Desde el templo del Lucero: 2024

sábado, 28 de diciembre de 2024

Balance. Estado de conservación del Patrimonio Histórico de Sanlúcar de Barrameda al finalizar 2024.


Opinión  Patrimonio Histórico de Sanlúcar


Casa Colom, en calle Regina (XVIII), donde Joaquín Turina compuso varias obras. Abandonada.


        Estos días son tiempo de balances. Nos preguntamos en qué estado se encuentra nuestro P.H. al finalizar este año que se va.

        La ciudad de Sanlúcar de Barrameda cuenta con una historia excepcional desde la época prehistórica a nuestros días. Desde el santuario Luciferi-Fanum en la Algaida hasta el principal centro veraniego de las primeras décadas del XX, pasando por ser pueblo andalusí con alcázar; capital del señorío de los Medina Sidonia; centro fundamental del comercio americano en la Edad Moderna; y destello de luces en tiempos de la Ilustración; entre otros hitos históricos. Este pasado fue dejando testigos materiales en la arqueología, antropología, urbanismo y arquitectura de la ciudad. 

        ¿Qué queda de esta rica historia? ¿Qué han hecho o están haciendo nuestros gobernantes por la conservación de estos imprescindibles testimonios materiales? En realidad, podríamos responder que muy poco o nada y, a veces, todo lo contrario, es decir, han destruido y continúan destruyendo el pasado de Sanlúcar de Barrameda.

Diosa localizada en el santuario de la Algaida, hoy en el Museo Provincial de Cádiz.

        Las campañas arqueológicas están completamente olvidadas desde hace décadas. Las piezas halladas, en las excavaciones de los años 60 y 70 del siglo pasado, se encuentran diseminadas por diferentes museos provinciales y manos de coleccionistas privados y ocultos; y las que se han localizado, durante obras de edificios, se han expoliado y vendido en el mercado negro. Poco queda de aquel extraordinario universo fenicio, griego y tartesio, fraguado en torno al legendario santuario de la Algaida y otros yacimientos localizados hoy enterrados. ¿Se está trabajando en gestionar nuevas campañas arqueológicas?


Antigua iglesia de la Merced (princ. siglo XVII). Inclusión de teatrillo. Taponado de las capillas. Alteración total del espacio original.

        

Portada gótico-mudéjar del antiguo convento de San Jerónimo (XIV). Demolida.

miércoles, 30 de octubre de 2024

El retrato de Francisco de Paula Rodríguez (finales del siglo XVIII o principios del XIX): perdido, hallado y mercantilizado con trampas.


Ana Gómez Díaz-Franzón

Dra. Historia del Arte.

Actualización: 31-diciembre-2024


Retrato de Francisco de Paula Rodríguez. A la venta en octubre de 2004 por la tienda de antigüedades “Montbaron Gallery” (Madrid) y vendido en el mismo mes. Sin la inscripción original.

Retrato de Francisco de Paula Rodríguez. Fotocopia digital, extraída de un libro indeterminado, publicada por Juan Carlos Losada en su blog. Inscripción en zona inferior. 

 

Durante el transcurso de la investigación histórica, que he llevado a cabo en el último año, sobre la vida y legado de Francisco de Paula Rodríguez y Rodríguez Bejarano (Sevilla, 1755-Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1811), solicité información sobre la posible localización de su retrato. Por la documentación consultada, en especial en el inventario post mortem, realizado en 1811, se sabe que en su casa principal de Sanlúcar existían tres retratos, que se presupone fueran de su persona, su esposa y quizá de su suegra, pues esta última vivía con el matrimonio en Sanlúcar.[1]

Francisco de Paula Rodríguez legó, en su testamento (1811) todos sus bienes, valorados en más de cuatro millones de reales (uno de los capitales más importantes de Sanlúcar en la época), una vez descontado el valor de los inmuebles que dejó al Hospital de la Santa Caridad de Cartagena, para destinarlos a la creación de un colegio de Segunda Enseñanza en Sanlúcar para educar a los jóvenes, que estuviese gestionado por los párrocos de la ciudad, mediante la Fundación que lleva su nombre.

