Desde el templo del Lucero: ¿Es el vino Fino una imitación de la Manzanilla de Sanlúcar?

martes, 3 de septiembre de 2024

¿Es el vino Fino una imitación de la Manzanilla de Sanlúcar?

¿Debería prohibirse la elaboración de todo vino Fino por ser igual a la Manzanilla? 


Opinión Vinos de Sanlúcar.

Este artículo puede descargarse en PDF en Academia.edu




En los últimos años, desde el Consejo Regulador de las dos D.O.P. (Denominación de Origen Protegida) “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda” y “Jerez-Xérès-Sherry”, se ha querido equiparar la Manzanilla de Sanlúcar con el Fino, tipo de vino incluido en la D.O.P. "Jerez-Xérès-Sherry", que hoy se ha generalizado en diversas comarcas de Córdoba, Huelva, entre otras.

Desde el propio Consejo, a través de sus notas de prensa, se vienen parangonando constantemente finos y manzanillas, como por ejemplo: “El Consejo Regulador comparte secretos de los maridajes de finos y manzanillas”, teniendo siempre cuidado en que aparezcan el término “Fino” en primer lugar en estos titulares. Por su parte, en la prensa generalista y revistas especializadas suelen aparecer titulares como “Seis excelentes finos y manzanillas en rama para disfrutar de las ferias” … Son numerosísimos los ejemplos que podrían ponerse.

Ante esta igualación, también son muchos los medios y revistas donde se preguntan por las diferencias que existen entre una Manzanilla y un Fino.

Ambos vinos se han querido equiparar de tal modo que el pleno del Consejo Regulador, con sede en Jerez, que gestiona las dos Denominaciones de Origen, ha decidido prohibir a Sanlúcar elaborar vino Fino pues, según esta entidad, el Fino “es el mismo vino que la Manzanilla”. Por tanto, se hacen la siguiente pregunta argumental: ¿Cómo se va a hacer en una ciudad dos vinos iguales con distinto nombre? En base a ello, el Consejo ha solicitado a Europa que se prohíba a las bodegas sanluqueñas elaborar vino Fino, el cual se viene haciendo en Sanlúcar desde hace más de un siglo.

Esta decisión, arbitraria y unilateral, rebeló, inicialmente, a las bodegas productoras sanluqueñas, que afirmaron sobre este acuerdo que se trataba de “el mayor ataque sufrido por una D.O. andaluza”.[1]

 



              En esta entrevista[2] a César Saldaña, presidente del Consejo Regulador, no se sabe si ofende más a Sanlúcar la pregunta de la entrevistadora, que parece apuntar a una posible desaparición de la D.O. “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda”, que la respuesta del entrevistado: “Si se necesita o no, no voy a entrar”. ¿Cómo no va a entrar el presidente del Consejo en la necesidad de existir de una D.O. que gestiona él mismo? Quien calla, otorga. ¿Qué quiere decir Saldaña cuando afirma que las circunstancias han cambiado respecto a 1964? ¿Acaso están pensando en fulminar la D.O. "Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda" y que este vino pase a ser un "tipo de jerez", que es lo que vienen promocionando en las últimas décadas? Y, no, no es cierto que la Manzanilla “forme parte de la riqueza de los vinos de Jerez”. Sencillamente, porque no es un vino de Jerez, porque la Manzanilla es un vino exclusivo de Sanlúcar de Barrameda.

            Todo parte de un informe técnico elaborado por Fedejerez en 2017, que fue aprobado por el Pleno del Vino del Consejo Regulador, ratificado por las cooperativas del Marco (FAECA) a excepción de "La Caridad", en el cual se afirma literalmente que no hay diferencia alguna entre el Fino y la Manzanilla. Desde Bodegas de Sanlúcar responden: “De ser cierto, que por supuesto no lo es, tendría unas grandísimas consecuencias, que es qué sentido tendría tener dos D.O. diferentes si ambos vinos son lo mismo. Una de las dos D.O. sobraría”.[3]



La Asociación de Bodegas de Sanlúcar anunció la presentación, ante la Consejería de Agricultura, de un recurso de alzada contra este acuerdo del pleno del Consejo Regulador, por el que a propuesta de la patronal bodeguera Fedejerez y las cooperativas del Marco se establece que entre el fino y la manzanilla no existe ninguna diferencia, en contra de lo alegado por la "Comisión de la Manzanilla" del Consejo.

