Desde el templo del Lucero: Fiestas y espectáculos
Mostrando entradas con la etiqueta Fiestas y espectáculos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fiestas y espectáculos. Mostrar todas las entradas

sábado, 10 de diciembre de 2011

La plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda. Construcción e inauguración.


                                                                                                                             Ana Gómez Díaz-Franzón

Artículo publicado en Sanlúcar de Barrameda, nº 36 (2000), con motivo de la conmemoración del I Centenario del coso sanluqueño.


Las fiestas de toros están documentadas en Sanlúcar desde el siglo XVI, cuando ya destacaban los Spíndola por poseer buenas ganaderías de toros bravos en el término sanluqueño. Los festejos se celebraban entonces con regularidad en la plaza Alta y en la plaza de la Ribera (plaza del Cabildo). Tras las prohibiciones del siglo XVIII, la fiesta cobró nuevo auge, construyéndose varios ruedos de madera que, con carácter efímero, se instalaron en diferentes lugares de la ciudad, como en El Palmar de San Sebastián, patio de armas del castillo de Santiago, huerta de Santo Domingo o el antiguo convento de San Francisco (1).
Las dos últimas plazas sanluqueñas, anteriores a la actual, fueron la inaugurada el 11 de mayo de 1884, denominada “La Victoria”, que estaba ubicada en la calle Molinillos, la cual era de forma circular y estaba realizada en madera de pino. Al desaparecer ésta hubo otro coso efímero en la calle Alcoba, construido por los industriales y aficionados sanluqueños Agustín Vichera y Antonio Dorado, que fue inaugurado en 1898.

Un sitio prodigioso
Como ubicación para la nueva plaza de toros se eligió un paraje emblemático en las afueras de la ciudad, situado en el camino del puerto de Bonanza, en sitio muy próximo al campo de San Francisco el Viejo, donde ya estuvo otra plaza de toros de madera entre los años finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se trata de un lugar situado debajo de la barranca natural, que divide longitudinalmente la ciudad histórica, quedando arriba el llamado Alto de las Cuevas.
Muy cercanos se encontraban entonces los jardines de El Pino -desaparecidos-, cuya creación databa del siglo XVIII y se denominaba como tal por aludir al pino que se dice fue plantado por el propio San Diego, en 1449, en esta zona aledaña al primitivo convento franciscano de Sanlúcar y muy próximo a la ermita de San Diego. A los piñones que daban estos pinos se atribuyeron propiedades curativas y milagrosas, asegurándose que habían sanado a numerosas personas de las fiebres provocadas por las terribles epidemias de la época. También al Hospicio de los Canarios, integrado en aquel antiguo convento de San Francisco el Viejo, se le llamó Ntra. Sra. del  Pino, al igual que al barrio que había surgido en sus proximida­des, donde existía una fuente y varios manantiales. El entorno se completaba con fértiles huertas y una amplia arboleda de álamos negros, actualmente desapareci­das ante el avance del proceso urbanizador, de forma que hoy la plaza de toros ha quedado plenamente integrada en la trama urbana de la ciudad.
En este "prodigioso" espacio se edificó, en 1900, la actual plaza de toros, gracias a la iniciativa y gestiones llevadas a cabo por una Socie­dad constituida para tal objeto, siguiéndose una fórmula muy habitual en la época para la edifi­cación de plazas de toros en otras muchas ciudades españo­las. Esta agrupación de aficiona­dos taurinos de Sanlúcar se denominó Sociedad Anónima Plaza de Toros, estando ocupa­da la presidencia de su comisión ejecutiva por el sanluqueño José Hidalgo Colom.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Curiosas crónicas de las Carreras de caballos de Sanlúcar en 1846 (y II) Otras fiestas y espectáculos del verano.


La segunda crónica, más sustanciosa que la anterior, sobre las carreras de caballos, celebradas en Sanlúcar de Barrameda en 1846, se refiere tanto a las carreras de Sanlúcar como a las carreras de caballos celebradas en El Puerto de Santa María aquel mismo verano.

En la comparación, pierde Sanlúcar, pues en opinión del hoy descocido autor de la crónica (Corr.), las carreras de Sanlúcar pecaron de pretenciosas y elitistas. Los parangones se extienden al resto de los espectáculos organizados aquel verano en ambas ciudades: bailes, funciones teatrales, toros, etc.

Programa de las Fiestas del verano de 1900

Sanlúcar, 22 de agosto
Una gran parte de los habitantes de esta ciudad y de los pueblos comarcanos ha estado estos días en continuo movimiento con motivo de las carreras de caballos y demás fiestas que han tenido lugar en el Puerto de Santa María y en Sanlúcar de Barrameda. Ambas poblaciones han procurado competir y distinguirse en la variedad y animación de los festejos con que han tratado de atraer y agasajar a los forasteros.
De las carreras de caballos diremos francamente que el público no ha quedado satisfecho. Por mucha que sea la utilidad de estos espectáculos, es necesario convenir en que ha de pasar mucho tiempo para que el gusto de ellos se aclimate entre nosotros. Es una costumbre estrangera, y como tal, necesariamente ha de costar trabajo hacerla popular en nuestro país. A las respectivas sociedades creadas para el fomento de la cría caballar corresponde perseverar uno y otro día en sus proyectos, a fin de proporcionar estímulos que contribuyan en lo sucesivo a dar mayor importancia de la que hoy tiene las carreras de caballos.