII[10]. Para los siglos XVIII y XIX se cuenta con algunas investigaciones, que son las que más pueden interesar a este estudio.

De gran utilidad, para la elaboración de este trabajo, han sido los estudios de Juan Antonio Moreno Arana sobre dos inventarios de bibliotecas privadas en Jerez de la Frontera, correspondientes a la segunda mitad del siglo XVIII. Son los referidos a Manuel del Calvario Ponce de León y Zurita, regidor de Jerez de la Frontera (1794), y Antonio Cabezas de Aranda y Guzmán, I Marqués de Montana (1785)[11]. En especial, este último trabajo ha resultado de mayor interés por el alto nivel de coincidencias halladas entre las bibliotecas de este jerezano y la librería de Francisco de Paula Rodríguez, así como en el perfil humano y profesional de sus propietarios.

Se incluye en este estudio la biblioteca del primer Seminario Conciliar del Arzobispado de Sevilla, establecido en Sanlúcar, entre 1831 y 1842, en la misma casa donde vivió Francisco de Paula Rodríguez en la calle Caballeros (actual zona principal del Palacio Municipal) y la casa aledaña, que fue financiado con su legado. Se trata de una biblioteca muy diferente a la anterior, que fue inventariada, sin valoración, en 1847, con motivo de la entrega de los bienes del legado de Rodríguez al Arzobispado de Sevilla por Real Orden de 23 de noviembre de 1846. Y, aunque en 1855, se mandó al Arzobispado devolver los bienes a la Fundación de Sanlúcar, todo parece indicar que estas bibliotecas, entre otros bienes, no se reintegraron a la Fundación, pudiendo haberse quedado, en principio, en la nueva sede del Seminario, reubicado en el edificio Maese Rodrigo, en la Puerta de Jerez de Sevilla, y más tarde en el palacio de San Telmo.

De carácter institucional eclesiástico y docente, esta biblioteca contaba con 903 títulos y 1.374 volúmenes. En su gran mayoría, los contenidos eran de temática religiosa. Cabría suponer que parte de esta librería también sería utilizada para la formación de los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza (1842-1847), establecido en el mismo lugar tras la marcha del Seminario a Sevilla. Asimismo, parece advertirse, por sus específicos contenidos temáticos, que un grupo de títulos de esta biblioteca podrían haber pertenecido a la, ya extinta por aquellas fechas, Sociedad Económica de Amigos del País de Sanlúcar.

 

1. Biblioteca de Francisco de Paula Rodríguez.[12]

La biblioteca de Francisco de Paula Rodríguez constaba de 99 títulos y 310 volúmenes, que la sitúan como una librería de tamaño mediano-bajo. De carácter ecléctico, destaca por su diversidad temática, hallándose libros de historia, religión, literatura, educación, economía, comercio o filosofía, entre otros asuntos.

Se trata de una biblioteca de selección personal, creada por Francisco de Paula Rodríguez según sus intereses espirituales y predilecciones literarias, sin que parezcan hallarse aportes hereditarios o afán de exhibicionismo social. El carácter ilustrado de varias obras podría deberse a sus inquietudes personales, así como a la influencia que Rodríguez pudo recibir durante su estancia en la Corte como Tesorero del Real Consejo de Hacienda, durante los años anteriores a su llegada a Sanlúcar, de lo que se derivaría también su pertenencia a la sanluqueña Sociedad Económica de Amigos del País, cuyo grupúsculo social, de talante ilustrado, fomentó la agricultura, la industria y el comercio en la ciudad, entre otros importantes logros impulsados por Manuel Godoy. Por otro lado, la vinculación a tierras murcianas de algún título parece provenir de su estancia en Cartagena (Murcia), durante el ejercicio de sus funciones militares.

Tras el fallecimiento de Francisco de Paula Rodríguez, se inventariaron los libros existentes en la biblioteca el 20 de junio de 1811, en cuya fecha aparece firmado por su viuda, Joaquina Sánchez, y los albaceas.[13] Tres años después, en 1814, se llevó a cabo la valoración de esta biblioteca, tarea que había quedado pendiente en 1811, cuando se elaboró el inventario general de bienes. La tasación corrió a cargo de Francisco Sales del Castillo, reconocido impresor en Sanlúcar, que fue nombrado por los albaceas testamentarios, aceptando éste el nombramiento como perito tasador de los libros, y procediendo a su valoración el día 11 de julio de 1814.[14] Sales del Castillo fue un impresor muy activo en Sanlúcar durante las primeras décadas del siglo XIX.[15]