En virtud de este acuerdo, “Fino y Manzanilla son el mismo vino ya que comparten la misma zona de producción, la misma varietal de uva, el mismo sistema de crianza y, en definitiva, el mismo vínculo geográfico, describiéndose además de forma idéntica en los pliegos de condiciones”.[4]


Así las cosas, ahora sólo queda esperar que la Comisión Europea determine si procede prohibir la elaboración de Fino en Sanlúcar.

En el mismo año, 2021, las bodegas de Sanlúcar, a través de Fermín Hidalgo y Gabriel Raya, presidente y portavoz de la Asociación Profesional de Bodegas de Sanlúcar esgrimían que “Si existiese la ética, no tomarían decisiones contra nuestra D.O.”. Y continúan afirmando: “La pugna con Jerez tras la decisión adoptada en el Pleno de equiparar el Fino a la Manzanilla ha sido la gota que ha colmado el vaso de las bodegas locales”, que han abogado por la creación de un Consejo Regulador de la Manzanilla de Sanlúcar, independiente de Jerez, tal como se creó en 1933 junto a su propio Consejo Regulador (siendo anulados poco más tarde); o, al menos, la creación de un Pleno independiente para la Manzanilla.[5]

Así, las bodegas sanluqueñas anunciaron que iban a interponer recursos administrativos en primera instancia, estando dispuestos a agotar todas las vías a su alcance en defensa de un sector estratégico para la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, valorándose en 2020 denunciar el acuerdo del Pleno, entre otros, ante la Agencia de la Competencia y de la Regulación Económica de Andalucía.”[6] Actualmente, 21 bodegas producen Manzanilla en Sanlúcar.

Acuerdo adoptado por las bodegas de Sanlúcar para solicitar a la Junta de Andalucía un Consejo Regulador propio para la D.O. Manzanilla de Sanlúcar. (2021).


A pesar de estos anuncios, manifiesto y afirmaciones, nada se ha sabido en los últimos tres años sobre los posibles recursos presentados por las bodegas de Sanlúcar. El proceso ha seguido su curso y ahora sólo está pendiente de la resolución europea la prohibición de hacer vino Fino en Sanlúcar.

A esta equiparación de ambos vinos, se suma la tendencia de las últimas décadas de hacer creer, erróneamente, al consumidor que la Manzanilla de Sanlúcar es un tipo de Jerez, un sherry, incluso un “tipo de Fino” (dicen algunos), a pesar de tener su propia Denominación de Origen desde 1964, que diferencia claramente a la Manzanilla de los tipos de vinos integrados en la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry, los cuales también se elaboran en Sanlúcar (Fino, Amontillado, Oloroso, Pedro Ximénez, Moscatel…). Sobre este último asunto puede consultarse el artículo “Se llama Manzanilla de Sanlúcar y no es un “jerez”.[7]

La creencia, entre el consumidor medio, que la Manzanilla es un vino de Jerez, un Sherry, se encuentra completamente generalizada, incluso entre los escritores de vinos. Por ejemplo, entre los muchos que se podrían poner, en este mismo año 2024, en un artículo del periódico El Mundo, se afirma que la manzanilla Leona de Bodegas Manjón (Sanlúcar) es un “vino de Jerez”.[8]

La cuestión no es baladí. Pues, por una parte, al considerar la Manzanilla como un sherry se cargan de un plumazo la identidad de un vino tricentenario como es la Manzanilla de Sanlúcar; y, por otro, la equiparación de Fino con Manzanilla afecta negativamente a la economía de las bodegas sanluqueñas que también elaboran vino Fino (hasta ahora), por estar acogido, junto a otros tipos de vinos, a la D.O. Jerez-Xérès-Sherry. Ambos asuntos dañan a Sanlúcar, cultural, productiva y económicamente. A las bodegas sanluqueñas se les ha impuesto el límite del año 2030 para que se deshagan de sus existencias de Fino.

