Primeras
bodegas documentadas en la provincia de Cádiz, con sistema de criaderas y solera, para la crianza del vino blanco Manzanilla y vinos de
color.
Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte
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Actualización: 30 de septiembre de 2003 (color azul).
“No faltan ya en España almas elevadas que conociendo el mérito y
la dignidad de la Agricultura, comiencen a promoverla con entusiasmo. Baste
citar para honor de este periódico al Señor Don Francisco de Paula Rodríguez,
que renunciando el alto empleo de Tesorero General de S. M., volvió como los héroes
de Roma, á cultivar con gloria el campo de sus padres;” (Esteban de Boutelou. Semanario
de Agricultura y Artes, 1808).
Francisco
de Paula Rodríguez (1755-1811), natural de Sevilla, realizó la carrera militar y
estuvo destinado en Cartagena varios años como Guardalmacén, donde llegó a ser Comisario
de Guerra honorario, e Intendente honorario de Provincia de Primera Clase. En
1797 fue nombrado Tesorero General del Real Consejo de Hacienda, pasando a
residir en Madrid; y en 1798 sería distinguido con la Real Orden de
Carlos III.
Recién
llegado a Sanlúcar, hacia 1800, Rodríguez mostró una clara voluntad de
convertirse en empresario agrícola y vitivinicultor, además de practicar otras
facetas como comerciante y financiero. Para ello adquirió tres bodegas aledañas
a su casa residencial de la calle Caballeros, situadas en la calle Almonte o calle
Hospital de la Madre Ignacia. A éstas se sumaban otras dos bodegas existentes
en la hacienda de Brevas o El administrador, cuya finca compró en los mismos
años, donde también disponía de lagares para la vendimia y alambique para elaborar
aguardientes.
El
presente trabajo se fundamenta en el análisis de cuatro inventarios realizados post mortem de Francisco
de Paula, en 1811[1],
y de su viuda, Joaquina Sánchez, en 1822[2]; así
como los practicados en 1847[3], con
motivo de la entrega de los bienes de la Fundación al Arzobispado de Sevilla
por Real Orden; y en 1855[4]
realizado para proceder a la devolución de aquellos bienes a la Fundación
sanluqueña. De estos inventarios se ha extraído toda la información
concerniente a la actividad vitivinícola de Francisco de Paula Rodríguez y, más
tarde, de la Fundación que lleva su nombre, constituida tras la muerte de su
esposa, en 1822, con el fin de aplicar los beneficios de sus bienes a la
creación de un colegio de segunda enseñanza en Sanlúcar, según la última
voluntad del fundador.
La importancia
de los datos que ofrecen estos inventarios resulta de gran interés para la
historia del vino en Sanlúcar y la provincia de Cádiz. Tanto por la temprana fecha
del inventario post mortem de Francisco de Paula Rodríguez, en 1811; como
por la minuciosidad con que están realizados los cuatro documentos, al
incluirse el desglose de cada bodega, sus tipos de vinos, vasijas y enseres, la
organización de los interiores bodegueros y sus respectivas valoraciones. Esta
documentación corrobora el carácter pionero del establecimiento en Sanlúcar de
Barrameda del sistema de crianza dinámico, denominado “de criaderas y solera”,
tanto para la elaboración del vino blanco Manzanilla, de crianza biológica bajo
“velo de flor”, como para los vinos de color. El Manzanilla, vino exclusivo de
Sanlúcar, ya era muy popular en la ciudad de Cádiz durante las últimas décadas
del siglo XVIII, de tal modo que el insigne botánico Esteban de Boutelou aludirá
a estos “famosos vinos blancos”[5] de
Sanlúcar en su obra de 1807.
Estos
cuatro inventarios, en su vertiente vitivinícola, en especial los de 1811 y
1822, se constituyen en los primeros documentos, publicados hasta la
fecha en la provincia de Cádiz, donde se recoge el contenido vinícola y la
organización interna de un grupo de bodegas ubicadas en el núcleo urbano de
Sanlúcar y en la finca El Administrador (términos de Rota y Chipiona).
Buena parte de los vinos que contenían estas bodegas, en 1811 y 1822, eran vinos blancos sobre soleras, como “vino blanco añejo sobre soleras” o “vino de color añejo sobre soleras” (véase Anexo I). Estos vinos blancos que podemos considerar Manzanilla, tal como se le venía llamando en Cádiz desde el siglo XVIII y cuyo nombre costó bastantes años en ser adoptado por los vinateros de Sanlúcar, si bien el Manzanilla de Sanlúcar (como se llamó a este vino desde su nacimiento, aunque a lo largo del siglo XIX el término se feminizará: “la Manzanilla) aparece con esta denominación en la prensa desde los primeros años del siglo XIX, siendo comercializado en Cádiz, Sevilla, Madrid y otras ciudades españolas.[6]
Las especificaciones
de que estos vinos blancos y vinos de color se hallaban “sobre
soleras” nos indica que, ya a principios del siglo XIX, estaba plenamente
asentada en Sanlúcar la crianza de vinos mediante este nuevo sistema dinámico
de criaderas y solera, el cual se extenderá pronto a otras ciudades de la zona
-Jerez de la Frontera o El Puerto de Santa María-, constituyendo el punto de
partida para el despegue de la industria vitivinícola gaditana, pues la mezcla de vinos de varias cosechas permitirá la
comercialización de vinos a gran escala.
Junto
al inventario 1847 se conserva una “Relación de los bienes de la
Fundación”, que finaliza con una “Nota” (sin firma), tras el resumen de las
entradas y gastos de las bodegas. En ella se trata sobre la dificultad de
apreciar los vinos existentes en las bodegas, al tiempo que queda explicitada la crianza del vino blanco o “Mansanilla” mediante el sistema de criaderas y solera
(aún no llamado con estos términos), otorgándosele una gran importancia a la
antigüedad de las soleras o “vinos madre” de la Fundación:
Es muy difícil si no imposible
fijar el número de @ de vinos que anualmente pueden venderse y sus precios con
aproximación, porque es un negocio mercantil que depende de las circunstancias
en que se halla el mercado; sin embargo en la necesidad de formar un cálculo se
ha tomado por tipo en las ventas de vinos que quedan sentadas [inventariadas]
dar una salida igual a la entrada en las bodegas, del mosto que anualmente
produce la viña de la Hacienda del Administrador, reducidas las mermas
naturales y fijar un precio moderado con arreglo a que suelen tener los vinos
que se despachan comúnmente de la clase de mansanilla o blanco, pueden
venderse más número de arrobas que las producidas por la Hacienda y a
precios más ventajosos, porque así lo permite las soleras perfectamente
montadas donde hay vinos blancos que hoy suben de cuarenta rs @, y de color
que llegan a pasar de sesenta, y lográndose una buena coyuntura se compra
vino nuevo para reponer al que se vende, y el producto líquido puede
duplicarse del que va señalado sin perjudicar las soleras; en el caso de
que no haya una salida igual a la entrada de la Hacienda, el producto líquido
será menor que el que va designado, pero el capital aumentará en @ y en
calidad. Los vinos siendo de buena calidad y con soleras antiguas, como
sucede a los de la fundación, adquieren progresivamente mérito en proporción a
su antigüedad y, aunque tiene mermas, las recompensa su calidad con mucha
ventaja, pudiendo asegurarse que las Bodegas de la fundación, en proporción a
sus soleras, podrán producir con arreglo a su capital teniendo unas ventajas
regulares...[7]
En la historiografía vitivinícola de la provincia de Cádiz, no se han publicado, hasta el momento, inventarios de bodegas para esta época, donde se
recuenten de manera meticulosa las existencias vinícolas y su disposición en el
interior de estos edificios industriales, de forma que no pueden establecerse
posibles parangones.
Para
conocer el nivel económico de la actividad vinatera de Francisco de Paula
Rodríguez, cabe ponerlo en relación con los treinta inventarios de
capitales vitivinícolas publicados por Maldonado Rosso para Jerez de la
Frontera y El Puerto de Santa María, entre finales del siglo XVIII y principios
del siglo XIX[8].
Sólo seis de estos capitales bodegueros -Francisco Romano de Mendoza (1793 y 1817), Juan
Haurie y Sobrinos (1794), José Mª López Martínez (1798), Bernardo Luis Lacoste
(1805), Antonio Ruiz de la Riva (1817) y Guillermo Garvey (1824)- se sitúan en fechas
próximas al objeto de estudio de este trabajo. Si bien, en estos inventarios que
resultan muy útiles para componer la estructura de los capitales vitivinícolas,
no se desglosan los tipos de vinos y vasijas contenidos en las bodegas ni su
disposición en ellas, tal como se detalla en los documentos de Sanlúcar. Entre
estos bodegueros, sólo Juan Haurie y Sobrinos (1794) supera el capital total
(activos fijos y circulantes) invertido en el sector vitivinícola (8.044.730 rs
vn), frente a los 5.211.002 rs contabilizados en el inventario post mortem
de Francisco de Paula Rodríguez, en 1811.
Si
nos atenemos exclusivamente al valor de los vinos existentes en
las bodegas de Francisco de Paula Rodríguez, en 1811, éstos se apreciaron en
984.477,5 reales de vellón, cuya cifra supone un 18,89 % respecto al caudal
global inventariado (5.211.002 rs)[9], el
cual viene a coincidir prácticamente con el capital activo total, pues el
pasivo de Rodríguez era muy escaso, compuesto apenas por algunos censos y
gravámenes impuestos sobre sus fincas urbanas y rústicas. A la muerte de su
viuda, en 1822, los vinos se valoraron en 982.725 rs, que suponen el 28 % del
caudal global inventariado (3.505.459 reales)[10]. Respecto
a la valoración de los vinos en los inventarios de 1847 (1.105.892 rs) y 1855
(1.162.219 rs), no podemos conocer su porcentaje respecto al caudal de la
Fundación, puesto que, a excepción de los vinos, en estos dos inventarios no
se justipreciaron los bienes.
Si a
estos importes y porcentajes añadimos el valor de la vasijería, enseres, bodegas
y viñas (bienes muebles e inmuebles), en 1811 el capital total invertido en el
sector vitivinícola por Francisco de Paula Rodríguez asciende a 2.117.478 reales,
lo que supone un 40,6 % del caudal global, es decir, casi la mitad de su
fortuna estaba dedicada a la crianza y comercialización de vinos.
Cuerpo General de Bienes (parcial) 1811[11]
Estructura del capital vitivinícola de Francisco de Paula
Rodríguez. (rs. vn).
Bienes muebles e inmuebles |
Activos Fijos |
Activos circulantes |
Casas-Bodegas en calle Hospital de la Madre Ignacia o calle Almonte. |
256.776 |
|
Vinos,
aguardientes y vinagres existentes en las bodegas. |
|
984.477 |
Vasijas y utensilios
de las bodegas |
|
186.320 |
Hacienda La
Jara. Caserío. |
153.854 |
|
Hacienda La
Jara. Arboleda (9 ¾ aranz. a 5.000=28.750 rs.), viña (7 ¼ aranz. a 40=29,00 rs) y
tierra calma (7¾ aranz a 20 = 15.500 rs) |
73.250 |
|
Hacienda de
Brevas. Caserío. |
203.485 |
|
Hacienda de
Brevas. Vasijas de las bodegas. |
|
81.591 |
Hacienda de
Brevas. Enseres de lagares. |
|
|
Hacienda de Brevas. 70 aranzadas de viña y tierra calma |
175.400 |
|
|
862.765 |
1.254.713 |
Fuente: AMSB. Leg. 11129. Testamentaría de F. de Paula Rodríguez,
1811. Elaboración propia.
Como
buen ilustrado, Francisco de Paula Rodríguez mostró gran interés por la
botánica y la agricultura, cuyas disciplinas se hallaban muy unidas en aquellos
años. Ya había demostrado sus conocimientos de botánica unos años antes, en Cartagena,
cuando el Real Jardín Botánico Santa Lucía (1785) de aquella ciudad declinaba
por la escasez de agua y su deficiente orientación. Rodríguez no sólo manifestó
sus opiniones al respecto, en 1796, sino que donó una finca a la Corona, situada
en el barrio de la Concepción, extramuros de la ciudad de Cartagena, apreciada
en 108.932 rs., para trasladar el Jardín Botánico a un lugar más idóneo y
salubre, de forma que el nuevo Jardín botánico pasó a denominarse “Real Jardín
Botánico de la Concepción”.[12]
Ya
en Sanlúcar, Francisco de Paula también se vinculó de forma activa a la
creación del Real Jardín Botánico de Aclimatación “Príncipe de la Paz” (1805-1808),
llamado así por haber sido otra de las importantes concesiones con las que
Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV, favoreció a Sanlúcar. Rodríguez fue
nombrado por S.M. individuo de la Junta del Real Jardín
Botánico de Aclimatación de Sanlúcar; además de vocal o consiliario del nuevo
Consulado de Sanlúcar (1806-1829), independiente del de Sevilla; y Socio
Meritorio de la Sociedad Patriótica de Sanlúcar[13]. Además, Godoy también benefició a la
ciudad con la creación de la nueva y extensa “Provincia de Sanlúcar”
(1804-1812). La dirección del Jardín “correspondió a una comisión compuesta por
Francisco Terán, Juan Antonio Martínez y Francisco de Paula Rodríguez y para el
diseño del Botánico se comisionó a Esteban Boutelou”[14].
