Texto publicado originalmente en el libro Nueve bodegueros del Marco de Jerez, de varios autores (Ramos Santana y Maldonado Rosso, eds.). Ed. Quorum, 2010.
1. De Arija a Sanlúcar de
Barrameda. Contexto socio-histórico.
2. León de Argüeso, bodeguero de
origen montañés.
3. Actividades empresariales.
Desarrollo y diversificación.
4. La empresa vinatera.
5. Los herederos de León de
Argüeso fundan dos empresas vinateras.
Anexo I. Estructura de capital de
León Argüeso y Argüeso (1880).
Anexo II. Inventario. Géneros del
almacén (1880).
Anexo III. Empresa vinatera de
León de Argüeso (1880). Estructura de capital.
Anexo IV. Existencias en Bodegas
de León de Argüeso (1880)
Ana Gómez Díaz-Franzón
Dra. Historia del Arte
Las diversas actividades
económicas desarrolladas por León de Argüeso en Sanlúcar de Barrameda, durante
las décadas centrales del siglo XIX, darán lugar a la creación de dos destacadas
empresas vinateras del Marco de Jerez: “Herederos de Argüeso” y “Manuel de
Argüeso”. León de Argüeso, responde al prototipo de montañés emigrado a tierras
gaditanas que logró una gran prosperidad económica. Oriundo de Arija (Burgos),
Argüeso inició su andadura empresarial en Sanlúcar con la instalación de una primera
tienda de comestibles en 1831, introduciéndose pronto en el sector vitivinícola
mediante la compra de varias viñas y bodegas. La consolidación de sus diversas actividades
mercantiles y financieras proporcionaron una notable fortuna al empresario
burgalés, de forma que al fallecer, en 1880, había dejado sentadas unas sólidas
bases para la plena consolidación de dos empresas bodegueras creadas por sus
herederos. El presente trabajo está basado principalmente en la documentación
contenida en la testamentaría de León de Argüeso.
1.
De Arija a Sanlúcar de Barrameda. Contexto socio-histórico.
|
Arija (Burgos). Foto: web Secretos de Merindad. |
León de Argüeso y Argüeso nació
el 20 de febrero de 1801 en la localidad de Arija (Burgos). Era el tercer hijo y
el segundo varón de los seis habidos en el matrimonio de Manuel de Argüeso Álvarez
con Isabel de Argüeso Gutiérrez, ambos vecinos de Arija, apareciendo los
miembros de esta familia en un Padrón de 1801 como “hijosdalgos notorios”.
León de Argüeso fallecerá en Sanlúcar de
Barrameda el 28 de enero de 1880 sin descendientes directos por haber
permanecido soltero, de manera que todos sus bienes fueron heredados por tres
sobrinos llegados de la Montaña.
El apellido toponímico “Argüeso” proviene del poblado del mismo nombre
situado en el municipio Hermandad de Campóo de Suso (Cantabria). A finales del
siglo XVI Fernando de Argüeso,
natural
del antiguo Concejo Mayor de Valdearroyo, perteneciente a Campoo de Yuso (Cantabria),
pasó a Arija (Burgos), que
entonces pertenecía al señorío del Marqués de Aguilar y Conde de Castañeda,
donde en 1657 se constituyó el primer mayorazgo en Juan de Argüeso, el Mozo.
Varios miembros de esta rama familiar obtuvieron provisión de hidalguía.
A principios del siglo XIX
Arija dependía del Alfoz de Santa Gadea.
Por las fechas en que León de Argüeso se trasladó a Sanlúcar, en 1826, la
localidad contaba con unas veinte casas y una población de 87 habitantes. En la actualidad, el
municipio de Arija pertenece a la comarca de Merindandes, en el norte de la provincia
de Burgos. Su término se extiende sobre 7 km2 y la población se sitúa en torno
a los 200 habitantes.