¿A qué se debe esta igualación vínica? ¿A qué intereses económicos atiende? ¿A qué empresas favorece? ¿Tendrá algo que ver que la Manzanilla de Sanlúcar venga siendo durante los últimos años el vino más vendido del "Marco de Jerez” en el mercado nacional?

En los últimos Pliegos de Condiciones (que se modifican con gran frecuencia), que regulan la elaboración de estos vinos, se definen el vino Fino y el vino Manzanilla del siguiente modo:

 

DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE MANZANILLA Y FINO

Pliego de Condiciones de la D.O.P. “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. (10/3/2023)[9]

Pliego de Condiciones de la D.O.P. "Jerez-Xérès-Sherry / Jerez / Xérès / Sherry"(16/3/2023)[10]

MANZANILLA

FINO

B.1. Tipos de vino y Descripción.

Vino generoso de licor

Vino de crianza biológica que se desarrolla durante un mínimo de dos años en bodegas situadas en el término municipal de Sanlúcar de Barrameda.

Vino generoso de licor

Vino de crianza exclusivamente biológica.

B.3. Características organolépticas.

• Vista: limpio, con tonalidades que van del amarillo pajizo al ámbar.

• Aroma: deberá presentar al menos dos de los siguientes aromas propios de la crianza biológica: flores blancas, frutos secos o levadura (masa fresca de pan). Puede presentar también notas de madera noble envinada.

• Sabor: seco y de sensación salina en boca, pudiendo ser ligeramente ácido y amargo

• Vista: limpio, con tonalidades que van del amarillo pajizo al ámbar.

• Aroma: deberá presentar al menos dos de los siguientes aromas propios de la crianza biológica: manzana verde, frutos secos o levadura (masa fresca de pan). Puede presentar también notas de madera noble envinada.

• Sabor: seco, pudiendo ser ligeramente ácido y amargo.

B.2. Características analíticas.

• Contenido alcohólico entre 15 y 17 % vol.

• Contenido en azúcar inferior a 4 g/L expresado en glucosa y fructosa.

El resto de los parámetros analíticos habrán de ajustarse a los límites legales.

• Contenido alcohólico entre 15 y 17 % vol.

• Contenido en azúcar inferior a 4 g/L expresado en glucosa y fructosa.

El resto de los parámetros analíticos habrán de ajustarse a los límites legales.

 

Como puede observarse en el Cuadro anterior, las diferencias [en negrita] entre Fino y Manzanilla son mínimas y sólo responden a algunos matices organolépticos, susceptibles de ser redefinidos o reinterpretados por cualquier enólogo o catador.

 

¿Qué nos dice la historia sobre estos dos vinos?

En Sanlúcar, como en toda la comarca, se producen vinos desde época fenicia, estando documentada su comercialización desde la Edad Media.[11]

La antigüedad de la Manzanilla respecto al Fino es inapelable.

Por la documentación existente hasta el momento, sabemos que el vino Manzanilla nació en la segunda mitad del siglo XVIII con una estrecha vinculación a las tiendas de montañeses de Cádiz. En esta ciudad se ha localizado la primera mención al vino sanluqueño en un documento administrativo del Ayuntamiento de Cádiz de 1781[12]. Asimismo, la Manzanilla aparece en varios sainetes del gaditano Juan Ignacio González del Castillo (Cádiz, 1763 – 1800), pertenecientes a la segunda mitad del siglo ilustrado, pues, aunque estas obras no están fechadas, el autor las escribió antes de 1800, año de su fallecimiento[13]. Por tanto, durante las últimas décadas del siglo XVIII, el Manzanilla será uno de los vinos más populares de la ciudad de Cádiz., de tal modo que el insigne botánico Esteban de Boutelou aludirá a estos “famosos vinos blancos” de Sanlúcar[14] en su obra de 1807.