Francisco
de Paula Rodríguez participó de pleno en las actividades organizadas por la
sanluqueña Sociedad Económica de Amigos del País, fundada en 1781, cuyos
miembros llevaban algunos años enfrascados, entre otras reformas de la
industria y la educación, en la investigación y perfeccionamiento del cultivo
de las viñas y la crianza de los vinos blancos en Sanlúcar, que ya se consumían
en Cádiz por estas fechas con el nombre de Manzanilla.
Fruto
de estas pesquisas será el manuscrito titulado Tratado de las viñas del
término de esta ciudad de Sanlúcar de Barrameda; especies de uvas que crían;
calidades de tierras en que están situadas; modo de preparar estas para
plantarlas; método de labrarlas; y últimamente, el de hacer la vendimia y criar
sus vinos, fechado en 1784, sin firma, conservado en la Biblioteca Nacional,
cuya autoría ha sido atribuida tanto a Francisco Terán como a Lucas Marín Cubillo,
destacados miembros de la Económica sanluqueña[15]. Este
Tratado, del que tomará algunas notas Boutelou, se refiere, entre otras
cuestiones, a los vinos blancos y a las investigaciones que sobre ellos se estaban
desarrollando en el seno de la Sociedad:
Aún los vinos blancos que de la fermentación salen claros, sueltos
y sanos se suelen, por la mayor parte ahilar, en la estación del verano próximo
y algunos aún con el frío; de suerte que hasta tener dos años cumplidos,
siempre se les nota varias mutaciones de ahilarse, soltarse, alecharse, etc. pero
los que consiguen triunfar de todos estos contratiempos, son en lo sucesivo los
más apreciables por su buen gusto y fragancia.
Los pocos vinos blancos que, por su mucha salud, nunca se ahílan,
son presto olorosos y consumibles, objeto al que se encamina la solicitud de
esta Real Sociedad, conociendo el gran perjuicio que experimentan los
cosecheros teniendo almacenados dos años sus vinos blancos, sin poder usar de
ellos, por sus antedichas mutaciones.[16]
También
Esteban de Boutelou se refiere a estas investigaciones de la Sociedad Económica:
“Es muy digna empresa de la Sociedad patriótica de Sanlúcar el discutir con
experimentos el verdadero mérito de las prácticas locales.”
Todo
parece indicar que estos estudiosos vitivinicultores de la Sociedad sanluqueña
lograron subsanar los problemas suscitados en la crianza del vino blanco o
Manzanilla, pues en 1822 se criaba en las bodegas de Francisco de Paula
Rodríguez “vino blanco trasañejo de tres y cuatro años” (Anexo I),
probablemente por la invención y mejora del sistema de criaderas y solera para su
crianza.
La primera
mención documentada del vino blanco Manzanilla de Sanlúcar aparece en 1781, en
un documento administrativo del Ayuntamiento de Cádiz[17]. Durante
las últimas décadas de aquel siglo, el Manzanilla será uno de los vinos más
populares de la ciudad de Cádiz, tal como lo recoge González del Castillo en
sus sainetes[18].
Así lo ratifica Esteban de Boutelou mediante las varias alusiones que realiza al
vino Manzanilla en su obra de 1807 como, por ejemplo:
Se distinguen los vinos de Xerez y de Sanlúcar en vinos dulces, en
vinos secos, y en vinos blancos de manzanilla.[19]
Los vinos de manzanilla deben ser muy claros,
blancos, sin viso, transparentes, cristalinos, muy aromáticos, suaves, blandos
en el paladar; deben ser poco fuertes, pero deben calentar en el estómago.
Satisfacen estos vinos á la vista y al olfato, antes que al paladar. Los montañeses saben el arte de adobar y preparar los vinos de
manzanilla, de manera que tomen la fragancia que tanto aprecian los Gaditanos.”[20].
Con esto datos
cabría vincular el nacimiento de la Manzanilla, quizá de forma fortuita, a los
montañeses residentes en Cádiz, que regían tiendas de ultramarinos y tabernas. El
perfeccionamiento y normalización del sistema de crianza dinámico de la
Manzanilla serían ya obra de los bodegueros sanluqueños.
Este
sistema criaderas y solera parece estar bien asentado en Sanlúcar en 1801, tal
como lo describe Agustín Fernández (Semanario de Agricultura y Artes, 29
de enero de 1801, p. 60):
Al vino de color se le da por Mayo otro trasiego y otro por Agosto;
pero al blanco, en sacándolo de las lías, no se le debe remover sino para
echarlo sobre soleras; es decir sobre el vino mas añejo,
con lo qual se adelanta mucho; […]. Los vinos por si solos a los tres años
están formados y capaces de llevarse a todas partes; pero algunos cosecheros
venden al año a otros que tienen criaderas, y que
abrigándolos en toneles, con la fortaleza de estos se crían más pronto, y se
hacen mejores. A mas de este beneficio que de pronto reciben, los pasas a
otros toneles de más edad, y en breve adquieren una calidad superior
que los hace muy apreciables para enviarlos al Norte o a la América; bien que
los que comúnmente se embarcan son los de los primeros toneles.
Cuatro
años antes de la muerte de Francisco de Paula, en 1807, Esteban de Boutelou[21],
que residió dos meses en Sanlúcar para diseñar y poner en marcha el Jardín
Botánico, agradece, tanto a Francisco de Terán como a Francisco de Paula
Rodríguez, las informaciones ofrecidas sobre los trabajos que se realizaban en
las viñas y la elaboración de los vinos en Sanlúcar, para componer su obra Memoria sobre cultivo de la
vid en Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera:
No debo pasar en silencio que en sus instructivas
conversaciones, especialmente en las de los Señores D. Francisco de Theran y D.
Francisco de Paula Rodríguez, he adquirido muchas de las noticias que se hallan
en esta memoria.[22]
|
La
estancia de Bouteou en Sanlúcar coincidió con la llegada del reconocido
ampelógrafo Simón de Rojas Clemente[23],
incorporado en 1807 como profesor de Agricultura del Jardín Botánico[24].
Al parecer, alguno de estos dos científicos pudo alojarse en la casa de
Francisco de Paula Rodríguez de la calle Caballeros, tal como recuerda el
dramaturgo sanluqueño Luis de Eguílaz, de forma algo vaga por el tiempo
transcurrido, en el relato “El poeta y el fraile”, escrito en 1870, donde se
refiere a Rojas Clemente y a sus abuelos, Juan Antonio Martínez de Eguílaz (miembro
de la Económica) y María Josefa de la Piedra, ambos destacados aficionados a la
botánica, cuya casa se hallaba muy próxima a la de Rodríguez, en la calle
Caridad:
Hay en la esquina de la cuesta de la Caridad y calle del mismo
nombre, frente á la iglesia en que se rinde culto bajo esta hermosa advocación
á la Virgen María, un caserón antiguo, que conozco á palmos, porque en él
habitaba mi difunta abuela materna, doña María Josefa de la Piedra, en cuya
compañía he pasado largas temporadas de mi niñez. No sé si en esta casa, ó en
la que hoy forma la parte principal del palacio que habitan los ilustres é
ilustrados duques de Montpensier, dio larga hospitalidad más tarde mi abuelo D.
Zenón [Juan] Antonio Martínez de Eguílaz á Rojas Clemente, Abadía (Alí-Bey el
Abasí) [arabista Domingo Badía y Leblich], y otros eminentes naturalistas que
acudían á Sanlúcar, más que á estudiar su naciente jardín de aclimatación,
fundado por Godoy, á deshacer duda acerca de la flora andaluza con el trato de
mis abuelos, tan competentes en botánica como los primeros sabios de su tiempo.
Allí escribió el inmortal Rojas Clemente su célebre Tratado de la vid,
dando de mano para ello á u un infructuoso trabajo sobre los musgos de Irlanda,
y produciendo un libro útil y ajeno á vanas teorías, inspirado en las ideas
prácticas de mi abuelo, que contaba como sus mayores timbres de gloria la introducción
de una variedad de uva, que aun hoy de su apellido se llama martiniega [Martinecia]
la extensión del cultivo de la papa ó patata y la aclimatación del plátano en Andalucía,
…[25]
Por
los mismos años sitúa Luis de Eguílaz al escritor Tomás de Iriarte en
Sanlúcar, del que afirma escribió la comedia El don de gentes en la
hacienda que poseía en el pago de la Jara Francisco de Paula Rodríguez, de
quien dice Eguílaz que era “hombre ilustrado y generoso, que dedicó su fortuna
entera a fomentar la instrucción pública.”[26]
De algunas
cláusulas incluidas en el testamento de Francisco de Paula Rodríguez
se desprende que el negocio del vino resultaba bastante rentable en la época;
así como el gran aprecio que sentía por sus bodegas y vinos. En consecuencia, manifestó
su voluntad de que las viñas, bodegas y vinos fuesen conservados para aplicar
sus beneficios económicos a los gastos de su viuda y usufructuaria, primero, a
la que prohibía vender las viñas, bodegas y vinos; y servir, después, para
financiar el mantenimiento del centro docente que mandó establecer en Sanlúcar.
Así lo expresa en la cláusula 22ª:
Las fincas de viñas,
tierras, casas y bodegas con sus vinos y enseres que las componen las
poseerá [Joaquina Sánchez] igualmente en usufructo por el tiempo de su
viudedad, pero sin facultad de venderlas, cambiarlas o enajenarlas en
otra cualquier forma; […], y quiero que
desde luego se proceda a la aplicación de mis bienes a las respectivas obras
pías que por otra cláusula dispongo se erijan y doten con ellos.[27]
En el mismo testamento, Rodríguez confiaba en que los vinos constituían un
negocio lo suficientemente rentable, siempre que estuviesen “bien cuidados”, manifestando
su deseo de que se conservasen sus bodegas y vinos en la misma cantidad y calidad
en que él los dejaba. Así, en la cláusula 23ª encargaba a sus
albaceas:
En cuanto a los
vinos que actualmente existen en mis bodegas, quiero y encargo que en cuanto
sea posible se conserven en el mismo estado de número de arrobas
y de calidad, pues con el producto
útil que pueden rendir
anualmente, bien cuidados, considero que podrá la dicha usufructuaria,
mi mujer, atender a los legados y asignaciones que dejo hechos, cuidar de hacer
sufragios por su alma y por la mía y conservar esta posesión para el destino
piadoso que con otras le señalo.[28]
Francisco de Paula Rodríguez impuso un gravamen perpetuo de mil reales
anuales sobre las bodegas de la calle Almonte y la viña de la hacienda de
Brevas (El Administrador), destinado a celebrar el aniversario de su muerte con
misa cantada más otras cien misas aplicadas por su alma y la de su esposa. Así
lo impuso en la cláusula 3ª de su testamento:
Ítem es mi voluntad que cada año, en el día que
corresponda al de mi fallecimiento y, siendo éste impedido en el inmediato
libre, se celebre un Aniversario solemne en esta Iglesia mayor Parroquial de
una misa cantada con vigilia y cien misas rezadas en el mismo día
y los inmediatos siguientes, aplicadas todas por mi alma y la de mi mujer, con
el estipendio de doscientos reales vellón por la misa cantada y vigilia, y el
de ocho reales por cada una de las rezadas, cuya cantidad de mil reales vellón
anuales señalo e impongo perpetuamente sobre las casas bodegas en la calle Hospital de la Madre Ignacia, y mi hacienda de
viña del pago de Brevas.[29]
Apenas se
han localizado datos sobre la comercialización de estos vinos. Probablemente,
hasta 1811, año de su fallecimiento, los negociara directamente el propio Francisco de Paula Rodríguez, junto a otros productos agrícolas,
en diferentes destinos comerciales, pues en 1808 aparece en la relación de “hacendados” matriculados en el Consulado
de comerciantes a Indias[30].