Como antecedentes, cabe señalar que, una vez informado el cardenal Francisco Javier Cienfuegos de este legado, convenció a los patronos de la Fundación sanluqueña para establecer el primer Seminario Conciliar de Sevilla situado en Sanlúcar con este legado, el cual se inauguró en 1831 en la casa donde vivió Rodríguez, esto es, en la zona principal del actual Palacio Municipal (antiguo de Orleáns-Borbón), que pertenecía a la iglesia mayor parroquial y lo vendió en 1853 al duque de Montpensier.

Sin embargo, los conflictos surgidos entre el Arzobispado de Sevilla y el Gobierno Civil de Cádiz provocó el cierre del Seminario y su traslado a Sevilla, así como la creación de un Instituto de Segunda Enseñanza en Sanlúcar, que fue inaugurado en 1842. Pero las reclamaciones de estos bienes por el Arzobispado de Sevilla dieron lugar a que, por R.O. de 23 de noviembre de 1846, se requisaran los bienes de la Fundación y en 1847 fueron trasladados a Sevilla en su mayor parte, clausurándose el Instituto. Más tarde, la Fundación Francisco de Paula Rodríguez construyó un nuevo edificio sobre el antiguo convento de San Francisco, donde se instaló un colegio de Escuelas Pías de los padres escolapios que abrió sus puertas en 1868, sufragado por la Fundación mediante contrato con los escolapios. Éstos permanecieron en Sanlúcar hasta 1933, ya en época republicana.

Seguidamente se abrió en el mismo edificio el colegio de Enseñanza Primaria graduada “San Francisco Javier” (1934-1936), de carácter laico. Tras la Guerra Civil, en 1942, a instancia del cardenal Segura, se estableció en este inmueble un Seminario Menor, dependiente del Arzobispado de Sevilla, que permaneció abierto hasta 1961, cuando se creó el Seminario Menor de Pilas (Sevilla), en cuyo traslado pudo incluirse el retrato de Francisco de Paula Rodríguez. Por último, en 1965 se trasladó al edificio de la Fundación, que ya había inscrito en el Registro de la Propiedad a su nombre en 1936, el colegio que los hermanos de la Salle tenían en el Barrio Alto, cuyo centro se encuentra en activo en la actualidad. Por tanto, con el legado de Francisco de Paula Rodríguez se crearon en Sanlúcar seis establecimientos educativos, tanto de carácter religioso como laico, durante los siglos XIX y XX.[2]

Por un inventario elaborado en 1847, se conoce que numerosos bienes muebles de Francisco de Paula fueron trasladados al Seminario de Sevilla por la R.O. citada y, aunque más tarde se ordenó la devolución a la Fundación, muchos de estos bienes no volvieron a Sanlúcar. Por las mismas fuentes sabemos que algunos de estos bienes muebles, obras de arte incluidas, de Francisco de Paula Rodríguez, se quedaron en la parroquia de Ntra. Sra. de la O de Sanlúcar, e incluso otra parte de estos bienes fue guardada por los párrocos en sus casas a la espera de tener un lugar idóneo donde colocarlos[3].

Inicié algunas gestiones para localizar del retrato de Francisco de Paula Rodríguez, pero tras ponerme en contacto, sin éxito, con el párroco de la sanluqueña parroquia de Ntra. Sra. de la O de Sanlúcar, el Arzobispado de Sevilla, el Seminario Metropolitano de Sevilla y la parroquia de Pilas, las últimas pistas sobre su paradero apuntaban a esta parroquia de Pilas, donde varias personas decían haberlo visto. Quizá la pintura pudo ser trasladada a la parroquia desde el antiguo Seminario Menor de Pilas, que dejó de funcionar en 1988. Sin embargo, los retratos no aparecieron.