Aunque se desconoce la fecha
exacta en que León de Argüeso llegó a Sanlúcar de Barrameda, podría situarse
entre 1815 y 1820, cuando el joven burgalés tendría catorce o quince años. Era una
época de fluida emigración de montañeses hacia las ciudades costeras de la
provincia de Cádiz, donde se localizan desde antiguo otras personas con el
apellido Argüeso. Por ejemplo, Antonio Argüeso, natural de Campóo, aparece
inscrito, entre 1760 y 1769, en la Hermandad de Montañeses del Rosario de Jerez
de la Frontera.
Por otro lado, en un documento de 1775
conservado en el Archivo de
Indias (Sevilla), se cita a Juan
de Argüeso, natural de la villa de Arija, que aquel año acompañaba como
criado al mercader Francisco Páez de la Cadena, vecino de Sanlúcar de
Barrameda, en un viaje hacia Nueva España para exportar vinos y aguardientes.
Y Juan Antonio María Argüeso y Ruiloba (Rudaguera, 1839), de profesión
confitero, trabajó como jándalo en Cádiz.
Se ignora si alguno de estos Argüeso fueron parientes directos de León de
Argüeso.
De raíces medievales, la
corriente migratoria de montañeses hacia las principales ciudades gaditanas,
como Cádiz, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de
Barrameda o San Fernando, se reforzó durante el siglo XVIII y principios del
XIX, con motivo del traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla a Cádiz
(1717), que dio lugar a un mayor dinamismo comercial de la zona gaditana. Con anterioridad a la creación
de las provincias administrativas, la comarca histórica denominada “La Montaña”
abarcaba parte de las actuales provincias de Burgos, Cantabria, Palencia y León,
aunque el término “montañés” se generalizó para denominar
a todos los procedentes el norte español, incluidos los naturales de Álava, Logroño e incluso Soria o Zamora. Tradicionalmente los montañeses
llegados a la baja Andalucía acapararon los negocios vinculados a los ramos de
comestibles y bebidas, abriendo tabernas y almacenes de ultramarinos o abacerías,
que solían quedar anexos en un mismo establecimiento -taberna-almacén-, estando
esta unión comercial documentada en Cádiz al menos desde principios del siglo
XVIII (1721).
Para salvaguardar sus intereses comerciales y
grupales, las colonias de estos norteños emigrados a las ciudades gaditanas
constituyeron los Gremios de Montañeses, también llamados de otras formas, como
“Gremio de la Alimentación” o “Gremio de las Tiendas de Comestibles”. Esta
asociación gremial se fundó en Cádiz en 1776; en Jerez de la Frontera hacia
1723, agregándose en esta ciudad en 1735 a la ya existente “Hermandad de Ntra.
Sra. del Rosario”, donde se hallaban inscritas 1.660 personas, entre 1760 y
1800, siendo en su mayoría de origen montañés; y en
Sanlúcar de Barrameda el Gremio de los Montañeses ya estaba formado en 1803 y, al
parecer, fundó o intentó fundar un establecimiento sanitario, tal como se
desprende de la publicación Noticia
Descriptiva del Lazareto formado por el Gremio de Montañeses en la ciudad de
Sanlúcar de Barrameda (1819).
Durante la segunda mitad
del siglo XVIII, Sanlúcar experimenta un proceso de decadencia comercial, tras
haber sido uno de los principales puertos europeos debido al gran protagonismo que
tuvo, junto a Sevilla, en el comercio con América. A pesar del importante
conato de desarrollo, que se produjo en los primeros años del siglo XIX, motivado
por las actuaciones llevadas a cabo por la Sociedad de Amigos del País y los
favores que Manuel de Godoy concedió a la ciudad –Real Consulado, provincia de
Sanlúcar, Jardín Botánico, etc.-, estos planes quedaron truncados con la guerra
de la Independencia y la caída de Godoy. Así, a lo largo del siglo XIX, la
economía sanluqueña se fue especializando en el sector vitivinícola, que se
convertirá en su principal fuente de riqueza, concentrándose en la producción
de la manzanilla, su vino más genuino, además de otros caldos. La ciudad
participará de pleno en la Edad de Oro que experimenta la vitivinicultura en la
provincia de Cádiz, entre 1815 y 1873, etapa alcista en la comercialización de
los vinos, como consecuencia del gran crecimiento de la demanda exterior, sobre
todo de Reino Unido;
de la industrialización del sector, mediante la introducción de mejoras técnicas;
y la generalización del sistema de soleras para la crianza de los vinos. Por
tanto, León de Argüeso se verá inmerso en esta época de prosperidad económica que
experimenta la zona, participando directamente en su desarrollo.