En cuanto
a la producción de vinos y sus correspondientes gastos, en el inventario de 1847
se incluye, junto al “Resumen de productos y gastos”, una aproximación a la “renta y producto anual por un
quinquenio”, dentro de las “ventas de
vino y gastos de su conservación y tráfico”:
Aunque
no es posible fijar las @ y precios del caldo que anualmente pueden venderse en
razón a ser un negocio mercantil, que depende de la mayor o menor salida de los
vinos y de la estimación que tengan en el mercado, tomando por tipo de vino que
del mosto que produce la Hacienda del Caudal [130 carretadas de uva], ingresan
en las bodegas, con deducción de las mermas naturales, pueden graduarse por un
quinquenio vendibles en un año 3.300 @ aproximadamente a 33 rs la @ que
importan 108.900 rs; de esta cantidad se han de deducir y anotarse en la
columna de gastos 34.300 rs, que ingresaron en las bodegas del mosto de la
Hacienda del Administrador, en cuyo producto quedan señalados; hay que agregar
también a los gastos los jornales de bodegas y vendimia, conducción de vinos
desde la hacienda a Sanlúcar, reposición y composición de vasijas, enseres y
demás indispensables para el tráfico, que ascenderá a 16.800 rs, por manera que
el producto y gasto de las bodegas y tráfico importan 108.900 – 51.100 rs.”[31]
El
mismo documento ofrece las cifras del importe total del producto (168.556 rs.),
los gastos (115.726 rs). resultando la cantidad líquida de 52.830 reales,
como
beneficio anual.
Entre
los gastos, se señala también el impuesto a pagar: “el dos por ciento de
Administración sobre 108.900 rs vn de vinos vendidos” (2.178 rs.).[32]
Este
inventario está firmado en Sanlúcar de Barrameda, el 17 de mayo de 1847, por
los entonces patronos de la Fundación: los presbíteros de Sanlúcar José María
Fariñas, Antonio Abad Márquez, Genaro López Soriano y Antonio Bentín y
Castellany.
Durante
los siete años siguientes (1847-1855), las bodegas estuvieron gestionadas por
el Seminario y Arzobispado de Sevilla, hasta que 1855, por Real
Orden, se procedió a la devolución de los bienes de Francisco de Paula a la
Fundación sanluqueña.
Otros
productos obtenidos por Francisco de Paula Rodríguez de sus fincas
de secano se consignan, junto a la valoración, en 1811, en “Granos
y semillas recogidos en las dos haciendas de Brevas y La Jara”: 56 fanegas de
frixones, a 180/fanega: 10.170 rs.; 46 fanegas de cebada, a 50/fan.: 2.325 rs;
86 fanegas de trigo a, 112/fan.: 9.632 rs, valorándose todo en 22.127 reales.[33] Al no
referirse la testamentaría al producto de las 235 aranzadas que componían el
Rancho del Gamonal, cabría suponer que esta finca rústica de cultivos de secano
se hallaba arrendada en aquel año.
1. Viñas y bodegas.
En la calle Almonte, junto a la casa residencial de la calle Caballeros, se ubicaron las tres bodegas urbanas de Francisco de Paula Rodríguez. |
A
través de los inventarios consultados, podemos conocer la evolución de los
vinos y bodegas de Francisco de Paula Rodríguez, desde 1811 hasta 1855. Ya en 1875
las bodegas y sus vinos fueron enajenados por el Estado, junto a las otras
fincas rústicas y urbanas de la Fundación, siendo vendidos prácticamente todos
los bienes en subasta pública.
Para el cuidado y
gestión de las viñas y bodegas, Francisco de Paula contó en vida con tres
capataces, a los que legó en su testamento, entre los legados al servicio y
trabajadores de la casa, “6.000 reales vellón a cada uno”. Éstos eran Alonso Jurado, Diego Jurado y Félix Rubín de
Celis”.[34]
Entre 1801 y 1806, Rodríguez adquirió tres bodegas en la calle Almonte (sin número o “sin azulejo”), aledañas a su casa residencial de la calle Caballeros. Se denominaban “Bodega San Francisco de Paula”, “Bodega San Joaquín” y “Bodega vieja de San Joaquín”. Fueron compradas a la fábrica de la Parroquia Mayor y al suprimido convento de los mercedarios descalzos[35]. Estas bodegas medían 2.014 varas y se valoraron en el inventario de 1811 en 256.776 reales.[36]
|
|
Bodega “San Pedro” (calle Banda Playa) característica del siglo XVIII. Perteneció a cargadores a Indias como el marqués de Casa Arizón y los Vicario Iñigo. Actual propiedad de Bodegas Barrero. |
Aunque
no se describen en la documentación, estas tres bodegas de la calle Almonte parecen
ser edificios exentos, edificados en el siglo XVIII, quizá por alguno de los
cargadores a Indias que construyeron o vivieron en la casona de la calle
Caballeros (Julián Cayetano Gally o Tomas Wading). Podrían tener una estructura
similar a algunas bodegas que aún se conservan en Sanlúcar del siglo XVIII,
como “San Pedro” (calle Banda Playa), que también perteneció a cargadores a
Indias y es actual propiedad de Bodegas Barrero. De planta rectangular y altura
proporcionada, el interior queda dividido en tres naves mediante arquerías de
medio punto que recaen sobre gruesos pilares rectangulares y achaflanados con
impostas muy marcadas. Se cubre con una armadura de madera de pino Flandes, de
raigambre mudéjar, del tipo "de par y nudillo" con tirantas
transversales. Estas características constructivas resultaban propicias para la
crianza de la Manzanilla, pues la apertura de ventanas en los muros laterales
permitía la entrada de los vientos de poniente, la humedad del mar y la
adecuada aireación y oxigenación que necesitan para su mantenimiento las
levaduras o “velo de flor”; todos, factores imprescindibles para la crianza de
la Manzanilla.[37]
En 1847 se
alude a los gravámenes que recaían entonces sobre estas tres bodegas
de la calle Almonte, en las cuales se integraba “un corralón antiguo, que tiene
puerta a la misma” y disponían de aljibe.[38]
Entre
1801 y 1806, Francisco de Paula Rodríguez adquirió la hacienda de la Jara,
“compuesta de viña, arboleda, tierra calma, noria y casas”, situada en el pago del
Pino de la Jara (distante una media legua de la población), que también contaba
con terraplén para contener el terreno de la playa. Constaba de unas veinte
aranzadas, distribuidas en 5 ¾ aranzadas de arboleda, 7 ¼ de viña; y 7¾ de
tierra calma[39].
En el Cuerpo General de Bienes de 1811 esta finca fue valorada en su totalidad
en 227.104 reales. Aparecerá arrendada en los inventarios de 1847 y 1855,
excepto la casa principal.
La hacienda
de Brevas o El Administrador, situada en el pago de Brevas, entre los
términos de Rota y Chipiona, fue comprada por Francisco de Paula Rodríguez en pública
subasta, el 28 de abril de 1800, en 340.000 rs.vn., escriturándose mediante
cinco títulos de propiedad. Constaba de casa y dos bodegas llamadas “Bodega
grande” y “Bodega chica”. En el Cuerpo General de Bienes de 1811 fue valorada
en su totalidad (caserío y tierras) en 378.885 reales. Se extendía sobre algo
más de 70 aranzadas[40]
distribuidas y valoradas del siguiente modo, según sus calidades y cultivos:
Término
municipal de Rota:
14 aranzadas. Viña vieja, a 3.500
rs. / aranz.
3,5 aranz. Majuelo viejo, a 5.000
rs. / aranz.
5,5 aranz. Majuelo nuevo, a 4.000 rs.
/ aranz.
5,5 aranz. Tierra calma, a 600 rs. /
aranz.
Término
municipal de Chipiona:
18,5 aranz. Viña, a 4.000 rs. /
aranz.
3 aranz. Tierra calma, a 600 rs. /
aranz.
6 aranz. Que fueron pinar, a 500 rs.
/ aranz.
6 aranz. Contiguas, a 400 rs. /
aranz.
8 aranz. Fuera de vallados, a 300 rs.
/ aranz.[41]
En 1847, una “Nota de las Fincas rústicas y urbanas de la Fundación
Francisco de Paula Rodríguez…”[42] se
refiere a la hacienda del Administrador como una “hacienda nombrada de Ntra.
Sra. de los Dolores, vista alegre, pago de Brevas, conocida por la del
Administrador. Término de la Villas de Rota y Chipiona, compuesta de setenta
aranzadas, tres octavas y pico de estadales de viña y tierra calma, con casa,
bodegas y alambique de mampostería” Esta finca estaba gravada con varios
censos.[43]
En el inventario
de 1855 se declara que la hacienda El Administrador se encontraba “en
buen estado, se ha hecho la mejora de 10 aranzadas de majuelo de dos años, se
labra por la Fundación, menos los manchones arrendados a Antonio García en 880
rs.”.[44]
Además
de estas fincas, Francisco de Paula Rodríguez adquirió el Rancho del Gamonal,
dividido en cuatro hazas, que dedicó a cultivos de secano. Y en 1835 la
Fundación compro la huerta y cortinal del Molinillo, en el Barrio Alto de Sanlúcar,
que en 1855 se encontraba arrendada.
Durante la
confección del inventario post mortem de 1822, tras la
muerte de Joaquina Sánchez Espinosa, se procedió a apreciar las tierras
de las fincas rústicas de la Fundación. De ello se encargaron Pedro Jurado (55
años) y Francisco Rodríguez (73 años), veedores de tierras y
heredades. Sobre la “hacienda de Brevas” (El Administrador), declararon que la “encontraron
perfectamente administrada con indicios y señales de haber recibido
oportunamente las lavores que son de estilo en el país, […]. Esta hacienda se
compone de viñas de varias clases y de tierra calma, por lo que, reuniendo todas
las clases, vale cada aranzada una por otra 4.300 rs y 500 rs cada aranzada de
tierra calma, excepto como seis que fueron de pinar, que por su poco mérito,
manifestaron no valían más que 300 rs cada una.”[45]
Los mismos veedores
reconocieron también la hacienda de la Jara, que encontraron “perfectamente
cultivada y con más sarmientos nuevos que la anterior, asegurando que le han
visto muchos de los dichos plantados en el año último, lo cual conjeturan es
(sic) por causa de la calidad de la tierra que hace se pierdan más. Esta
hacienda se compone de viñas, arboleda y tierra calma, por lo que reduciendo a
un solo precio las aranzadas de la primera clase, vale cada una 4.500 rs, y
1.500 cada aranzada de tierra clama.”[46]
De estos últimos
datos, podemos conocer que el precio de la aranzada de viña en 1822 se situaba
entre 4.300 y 4.500 reales siendo, en comparación, el precio de la tierra para
cultivos de secano mucho más barata, en función de la zona del término
municipal donde estuviesen situadas.
De igual modo, en
1822 se procedió a valorar las bodegas y edificios ubicados en estas
fincas rústicas. Manuel Soriano, Cristóbal Moreno (maestros mayores de albañilería),
José de Barrios, Pedro Cencio del Olmo (maestros de carpintería) y Luis de
Vargas (maestro de herrería y cerrajería), “de la pública nominación en esta
ciudad”, declararon haber reconocido las “casas-bodegas” de la calle Almonte o
de la Madre Ignacia; el caserío de la hacienda de la Jara (compuesto de
diversas habitaciones separadas, dos pozos, postes, agüeductos y obras de
adorno); y el caserío de la hacienda de Brevas con sus bodegas. Los tasadores declararon
que las habían encontrado perfectamente reparadas y cuidadas, sin menoscabo ni
deterioro”. Y, como ya habían apreciado todo en 1811, cuando murió Francisco de
Paula Rodríguez, ahora les daban el “mismo aprecio que entonces les
dieron.[47] (Véase
Cuerpo General de Bienes (parcial), 1811).
Tras la venta que hizo la iglesia mayor de Ntra. Sra. de la O, en 1853, al duque de Montpensier de la antigua casa arrendada a Francisco de Paula Rodríguez como residencia, situada en la calle Caballeros, que ya había servido también como Seminario Conciliar (1831-1842) e Instituto de Segunda Enseñanza (1842-1847), Montpensier llegó a un acuerdo con los patronos de la Fundación para permutarles las tres bodegas de la calle Almonte, que derribó para formar el amplio jardín de su palacio de verano, por otra bodega situada en la calle Cuartel, que el duque compró un año antes, en 1852, al también bodeguero sanluqueño Pedro Manjón y que fueron, con anterioridad, del cargador a Indias Juan de Rosas y Argomedo.[48]
Estas bodegas
estaban y están situadas en el Barrio Alto de Sanlúcar. Entonces, como ahora, formaban una
manzana aislada, abría puertas a la calle Cuartel (llamada antiguamente calle
de Garibay o de Valverde) y a la calle de la Iglesia Mayor (actual Luis de
Eguílaz), lindando con las mismas y con las calles Santiago y Albaycín. En 1855,
el edificio se hallaba “dividido en dos partidos independientes”: el de mayor
extensión estaba ocupado por las bodegas y oficinas de la Fundación; y el otro se
hallaba arrendado a los herederos de Benigno Barbadillo (Testamentaría) en
2.160 rs anuales. A todo ello se añadía un solar contiguo en el Albaycín,
compuesto por 700 varas de sitio.