Cuando ya había publicado varios trabajos sobre esta investigación, encontré una imagen del retrato de Francisco de Paula Rodríguez en un grupo de Facebook, que había publicado Juan Carlos Losada en en su blog “Sevilla arte y tronío”, el mes de noviembre de 2023. Me puse en contacto con el Sr. Losada y me explicó que se trataba de una fotocopia del retrato, en blanco y negro, que aparecía en un libro, del que no recordaba el título.

Utilicé esta imagen, aunque de muy escasa calidad, para ilustrar una de las últimas publicaciones sobre la investigación: “Vida y legado de Francisco de Paula Rodríguez…”. Al fin, se le podía poner cara al mayor mecenas de la educación que había tenido Sanlúcar durante los dos últimos siglos.


Retrato de Francisco de Paula Rodríguez, a la venta en octubre de 2024 en la tienda de antigüedades madrileña “Montbaron Gallery” (web  
Mercanteifiera.com)


lunes, 28 de octubre de 2024

El catedrático de Microbiología de la UCA, Jesús Cantoral, afirma que el vino Manzanilla de Sanlúcar podría provenir del pueblo “Manzanillo” (Huelva).

 Opinión Manzanilla de Sanlúcar.



Ana  Gómez Díaz-Franzón 
Historiadora


Estaba muy interesada en la conferencia, organizada por el Ateneo de Jerez el pasado día 5 de septiembre, titulada "ORÍGENES E HISTORIA DEL VINO DE JEREZ", que fue impartida por el profesor Dr. JESÚS CANTORAL FERNÁNDEZ, catedrático del área de Microbiología del Departamento de Biomedicina, Biotecnología y Salud Pública de la Universidad de Cádiz.

Una vez escuchada, a través de YouTube, aunque el sonido no es muy bueno, su contenido se puede resumir en un recorrido, que realizó el ponente, por distintas zonas vinateras del mundo que ha visitado, entre otras cuestiones relacionadas con sus investigaciones sobre las levaduras que componen el velo de flor en la crianza biológica de los vinos de nuestra zona. Nada sobre el origen del vino de Jerez. No era lo que yo esperaba, pero conferencias hay muchas.

Fue en los últimos minutos de la charla, en el turno de preguntas, cuando me sentí realmente ofendida como sanluqueña que soy y como modesta historiadora de nuestros vinos. A la pregunta de un responsable del Ateneo sobre si habría que otorgarle el premio Nobel “al que inventó el sistema de soleras”, el catedrático Jesús Cantoral respondió que no se le podía dar un premio Nobel a los muertos. Se equivoca aquí, en primer lugar, el conferenciante, pues se han dado dos premios Nobel póstumos a lo largo de su historia. Aunque un error lo puede cometer cualquiera.

Acto seguido, y sin que se hubiera referido a Sanlúcar ni a su Manzanilla en ningún momento de su intervención, el Sr. Cantoral hizo una especie de chiste, donde pareció dar a entender que el vino Manzanilla podría provenir, porque “yo leído bastante”, del pueblo “Manzanillo” en Huelva.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Presunto plagio de Eduardo Arboleda Ballén

 Opinión Plagio

Ana Gómez Díaz-Franzón

Dra. Historia del Arte


Pasmada me he quedado cuando he encontrado, por casualidad, un artículo del antropólogo EDUARDO ARBOLEDA BALLÉN, que, según él, "ha estudiado en Lund University, Universidad de Estocolmo, Sociología del Desarrollo (Madrid), Derecho Agrario (Valencia), y su campo de investigación comprende la mitología, la simbología y la hermenéutica antropológica". También escribe sobre cosas paranormales.

El Sr. Arboleda escribió, en 2012, en su blog un artículo dedicado al sanluqueño JARDÍN DE LAS PILETAS. En él describe el jardín y cuenta una historieta trasnochada e inverosímil sobre Leopoldo, quien nos daba el agua de las Piletas cuando éramos pequeños.

Gran parte del artículo está COPIADO LITERARALMENTE de la GUÍA HISTÓRICO-ARTÍSTICA DE SANLÚCAR, de Ana Gómez Díaz-Franzón, en su capítulo sobre Las Piletas, probablemente de la edición de 1993.