Pocos años antes de llegar
Argüeso a Sanlúcar, en 1803, la ciudad contaba con unos 14.500 habitantes, cuya
población aumentó a lo largo de la centuria, situándose a final del siglo en 21.918
habitantes (1883), hasta alcanzar los 23.883 habitantes al
iniciarse el siglo XX. La estratificación
de la sociedad sanluqueña estaba presidida por un pequeño grupo de aristócratas
-un marqués y veintiún nobles recibidos-, junto a otro grupo de grandes mercaderes
al por mayor -treinta y seis comerciantes matriculados-, que detentaban el
poder económico y político local. Esta oligarquía mercantil de grandes
comerciantes, que ejerció el comercio mayorista con América durante los siglos XVII
y XVIII, reorientará ahora su capital hacia la compra de tierras para dedicarse
a la vitivinicultura, destacando algunos de estos mercaderes como cosecheros y
extractores de vinos.
Entre las profesiones
liberales, en aquel mismo año de 1803, existen en Sanlúcar doce abogados, diez
escribanos, siete procuradores, siete médicos, seis cirujanos y seis
boticarios, entre otros. Por su parte, el sector industrial se concentra en
varias fábricas: una de jabón, una de almidón, tres de licores, ciento un
alambiques para destilar aguardientes, dos fábricas de fideos, siete de
chocolates, tres confiterías, cinco hornos de tejas y ladrillos, una fábrica de
sombreros, otra de suela y valdeses, una de velas de cera, tres hornos de cal,
uno de yeso y tres salinas. Además, la Sociedad Económica de Amigos del País
había creado una próspera fábrica de hilados que ocupaba a mil hilanderas de
algodón, seda y lana, si bien esta industria desaparecerá tras la guerra de la
Independencia.
Junto a los anteriores se
sitúan dos nutridos grupos de comerciantes al por menor y artesanos de diversos
oficios (hojalateros, herreros, plateros, etc.). Así, en 1803 existen en
Sanlúcar ocho tiendas de mercaderes; veintiuna de quincallas y paños; y noventa
tabernas y tiendas de abastos al por menor,
las cuales estaban regentadas en su gran mayoría por montañeses. Asimismo, por
estos años funciona el “Gremio de tiendas de comestibles y puestos públicos
para la venta de vinos al por menor”, que parece ser el mismo Gremio de los
Montañeses citado. Durante el siglo XIX se va fraguando en Sanlúcar una pequeña
burguesía mercantil, en su mayor parte vinculada a la producción y comercialización
vitivinícola, que vendrá a contrastar con una gran masa de jornaleros del campo,
cuyas deficientes condiciones de vida provocarán los importantes conflictos
sociales que se produjeron a finales de esta centuria y principios del XX.
2. León de Argüeso, bodeguero
de origen montañés.
Por los retratos conservados, se puede observar que León de
Argüeso era un hombre menudo, que debió poseer un
temperamento nervioso y activo. Es muy posible que tuviera un carácter
firme y decidido, además de un espíritu emprendedor y práctico no ajeno de ambición.
Desde muy joven destacaría por estar dotado de un notable talento, gran
perspicacia y capacidad de riesgo, tal como demostró a lo largo de su vida.