El duque de
Montpensier pagaba a la Fundación un tributo de 800 rs anuales (rédito de un
capital de 26.666,22 2/3 rs), sobre las antiguas bodegas de la calle Almonte,
correspondientes a la carga con que las dejó gravadas Francisco de Paula
Rodríguez, para pagar su aniversario y cien misas rezadas por su alma y la de su esposa. Además,
esta bodega de la calle Cuartel estaba cargada con varios censos.[49]
En una “Nota de
los bienes de que se compone el caudal de la fundación de D. Francisco de Paula
Rodríguez”, integrada en el inventario de 1855, se dice que en el edificio
permutado por el duque de Montpensier “se construyeron nuevas bodegas mucho
mejores que las anteriores”[50]. A estas bodegas de la calle Cuartel podrían pertenecer
las denominadas, en el inventario de 1855, “San José” y “San Lucas”, aunque al
mismo tiempo se recogen las existencias de vinos en otras dos antiguas bodegas
de la calle Almonte nombradas “San Francisco de Paula” y “San Joaquín”, quizá
porque aún se usaban en esta fecha, por no haberse había finiquitado el
traslado; o bien porque llamasen con los antiguos nombres a algunos cascos de
las nuevas bodegas.
En 1875, estas
bodegas de la calle Cuartel Viejo, nº 1 fueron enajenadas por el Estado y
vendidas en subasta pública, siendo adjudicadas el 22 de febrero de 1875 a
Antonio Barbadillo por importe de 289.000 pesetas.[51]
En la actualidad,
este conjunto de bodegas de la calle Cuartel, denominadas Nueva, Alambique
I, Alambique II y Colegio, se hallan agrupadas en la misma
manzana y continúan perteneciendo a Bodegas Barbadillo.[52]
2. Tipos de
vinos. El Manzanilla.
Durante las
últimas décadas del siglo XVIII, algunos miembros de la Sociedad Económica de
Amigos del País de Sanlúcar se hallaban investigando sobre nuevas fórmulas para
desarrollar y perfeccionar la vitivinicultura, como ya se ha
mencionado. Estos años coinciden con el nacimiento del vino Manzanilla,
vinculado estrechamente a las tiendas de montañeses de Cádiz. Todo parece
indicar que con el vino sanluqueño nacería el sistema de crianza denominado
“de criaderas y solera”, generalizado poco después en toda la zona vinícola
gaditana y en otras provincias, como Córdoba o Huelva. Así se desprende de la
disposición de los vinos en las bodegas de Francisco de Paula Rodríguez en 1811.
Para este capítulo
se puede consultar el Anexo I, donde se desglosan los tipos de vinos, precios,
arrobas, vasijas…, existentes en cada bodega, recogido de los cuatro
inventarios estudiados.
La organización
de las bodegas se resolvía, entre 1811 y 1855, mediante andanas de vasijas montadas
en tres hiladas o escalas en altura. La primera hilada o solera estaba
compuesta por toneletes situados sobre el suelo, del que los separaban los bajetes
de piedra (también inventariados), cuyos soportes para las soleras en Sanlúcar
han sido tradicionalmente de piedra ostionera. Sobre estos toneletes se elevan
dos hileras de “botas españolas”. Por
ejemplo, en la “Bodega San Joaquín” se sitúan el “vino blanco añejo” y “vino
blanco nuevo” en tercera hilada o superior (actualmente llamada “segunda
criadera”); y “vino blanco trasañejo” en segunda hilada intermedia
(“primera criadera”) y en la solera propiamente. Esta disposición de las vasijas
y los tipos de vinos reproducen el sistema dinámico denominado hoy “de
criaderas y solera”, por el que los vinos nuevos reponen las faltas de las
criaderas superiores que, a su vez, “receban” la primera criadera, y con los vinos de éstas se “refrescan”
las soleras, de donde salen las sacas anuales de vino para su comercialización.
En
1811, la
mayoría de los vinos (58,35 %), almacenados en las bodegas de Francisco
de Paula Rodríguez (26.317 arrobas), son vinos blancos (nuevos, añejos y trasañejos), -15.356 arrobas- que parecen referirse al vino Manzanilla, como se
constata en el inventario de 1847: “mansanillas o blancos”, pues con
anterioridad a la segunda mitad del siglo XVIII sólo se elaboraban en Sanlúcar los
tradicionales vinos de color, de crianza estática y oxidativa, como el Jerez;
y vinos blancos en claro, es decir, mostos fermentados y vinos jóvenes recién
hechos. También se criaban en estas bodegas de Francisco de Paula desde 1811 vinos
de color (nuevo sobre soleras y añejo sobre soleras), - 10.176 @-, que suponen
un 38,64 % de total-, Moscatel blanco y Pedro Ximenez, vinos de viso y turbios
de color, aunque en menor proporción, así como vinagres y aguardientes. Todas
las existencias de vinos conservados en las bodegas de Francisco de Paula se
valoraron, en el inventario de 1811, en 984.477 reales de vellón.
Según el inventario
de 1822, se guardaban en las bodegas de la Fundación Francisco de
Paula Rodríguez 25.475,50 arrobas de vinos. De éstos, se
contabilizan 15.741 arrobas de vino blanco añejo y trasañejo, que suponen un
61,78 del total de las existencias, por lo que continuaban predominando la
crianza de vinos blancos; y 8.487,5 arrobas de vino de color (33,31 %), que se
concentraban en la “Bodega Nueva de San Joaquín”. También se criaban, en menor
cantidad (1.247 arrobas), otros vinos como Pedro Ximénez, Moscatel, vino
turbio, además de aguardiente y vinagre. Todos los vinos contenidos en las
bodegas se apreciaron este año en 982.725 rs.
Para el año 1847,
se invierte la tendencia anterior, observándose una mayor cantidad de vinos de
color que de vinos blancos en las bodegas de la Fundación. Así, se
contabilizan, tanto en las bodegas de la calle Almonte como en las bodegas de
la hacienda El Administrador un total de 34.375 arrobas. De éstos, 15.644 arrobas son vinos blancos (45,50 %), mientras que 17.414 arrobas son vinos de color (50,65 %). Por primera vez
se contabiliza el mosto obtenido de la cosecha de 1846 de la viña El
Administrador, que asciende a 4.614 arrobas, lo que supone un 13,42 % del total
de las existencias. Los vinos inventariados suman un total de 1.163.274 reales.
En los inventarios de 1847 y 1855 ya aparecen reseñados los vinos por “clases” o calidades (sistema de criaderas y solera), cuya forma de clasificar los vinos es característica de Sanlúcar. Para los vinos blancos se señalan seis clases diferentes; Moscatel de tres clases; y Pedro Ximenez de tres clases. Al igual que en 1847 se afianza la tendencia a una mayor crianza de vinos de color, aunque este año las cantidades de ambos vinos están más equilibradas. Se contabiliza un total de 25.787,5 arrobas valoradas en 1.401.995,22 reales, descendiendo las existencias respecto a 1847. Se apreciaron 11.152 @ de vinos blancos (43,24 %) y 12.107 de vinos de color (46,94 %).
1855 -
Resumen general de vinos, mostos y enseres de bodegas. |
||
Vinos y Enseres |
Arrobas |
Valores |
Vinos
aforados. |
24.005,5 |
1.162.219 |
Vasijas y
enseres de bodegas. |
|
188.343 |
Mosto
aforado y justipreciado. |
1.782 |
42.001,5 |
Enseres
de vendimia. |
|
9.432 |
Total (rs.
vn.) |
25.787,5 |
1.401.995,
22 |
Fuente: AHDAJ. Inventario de 1855. "Resumen General".
Durante el proceso
de este inventariado de 1855, en la reunión del día 28 de septiembre, el
patrono Antonio Abad Márquez manifestó que el día 16 de septiembre había
concluido la vendimia en la hacienda El Administrador y también se
habían tomado ocho carretadas a Diego Macías Camacho en pago del arrendamiento
de la hacienda de la Jara, por lo que “le parecía muy oportuno y aún necesario
inventariar y justipreciar las arrobas de mosto que quedaron existentes en
vasijas de aquellas bodegas, al concluir la vendimia, según el cuaderno [de
vendimia] del capataz Gabriel Merino”, en el que se aprecian individualmente
las operaciones de vendimia, en cuanto al número de arrobas, medidas, sus
valores y existencias, agregando al precio de la uva los costos de su lagareo,
según cuenta particular del mismo capataz”. Los presentes en la reunión de
inventariado acordaron agregar al inventario la cantidad de mosto existente en
aquellas bodegas.[53] Así, en
el inventario aparecen apreciadas 1.782 arrobas de mosto, cuya cantidad se
sitúa en menos de la mitad del mosto inventariado en 1847.
En los cuatro
inventarios consultados, la clasificación y aprecio de los vinos corrió
a cargo de diferentes tasadores de Sanlúcar. En 1811, la clasificación de vinos en bodegas fue efectuada por Pablo Reguera y
Miguel Sánchez Barriga, maestros toneleros y aforadores “de Nominación pública”
de Sanlúcar y vecinos de esta ciudad[54]. Y
el aprecio de estos vinos de las tres bodegas fue llevado a cabo por Antonio
Pérez del Campo (64 años) y Miguel de Ullate (52 años).[55] Este
mismo año la testamentaría pagó por sus tareas de peritaje, entre otros, a los toneleros y aforadores 2.473 reales; y a
los apreciadores de vinos 1.956 reales.
Para formalizar el
inventario de 1822, los vinos fueron reconocidos y
apreciados por los tasadores Juan Merino y Juan Sañudo.[56]
Del inventariado
de los vinos, en 1847, se encargó el perito Gabriel Merino, “nombrado por el
Alcalde, Presidente de la Junta inspectora del Instituto de Segunda Enseñanza
de esta ciudad, y por los Sres. Comisionados del Sr. Gobernador Eclesiástico de
este Arzobispado, para clasificar los vinos, y demás caldos existentes en las
Bodegas de la Fundación […]”, quien manifestó que “pareciéndome para la
clasificación fijar precio para formar las clases, lo he practicado así con
sujeción al aforo marcado en el fondo de cada vasija”. Esta clasificación de
los vinos efectuada por Merino fue cotejada por éste y por los tasadores Manuel
Álvarez y Antonio Gutiérrez del Olmo, que estuvieron conformes con el
inventario, aforo y valoración realizados.[57]
El 23 de agosto de 1855 se reunieron los patronos e interventores
comisionados, nombrados por el Gobernador, en las bodegas de la Fundación del
Barrio Alto (bodega de la calle Cuartel). Para proceder al aforo de
los caldos y justiprecio de las vasijas y enseres de las bodegas, se nombró a Antonio Gutiérrez del Olmo, Aspillador; Juan
Sañudo, maestro de tonelería; y Gabriel Merino, capataz de las bodegas; quienes
procedieron a la clasificación y justiprecio de los vinos y demás caldos de las
bodegas.
3. Vasijería y enseres de bodegas y de vendimia. Alambique
y colmenas.
Las relaciones de enseres de bodegas y
viñas, que aparecen en los distintos inventarios, se han recogido en el Anexo
II.
En el inventario de 1811 las vasijas y
utensilios existentes en las bodegas de la calle Almonte se apreciaron en
186.320 reales; y las vasijas de las bodegas de la hacienda de Brevas fueron valoradas
en 81.591 reales; junto a los enseres de los lagares de esta última finca,
apreciados en
2.325 rs.[58] Se encargaron de su
inventariado y valoración Gabriel Merino capataz de las bodegas; Juan Sañudo, Maestro de Tonelería;
y Antonio Gutiérrez del Olmo, aspillador; quienes procedieron al aforo de los
caldos y al justiprecio de las vasijas y enseres.
En 1822, Antonio Esper (70 años) y Miguel
Sánchez Barriga (45 años), maestros toneleros de Sanlúcar, inventariaron,
numeraron y apreciaron la vasijería y enseres existentes en las bodegas de la
Fundación.[59]
Para la realización del inventario de
1847, la vasijas y enseres fueron inventariados y justipreciados por los
peritos Manuel Álvarez y Antonio Gutiérrez del Olmo. La vasijería
existente en las bodegas de Sanlúcar costaba de 358 toneletes y 649 botas, en
las bodegas de la calle Almonte; y 94 toneles, 98 toneletes, 96 botas y 8 cuarterolas,
en la hacienda El Administrador. En total, la vasijería existente en todas las bodegas
(94 toneles, 456 toneletes, 954 botas, 18 cuarterolas y 15 barriles)[60] fue
apreciada en 196.386 rs. Los enseres de bodegas y de
vendimia, sin incluir las calderas del alambique, se valoraron en 19.210 rs,
importando todo 215.596 rs.[61]
Cabe señalar que los toneles sólo se
utilizaron en las bodegas de la hacienda El Administrador, estando las soleras
de las bodegas urbanas compuestas por toneletes.