¿Eduardo Arboleda no sabe que cuando se toman párrafos de algún libro hay que entrecomillarlos y citar la procedencia y al autor/a? Pues vaya lo que enseñan en Estocolmo.

Es muy fácil copiar y no tanto escribir, ¿verdad Sr. Antropólogo?

Ahora bien, que sus imágenes no se las copie nadie, que bien se ha encargado de colocarles marcas de agua. ¡Qué listo!

¡Menos paranormalidad y más honradez, Sr. Arboleda!

Sería más que conveniente que Eduardo Arboleda, si tiene algo de respeto por los demás, retire de su blog todo lo plagiado o, al menos, lo reseñe y cite como es debido; y, de camino, podría quitar también ese infundio que ha escrito sobre Leopoldo Cabrera, aquel señor de las Piletas, muy bien considerado y de grato recuerdo en Sanlúcar. Y si, aún le queda algo de decoro, que pida disculpas públicas. ¡Qué menos!

Enlace al artículo de marras: "Fuente de vida: el jardín de Las Piletas. Sanlúcar de Barrameda"


COMPARATIVA DE LOS PÁRRAFOS  PLAGIADOS

Cabecera del blog y artículo sobre el jardín Las Piletas de Sanlúcar, escrito por Eduardo Arboleda Ballen

Artículo sobre el jardín Las Piletas de Sanlúcar, de Eduardo Arboleda Ballen.

Guía histórico-artítica de Sanlúcar, de Ana Gómez Díaz-Franzón (4ª ed., 2018).

Artículo sobre el jardín Las Piletas de Sanlúcar, de Eduardo Arboleda Ballen.

Guía histórico-artítica de Sanlúcar, de Ana Gómez Díaz-Franzón.

 

 

Guía histórico-artística de Sanlúcar, de Ana Gómez Díaz-Franzón.


Guía histórico-artística de Sanlúcar, 1999 (3ª edición), de donde posiblemente Eduardo Arboleda ha copiado los párrafos.

Guía histórico-artística de Sanlúcar, 2018 

(4ª edición) El capítulo dedicado a Las Piletas apenas ha variado en las respectivas ediciones de esta Guía.


Además, hemos localizado otro texto plagiado por Eduardo Arboleda de la misma Guía histórico-artística de Sanlúcar. Copia literalmente un texto sobre el asesinato de Mª Luisa Tasara a manos del fraile carmelita Fray Pablo de San Benito, en otro artículo publicado en su blog con el título "Siete machos, elixir gaditano". Aquí los dos textos:


jueves, 19 de septiembre de 2024

Un conjunto de bodegas centenarias será demolido para edificar pisos en Sanlúcar de Barrameda

 

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar

 

Calle San  Miguel. Al fondo, bodegas a desmoler.

Promoción de viviendas a edificar sobre el solar de las bodegas.

          

Recientemente se ha conocido, a través de internet, la próxima edificación, en la calle San Miguel de Sanlúcar de Barrameda, de la promoción inmobiliaria "Puntal del Pradillo", compuesta por 34 viviendas, de nueva planta, con "plazas de aparcamiento, trasteros y zonas comunes con piscina", a edificar por la promotora sevillana "Puntal del Pradillo" (que ya se están vendiendo por internet) cuya gestión corre a cargo de la empresa sevillana "Flatgest", y ha sido obra del estudio de arquitectura "Planea". Para construir estas viviendas se va a demoler un centenario conjunto bodeguero del siglo XVII o principios del XVIII, conocido como “antiguas bodegas de Manjón”, posterior propiedad de Bodegas Hidalgo-La Gitana, de gran valor histórico, arquitectónico e industrial.

La integración de estas bodegas en el entramado del Conjunto Histórico es una de las singularidades urbanas de Sanlúcar, que le otorgan personalidad propia dentro de la comarca vitivinícola del “Marco de Jerez”. Durante las últimas décadas, estas bodegas históricas han sido demolidas de manera acelerada, habiendo desaparecido decenas de ellas, para dar paso a bloques de pisos, que han sustituido a nuestro rico Patrimonio Arquitectónico bodeguero.