La biblioteca fue valorada en 2.903 reales de vellón, cuya cifra se sitúa en la media de tasación de las bibliotecas jerezanas y sevillanas de la época[16]. Esta cantidad suponía un exiguo 0,05% respecto al capital global de activos de Francisco de Paula Rodríguez (5.211.001 reales), cuyos “bienes de confort”, en 1811, se valoraron en 120.215 reales, sin incluir la biblioteca. Tanto la valoración de la biblioteca, como su porcentaje respecto a la fortuna de Rodríguez, se aproximan a los datos referidos al jerezano Antonio Cabezas de Aranda, I marqués de Montana, militar, productor vitivinícola, ganadero y Fiscal Perpetuo de la Justicia de Jerez.[17]

Las coincidencias entre las personalidades y las bibliotecas de Francisco de Paula Rodríguez y el marqués de Montana quedan también plasmadas en algunas de sus facetas profesionales y sociales. Ambos se dedicaron a la vida militar, la vitivinicultura y el comercio; ostentaron cargos públicos; pertenecieron a las élites oligárquicas de Jerez y Sanlúcar; poseían el mismo nivel de fortuna, que superaba los cinco millones de reales; fallecieron casi a la misma edad sin descendencia; y los dos destinaron legados para fines educativos y benéficos[18]. Ambas bibliotecas presentan prácticamente el mismo número de obras: 97 y 99 títulos, respectivamente, coincidiendo algunos títulos, si bien ofrecen claras diferencias temáticas. Mientras que el total de volúmenes en la biblioteca de Rodríguez asciende a 310 tomos, la de Cabezas de Aranda alcanza los 214.[19]


jueves, 23 de noviembre de 2023

La Almona de Sanlúcar de Barrameda (siglo XVII), a punto de perderse por la construcción de un hotel

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar.

La Almona de Sanlúcar. Imagen: Google Eart

Recientemente se ha presentado el proyecto para la próxima construcción del hotel “JARDINES DE LA ALMONA” en Sanlúcar de Barrameda, por la empresa GRUPO SOLUCIONES, S.A., en el edificio histórico de La Almona de Sanlúcar, del siglo XVII, situado en calle Divina Pastora, cuyas noticias han alertado a numerosas personas preocupadas por la conservación del Patrimonio Histórico de la ciudad.

Según se ha podido constatar, por las imágenes publicadas de dicho proyecto, estas obras destruirán el monumento de La Almona o antigua Fábrica de Jabón, que posee Protección integral, en el Catálogo de Edificios Protegidos del actual PGOU de Sanlúcar de Barrameda, marcado como “A-3", es decir, el máximo nivel preservación de un bien cultural.

La Almona de Sanlúcar, edificada en el siglo XVII, está conformada por una edificación en dos plantas, que corre paralela a las calles Divina Pastora y de la Aldera, dibujando un U en planta. En el centro se sitúa un amplio patio donde se hallan dos antiguas naves que sirvieron para fabricación del jabón de Castilla, constituidas por galerías porticadas con arquerías y cubiertas abovedadas.


ESTADO ACTUAL DE LA ALMONA DE SANLÚCAR



Estado actual de La Almona. A la izquierda, las antiguas naves de fabricación del jabón.




Estas obras suponen una enorme agresión al Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, en base a que se eliminarán los destacados valores de este inmueble, que se consideran los siguientes:

VALORES HISTÓRICOS. El edificio histórico de la Almona posee un indudable valor histórico, no sólo por la fecha de su construcción, en el siglo XVII, aunque se tienen noticias de fabricación del jabón en Sanlúcar desde el XVI, sino por erigirse en la única Almona que se conserva en España con toda su estructura original del siglo XVII. Históricamente, la Almona se constituye en testigo insustituible del papel histórico que jugó Sanlúcar de Barrameda en la fabricación del jabón de Castilla por las casas ducales y sus relaciones comerciales durante la Edad Moderna. Además, el edificio ha tenido diferentes usos (bodega, residencia de colonias infantiles veraniega…), a partir del siglo XIX, que forman parte de la memoria colectiva de la población.

VALORES URBANOS Y ARQUITECTÓNICOS. El edificio de la Almona, por su gran extensión (1.600 m2 aprox.). protagoniza todo el entorno urbano llamado del Mazacote, y supone la transición de la ciudad urbana a las zonas periurbanas de la Jara. Tanto las dos portadas, recercadas y talladas en piedra, como los numerosos vanos que se abren en su fachada son de tipología propiamente barroca con características especiales, que no se pueden perder. Sus tejados son de teja curva o árabe en los que se abren tres mansardas superiores, que en el proyecto de obras se multiplican desfigurando la imagen original de la edificación, aunque intenta imitarlo, jamás será igual al primitivo.

Destacan, arquitectónicamente, las dos naves del jabón, por sus excepcionales caracteres constructivos: arcos de diversas formas y bóvedas también de diversa índole. Estas naves son únicas en toda la comunidad de Andalucía. Lamentablemente, en 2003 fue demolida de forma ilegal otra nave aledaña a las existentes, con motivo de otro proyecto para construir otro hotel, que finalmente no se llevó a cabo.