Por otro lado, llama la atención la existencia en las bodegas, en 1855, de dos taquillas de madera para vasos y venencia. Cabe suponer que esta “venencia” sería entonces de caña, como la que se ha usado tradicionalmente en Sanlúcar para escanciar el vino de las botas.
La hacienda de Brevas o El
Administrador también disponía de un alambique para elaborar aguardientes.
En 1811 fue valorado en 11.500 rs. y estaba compuesto por:
Dos
calderas de cobre para sacar aguardiente (8.000 rs.)
Dos
calderas para cocido con sus culebras. (3.500)
En 1822 este
alambique fue valorado en 11.830 rs por Pedro Baeza, maestro calderero de
Sanlúcar. Estaba compuestos por:
Dos
ollas de cobre grandes, una de 150 rs y otra de 60: 210 reales
Dos
medias @ de cobre, a 50 rs: 100 rs.
Dos
espumaderas, a 10: 20 rs.
Dos
calderas de cobre para cocido con sus culebras de id., 8.000 la grande y 3.500
la chica: 11.500 rs.[62]
En los inventarios
de 1847 y 1855, no se justipreció el alambique. Este año constaba
de:
Dos
calderas con sus cabezas, regolas y culebras, para sacar aguardiente de buen
uso.
Una
caldera para cocido con una rotura en el fondo.
Una
porción de piedras para cargar las pozas del orujo.
En la finca El
Administrador existían colmenas de abejas, si bien fueron disminuyendo
al pasar los años. En 1811 se inventaría un colmenar con 125 colmenas,
valoradas en 1.875 rs. En el inventario de 1822 habían descendido a treinta
colmenas, que fueron apreciadas por Francisco Díaz, “inteligente en colmenas”,
quien las apreció en 300 reales.[63] En 1847
se consignan “veinte colmenas de corcho y de
madera”.
Curiosamente, en
la actualidad, existe una tendencia creciente a instalar colmenas de abejas en
las viñas pues, aunque las abejas no influyen en la viña de manera directa, “ayudan
a combatir de manera natural a posibles parásitos o enfermedades de la vid”. Esta
tendencia se acrecienta en aquellas viñas donde no se utilizan biocidas,
habiéndose observado que la presencia de abejas en los viñedos “puede hacer
aumentar la producción de la cosecha de forma considerable, hasta un 30%.”[64]
4. Venta pública de las fincas de la
Fundación Francisco de Paula Rodríguez.
Por considerarse una Fundación “benéfica”, los bienes
raíces (fincas urbanas y rústicas) de la Fundación Francisco de Paula Rodríguez
de Sanlúcar de Barrameda fueron enajenados por el Estado y vendidos, en subasta
pública, entre 1874 y 1875.[65]
Declarados en estado de venta, en
virtud de las leyes de 1 de mayo de 1855 y 11 de julio de 1856, todos los
predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes al Estado y
Corporaciones civiles de la Nación,
fueron subastadas las fincas rústicas y urbanas de la Fundación, al quedar conceptuados
como “bienes de beneficencia”[66].
Entre otras fincas, se subastaron las viñas y bodegas con sus vinos:
-
Hacienda
El Administrador (Ctra. Sanlúcar-Rota), en el pago de Brevas, con 70 ¾ aranzadas.
Rendía en arrendamiento 8.000 pesetas y fue adjudicada a José Montilla por
302.005 pesetas, a pagar en un pago de 30.205,50 pesetas más catorce pagarés
por la misma cantidad a abonar entre 1875 y 1888.
-
Bodega
calle Cuartel Viejo, 1. Producía en arrendamiento 767 pesetas. Fue adjudicada a
Antonio Barbadillo en 289.000 pesetas, a pagar en un primer pago de 28.900 pesetas
y nueve pagarés por la misma cantidad entre 1876 y 1884.
En 1888, Francisco Rubio
Contreras, Arcipreste de Sanlúcar y patrono de la Fundación Francisco de Paula
Rodríguez, declara que el Estado aún no le había entregado las láminas “que
pertenecen en equivalencia de los bienes que se le vendieron”[67]. Es decir, trece
años más tarde, la Fundación no había recibido compensación alguna por la
enajenación y venta de sus bienes.
***
Fuentes documentales.
AMSB. Archivo Municipal de Sanlúcar
de Barrameda.
AHDAJ. Archivo Histórico Diocesano
de Asidonia-Jerez.
AGAS. Archivo General de Arzobispado
de Sevilla.
AHPC. Archivo Histórico Provincial
de Cádiz.
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Real Sociedad Económica de Amigos del País de esta Ciudad en el año 1784”. Educared
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Mercantil o Guía de Comerciantes para 1808. Madrid.
Barbadillo
Eyzaguirre, Manuel y Molina Massó, Montserrat: Guía para recorrer 200 años
de Bodegas Barbadillo. Bodegas Barbadillo, 2022.
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ejecutoria de la manzanilla. Jerez, 1933.
—— El vino de la alegría.
Jerez, 1951.
—— Otra vez la manzanilla.
Jerez, 1975.
—— La manzanilla. Sanlúcar de
Barrameda: Antonio Barbadillo, S.A., 1995 [reedición conjunta de El vino de
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Romero, Antonio P.: Historia de las bodegas Barbadillo. Sanlúcar de Barrameda:
Bodegas Barbadillo, 1998.
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de la Frontera”. Seminario de Agricultura y Artes, 13 de agosto de 1807.
—— Memoria
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Madrid. Imprenta de Villalpando, 1807. Edición facsímil. Consejería de
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—— “Observaciones
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Cabral Chamorro, Antonio: “El Jardín
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Daza Palacios, S.: Sanlúcar de
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——“Aproximación a la arquitectura
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——“La colección artística de
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Barrameda (Cádiz), a través de cuatro inventarios”. Desde el templo del
Lucero (2 de julio de 2023); y Academia.edu.
——“Ajuar doméstico, plata labrada,
joyas y otros enseres de Francisco de Paula Rodríguez y Joaquina Sánchez
Espinosa, según cuatro inventarios de bienes (1811-1855), en Sanlúcar de
Barrameda (Cádiz)”. Desde el templo del Lucero (23 de agosto de 2023) y Academia.edu.
——La Manzanilla
de Sanlúcar en el siglo XIX a través de la prensa. Amazon, 2023.
Girón Sierra, Álvaro, Barquín Sanz,
Jesús: “Clemente y Boutelou: 200 años” en elmundovino.com. En elmundo.es
(12 de diciembre de 2007).
——“Clemente
y Boutelou en la Sanlúcar de Terán y Godoy. Botánica, agricultura y mecenazgo”.
Pascual Hernández, Jorge (Coord.): Bicentenario de Esteban Boutelou y Simón
de Rojas Clemente. Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura y Pesca,
2008; pp. 171-193.
Pemartín, Julián: Diccionario del
vino de Jerez. Ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1965.
Ferrándiz Araujo, Carlos: Real
Jardín Botánico de Cartagena. Monografías de Historia de Murcia Nº 32.
Murcia. Academia Alfonso X el Sabio, 1990.
Iglesias Rodríguez, Juan José: Sanlúcar
de Barrameda en el siglo XVIII. Aspectos económicos, sociales e institucionales.
Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, 1985.
Maldonado Rosso, Javier: La
formación del capitalismo en el Marco del Jerez. De la vitivinicultura
tradicional a la agroindustria vinatera moderna (siglos XVIII y XIX),
Madrid, Huerga y Fierro, Editores, 1999.
Márquez Hidalgo, F.: Manuel Godoy
y la Sanlúcar Ilustrada. Sanlúcar de Barrameda: Fundación Municipal de
Cultura, 1995.
——“El Real Jardín Botánico de la Paz
de Sanlúcar de Barrameda”. Sanlúcar de Barrameda, 2002
Martín Polo, Fernando: Simón de
Rojas Clemente. Universidad de Valencia, 2016.
Ramos Santana, Alberto: “La
manzanilla de Sanlúcar de Barrameda: dos siglos de una denominación
característica”. En santos, J. (ed.): Actas de I Congreso Internacional de
la Historia y la Cultura de la Vid y el Vino; pp. 321-327. La Rioja, 1996.
Vegazo Palacios, Jesús: “Primer Tratado
Vitivinícola de Sanlúcar de Barrameda (1784)”. Blog La cápsula del tiempo:
retazos de la historia y de la geografía (23 de abril de 2016).
ANEXO I
Inventario post
mortem de Francisco de Paula Rodríguez en 1811.
Existencias de vinos en las tres bodegas de
Francisco de Paula Rodríguez (1811)[68] de la calle Almonte |
|||
Bodega de San
Francisco de Paula |
|||
Vinos / Vasijas |
Arrobas @ |
Precio @ (rs. vn.) |
Valoración (rs. vn.) |
1ª ANDANA. Vino blanco
trasañejo (110
toneletes: 3.277,5 @) 109 toneletes |
3.247,5 |
45 |
146.137,5 |
1 tonelete |
30 |
40 |
1.200 |
2ª ANDANA.
Vino blanco trasañejo (103 botas:
2.376,5 @) 99 botas |
2.280 |
40 |
91.200 |
4 botas |
96 |
35 |
3.377,5[69] |
3ª ANDANA.
Vino blanco añejo (96 botas) |
1.985 |
32 |
63.520 |
Vinagrera (43 botas) |
507 |
18 |
9.126 |
Vino de Viso (1 bota) |
21 |
20 |
420 |
Aguardiente (6 botas con
30 @ / Ud.) |
180 |
90 |
16.200 |
|
8.346,5 |
|
331.181 |
Bodega
San Joaquín [1822: Bodega
Vieja de San Joaquín] |
|||
Tipo de vinos
/ Vasijas |
Arrobas |
Precio / @ |
Importe |
Vino blanco
trasañejo (110
toneletes: 3.587,5 @) 12 toneletes |
396,5 |
35 |
13.877,5 |
28 toneletes |
876 |
45 |
50.420[70] |
32 toneletes |
965,5 |
35 |
33.792,5 |
6 toneletes |
305 |
50 |
15.250 |
32 toneletes |
1.044,5 |
35 |
36.557,5 |
2ª ANDANA. Vino
blanco trasañejo (103 botas) 67 botas |
1.366 |
35 |
47.810 |
32 botas |
697 |
35 |
24.395 |
Vino Moscatel
blanco 3 botas 1 bota |
69,5 15 |
60 60 |
4.170 900 |
3ª ANDANA. Vino
blanco añejo (96 botas) 9 botas 6 botas 24 botas 41 botas |
181 130,5 500,5 612 |
30 30 30 30 |
5.430 3.915 15.015 18.360 |
Vino blanco
nuevo 10 botas |
206 |
25 |
5.150 |
Turbios de
color 5 botas |
147,5 |
26 |
3.835 |
Vinagre 1 bota |
19,5 |
12 |
234 |
|
7.532 |
|
279.111,5 |
Bodega
Nueva de S. Joaquín |
|||
1ª ANDANA. Vino de color trasañejo (110 Toneletes) 22 toneletes 73 toneletes |
953 3.252,5 |
40 40 |
38.120 130.100 |
Vino blanco añejo sobre soleras 15 toneletes |
437 |
35 |
15.295 |
2ª ANDANA. Vino de color añejo sobre soleras (104 botas: 2.932,5
@) 10 botas 2 botas 5 botas 3 botas 84 botas |
281,5 56,5 141 84 2.369,5 |
35 40 35 40 35 |
9.852,5 2.260 4.935 3.360 82.932,5 |
3ª ANDANA. Vino de color nuevo sobre soleras (104 botas) 10 botas 5 botas 2 botas 84 botas |
281,5 140,5 56.5 2.357 |
30 35 35 30 |
8.445 4.917,5 1977,5 70.710 |
Vino Pedro
Ximénez (3 botas) 1 bota 1 bota 1 bota |
28,5 28 28 |
40 40 40 |
1.140 1.120 1.120 |
|
10.438,5 |
|
376.285 |
|
26.317
|
|
984.477 [986.578] |
Fuente: AMSB. Testamentaría de Francisco de Paula
Rodríguez (1811-1814). Elaboración propia.