Sobre su formación académica, se desconoce cuál sería su nivel
de estudios, que probablemente se reduciría a saber leer, escribir y “de
cuentas”, si bien el burgalés sacó un gran rendimiento a esta formación inicial
en Arija y a su posterior aprendizaje mercantil en Sanlúcar. Todo parece
indicar que fue un joven de extraordinaria inteligencia y tenacidad, un
trabajador incansable, que supo extraer los máximos beneficios a las distintas oportunidades
mercantiles que se le presentaron en su larga trayectoria profesional. En este
ámbito, León de Argüeso otorgó una gran importancia a la educación, como se desprende
de la fundación que hizo en Arija de un colegio de enseñanza primaria y
secundaria, donde pudieran formarse gratuitamente los niños y niñas de su
tierra natal.
Hasta el momento se desconoce la actividad que ejerció León de
Argüeso durante sus primeros años en Sanlúcar. Es muy posible que llegase muy
joven, a través del contacto con algunos paisanos o parientes, que ya estuviesen
instalados en la ciudad. Se dice que antes de llegar a Sanlúcar, Argüeso pasó
un tiempo en Madrid, si bien este extremo no está confirmado documentalmente. Si presuntamente León de Argüeso siguió la
evolución profesional típica de los montañeses emigrados a la baja Andalucía, el
muchacho arijano comenzaría trabajando como “chicuco” o chico de los recados,
la categoría más baja del escalafón gremial, en la tienda de otro montañés ya
asentado en Sanlúcar, quizás en la del también burgalés y pariente Toribio
Díez, propietario entonces del Almacén del Reloj, cuyo establecimiento
fue el primero que adquirió León de Argüeso a la Testamentaría de Toribio Díez.
Con una nieta de este último, Dolores Díez Rodríguez, casó Benigno Barbadillo,
fundador de las Bodegas Barbadillo, que también era burgalés de Covarruvias.
Se sabe que, además de alojamiento y
comida,
en 1812 el sueldo de un mozo de almacén eran cuatro reales diarios. Ya a principios del siglo XX, estos “chicucos”
recibían como remuneración “comida, tabaco, gastos de barbería, alojamiento y
1.000 pesetas anuales de sueldo”, aunque este dinero se le depositaba en casa
de algún mayorista, que se lo administraba, facilitándole sólo unos vales para
adquirir lo que iban necesitando. Al parecer, la primera pretensión de los “chicucos”
era ahorrar “las 1.500 pesetas que les libraba de hacer el servicio militar,
llamados los 6.000 reales del quinto”. La
jornada laboral de estos trabajadores en las tiendas de comestibles y tabernas
era verdaderamente dura, pues comenzaba a las seis de la mañana, pasándose de
inmediato a abrir la tienda e iniciar el despacho, “a la una, el almuerzo y turnos
de siesta de hora y media cada uno en el mismo puesto de trabajo; a las cinco,
se incrementaba el trabajo hasta las siete de la tarde, en que se cenaba,
continuándose el horario de trabajo hasta las doce de la noche”.
Pasados unos dos años, el joven León
proseguiría la carrera gremial ascendiendo a la categoría de “dependiente”, y dos
años más tarde ocuparía el puesto de “segundo”,
para desempeñar con posterioridad el trabajo de “encargado”, donde terminaría de conocer los mecanismos
del negocio durante algunos años más, hasta ahorrar los suficiente para pasar a
regentar su propia tienda, bien como arrendatario o como propietario. Sólo
algunos de estos montañeses –uno o dos de cada diez- se convertían en
propietarios al adquirir su propia tienda. Este
fue el caso de León de Argüeso, quien probablemente pasó por este aprendizaje,
durante diez o doce años, antes de comprar su primer establecimiento en 1831.
La vida de León de Argüeso, como era propio en los montañeses llegados
a la zona, se caracterizó por estar entregada completamente al trabajo diario
de sus diversos negocios. Además, al no contraer matrimonio, no tuvo
ocupaciones familiares, por lo que pudo concentrar aún más su tiempo en las
actividades profesionales.