VALORES ANTROPOLÓGICOS. Este edificio es el último testigo que nos queda a los andaluces para conocer el proceso de la fabricación de jabón de Castilla en Andalucía desde el siglo XVI, cuyo producto se exportó a América y a otros países. Por tanto, su conservación mantendría vivo estas formas y usos de hacer el jabón tradicional, a fin de garantizar su conocimiento por las futuras generaciones.

Todos estos valores desaparecerán con las obras del hotel proyectado, que alterará por completo la estructura original del bien, puesto que se prevé la construcción, tanto en las naves preexistentes como en un edificio de nueva planta a edificar en el solar que dejó la demolición ilegal de otra antigua nave del jabón en 2002, un total de unas 132 habitaciones de hotel con sus correspondientes 132 cuartos de baño, fragmentando completamente el inmueble en favor de la especulación hotelera. Además, se proyecta la construcción de “una Suite Junior, un spa wellness y parking subterráneo de 38 plazas”. Según la empresa, 1.771 m2 construidos.


IMÁGENES DEL PROYECTO DE HOTEL EN LA ALMONA



domingo, 24 de septiembre de 2023

Viñas, bodegas y vinos de Francisco de Paula Rodríguez, entre 1811 y 1855, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).




Primeras bodegas documentadas en la provincia de Cádiz, con sistema de criaderas y solera, para la crianza del vino blanco Manzanilla y vinos de color.

 

Ana Gómez Díaz-Franzón

Dra. Historia del Arte

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Actualización: 30 de septiembre de 2003 (color azul).

Bodega “Colegio”. Calles Cuartel Viejo-Santiago (Barrio Alto). Entre 1853 y 1875 perteneció a la Fundación Francisco de Paula Rodríguez. Destaca la cubierta, de raigambre mudéjar, con par y nudillos y tirantes. Actualmente es propiedad de Bodegas Barbadillo. Foto: Juan Carlos Rivero.


“No faltan ya en España almas elevadas que conociendo el mérito y la dignidad de la Agricultura, comiencen a promoverla con entusiasmo. Baste citar para honor de este periódico al Señor Don Francisco de Paula Rodríguez, que renunciando el alto empleo de Tesorero General de S. M., volvió como los héroes de Roma, á cultivar con gloria el campo de sus padres;” (Esteban de Boutelou. Semanario de Agricultura y Artes, 1808).

 

Francisco de Paula Rodríguez (1755-1811), natural de Sevilla, realizó la carrera militar y estuvo destinado en Cartagena varios años como Guardalmacén, donde llegó a ser Comisario de Guerra honorario, e Intendente honorario de Provincia de Primera Clase. En 1797 fue nombrado Tesorero General del Real Consejo de Hacienda, pasando a residir en Madrid; y en 1798 sería distinguido con la Real Orden de Carlos III.

Recién llegado a Sanlúcar, hacia 1800, Rodríguez mostró una clara voluntad de convertirse en empresario agrícola y vitivinicultor, además de practicar otras facetas como comerciante y financiero. Para ello adquirió tres bodegas aledañas a su casa residencial de la calle Caballeros, situadas en la calle Almonte o calle Hospital de la Madre Ignacia. A éstas se sumaban otras dos bodegas existentes en la hacienda de Brevas o El administrador, cuya finca compró en los mismos años, donde también disponía de lagares para la vendimia y alambique para elaborar aguardientes.

El presente trabajo se fundamenta en el análisis de cuatro inventarios realizados post mortem de Francisco de Paula, en 1811[1], y de su viuda, Joaquina Sánchez, en 1822[2]; así como los practicados en 1847[3], con motivo de la entrega de los bienes de la Fundación al Arzobispado de Sevilla por Real Orden; y en 1855[4] realizado para proceder a la devolución de aquellos bienes a la Fundación sanluqueña. De estos inventarios se ha extraído toda la información concerniente a la actividad vitivinícola de Francisco de Paula Rodríguez y, más tarde, de la Fundación que lleva su nombre, constituida tras la muerte de su esposa, en 1822, con el fin de aplicar los beneficios de sus bienes a la creación de un colegio de segunda enseñanza en Sanlúcar, según la última voluntad del fundador.