Inventario post
mortem de Joaquina Sánchez (1822)
Existencias de vinos en las
tres bodegas de calle Almonte (1822)[71] |
|||
Bodega de San Francisco de
Paula |
|||
Vinos y vasijas |
Arrobas @ |
Precio @ |
Valoración |
Vino blanco trasañejo (110 toneletes) |
3.655,5 |
48 |
175.464 |
2ª ANDANA: Vino blanco, mitad añejo y mitad trasañejo (103 botas españolas) |
|
|
|
3ª ANDANA. Vino blanco añejo 96 botas españolas |
|
|
|
Valoración Vinos 1ª y 2ª andanas. Nº 1-51 Nº 52-98 Nº 99-150 Nº 151-199 |
1.108,5 1.135 1.115 1.196 |
42,5 33 42,5 33 |
47.111,25 37.455 47.387,5 39.468 |
Vino turbio Corredores del patio: 4 botas |
122,5 |
20 |
2.450 |
Vinagrera: 44 botas |
673 |
15 |
10.095 |
|
9.005,5 |
|
359.431 |
Bodega vieja San Joaquín |
|||
Vino blanco trasañejo de tres y cuatro
años (110 toneletes) 38 toneletes 10 toneletes 62 toneletes |
1.263,5 310 1.524,5
|
45 45 52 |
56.857.5 13.950 79.274 |
Pedro Ximénez trasañejo (6 botas) |
269 |
40 |
10.760 |
2ª ANDANA (101 botas) Vino blanco trasañejo Vino blanco añejo y trasañejo Vino Moscatel simple (2) |
|||
3ª ANDANA. Vino blanco trasañejo (94 botas) |
|
|
|
Valoración 2ª y 3ª andanas. (195 botas) Nº 1-34 Nº 35-36 Nº 37-49 Nº 50-95 Nº 96-147 Nº 148-195 |
722 55,5 281,5 1.101 1.113 1.160 |
42 54 42,5 33 42,5 33 |
30.324 2.997 11.964 36.333 47.302,5 38.280 |
Aguardiente. 6 botas. |
182,5 |
20 |
3.650 |
|
7.982,5 |
|
274.834,5 |
Bodega nueva de San Joaquín |
|||
Vino de color trasañejo de cuatro años. Toneletes (110) 16 toneletes 94 toneletes |
643,5 3.275 |
42 35 |
27.027 114.625 |
2ª ANDANA. Vino de color trasañejo Botas (103) (1-10) (21-103) |
|
|
|
Vino Pedro Ximénez trasañejo (11-20) Nº 53-72 Nº 142-150 |
260,5 236 |
23 23 |
5.991.5 5.428 |
3ª ANDANA. Botas (96) Vino de color añejo (Nº 1-9) |
|
|
|
Vino de color añejo y nuevo (Nº 19-96) |
|
|
|
Vino de Pedro Ximénez (Nº 10-18) |
|
|
|
2ª y 3ª andanas (199 botas). Valoración. Nº 1 al 52 Nº 73 a 103 Nº 104-141 Nº 151-199 |
1.290,5 1.021.5 821 1.062 |
31 31 25 25 |
40.005.5 31.666.5 20.525 26.550 |
Igual clase de vino en el suelo: 29 botas |
899 |
22 |
19.778 |
|
8.487,5 |
|
213.933 |
Valoración total (@ / rs. vn.) |
26.497[72] |
|
Fuente: AHDAJ. Inventario 1822. (S/f). Elaboración
propia.
Inventario de 1847
Existencias de vinos en las
bodegas de la Fundación Francisco de Paula Rodríguez[74] |
||||
Bodega San Francisco de
Paula |
||||
Vinos |
Nº Vasijas |
Arrobas |
Precio @ |
Valoración |
Vinos blancos de 2ª Clase |
55 toneletes |
1.328 |
38 |
50.464 |
Vinos blancos de 5ª Clase |
55 toneletes |
1.502,5 |
25 |
37.562,17 |
Vinos blancos de 6ª Clase |
199 botas |
2,566 |
18 |
46.188 |
|
|
|
|
|
Bodega vieja de San Joaquín |
||||
Vinos blancos de 1ª Clase |
56 toneletes |
1.589 |
42 |
66.738 |
Vinos blancos de 4ª Clase |
54 toneletes |
1.413,5 |
30 |
42.405 |
Vinos blancos de 3ª Clase |
196 botas |
3.195 |
33 |
105.435 |
|
|
|
|
|
Bodega nueva de San Joaquín |
||||
Vinos de color de 1ª Clase |
28 toneletes y 53 botas |
2.388,5 |
70 |
167.195 |
Vinos de color de 2ª Clase |
81 toneletes y 75 botas |
5.362,5 |
45 |
241.627,5 |
Vinos de color de 3ª Clase |
72 botas |
3.463,5 |
30 |
103.905 |
En el colgadizo de las bodegas |
||||
Vinagre |
9 botas 1 bota con returbios de vinagre |
143,5 |
10 |
1.435 |
|
|
22.952 |
|
862.955 |
Bodegas Hacienda El Administrador. |
||||
Bodega Grande |
||||
Vino de color de 1ª Clase |
50 toneles |
2.683 |
25 |
67.075 |
Vino de color de 2ª Clase |
44 toneles y 23 toneletes |
3.012,5 |
20 |
60.250 |
Vino de color (Clase única) |
1 tonelete 19 botas |
504 |
12 |
6.048 |
Pedro Ximenez |
2 toneletes |
38 |
30 |
1.140 |
Moscatel |
3 botas |
96 |
30 |
2.880 |
Aguardiente refino |
1 bota |
12 |
50 |
600 |
Aguardiente de orujo |
3 botas 1 cuarterola |
93 |
20 |
1.860 |
Arrope |
7 cuarterolas |
133 |
45 |
5.985 |
Mosto de la cosecha 1846 que está en claro y hecho vino. |
73 toneletes 89 botas |
4.614 |
12,5 (aprox.) (variable) |
57.382 |
|
|
|
|
|
Bodega Chica. |
||||
Vino blanco (Clase única) |
3 botas |
58 |
25 |
1.450 |
Vino blanco (Clase única) |
72 toneletes 66 botas |
3.992 |
12 |
47.904 |
| ||||
Pedro Jiménez de color (P. X.) |
6 toneletes |
216,5 |
60 |
12.990 |
Pedro Ximenez blanco |
1 bota 1 bota |
22 25 |
25 15 |
550 375 |
Moscatel de 1ª Clase |
5 botas |
120,5 |
90 |
10.845 |
Moscatel de 2ª Clase |
5 botas |
120,5 |
70 |
8.435 |
Moscatel de 3ª Clase |
1 tonelete y 4 botas |
134,5 |
60 |
8.070 |
Moscatel de 4ª Clase |
1 tonelete y 5 botas |
162 |
40 |
6.480 |
|
|
16.036,5 |
|
300.319 |
|
||||
|
|
|
|
|
|
Totales (@ / rs. vn.) |
38.989 |
|
1.163.274 |
|
|
|
|
|
Fuente: AGAS. Inventario 1847. Elaboración
propia.
Inventario de 1855
Existencias de vinos en las bodegas
de la Fundación Francisco de Paula Rodríguez[75] |
|||||
Bodega |
Clase Vino |
Vasijas |
Arrobas |
Precio |
Valor |
S. Francisco de Paula |
Vino blanco de 1ª Clase |
61 Toneletes |
1.664,5 |
47,5 |
79.063,75 |
|
Blanco de 2ª |
62 id. |
1.658 |
45 |
74.610 |
|
Blanco de 3ª |
65 id. |
1.673,5 |
42 |
70.287 |
|
Blanco de 4ª |
177 botas |
2.676 |
41 |
109.716 |
|
Blanco de 5ª |
166 id. |
1.906 |
39 |
74.334 |
|
|
|
9.578 |
|
408.010,75 |
San Joaquín |
Blanco de 6ª |
34 Toneletes y 92 botas |
1.574 |
37 |
58.238 |
San José |
Vinos de Color seco de 1ª |
92 Toneletes |
3.679,5 |
75 |
275.262,5 |
|
Vinos de color seco de 2ª |
162 botas |
3.094,5 |
60 |
185.670 |
|
P. Ximenez 1ª Clase P. Ximenez 2ª Clase P. Ximenez 3ª Clase |
2 toneletes 2 botas 1 tonelete |
56 29 25 |
60 47,5 40 |
3.360 1.377,5 1.000 |
|
Returbio |
1 bota |
22 |
25 |
550 |
|
|
|
8.480 |
|
525.458 |
San Lucas |
Vinos de color de de 3ª |
27 toneletes y 45 botas |
2.013 |
40 |
80.520 |
|
Moscatel 1ª |
8 Toneletes |
176,5 |
90 |
15.885 |
|
Moscatel 2ª |
7 Botas |
119 |
80 |
9.520 |
|
Moscatel 3ª |
6 botas |
119,5 |
70 |
8.365 |
|
|
|
2.428 |
|
114.290 |
Colgadizo |
Vinagre |
11 |
199,5 |
19 |
3.790,5 |
Hacienda El Administrador |
|
|
|
|
|
Bodega grande |
Color seco 1ª |
44 toneles 16 toneletes |
2.074 |
35 |
72.590 |
|
Color seco 2ª |
50 toneles 7 toneletes |
1.246 |
30 |
37.380 |
|
|
|
3.320 |
|
109.970 |
|
1.162.219,25[76] |
||||
Aforo y justiprecio de mostos en la Hacienda del Administrador. |
|||||
|
Para vino blanco |
34 toneletes |
1.413 |
24 |
|
|
Para vino de color |
11 botas |
297 |
24 |
|
|
Para vinagre |
3 botas |
72 |
13,13 |
|
|
|
|
1.782 |
|
42.001,5 |
Fuente: AHDAJ. Inventario 1855. (S/f). Elaboración
propia.
***
ANEXO
II
Enseres de bodega y vendimia (1811-1855)
Inventario
de 1811
Enseres y utensilios de las tres bodegas de calle Almonte.[77]
Once jarras a
10 rs: 110 rs.
Siete foniles a
15: 105 rs.
Dos bombas
viejas: 75 rs.
Una bigornia: 75
rs.
Tres platillos,
a 4: 12 rs.
Un martillo: 15
rs.
330 pares de
bajetes de piedra, a 6 el par: 1.980 rs.
Hacienda El
Administrador
Cuarto del
capataz
Tres azadones: 36
rs.
Una azada: 30
rs.
Enseres de la viña
Cinco
carretadas de redores: 300 rs.
Veinticuatro
tinetas de vendimia: 96 rs.
Tres barriles
para agua: 30 rs.
Enseres de Bodega (aprecio de toneleros: 81.591 rs.)
87
toneles grandes 35.800 rs.
102
toneletes nuevos de a cuarenta y cinco @ y 16 toneletes viejos (118 toneletes):
30.000
62 botas
españolas nuevas y 50 botas españolas viejas (112 botas: 13.980 rs)
17 tinas para los lagarees: 850 rs.
7
tinas para debajo de los lagares: 105 rs
32
aportaderas, a 15: 480 rs.
21
jarras, a 10: 210 rs
5
foniles, a 30: 150 rs.
2
platillos, a 8: 16 rs.
Bajetes de vasijas (1.811 rs.)
117 pares de
bajetes, de toneles, de cantería.
38 pares de
bajetes para toneletes.
32 pares de
bajetes para botas.
Lagares (2.325 rs.)
Dos lagares servibles completos de aparejos y banquillos 1.200 rs.
Tres lagares inutilizados con sus aparejos y banquillos nuevos. 1.125 rs.
Alambique
Dos
medias arrobas de cobre.
Una
espumadera nueva y otra vieja.
Una
Vigornia.
Una
bomba vieja.
Tres
platillos para debajo de las vasijas.
Dos
máquinas (para el orujo) con sus púlpitos.
Dos
juegos de montaderas (sic).
Dos calderas de
cobre para sacar aguardiente (8.000 rs.)
Dos calderas
para cocido con sus culebras. (3.500 rs.)
Inventario de 1822[78]
Utensilios de
bodegas
Once jarras a
10 rs: 110 rs.
Siete foniles a
15: 105 rs.
Dos bombas: 360
rs.
Una bigornia: 75
rs.
Tres platillos,
a 4: 12 rs.
Un martillo: 15
rs.
330 pares de
bajetes de piedra, a 6 el par: 1.980 rs.
Vasijería
(191.789 rs.)
Bodega San Francisco de Paula (66.150 rs.)
110 toneletes
(200, 260, 300 280 220 rs.): 30.500 rs.
199 botas
españolas (165 y120 rs): 32.020 rs.
44 botas de
vinagrera en los corredores del patio (67,5): 2.970 rs.
4 botas de vino turbio (165 rs.): 660 rs.
Bodega
nueva San Joaquín (66.180 rs.)
110
toneletes (300, 240, 260, 165 rs.): 30.160 rs
199 botas
en
segunda y tercera andanas (165 rs): 32.835 rs.
6 botas
con Aguardiente (165, 150, 120 rs.): 990 rs.
29 botas
en el suelo con vino de color (140 rs.): 4.060 rs.