El mismo Esteban de Boutelou define y alude al Manzanilla en varias ocasiones en 1807:

“Se distinguen los vinos de Xerez y de Sanlúcar en vinos dulces, en vinos secos, y en vinos blancos de manzanilla.”[15]

“Los vinos de manzanilla deben ser muy claros, blancos, sin viso, transparentes, cristalinos, muy aromáticos, suaves, blandos en el paladar; deben ser poco fuertes, pero deben calentar en el estómago. Satisfacen estos vinos a la vista y al olfato, antes que al paladar. Los montañeses saben el arte de adobar y preparar los vinos de manzanilla, de manera que tomen la fragancia que tanto aprecian los gaditanos”[16].

Con estos datos cabe vincular el nacimiento de la Manzanilla a la crianza biológica “bajo velo de flor” (levaduras), así como con perfeccionamiento y normalización del sistema de crianza dinámico de la Manzanilla.

Este actual sistema de elaboración, mediante criaderas y solera -extendido más tarde a toda la comarca jerezana y para otras clases de vinos- del vino blanco de crianza (Manzanilla) parece estar bien asentado en Sanlúcar en 1801, tal como lo describe Agustín Fernández en el Semanario de Agricultura y Artes:

Al vino de color se le da por Mayo otro trasiego y otro por Agosto; pero al blanco, en sacándolo de las lías, no se le debe remover sino para echarlo sobre soleras; es decir sobre el vino más añejo, con lo cual se adelanta mucho; […]. Los vinos por sí solos a los tres años están formados y capaces de llevarse a todas partes; pero algunos cosecheros venden al año a otros que tienen criaderas, y que abrigándolos en toneles, con la fortaleza de estos se crían más pronto, y se hacen mejores. A más de este beneficio que de pronto reciben, los pasan a otros toneles de más edad, y en breve adquieren una calidad superior que los hace muy apreciables para enviarlos al Norte o a la América; bien que los que comúnmente se embarcan son los de los primeros toneles.[17]

La documentación sobre las bodegas sanluqueñas de Francisco de Paula Rodríguez -cuatro inventarios post mortem-, recientemente publicada, corrobora el carácter pionero del establecimiento en Sanlúcar de Barrameda del sistema de crianza dinámico, denominado “de criaderas y solera”, tanto para la elaboración del vino blanco Manzanilla, de crianza biológica bajo “velo de flor”, como para los vinos de color. Estos cuatro inventarios, en su vertiente vitivinícola, en especial los de 1811 y 1822, se constituyen en los primeros documentos, publicados hasta la fecha en la provincia de Cádiz, donde se recoge el contenido vinícola y la organización interna de un grupo de bodegas ubicadas en el núcleo urbano de Sanlúcar y en la finca denominada El Administrador (términos de Rota y Chipiona).[18]

Buena parte de los vinos que contenían estas bodegas, en 1811 y 1822, eran vinos blancos sobre soleras, como “vino blanco añejo sobre soleras” o “vino de color añejo sobre soleras”. Estos vinos blancos que podemos considerar Manzanilla, tal como se le venía llamando en Cádiz desde el siglo XVIII, y cuyo nombre costó bastantes años en ser adoptado por los vinateros de Sanlúcar, aparece con esta denominación en la prensa desde los primeros años del siglo XIX, siendo comercializado ya entre 1812 y 1814 con el nombre de Manzanilla, en Sevilla y Madrid, respectivamente, entre otras ciudades españolas.[19]

Las especificaciones de que estos vinos blancos y vinos de color se hallaban “sobre soleras”, nos indica que, ya a principios del siglo XIX, estaba plenamente asentada en Sanlúcar la crianza de vinos mediante este nuevo sistema dinámico, el cual se extenderá pronto a otras ciudades de la zona -Jerez de la Frontera o El Puerto de Santa María-, constituyendo el punto de partida para el despegue de la industria vitivinícola gaditana, pues la mezcla de vinos de varias cosechas permitirá la comercialización de vinos a gran escala. 