Se vislumbra una gran
austeridad en el modo de vida de León de Argüeso, que no parece gozó de grandes
lujos. En tal sentido, resulta muy significativo el inventario doméstico recogido
en la Testamentaría,
cuyo mobiliario y enseres legó a su sobrina Francisca Díez, “exceptuando la
caja de fondos, el guardarropa y todo lo que aquélla y éste contengan”.
Salvo algunos objetos de cierto valor, como la cubertería de plata, algún que
otro mueble de calidad o la berlina de paseo, necesaria entonces para el
transporte cotidiano, el resto de enseres de la casa son los imprescindibles para
tener una vida medianamente cómoda, sin que existan objetos ostentosos u otros
elementos simbólicos de prestigio social como joyas, muebles suntuosos, carruajes,
caballos, etc.
Por tanto, no puede afimarse que el arijano viviese como un burgués al estilo de la época, sino que
esta primera generación de los Argüeso en Sanlúcar se dedicó exclusivamente a
trabajar y a la acumulación de capital, permaneciendo en la tienda de origen
hasta su muerte. No se advierten en León de Argüeso manifestaciones externas de
ostentación, ni mucho menos la intencionalidad de vivir de las sustanciosas
rentas, que ya le proporcionaban sus abundantes bienes en las últimas décadas
de su vida. Estos rasgos distintivos de la burguesía decimonónica aparecerán,
en todo caso, en la segunda y tercera generación de la familia Argüeso. La
sobriedad en el modus vivendi de León
de Argüeso queda bien constatada en el valor total de sus bienes muebles,
consignados en la testamentaría, los cuales sólo representan el tres por ciento
de su capital (Anexo I).
Dentro del perfil general
que caracteriza a muchos fundadores de las modernas bodegas en el Marco de
Jerez, Argüeso supone la excepción que confirma la regla, pues no parece que
necesitara hacer manifestación pública de los éxitos económicos conseguidos, a
través de signos externos, tan frecuentes entonces, como edificar o adquirir una
gran mansión, comprar alguna prestigiosa ganadería caballar o de reses bravas, participar
en los círculos sociales establecidos –casinos o clubes-, actuar en la política
local o provincial, o conseguir un título nobiliario como culminación de su encumbramiento
social, ni tampoco Argüeso hizo uso del matrimonio como motor de ascenso social.
Al parecer, todos estos atractivos señuelos, símbolos de ostentación muy
generalizados entre la burguesía vinatera de la época, no tentaron nunca a León
de Argüeso, si bien compartirá con esta burguesía decimonónica otros caracteres
comunes, como su acentuada religiosidad, la diversificación de sus actividades
económicas o la inversión de beneficios en bienes raíces.
León de Argüeso fue un
hombre profundamente religioso y cristiano, tal como se declara él mismo en la
primera cláusula de su testamento, protocolizado un año antes de su muerte:
“Que ha sido, es y protesta ser cristiano, católico, apostólico, romano; que
esta religión es la única cierta y verdadera, que cree y confiesa todos sus
misterios y sacramentos; y que con el amparo de la Inmaculada y Virgen María,
Madre de Dios y Señora nuestra, tanto de su nombre y devoción dispone lo que
aparecerá en este testamento”.
En este marco de religiosidad
se encuadran algunas mandas testamentarias de Argüeso. Por ejemplo, el burgalés
estipuló que su entierro debía ser de cuarenta capellanes y que se celebrasen doscientas misas en sufragio por su alma, la cuarta parte por colecturía y
las demás por los sacerdotes que eligiesen sus albaceas, prefiriéndose siempre
a los más necesitados. Además, mandó que Manuel Guzmán, presbítero de la iglesia
de Santo Domingo, celebrase otras cien misas por su alma, pagándosele tres
pesetas por cada una.