La importancia de los datos que ofrecen estos inventarios resulta de gran interés para la historia del vino en Sanlúcar y la provincia de Cádiz. Tanto por la temprana fecha del inventario post mortem de Francisco de Paula Rodríguez, en 1811; como por la minuciosidad con que están realizados los cuatro documentos, al incluirse el desglose de cada bodega, sus tipos de vinos, vasijas y enseres, la organización de los interiores bodegueros y sus respectivas valoraciones. Esta documentación corrobora el carácter pionero del establecimiento en Sanlúcar de Barrameda del sistema de crianza dinámico, denominado “de criaderas y solera”, tanto para la elaboración del vino blanco Manzanilla, de crianza biológica bajo “velo de flor”, como para los vinos de color. El Manzanilla, vino exclusivo de Sanlúcar, ya era muy popular en la ciudad de Cádiz durante las últimas décadas del siglo XVIII, de tal modo que el insigne botánico Esteban de Boutelou aludirá a estos “famosos vinos blancos”[5] de Sanlúcar en su obra de 1807.

Estos cuatro inventarios, en su vertiente vitivinícola, en especial los de 1811 y 1822, se constituyen en los primeros documentos, publicados hasta la fecha en la provincia de Cádiz, donde se recoge el contenido vinícola y la organización interna de un grupo de bodegas ubicadas en el núcleo urbano de Sanlúcar y en la finca El Administrador (términos de Rota y Chipiona).

Buena parte de los vinos que contenían estas bodegas, en 1811 y 1822, eran vinos blancos sobre soleras, como “vino blanco añejo sobre soleras” o “vino de color añejo sobre soleras” (véase Anexo I). Estos vinos blancos que podemos considerar Manzanilla, tal como se le venía llamando en Cádiz desde el siglo XVIII y cuyo nombre costó bastantes años en ser adoptado por los vinateros de Sanlúcar, si bien el Manzanilla de Sanlúcar (como se llamó a este vino desde su nacimiento, aunque a lo largo del siglo XIX el término se feminizará: “la Manzanilla) aparece con esta denominación en la prensa desde los primeros años del siglo XIX, siendo comercializado en Cádiz, Sevilla, Madrid y otras ciudades españolas.[6]

Las especificaciones de que estos vinos blancos y vinos de color se hallaban “sobre soleras” nos indica que, ya a principios del siglo XIX, estaba plenamente asentada en Sanlúcar la crianza de vinos mediante este nuevo sistema dinámico de criaderas y solera, el cual se extenderá pronto a otras ciudades de la zona -Jerez de la Frontera o El Puerto de Santa María-, constituyendo el punto de partida para el despegue de la industria vitivinícola gaditana, pues la mezcla de vinos de varias cosechas permitirá la comercialización de vinos a gran escala.

Junto al inventario 1847 se conserva una “Relación de los bienes de la Fundación”, que finaliza con una “Nota” (sin firma), tras el resumen de las entradas y gastos de las bodegas. En ella se trata sobre la dificultad de apreciar los vinos existentes en las bodegas, al tiempo que queda explicitada la crianza del vino blanco o “Mansanilla” mediante el sistema de criaderas y solera (aún no llamado con estos términos), otorgándosele una gran importancia a la antigüedad de las soleras o “vinos madre” de la Fundación:

Es muy difícil si no imposible fijar el número de @ de vinos que anualmente pueden venderse y sus precios con aproximación, porque es un negocio mercantil que depende de las circunstancias en que se halla el mercado; sin embargo en la necesidad de formar un cálculo se ha tomado por tipo en las ventas de vinos que quedan sentadas [inventariadas] dar una salida igual a la entrada en las bodegas, del mosto que anualmente produce la viña de la Hacienda del Administrador, reducidas las mermas naturales y fijar un precio moderado con arreglo a que suelen tener los vinos que se despachan comúnmente de la clase de mansanilla o blanco, pueden venderse más número de arrobas que las producidas por la Hacienda y a precios más ventajosos, porque así lo permite las soleras perfectamente montadas donde hay vinos blancos que hoy suben de cuarenta rs @, y de color que llegan a pasar de sesenta, y lográndose una buena coyuntura se compra vino nuevo para reponer al que se vende, y el producto líquido puede duplicarse del que va señalado sin perjudicar las soleras; en el caso de que no haya una salida igual a la entrada de la Hacienda, el producto líquido será menor que el que va designado, pero el capital aumentará en @ y en calidad. Los vinos siendo de buena calidad y con soleras antiguas, como sucede a los de la fundación, adquieren progresivamente mérito en proporción a su antigüedad y, aunque tiene mermas, las recompensa su calidad con mucha ventaja, pudiendo asegurarse que las Bodegas de la fundación, en proporción a sus soleras, podrán producir con arreglo a su capital teniendo unas ventajas regulares...[7]

En la historiografía vitivinícola de la provincia de Cádiz, no se han publicado, hasta el momento, inventarios de bodegas para esta época, donde se recuenten de manera meticulosa las existencias vinícolas y su disposición en el interior de estos edificios industriales, de forma que no pueden establecerse posibles parangones.