Estas bodegas, aunque no se encuentran protegidas en el PGOU de Sanlúcar, sí están protegidas por hallarse dentro del Conjunto Histórico (declarado como tal en 1973), en su límite o zona de ampliación propuesta, donde también se sitúa, muy cercana a las bodegas, una antigua casa de cargadores a Indias del siglo XVII y gran valor histórico-artístico.


Delimitación de las bodegas a demoler, en la actuaaliddad.


Plano general de los pisos a edificar sobre el solar de las bodegas.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Otra casa-bodega del siglo XVII será destruida para edificar pisos en Sanlúcar de Barrameda

 Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar.

 


Recientemente se ha conocido la próxima edificación, en una antigua casa-bodega situada en la calle Benegil esquina a calle Cruces, de la promoción inmobiliaria denominada “Las Cruces”, en régimen de cooperativa, compuesta de “22 viviendas de 1 y 2 dormitorios, 7 áticos con terraza, 11 plazas de aparcamiento y 2 trasteros”. La promotora y agencia inmobiliaria: "Inmohouse Costa Luz".

Con la construcción de estas 29 viviendas, aparcamientos y trasteros se perderá una de las pocas casas de cargadores a Indias, del siglo XVII, que quedan en la ciudad, junto a su bodega, que será completamente demolida (otra bodega urbana perdida).


Fachada de la casa del siglo XVII, en calle Benegil, 2.

          

Patio columnado de la casa.
       

Se distingue la fachada de esta casa, conocida popularmente como “Mesón Pozo”, por los tres frontones rectos y curvo que coronan los vanos del piso superior, así como por la portada enmarcada por doble apilastrado y cornisamento con molduras y fila de canes. Todos estos elementos con característicos de la arquitectura doméstica del siglo XVII. Curiosamente, la promotora no ha colocado en su promoción esta hermosa fachada, única en Sanlúcar, sino la fachada de pisos a edificar de nueva planta hacia la calle Cruces.


sábado, 14 de septiembre de 2024

Una excepcional casa de cargadores a Indias del siglo XVII será destruida para edificar 17 apartamentos turísticos, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar.



El pasado día 4 de septiembre de 2024 se ha hecho pública, por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Sanlúcar de Barrameda, el anuncio de la solicitud de Calificación Ambiental para la realización de 17 apartamentos turísticos de 2 llaves en la casa situada en la calle Santo Domingo, nº 80 de esta ciudad, solicitada por la empresa “Gestión Siglo XXI, S.L.” (Se adjunta).

La casa citada, donde pretenden construir esos 17 apartamentos turísticos es una antigua casa de cargadores a Indias del siglo XVII, que está doblemente protegida por hallarse dentro del Conjunto Histórico de Sanlúcar, declarado como tal en 1973; y por estar incluida en el Catálogo de Edificios Protegidos del PGOU de Sanlúcar de Barrameda con nivel de Protección Global (B-64). En base a esta última normativa, se ha de conservar la estructura edilicia del inmueble: “Elementos de interés tipológico: espacios de acceso, patio principal y elementos de articulación espacial del edificio. Fachadas y crujías asociadas a los mismos. 

Este edificio posee una enorme importancia para la historia de la Arquitectura de Sanlúcar. Está situada en un entorno monumental de especial relevancia en la ciudad, próxima a las iglesias de Santo Domingo (siglo XVII) y San Francisco (siglo XVIII), y rodeada de un caserío propio de la época barroca. Pertenece a la tipología de casas de cargadores a Indias de la Bahía de Cádiz, cuyas características en Sanlúcar se singularizan por su mayor expansión en planta. El edificio, de gran monumentalidad, se distribuye en torno a un patio principal con columnas de mármol y patio o almizcate trasero. Presenta dos plantas de altura y ático superior con mansarda, que se cubre con tejados a dos aguas de teja curva o árabe. En su fachada principal se observan los rasgos propios del siglo XVII, mediante el descentrado del acceso principal y los tejaroces piramidales de los huecos en planta baja.