Esta expresa convicción
cristiana fue demostrada por León de Argüeso a través del ejercicio
de la caridad hacia los más necesitados, que probablemente practicó durante su
vida con la misma prodigalidad mostrada a su fallecimiento. Así, tal como dispuso
en su testamento, inmediatamente después de su muerte, recibieron legados en
efectivo diversas entidades religiosas y benéficas de Sanlúcar, como los tres
conventos femeninos –clarisas, dominicas y carmelitas descalzas-, a cada uno de
los cuales legó quinientas pesetas; la misma cantidad recibió la asociación benéfica
San Vicente de Paúl, previéndose que, en caso de que esta última institución ya
no existiese a la muerte del testador, se entregaría este legado a la “Asociación
de Señoras, para que la inviertan en socorrer a los pobres verdaderamente
necesitados obrando en esto con justificación y conciencia, sin atender a
influencias ni recomendaciones”, aunque esta alternativa no fue necesaria; y también
dejó mil pesetas a la antigua Hermandad de San Pedro, de carácter benéfico, a
la cual pertenecía Argüeso.
Otra destacada manifestación
caritativa de León de Argüeso fue la estipulación testamentaria de que el día
de su entierro se procurara que asistiesen todos los pobres de Sanlúcar, a cada
uno de los cuales se debía entregar una peseta, aunque excediesen de mil los
concurrentes y, si no se alcanzaba esta cifra, la diferencia hasta completar
las mil pesetas debía repartirse entre los pobres vergonzantes de la ciudad.
Asimismo, ordenó que se gastasen tres mil pesetas “en géneros para ropas de
vestir y se repartirán a los pobres más necesitados de esta ciudad”. Para que
sus albaceas procediesen con el mayor acierto posible en este encargo, debían
solicitar informes a los curas u otras personas imparciales. Entre estas mandas
piadosas, no se olvidó el testador de los pobres de solemnidad de Arija, su
pueblo natal, a los que también legó la nada despreciable suma de ciento
veinticinco pesetas a cada uno,
aunque es obvio que el número de necesitados arijanos debía ser mucho menor a
los existentes entonces en Sanlúcar. Estos legados a las monjas y a los pobres debían pagarse de forma inmediata a su muerte y, para liquidar
el resto de la herencia, otorgó un plazo máximo de dos años, cuya disposición no podría ser reclamada por ningún
legatario bajo pena de ser desheredado.
León de Argüeso fue generoso con todos los que le rodeaban,
tanto a lo largo de su vida como a la hora de su muerte. Así, otros legados en
efectivo fueron para el servicio de la casa –señora de compañía de Francisca
Díez y su sirvienta Josefa Pérez, que murió siéndolo-, así como para el capataz
de las bodegas y los nueve dependientes que trabajaban en los establecimientos
de su propiedad -Almacén del Reloj y Almacén de la Mata-, algunos de los cuales
eran sobrinos y parientes, que habían llegado también de Arija y pueblos
próximos. En total, a todos éstos se entregaron 10.750 pesetas.
|
Colegio de instrucción primaria y latinidad, fundado en Arija (Burgos) por León de Argüeso, actualmente abandonado y en ruinas. |
La principal obra benéfica de León de Argüeso fue la creación
de una Fundación, en 1871, para
establecer una escuela de instrucción primaria y un colegio de latinidad,
gratuitos, en su pueblo natal de Arija.
Entre 1870 y 1879, Argüeso adquirió varios inmuebles para constituir la finca
matriz de la institución.
A este colegio dedicará el fundador varias mandas testamentarias.
Así, para financiar los gastos de los sueldos de profesores, conservación de
edificios y otros, el burgalés destinó una dotación inicial procedente de los
intereses derivados de una determinada cantidad de títulos del Tesoro Nacional.