Junto al inventario de 1847 de la testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez, se conserva una “Relación de los bienes de la Fundación Francisco de Paula Rodríguez”, que finaliza con una “Nota” donde se trata sobre la dificultad de apreciar los vinos existentes en las bodegas, al tiempo que queda explicitada la crianza del vino blanco o “Mansanilla” mediante el sistema de criaderas y solera (aún no llamado con estos términos), otorgándosele una gran importancia a la antigüedad de las soleras o “vinos madre” de la Fundación:

Es muy difícil si no imposible fijar el número de @ de vinos que anualmente pueden venderse y sus precios con aproximación, porque es un negocio mercantil que depende de las circunstancias en que se halla el mercado; sin embargo en la necesidad de formar un cálculo se ha tomado por tipo en las ventas de vinos que quedan sentadas [inventariadas] dar una salida igual a la entrada en las bodegas, del mosto que anualmente produce la viña de la hacienda del Administrador, reducidas las mermas naturales y fijar un precio moderado con arreglo a que suelen tener los vinos que se despachan comúnmente de la clase de mansanilla o blanco, pueden venderse más número de arrobas que las producidas por la hacienda y a precios más ventajosos, porque así lo permite las soleras perfectamente montadas donde hay vinos blancos que hoy suben de cuarenta rs @, y de color que llegan a pasar de sesenta, y lográndose una buena coyuntura se compra vino nuevo para reponer al que se vende, y el producto líquido puede duplicarse del que va señalado sin perjudicar las soleras; en el caso de que no haya una salida igual a la entrada de la hacienda, el producto líquido será menor que el que va designado, pero el capital aumentará en @ y en calidad. Los vinos siendo de buena calidad y con soleras antiguas, como sucede a los de la Fundación, adquieren progresivamente mérito en proporción a su antigüedad y, aunque tiene mermas, las recompensa su calidad con mucha ventaja, pudiendo asegurarse que las bodegas de la fundación, en proporción a sus soleras, podrán producir con arreglo a su capital teniendo unas ventajas regulares...”[20]

En los primeros años del siglo XIX, Francisco de Paula Rodríguez participó de pleno en las actividades organizadas por la sanluqueña Sociedad Económica de Amigos del País, fundada en 1781, cuyos miembros llevaban algunos años enfrascados, entre otras reformas de la industria y la educación, en la investigación y perfeccionamiento del cultivo de las viñas y la crianza de los vinos blancos en Sanlúcar, que ya se consumían en Cádiz por estas fechas con el nombre de Manzanilla.

Fruto de estas pesquisas parece ser el manuscrito titulado Tratado de las viñas del término de esta ciudad de Sanlúcar de Barrameda; especies de uvas que crían; calidades de tierras en que están situadas; modo de preparar estas para plantarlas; método de labrarlas; y últimamente, el de hacer la vendimia y criar sus vinos, fechado en 1784, y redactado por la Económica, cuya autoría ha sido atribuida tanto a Francisco Terán como a Lucas Marín Cubillo, destacados miembros de la Sociedad Económica sanluqueña[21]. Este Tratado, se refiere, entre otras cuestiones, a los vinos blancos y a las investigaciones que sobre ellos se estaban desarrollando en el seno de la Sociedad:

“Aún los vinos blancos que de la fermentación salen claros, sueltos y sanos se suelen, por la mayor parte ahilar, en la estación del verano próximo y algunos aún con el frío; de suerte que hasta tener dos años cumplidos, siempre se les nota varias mutaciones de ahilarse, soltarse, alecharse, etc. pero los que consiguen triunfar de todos estos contratiempos, son en lo sucesivo los más apreciables por su buen gusto y fragancia.

Los pocos vinos blancos que, por su mucha salud, nunca se ahílan, son prestos olorosos y consumibles, objeto al que se encamina la solicitud de esta Real Sociedad, conociendo el gran perjuicio que experimentan los cosecheros teniendo almacenados dos años sus vinos blancos, sin poder usar de ellos, por sus antedichas mutaciones.”[22]

También Esteban de Boutelou se refiere a estas investigaciones llevadas a cabo por la Sociedad Económica: “Es muy digna empresa de la Sociedad patriótica de Sanlúcar el discutir con experimentos el verdadero mérito de las prácticas locales.”[23]

Todo parece indicar que estos estudiosos vitivinicultores de la Sociedad sanluqueña lograron subsanar los problemas suscitados en torno a la crianza biológica del vino blanco o Manzanilla, pues en 1811 se criaba en las bodegas de Francisco de Paula Rodríguez “vino blanco trasañejo de tres y cuatro años”, probablemente por la invención y mejora del sistema de criaderas y solera para su elaboración.