17 Botas vacías en el suelo (140 rs): 2.380
Bodega Vieja de
San Joaquín
110
toneletes (260, 300, 220 rs.): 27.940 rs.
195 botas
(165 rs.): 32.839 rs
6 botas de aguardiente.
Hacienda El
Administrador (82.950 rs.)
Bodega Grande
87 Toneles
(400, 350, 300, 750 rs): 38.800
34 botas:
(350, 300, 280, 270, 260, 250, 220): 9.280
Bodega Chica
72 Toneletes
(300, 270 rs.): 21.270
107 Botas
(165, 75): 13.600
Enseres de
bodegas. (86.814 rs)
17 tinas a 50:
850 rs.
2 juegos de
aportaderas: 480 rs.
21 jarras, a
10: 210 rs.
5 foniles, a
30: 150 rs.
2 espumaderas,
a 10: 20 rs.
1 vigornia[79]:
40 rs.
1 bomba vieja: 45
rs.
7 tinetas para
debajo de los lagares, a 15: 105 rs.
3 platillos, a
8: 24 rs.
117 pares de
bajetes de toneles, a 12 el par: 1.404 rs.
28 pares de
bajetes de toneletes a id.: 280 rs.
32 pares de
bajetes de botas a id.: 256 rs. [354 rs.]
Hacienda El Administrador (Total: 9.859 rs: enseres de bodega y vendimia)
Enseres de vendimia.
5
carretadas de redondeles de esparto de tinetas: 300 rs.
24
tinetas de madera para la vendimia: 96 rs.
Tres barriles
para agua: 30 rs.
Enseres
de bodega
Toneles vacíos
106 toneletes
nuevos de 45 @ de cabida
107 botas españolas
vacías
17 tinas de
lagar.
Dos juegos de
aportaderas compuesto cada uno de 16
5 foniles
Dos espumaderas
de cobre
Dos ingenios
completos máquinas para aprensar el orujo con sus correspondientes púlpitos
(6.000 rs.)
Cinco lagares
de madera completamente aparejados, dos de ellos de primera vida. (2.325 rs.)
Inventario de 1847[80]
Enseres de
bodegas. Vasijería.
94 toneles
456 toneletes
745 botas
8 cuarterolas
Inventario de 1855[81]
Enseres de bodega.
Bodegas calle
Almonte:
352 bajetes de piedra para toneletes.
36 pares de bajetes
para botas.
6 pares de
bajetes en colgadizo.
Hacienda El
Administrador (4.042
rs.)
Bajetes de toneles:
117 pares: 2.340 rs
Bajetes de toneletes:
72 pares: 864 rs.
Bajetes de botas: 66 pares
(a 8 el par): 528 rs.
8 Jarras: 48
Un jarrón: 15
4 platillos: 12
1 cadena de lavar
botas: 12
1 vara para barear: 10
1 escalera grande de
pasos vieja: 25
2 palos de cargar
botas: 10
2 pares de tornapuntas:
10
1 embudo de codo de
lata viejo: 4
Una banquilla para la
faena: 3
Una escalera de mano
vieja: 6
Una media caña para
abrir falsetes: 12
Una vigornia, martillo,
chazo, puntero y cincel: 80
Cinco foniles: 75
Enseres de
las cuatro bodegas San Francisco de Paula, San Joaquín, San José y San Lucas.
84 botas vacías |
|
6 Cuarterolas |
|
1 barril vacío de cuatro @ |
|
10 barriles (chicos)
vacíos de dos @ |
|
5 barriles vacíos de una @ |
|
(Aprecio de botas,
cuarterolas y barriles vacíos) |
8.930 rs. |
19 Jarras de 8 @: |
152 |
6 Foniles grandes, a 30 |
180 |
10 foniles chicos, a 15 |
150 |
1 Jarrón |
30 |
3 Platillos |
12 |
2 Taquillas de madera para
vasos y venencia |
80 |
1 Vigornia con su martillo,
chazo, puntero y corta hierro |
120 |
8 Rociadores, 8 cortos y 2
largos |
30 |
1 cadena de labar botas |
15 |
1 bomba de cobre |
80 |
3 bombas de lata, a 20 |
60 |
1 arroba de medir vino con
su lebrillo |
20 |
1 hierro de marcar |
60 |
4 pares de torna puntas |
24 |
Una escalera de mano |
4 |
Una escalera de pasos |
8 |
Un par de palos de
carretas |
16 |
Una vara de varear |
10 |
Una mesa de pino de buen
uso |
50 |
Un banco grande y cinco
chicos |
35 |
1 cubeta de Algive y su
carrillo |
20 |
6 barriles grandes a 30 rs
/ ud. |
180 |
Total reales |
1336 |
1855. Enseres de Vendimia. El
Administrador.
|
|
Ocho lagares con sus aparejos compuestos, bancos, palas y empleitillas, los cuatro de […] mediano y los otros cuatro más endebles apreciados unos con otros, a 600 rs. |
4.800 |
7 canastos de lata, a 10 rs |
70 |
2 medidas de cobre de menos de media vida, a 10 |
20 |
16 candilejas de lata |
6 |
1 aranon (sic) de cobre |
40 |
2 coladeros de lata, a 6 rs |
12 |
2
vertedoras
de lata, a 3 |
6 |
8 tinetas para debajo de los husillos, a 6 rs |
48 |
32 aportaderas, a 8 |
256 |
2 embudos de lata de pellejero, a 5 |
10 |
2 espumaderas de lata, a 3 |
6 |
1 espumadera de cobre |
20 |
1 cuchara de lata |
3 |
50 tinetas de vendimia, a 6 rs |
300 |
25 redores grandes de vendimia, a 3 |
75 |
1 balsa para yeso |
10 |
1 Saranda y dos bancos para cernir el orujo |
120 |
1 carretón para conducir el orujo |
100 |
1 Máquina o prensa para el orujo con husillo de fierro púlpito y demás necesario |
2.600 |
1 junta (sic) de leña (sic) regulada en 220 quintales, a 4 cada uno |
880 |
1 Viergo y cuña (sic) de hierro para el alambique y
orujo: |
50 |
Importe total (rs) |
9.432 |
***
[1] Archivo
Municipal de Sanlúcar de Barrameda (en adelante, AMSB). Leg.
11129. “Copia del testamento cerrado del Señor Don Francisco de Paula
Rodríguez y diligencias de su apertura y por testimonio del escribano público
Don José González Barriga” (1811-1814), (en adelante, Testamentaría de
Francisco de Paula Rodríguez, 1811-1814).
[2] Archivo
Histórico de la Diócesis de Asidonia-Jerez (en adelante, AHDAJ).
Caja 106 Doc. 9. “Copia
de los Autos de inventarios formados de los bienes que dejó Joaquina Sánchez,
1822”.
[3] Archivo
General del Arzobispado de Sevilla (en adelante, AGAS). Ref. ES.41091.AGAS/10.I. “Inventario General de los bienes de la
Fundación de D. Francisco de Paula Rodríguez que en virtud de Real Orden
entrega el Sr. Alcalde Constitucional de Sanlúcar de Barrameda Presidente de la
Junta Municipal del Instituto de 2ª Enseñanza de la misma, a los Comisionados
del Sr. Gobernador eclesiástico del Arzobispado de Sevilla; cuyo inventario
principió en 24 de diciembre de 1846 y concluyó en 4 de febrero de 1847”.
(1846-1847).
[4] AHDAJ. Caja
110-61-1. “Inventario general de bienes de la Fundación Francisco de Paula
Rodríguez, 1855”, realizado con motivo de la devolución a la Fundación de los
bienes entregados al Arzobispado de Sevilla en 1847.
[5] Esteban de
Boutelou: Memoria sobre el cultivo de la vid en Sanlúcar de Barrameda y
Xerez de la Frontera. Madrid. Imprenta de Villalpando, 1807, p. 10.
[6] Gómez
Díaz-Franzón: La Manzanilla de Sanlúcar en el siglo XIX a través de la
prensa, 2023.
[7] AGAS. Ref.
ES.41091.AGAS/10.I. “Relación de los bienes de la fundación de D. Francisco de
Paula Rodríguez inventariados en el que se formó para la entrega de los mismos
al Sr. Gobernador Eclesiástico de este Arzobispado, en cumplimiento de una Real
orden comunicada en 5 de noviembre de 1846 por el Excmo. Sr. Ministro de la
Gobernación al Sr Jefe Superior Político de la Provincia de Cádiz y por éste al
Sr. Alcalde Constitucional, cuyo inventario y entrega de bienes dio principio
el 24 de diciembre del mismo año y concluyó el 4 de Febrero del presente, en
que los Comisionados del Sr. Gobernador que suscriben se encargaron de ellos”.
(sin firma y sin foliar).
[8] Javier
Maldonado Rosso: La formación del capitalismo en el Marco del Jerez. De la
vitivinicultura tradicional a la agroindustria vinatera moderna (siglos XVIII y
XIX), Madrid, 1999, pp. 223-257.
[9] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1813), ff. 198 y 289.
[10] AHDAJ. Cajas
105 Doc. 15. “Liquidación general entre los albaceas de D. Francisco de Paula
Rodríguez y el de Dª. Joaquina Sánchez hecha de conformidad en 22 de agosto de
1825” (sin / foliar).
[11] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1813), ff. 198 y
289.
[12] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1813), “Papeles
personales”. f.68-70v.; y Ferrándiz Araujo, Carlos: Real Jardín Botánico de
Cartagena. Monografías de Historia de Murcia Nº 32. Murcia. Academia
Alfonso X el Sabio, 1990.
[13] Ibidem,
f.68-70v.
[14] Antonio Cabral
Chamorro: “El Jardín Botánico Príncipe de la Paz de Sanlúcar de Barrameda: una
institución ilustrada al servicio de la producción agraria y forestal”. 1995,
p. 173.
[15] Este
manuscrito ha sido difundido y comentado por Jesús Vegazo Palacios: “Primer
Tratado Vitivinícola de Sanlúcar de Barrameda (1784)”. Blog La cápsula del
tiempo: retazos de la historia y de la geografía (23 de abril de 2016); y
Juan Alcón Atienza: “Tratado de las viñas de Sanlúcar de Barrameda elaborado
por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de esta Ciudad en el año
1784”. Educared (30 de marzo de 2023). Este Tratado de las Viñas…, junto
al manuscrito de Juan Haurie, de la misma fecha, son los primeros compendios,
conocidos hasta el momento, sobre las viñas y vinos de Sanlúcar y Jerez.
[16] Ibidem, p.
152v-153. Las palabras en negrita se deben a la autora de este artículo.
[17] Alberto Ramos Santana: “La manzanilla de Sanlúcar de
Barrameda: dos siglos de una denominación característica, 1996, pp.
321-327.
[18] Marieta Cantos
Casenave, y Alberto Ramos Santana, [Estudio y selección]: Sainetes
«Manzanilleros» de Juan Ignacio González del Castillo. Sanlúcar de
Barrameda, 2013. (Edición No Venal).
[19] Esteban de
Boutelou: Opus cit., p. 132
[20] Esteban de
Boutelou: Opus cit., p. 146
[21] Esteban de
Boutelou (Aranjuez, 1776 - Madrid, 1813). Fue profesor de Agricultura y
Economía Rural del Real Jardín Botánico de Madrid, Jardinero Mayor de S. M. en
el Real Sitio de Aranjuez, Individuo de Mérito en la Clase de Agricultura se
las Reales Sociedades Económicas de Madrid y de Sanlúcar de Barrameda, y Socio
de la Academia de Historia Natural de París.
[22] Esteban de Boutelou: Memoria sobre el cultivo de la vid en
Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera. Madrid. Imprenta de
Villalpando, 1807, p. 6.
[23] Clemente
Rubio, Simón de Rojas. El Moro Sabio. Titaguas (Valencia), 1777 –
Madrid, 1827. Botánico, agrónomo y orientalista. Escribió, entre otras obras, Ensayo
sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía, Madrid, 1807.
[24] Sobre la estancia
en Sanlúcar de Clemente de Boutelou y Simón de Rojas Clemente, se puede
consultar: Girón Sierra, Álvaro y Barquín Sanz, Jesús: “Clemente y Boutelou en
la Sanlúcar de Terán y Godoy. Botánica, agricultura y mecenazgo”. Pascual
Hernández, Jorge (Coord.): Bicentenario de Esteban Boutelou y Simón de Rojas
Clemente. Junta de Andalucía, 2008; pp. 171-193.
[25] Luis de
Eguílaz: “El poeta y el fraile. Memoria del tiempo de Carlos IV”. Almanaque
de E. Juliá, Madrid, 1874, p. 18. Citado también por Fernando Martín Polo
en su biografía de Simón de Rojas Clemente, 2016.
[26] Luis de
Eguílaz: Opus cit. p. 18.
[27] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1814), f. 23.
[28] Ibidem, ff.