Son indudables sus valores arquitectónicos. Esta casa se conserva tal como se construyó hace tres siglos, es decir, que mantiene la distribución propia de la doble función comercial y residencial que cumplían estos edificios de comerciantes ultramarinos.

Además de su monumentalidad y gran valor artístico, conserva todos los elementos de las casas de cargadores a indias, desde la bodega en planta baja, granero en la planta alta, las trampillas para bajar el grano, los abrevaderos para los animales, armadura de madera de raíz mudéjar... y la zona residencial en planta alta, por lo que sus valores antropológicos y etnográficos son evidentes, los cuales no tuvieron en cuenta, quizá por ignorancia, los redactores del PGOU vigente. Destacan, asimismo, los materiales nobles de los portones tachonados de acceso, barandilla de la escalera de piedra tallada, donde conserva la fresquera y portón superior, así como diversos enmarcamientos de los vanos tallados en madera, solerías de mármol genovés, etc., todo ello de gran valor artístico. Se conserva, incluso, la solería original de ladrillo visto en planta alta, muy infrecuente en estas casas por las reformas posteriores. 


martes, 3 de septiembre de 2024

¿Es el vino Fino una imitación de la Manzanilla de Sanlúcar?

¿Debería prohibirse la elaboración de todo vino Fino por ser igual a la Manzanilla? 


Opinión Vinos de Sanlúcar.

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En los últimos años, desde el Consejo Regulador de las dos D.O.P. (Denominación de Origen Protegida) “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda” y “Jerez-Xérès-Sherry”, se ha querido equiparar la Manzanilla de Sanlúcar con el Fino, tipo de vino incluido en la D.O.P. "Jerez-Xérès-Sherry", que hoy se ha generalizado en diversas comarcas de Córdoba, Huelva, entre otras.

Desde el propio Consejo, a través de sus notas de prensa, se vienen parangonando constantemente finos y manzanillas, como por ejemplo: “El Consejo Regulador comparte secretos de los maridajes de finos y manzanillas”, teniendo siempre cuidado en que aparezcan el término “Fino” en primer lugar en estos titulares. Por su parte, en la prensa generalista y revistas especializadas suelen aparecer titulares como “Seis excelentes finos y manzanillas en rama para disfrutar de las ferias” … Son numerosísimos los ejemplos que podrían ponerse.

Ante esta igualación, también son muchos los medios y revistas donde se preguntan por las diferencias que existen entre una Manzanilla y un Fino.

Ambos vinos se han querido equiparar de tal modo que el pleno del Consejo Regulador, con sede en Jerez, que gestiona las dos Denominaciones de Origen, ha decidido prohibir a Sanlúcar elaborar vino Fino pues, según esta entidad, el Fino “es el mismo vino que la Manzanilla”. Por tanto, se hacen la siguiente pregunta argumental: ¿Cómo se va a hacer en una ciudad dos vinos iguales con distinto nombre? En base a ello, el Consejo ha solicitado a Europa que se prohíba a las bodegas sanluqueñas elaborar vino Fino, el cual se viene haciendo en Sanlúcar desde hace más de un siglo.

Esta decisión, arbitraria y unilateral, rebeló, inicialmente, a las bodegas productoras sanluqueñas, que afirmaron sobre este acuerdo que se trataba de “el mayor ataque sufrido por una D.O. andaluza”.[1]

 



              En esta entrevista[2] a César Saldaña, presidente del Consejo Regulador, no se sabe si ofende más a Sanlúcar la pregunta de la entrevistadora, que parece apuntar a una posible desaparición de la D.O. “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda”, que la respuesta del entrevistado: “Si se necesita o no, no voy a entrar”. ¿Cómo no va a entrar el presidente del Consejo en la necesidad de existir de una D.O. que gestiona él mismo? Quien calla, otorga. ¿Qué quiere decir Saldaña cuando afirma que las circunstancias han cambiado respecto a 1964? ¿Acaso están pensando en fulminar la D.O. "Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda" y que este vino pase a ser un "tipo de jerez", que es lo que vienen promocionando en las últimas décadas? Y, no, no es cierto que la Manzanilla “forme parte de la riqueza de los vinos de Jerez”. Sencillamente, porque no es un vino de Jerez, porque la Manzanilla es un vino exclusivo de Sanlúcar de Barrameda.