 

Durante el siglo XIX la Manzanilla de Sanlúcar estuvo considerada como uno de los vinos generosos españoles “de primer orden”, según se desprende de la prensa consultada para la historia de la Manzanilla en el siglo XIX[24]. Este vino, con más de dos siglos y medio de historia, sigue siendo hoy el más consumido en el mercado nacional, entre los que comercializa el denominado “Marco de Jerez”[25].

En una época donde eran muy frecuentes las imitaciones y falsificaciones, de la provincia de Cádiz están presentes, en la prensa consultada para la historia de la Manzanilla en el siglo XIX, de forma constante, en los establecimientos madrileños y otras ciudades, los tipos de vinos más populares que se elaboran por aquellas fechas en esta comarca vitivinícola gaditana: Manzanilla de Sanlúcar, Jerez, Jerez Seco, Tintilla de Rota, Pajarete, Moscatel de Jerez y Moscatel de Sanlúcar.

En cuanto a los tipos de vinos clásicos de esta comarca, según la documentación hemerográfica consultada, en un artículo de 1820 aparece la primera mención al “Amontillado” de Jerez; en 1867, en El Lloyd español (importación de vinos españoles en New-York) se consigna el “Oloroso” como tipo de vino de Jerez, que en estos años estaría destinado a la exportación.

Frente a las 2.000 menciones localizadas en la prensa a la Manzanilla de Sanlúcar, a lo largo del siglo XIX, se han hallado cuatro menciones del “Fino”, como tipo de vino de Jerez. La primera pertenece a 1877, en un artículo de José Navarrete sobre los vinos de la bodega Misa de Jerez; la segunda se refiere al “Fino Palma” de la bodega Castellón y Abollado de Jerez y se anuncia entre 1881 y 1882 en el establecimiento “Los Jerezanos” (Madrid); la tercera es de 1894, en cuya fecha se halla un “Fino pálido” en un anuncio de los vinos que se vendían en el establecimiento “La Negrita” de Madrid; y la cuarta se refiere al “Fino Brillante” que se localiza en el artículo “El comercio español en Buenos Aires” (1899); además de otra referencia al Fino de Pedro López, de Córdoba, en un anuncio del establecimiento “Las Colonias” de Carlos Prast (1877-1878). 

Por otro lado, la conocida marca de vino Tío Pepe de la bodega jerezana González Byass se nombra en varias ocasiones, siendo la primera en 1859, cuando se vendía en el establecimiento Tudela de Madrid, aunque ninguna cita de esta marca aparece asociada al tipo de vino “Fino”.[26] Al parecer, por estos años del siglo XIX, al vino Fino se le llamará “Jerez Pálido”. Ya en las últimas décadas de esta centuria comenzarán a generalizarse los vinos Finos (varias marcas registradas por González Byass en 1885-1888).

 

Conclusiones

De lo dicho y documentado, hasta el momento, se pueden extraer las siguientes conclusiones:

 

1ª La Manzanilla de Sanlúcar nace en la segunda mitad del siglo XVIII.

2º Con la Manzanilla de Sanlúcar se crea el sistema de crianza biológica "bajo velo de flor".

3ª En Sanlúcar nace el sistema de criaderas y solera, para vinos blancos o Manzanillas y para vinos de color, cuyo sistema de crianza está extendido hoy por diversas comarcas vitivinícolas.

4ª El vino Fino aparece en la segunda mitad del siglo XIX, como imitación de la Manzanilla, elaborado del mismo modo. De ahí sus similitudes organolépticas.