23-23v. Los albaceas nombrados por fueron los presbíteros Joaquín Mariano
Rosales, Antonio Fernández de Santa Cruz y Francisco de Paula Colom.
[29] Ibidem, ff.
15v-16.
[31] AGAS. Ref.
ES.41091.AGAS/10.I. Inventario 1847. “Relación de los bienes de la Fundación…”.
Bodegas. (s/f).
[32] Ibidem.
[33] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1814). Cuerpo
General de Bienes, f. 196v.
[34] Ibidem. Testamento.
Cláusula 17ª, f. 21.
[35] Ibidem. La
compra de estas bodegas se hizo mediante cuatro escrituras, ante el escribano
José Gonzáles Barriga, fechadas el 24 de otubre de 1801; 18 de mayo de 1802; 30
de abril de 1804; y 22 de enero de 1806. Estas bodegas estaban gravadas con dos
censos: uno de 22 rs de rédito anual a favor de la Fábrica de la Parroquia
Mayor; y otro de 363,44 rs de réditos en favor de los herederos del presbítero
Antonio Pérez-Gil. f. 62v.
[36] Ibidem, f. 146-146v.
[37] Ana Gómez
Díaz-Franzón: “Aproximación a la arquitectura bodeguera. Del recoveco morisco
al templo manzanillero”. Sanlúcar de Barrameda, nº 30. Santa Teresa
Industrias Gráficas, Sanlúcar, 1994.
[38] AGAS. Ref.
ES.41091.AGAS/10.I. “Nota de las Fincas rústicas y urbanas de la Fundación de
D. Francisco de Paula Rodríguez, vecino que fue de la ciudad de Sanlúcar de
Barrameda, incorporadas al Seminario Conciliar de S. Isidoro y S. Francisco
Javier de Sevilla, con expresión del origen, época y título de adquisición de
cada una, e igualmente si están o no arrendadas, designado las que lo estén los
colonos, contratos, épocas en que vencen los arrendamientos, cantidad en que se
hallan arrendadas y censos que gravan a cada una…” (1847). Cuadernillo sin
foliar. Estas bodegas estaban gravadas, en 1847, con 733 rs 11 1/3 mrv de
capital y 22 reales de réditos anuales a favor de la Fábrica de la Parroquial
de Sanlúcar; y mancomunadamente con la hacienda del Administrador con 33.333 rs
11 1/3 mrv y 1.000 reales de réditos anuales para el cumplimiento de un
aniversario y misas por el alma de D. Francisco de Paula Rodríguez.
[39] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1814), ff. 62v-63 y
194v-195. Para la compra de la hacienda de la Jara se firmaron diez escrituras
(fechadas en 1801, 1802, 1803, 1805, y 1806), ante José González Barriga y
Baltasar José Rizo. En 1846 fue arrendada por la Fundación a Diego Macías y
Camacho, por cuatro años, en 3.400 rs anuales (AGAS, 1947, s/f). Estaba gravada
con varios capitales de censo que sumaban 7.269,5 rs. En 1853 se redimió un
capital de 4.742 rs por Antonio López Fajardo y Mª Paz Herrera, impuesto sobre
esta hacienda en favor del ausente Pedro García. (AHDAJ. Inventario 1855 s/f).
[40] Aranzada: Medida agraria de superficie que se
computa en la zona jerezana por 475 hectáreas. (Julián Pemartín, 1965.
[41] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de Francisco de Paula Rodríguez (1811-1814), ff.. 63-63v.
y 196. La hacienda de Brevas estaba gravada con un capital de 12.194 rs. de
tributos al convento de Regla de Chipiona. Su compra fue escriturada en la
escribanía de Baltasar José Rizo.
[42] AGAS Ref.
ES.41091.AGAS/10.I. “Nota de las Fincas rústicas y urbanas de la Fundación de
D. Francisco de Paula Rodríguez, vecino que fue de la ciudad de Sanlúcar de
Barrameda, incorporadas al Seminario Conciliar de S. Isidoro y S. Francisco
Javier de Sevilla, con expresión del origen, época y título de adquisición de
cada una, e igualmente si están o no arrendadas, designado las que lo estén los
colonos, contratos, épocas en que vencen los arrendamientos, cantidad en que se
hallan arrendadas y censos que gravan a cada una…”. Cuadernillo de 1947 (sin/foliar).
[43] Ibidem. La
hacienda El Administrador se hallaba gravada, en 1847, con un censo al
Santuario de Ntra. Sra. de Regla de 10.600 rs de capital y 318 rs de réditos;
otro de 1.595 rs de capital y 47,28 rs de réditos al mismo santuario; otro a la
colecturía de la parroquia mayor de 33.333 1/3 rs de capital y 1.000 rs de
réditos para un aniversario y misas para D. Francisco de Paula Rodríguez, que
impuso este censo sobre esta hacienda y las bodegas de Sanlúcar
mancomunadamente.” En el inventario de 1855 (AHDAJ. Día 6 de octubre. Inventario.
Gravámenes. (s/f). Además de los censos al santuario de Regla, se cifra el de
la Colecturía de la Parroquia en un capital de 6.666,22 rs 2/3 marav, y rédito
de 200 rs. (totales: 18.881,22 2/3 / 565,28).
[44] AHDAJ.
Inventario, 1855 (s/f). “Producto anual de las fincas rústicas”.
[46] Ibidem. Los
veedores también reconocieron el Rancho del Gamonal y las cuatro hazas que lo
componían, apreciando el valor de cada aranzada en 550 rs.
[47] Ibidem. Comparecencia
de los tasadores en junio de 1822.
[48] AHDAJ.
Inventario, 1855 (s/f). Escritura otorgada en 17 de noviembre de 1852, por la
que el duque de Montpensier compró a Pedro Manjón una bodega y granero en la
calle Iglesia Mayor, una casa en calle Valverde y un solar en el Albaycin. Escritura
otorgada el 7 de enero de 1853 ante el escribano Manuel Casanova, por la cual
Rafael Esquivel y Vélez, como apoderado de S.A.R. el Serenísimo Sr. D. Antonio
de Orleáns Duque de Montpensier cedió a la Fundación Francisco de Paula
Rodríguez en venta, permuta, trueque y enagenación perpetua unas Casas Bodegas
y Granero, situadas en el barrio alto, calle de la Iglesia Mayor, una casa
contigua calle de Garibay o de Valverde [Calle Cuartel], y un solar en el
Albaycin, que todo forma una isleta, lindando con las calles de la Iglesia
Mayor, con la de Garibay o Valverde, con la de Santiago y con el Albaycin.
[49] Ibidem. Gravámenes
de fincas urbanas (Reunión de día 9 de octubre. Inventario). Las bodegas de la
calle Cuartel estaban gravadas con los siguientes censos: “A San Juan de Dios,
capital de 114 rs, rédito anual de 3,14 rs. A San Francisco, capital de 550 rs,
rédito de 16,17 rs. A la Hermandad de la Santa Caridad, capital de 6.000 rs,
rédito de 180 rs. A la fábrica de la Iglesia Mayor parroquial, 528 rs, rédito 15,28.
Al suprimido convento de la Victoria, capital de 2.200 rs, rédito de 66. Al
convento de San Agustín, capital de 991 rs, rédito de 29,24. A Juan Manuel
Arraigosa por la Capellanía fundada por Antonio Matos, capital de 9.999, rédito
de 300 rs. Al suprimido convento de San Juan de Dios sobre un solar en el
Alambique contiguo a las bodegas, capital de 2.827, réditos de 28,27.”
[50] Ibidem. “Nota
de los bienes de que se compone el caudal de la fundación de D. Francisco de
Paula Rodríguez”. (s/f y sin fecha).
[51] AHPC. Leg.
1840 (1875-1934). Fondos de Beneficencia. Fundaciones Benéficas: Sanlúcar de
Barrameda, Francisco de Paula Rodríguez. Cuentas.
[52] Barbadillo
Romero: Historia de las bodegas Barbadillo, pp. 185.201; y Barbadillo
Eyzaguirre y Montserrat Molina: Guía para recorrer 200 años de bodegas
Barbadillo, 2022, pp. 140-145.
[54] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría… 1811, ff. 81-81v.
[55] Ibidem, 1811,
f. 109v.
[56] AHDAJ.
Inventario, 1855 (s/f). (15-julio-1822).
[57] Ibidem, 1855, ff.
36v-46.
[58] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría de F. de Paula Rodríguez, 1811. Cuerpo General de bienes.
[59] AHDAJ. Inventario,
1855 (s/f). (4 de junio de 1822).
[60] Las cabidas o
volumen de las diferentes vasijas empleadas en esta zona vinícola son,
respectivamente: tonel: 50-120 @; tonelete: 55 @; bota: 30-36 @; barril: 1/2, 1
o 2 @; y cuarterola: 7,5 @. Hay que señalar que la cabida de las botas o
barricas varía según sean para crianza o exportación. Una arroba equivale a 16,67
litros.
[61] AGAS. 1847
“Relación de los bienes de la fundación de D. Francisco de Paula Rodríguez
inventariados en el que se formó para la entrega de los mismos al Sr.
Gobernador Eclesiástico de este Arzobispado, en cumplimiento de una Real orden
comunicada en 5 de noviembre de 1846 por el Excmo. Sr. Ministro de la
Gobernación al Sr Jefe Superior Político de la Provincia de Cádiz y por éste al
Sr. Alcalde Constitucional, cuyo inventario y entrega de bienes dio principio
el 24 de diciembre del mismo año y concluyó el 4 de Febrero del presente, en
que los Comisionados del Sr. Gobernador que suscriben se encargaron de ellos”.
[62] AHDAJ. Inventario
1822, ff. 27-27 vto.
[64] https://www.siferwines.com/post/las-abejas-y-la-vi%C3%B1a
y https://www.bourrasse.com/es/las-abejas-y-el-vinedo/ (Consulta:
15/9/2023)
[65] Leg. 1840
(1875-1934). Fondos de Beneficencia. Fundaciones Benéficas: Sanlúcar de
Barrameda, Francisco de Paula Rodríguez. “Relación de bienes propiedad de dicha
Fundación que han sido enagenados en el expresado mes (Octubre de 1874). Cuadernillo
sin foliar.
[66] Ibidem.
[67] Ibidem. Oficio
de Francisco Rubio Contreras, Arcipreste de Sanlúcar. (Sanlúcar de Barrameda,
12 de mayo de 1888).
[68] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría… 1811. Relación de vinos en las tres bodegas ff. 80v-107v.
Aprecio: ff. 113v-118.
[69] Error de
contabilidad. Se anota como cantidad resultante 3.377,5 reales, cuando debería anotarse
3.360 rs. Se ha respetado la cifra original, para no interferir en los
resultados globales.
[70] Se detecta un
error de contabilidad. Se anota como cantidad resultante 50.420 reales, cuando
debería ser 39.420rs. Se ha respetado la cifra original, para no interferir en
los resultados globales.
[71] AHDAJ.
Inventario 1822. ff. 20-24 y ss (s/f).
[72] Por error en
la contabilidad o por error la contabilización efectuada para este trabajo, la
suma total de arrobas arroja 25.475,50 @, si bien se ha respetado la cifra
global de la documentación para no interferir en los resultados documentales.
[73] Por error en la contabilidad o por error la
contabilización efectuada para este trabajo, la suma total de la valoración se
sitúa en 848.199 reales, si bien se ha respetado la cifra global de la
documentación para no interferir en los resultados documentales.
[74] AGAS. Ref.
ES.41091.AGAS/10.I. Inventario 1847, ff. 36v-41v.
[75] AHDAJ. Inventario
1855. (S/f).
[76]Por error en la
contabilidad o por error la contabilización efectuada para este trabajo, la
suma total de la valoración se sitúa en 1.161.519,25, si bien se ha respetado
la cifra global de la documentación para no interferir en los resultados
documentales.
[77] AMSB. Leg.
11129. Testamentaría… 1811. ff. 57-58; 107v-108; 141v-142; 160; 170;
[78] AHDAJ.
Inventario 1822. (s/f).
[79] Bigornia: En
una bigornia, cuyo pie de unos 90 cm de altura está clavado en el suelo y cuya
tabla ofrece en cada bicornio una oquedad cilíndrica de unos 13 mm de diámetro,
los toneleros cortan los flejes que han de formar los aros de las vasijas, los
taladran y los remachan para cerrarlos. (Pemartín, 1965).
[80] AGAS.
Inventario 1847.
[81] AHDAJ.
Inventario 1855 (s/f).
“Viñas, bodegas y vinos de Francisco de Paula Rodríguez, entre 1811 y 1855, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Primeras bodegas documentadas en la provincia de Cádiz, con sistema de criaderas y solera, para la crianza del vino blanco Manzanilla y vinos de color”.
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