            Todo parte de un informe técnico elaborado por Fedejerez en 2017, que fue aprobado por el Pleno del Vino del Consejo Regulador, ratificado por las cooperativas del Marco (FAECA) a excepción de "La Caridad", en el cual se afirma literalmente que no hay diferencia alguna entre el Fino y la Manzanilla. Desde Bodegas de Sanlúcar responden: “De ser cierto, que por supuesto no lo es, tendría unas grandísimas consecuencias, que es qué sentido tendría tener dos D.O. diferentes si ambos vinos son lo mismo. Una de las dos D.O. sobraría”.[3]

miércoles, 21 de agosto de 2024

Una mirada a la Sanlúcar ilustrada a través de un relato de Luis de Eguilaz.

 

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Ana Gómez Díaz-Franzón*

 

Resumen: A través del relato El poeta y el fraile, publicado por el escritor sanluqueño Luis de Eguilaz en 1870, el autor nos conduce a la Sanlúcar ilustrada de finales del siglo XVIII y principios del XIX, para dar a conocer ciertos hechos históricos acaecidos en la ciudad. A más de unas pinceladas sobre su Sanlúcar natal, Eguílaz nos narra, siguiendo la tradición oral, algunos recuerdos personales. Evoca la gran afición a la botánica de sus abuelos maternos y las relaciones de éstos con importantes científicos de la época; la estancia en la ciudad de varios “ilustres desterrados”, como Tomás de Iriarte, la duquesa de Alba o el torero Jerónimo José Cándido; y finaliza contando el desencuentro que se produjo entre el prior del convento de capuchinos (Pico de oro) y el poeta Tomás de Iriarte, cuyo hecho da título al relato. Se ha contextualizado esta época en Sanlúcar y a los personajes que protagonizan la narración.

Palabras clave: Luis de Eguílaz, Sanlúcar de Barrameda, Tomás de Iriarte, José Jerónimo Cándido, duquesa de Alba, convento de capuchinos de Sanlúcar, Siglos XVIII y XIX.

 

 

Introducción. 

Retrato de Luis de Eguílaz en 1864 (La Gran Vía, 20-agosto-1893).

El célebre dramaturgo, novelista y poeta Dámaso Luis María Martínez de Eguílaz (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 20 de agosto de 1830 – Madrid, 21 de julio de 1874), que adoptó como nombre literario “Luis de Eguílaz”, nació en Sanlúcar, hijo del riojano Dámaso Martínez de Eguílaz y la gaditana Luisa Martínez de Eguílaz[1].

En esta ciudad transcurrió su infancia hasta que, hacia 1843, su familia se trasladó a la vecina ciudad de Jerez de la Frontera. Allí Eguilaz estudió bachillerato en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, donde sus aficiones literarias fueron impulsadas por uno de sus maestros, el humanista Juan María Capitán. A los catorce años escribió su primera obra, la comedia Por dinero baila el perro, que fue representada en Jerez (1844). Durante aquella etapa estudiantil, Eguilaz trabó una férrea amistad con el jerezano Diego de Luque, destacado escritor y director teatral, quien le acompañaría toda su vida.[2]

A la muerte de su padre, en 1849, la familia se trasladó a Madrid donde Eguilaz inició los estudios de Derecho. Protegido en la Corte por Eugenio de Ochoa, Eguilaz estrenó en 1853 Verdades amargas con gran éxito, que convirtió al autor en uno de los autores más populares de la época. De las treinta comedias que escribió la que logró mayor éxito de público fue La cruz del matrimonio, que se representó durante setenta noches consecutivas en el teatro Variedades de Madrid[3]. Sus obras abordan los cambios políticos, económicos y sociales de la segunda mitad del siglo XIX.