5ª. Con la creación de la D.O. Jerez-Xérès-Sherry y el Consejo Regulador, 1933-1935, las bodegas de Sanlúcar se sitúan bajo su amparo, por lo que en esta ciudad se vienen elaborando todos los tipos de vinos acogidos la D. O. Jerez-Xeres-Sherry, Fino incluido. Cabe recordar aquí que en 1933 también se constituyó la D.O. "Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda" con su propio Consejo Regulador, pero alguna "mente lúcida" hizo ver las coincidencias entre ambas D.O., terminando las entidades sanluqueñas por disolverse en favor de Jerez. (José Luis García Ruiz, 2016: 22-24).

6ª. Si el pleno del Consejo Regulador ha decidido que la Manzanilla y el Fino son dos vinos iguales y que, por esta razón, se debe prohibir a las bodegas de Sanlúcar la elaboración de Fino, no cabe más que responder que, ante dos vinos iguales, debe prevalecer el sentido común y el criterio de prelación o mayor antigüedad, aún más si se tiene en cuenta que uno es una imitación del otro.

7ª Si la Manzanilla es un siglo más antiguo que el Fino, y éste su imitación, los que deberían prohibirse son todos los vinos Finos, que se elaboran en la actualidad, en las diferentes comarcas españolas, con las mismas características, pues todos derivan de un hecho común: la imitación de la Manzanilla.

8ª Puesto que las imitaciones y/o falsificaciones de los vinos están prohibidas por la actual Ley de la Viña y el Vino 2003, no sólo debería prohibirse elaborar Fino en Sanlúcar, sino en todas aquellas comarcas vitivinícolas españolas donde se elabore este vino con las mismas características que la Manzanilla de Sanlúcar. 


Es más que probable que estas consideraciones históricas no lleguen a ningún sitio, aún menos a la Comisión Europea, que ha de resolver pronto sobre la prohibición de elaborar vino Fino en Sanlúcar. Sin embargo, ante esta decisión del Consejo Regulador que se evidencia completamente injusta, arbitraria y unilateral, sirvan estas palabras para defender, con argumentos históricos, los vinos de Sanlúcar de Barrameda, uno de sus motores económicos, y para reivindicar el gran valor histórico la marca “Sanlúcar” frente a la sempiterna y grandilocuente marca “Jerez”.

 

 

Ana Gómez Díaz-Franzón

Historiadora



NOTAS

[1] Diario de Jerez (23 de enero de 2021).  https://www.diariodejerez.es/jerez/bodegas-sanlucar-recurren-acuerdo-fino-manzanilla_0_1540346479.html En el mismo pleno se equiparaba la zona de producción a la zona de crianza, que ya es un hecho.

[2] Inma Garrido: “César Saldaña: «El vino de Jerez tiene que encontrar su sitio: brillar en la mesa», en The Objetive (12/05/2022). https://theobjective.com/lifestyle/gastronomia/2022-05-12/cesar-saldana-vino-jerez/

[3] Sanlúcar Información. “Noticias de Sanlúcar” (12 de febrero de 2021). https://sanlucarinformacion.es/sanlucar/950751/si-existiese-la-etica-no-tomarian-decisiones-contra-nuestra-do/

[4] Ibidem.

[5] Sanlúcar Información: “Si existiese la ética, no tomarían decisiones contra nuestra D.O.” (12/02/2021) https://sanlucarinformacion.es/sanlucar/950751/si-existiese-la-etica-no-tomarian-decisiones-contra-nuestra-do/

[6] Sanlúcar Información: “Bodegas sanluqueñas acudirán a los tribunales en defensa de sus intereses” ( 23/12/2020) https://andaluciainformacion.es/cadiz/940242/bodegas-sanluquenas-acudiran-a-los-tribunales-en-defensa-de-sus-intereses/?fbclid=IwAR1jpSFkL…

[7] Ana Gómez Díaz-Franzón: “Se llama “Manzanilla de Sanlúcar” y no es un “jerez”, en Desde el templo del Lucero. Revista de Historia y Patrimonio Histórico (19 abr 2022). 

[8] Laura S. Lara: “Una manzanilla, un cava, un albariño y una garnacha, vinos del verano según la sumiller Shua Ibáñez (del triestrelladoArzak) El Mundo, 25 agosto 2024.

[9] Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Pliego de Condiciones de la Denominación de Origen Protegida “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. (10/3/2023) https://www.mapa.gob.es/es/alimentacion/temas/calidad-diferenciada/dop-igp/vcprd/DOP_manzanilla.aspx

[10] Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Pliego de Condiciones de la Denominación de Origen Protegida Denominación de Origen Protegida "Jerez-Xérès-Sherry / Jerez / Xérès / Sherry" https://www.mapa.gob.es/es/alimentacion/temas/calidad-diferenciada/dop-igp/vcprd/DOP_jerez.aspx

[11] Sobre la historia del vino en Sanlúcar, se pueden consultar las obras de Manuel Barbadillo Rodríguez; Antonio P. Barbadillo Romero; de Ana Gómez Díaz [-Franzón]: La manzanilla. Historia y cultura. Las bodegas de Sanlúcar. Sanlúcar de Barrameda, Pequeñas Ideas Editoriales, 2002; entre otras.

[13] Marieta Cantos Casenave, y Alberto Ramos Santana, [Estudio y selección]: Sainetes «Manzanilleros» de Juan Ignacio González del Castillo. Sanlúcar de Barrameda, 2013. (Edición no Venal).

[14]  Boutelou: Opus cit., 1807, p. 10.

[15] Esteban de Boutelou: Memoria sobre el cultivo de la vid en Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera. Madrid. Imprenta de Villalpando, 1807, p. 132.

[16] Ibidem, p. 146.

[17] Semanario de Agricultura y Artes, 29 de enero de 1801, p. 60. Lo resaltado en negrita son de la autora.

[18] Gómez Díaz-Franzón: “Viñas, bodegas y vinos de Francisco de Paula Rodríguez, entre 1811 y 1855, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Primeras bodegas documentadas en la provincia de Cádiz, con sistema de criaderas y solera, para la crianza del vino blanco Manzanilla y vinos de color.”, en Desde el templo del Lucero (24 sept 2023) y Academia.edu. 

[20] Gómez Díaz-Franzón: “Viñas, bodegas y vinos de Francisco de Paula Rodríguez, entre 1811 y 1855…”, pp. 3-4. Los resaltados en negrita son de la autora.

[21] Este manuscrito, sin firma, conservado en la Biblioteca Nacional, ha sido difundido y comentado por Jesús Vegazo Palacios: “Primer Tratado Vitivinícola de Sanlúcar de Barrameda (1784)”. Blog La cápsula del tiempo: retazos de la historia y de la geografía (23 de abril de 2016); y Juan Alcón Atienza: “Tratado de las viñas de Sanlúcar de Barrameda elaborado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de esta Ciudad en el año 1784”, en Academia.edu (30 de marzo de 2023). Este Tratado de las Viñas, junto al manuscrito de Juan Haurie, de la misma fecha, son los primeros compendios, conocidos hasta el momento, sobre las viñas y vinos de Sanlúcar y Jerez, respectivamente.

[22] Ibidem, p. 152v-153. Las palabras en negrita se deben a la autora de este artículo.

[23] Esteban de Boutelou: Memoria…., pp. 106.

[24] Gómez Díaz-Franzón: La Manzanilla de Sanlúcar en el siglo XIX a través de la prensa, 2023, pp. 20-21.

[25] En 2021 se vendieron 6 millones de litros de Manzanilla (incremento del 12% respecto al año anterior), de los que 5,5 millones se comercializaron en el mercado nacional y el resto en países importadores (incremento del 26,05% en 2021). (Consejo Regulador de las D.O. Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Vinagres de Jerez: “Buenas perspectivas para los vinos de Jerez y Manzanilla que cierran 2021 con un incremento de ventas del 13%” (21-02-2022). [Web Consejo Regulado].

[26] Gómez Díaz-Franzón: La Manzanilla de Sanlúcar en el siglo XIX a través de la prensa, 2023. Véase Introducción.


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