De carácter afable, educado y generoso, Luis de Eguilaz fue un profundo observador de la realidad española de su tiempo, que quedó plasmada en sus obras, donde pone de relieve el protagonismo social de la burguesía decimonónica en sus dramas de costumbres burguesas[4]. Prolífico autor, escribió comedias, dramas, poesías, relatos y novela histórica. También colaboró en diversos periódicos, participando de las controversias de su tiempo. En 1870 Eguilaz fue nombrado director del Archivo Histórico Nacional, en cuyo puesto murió, a causa de la enfermedad que le aquejaba. Casado con Balbina Renart, quedó muy pronto viudo, y su única hija, Rosa de Eguíiaz y Renart, continuó las tareas literarias de su padre[5], como periodista y dramaturga.

Casa natal de Luis de Eguilaz en la calle de su nombre.

Promovido por José Hidalgo y Millán González, el Ayuntamiento de Sanlúcar hizo un homenaje a Luis de Eguilaz en 1889. Se rotuló entonces la calle que lleva su nombre en el Barrio Alto, y se colocó en la fachada de su casa natal una lápida conmemorativa, que aún perduran. Se celebró una procesión cívica, función de gala, recital poético y otros actos en honor del dramaturgo sanluqueño. Además, existió un cine de verano con su nombre en el paseo de La Calzada desde 1877.[6]

En 1870, Luis de Eguilaz publicó, en el periódico El País, el relato El poeta y el fraile, subtitulado “Memorias del tiempo de Carlos IV”, que sería de nuevo publicado en 1874, año de su muerte, en el Almanaque de E. Juliá, cuyos textos presentan ligeras variantes[7].

La narración, subdividida en once breves capítulos, se desarrolla en Sanlúcar, en las últimas décadas del siglo XVIII y principios del XIX, cuando esta ciudad era un reconocido centro de reposo para el restablecimiento de diversas enfermedades, sobre todo por suavidad climática, la toma de las aguas ferruginosas procedentes de sus veinticinco manantiales y los baños de mar, que motivó la estancia en Sanlúcar de importantes personalidades españolas.

El relato de Eguilaz nos sumerge en una Sanlúcar ilustrada, donde un círculo de aristócratas y burgueses, agrupados en torno a la Sociedad Económica de Amigos del País, fundada en 1781 (la primera de la actual provincia de Cádiz), se afanaban por conseguir reformas en la agricultura y vitivinicultura, mejorar la educación y propiciar el despunte industrial de la ciudad. Este grupo de ilustrados consiguieron del favor real, a través de su primer ministro, Manuel Godoy, un conjunto de importantes concesiones, como la creación de la extensa provincia de Sanlúcar, un Consulado independiente de Sevilla, la habilitación de su puerto para el comercio internacional, un Jardín Botánico de Aclimatación, o el inicio del nuevo trazado de la carretera Sanlúcar-Jerez; además de un proyecto para erigir un monumento neoclásico en el puerto, que exaltaría la libre navegación por el río Guadalquivir promovida por Carlos IV, que se quedó en ciernes.[8] Lamentablemente, todos estos avances se vieron truncados con el estallido de la Guerra de la Independencia y la caída de Godoy,

Los cuatro primeros capítulos del relato los dedica Luis de Eguilaz, a describir la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, mediante unas breves pinceladas, aludiendo a su gran antigüedad. También evoca los recuerdos de su infancia en la casa de sus abuelos maternos, a los que alaba y dignifica. Le siguen algunas referencias a importantes personalidades que, según el autor, sufrieron destierro en Sanlúcar, como Tomás de Iriarte, la duquesa de Alba o el torero Jerónimo José Cándido. Por último, Eguilaz narra, siguiendo la tradición oral que había escuchado a los mayores en Sanlúcar durante su infancia, la anécdota sucedida entre el poeta Tomás de Iriarte y el prior del convento de Capuchinos de Sanlúcar, que da nombre al título del relato.