Sin embargo, en su testamento de 1879 manifestó que, con posterioridad a la
creación de la institución, el Gobierno redujo a una tercera parte los réditos
de la deuda del tres por ciento, por lo que tuvo que aumentar el capital de la
Fundación, comprando más títulos hasta alcanzar 275.000 pesetas nominales, cuyo
papel devengaría desde 1880 un aumento de intereses al que entonces pagaba el
Gobierno de 25 céntimos de real por ciento, todo lo cual debía cobrar el
Patrono, que era el Arzobispo de Burgos. Aquellos títulos de capital fueron
depositados en el Seminario Conciliar de la Diócesis de Burgos. Este aumento de
capital, junto a otros bienes, completaría un rendimiento anual de 3.750
pesetas.
En esta dotación del
colegio, León de Argüeso incluyó el tributo
que anualmente le pagaba José Antonio Barba, vecino de Sanlúcar, sobre la viña
“La Pimienta”, situada en el pago sanluqueño de la Cañada, cuya finca le había
vendido Argüeso. Este tributo ascendía en 1879 a 450 pesetas anuales, de las
que había que deducir la contribución.
En
consecuencia, todos los gastos de la fundación se cubrirían únicamente con los
intereses de los valores y el tributo de la viña, ya fuesen mayores o menores
de 3.750 ptas., por lo que Argüeso estipuló en el testamento que no se obligase
a sus herederos a contribuir con nada más, si bien encargaba expresamente a
éstos que tendrían el deber moral de ayudar al Patrono en todo aquello que éste
tuviese a bien contar con ellos para “tan piadoso objeto”.
León
de Argüeso también prevenía en su testamento que si el Estado o cualquier otra
autoridad o corporación, de orden
eclesiástico o civil, pretendiera en algún momento incautarse de los bienes,
estorbasen o de cualquier modo modificasen la Fundación, esta institución
quedaría revocada y todos los bienes pasarían a sus parientes más cercanos, a
partes iguales, por las líneas paterna y materna, siendo la mitad para cada
una. En tal caso, correspondería al Patrono llevar a cabo la distribución de
los bienes entre sus parientes.
El edificio parece que se
finalizó hacia 1877, impartiéndose enseñanza al menos desde 1880. Se dice que
León de Argüeso visitó las obras, dirigiendo personalmente algunos detalles
relacionados con la orientación de la construcción. En este colegio se educaron
varias generaciones de niños y niñas de Arija y pueblos próximos.
Disponía de aulas con capacidad para 30 y 40 alumnos, además de dormitorios,
salones y capilla. De gran monumentalidad, el edificio se construyó en sillería
de piedra dentro de un estilo ecléctico propio de la época. En la fachada
principal existe una placa con la siguiente inscripción:
“E.P.D. EL S. D. LEÓN DE ARGÜESO, HIJO DE ARIJA,
EDIFICÓ Y DOTÓ ESTE COLEGIO, DE 1ª. Y 2ª. ENSEÑANZA, Y NOMBRÓ PARA LA MÁS SANA
INSTRUCCIÓN PATRONO PERPETUO DE ÉL AL EXCEMO. S. ARZOBISPO, QUE ERA Ó FUERE DE
BURGOS. AÑO DE 1891”
Se
conserva un curioso díptico de 1929, donde se difunde el denominado entonces
“Colegio de la Inmaculada” de la Fundación Argüeso, dedicado a la enseñanza de
Latín y Humanidades, como Seminario Menor agregado a la Universidad Pontificia
de Burgos, cuyos textos y programas se seguían en la institución arijana.
Asimismo, se consigna que este colegio fue “fundado por Don León de Argüeso con
el piadoso fin de fomentar las vocaciones eclesiásticas”. Según el citado
folleto, el edificio disponía entonces de “amplias dependencias en inmejorables
condiciones higiénicas para dormitorios, salas de estudio, clases y Capilla,
contando además con patios de recreo y frontón de pelota cerrado”.
|
Estado del colegio de Arija en 2018 (Foto: Fotocasa.es) |
Durante la guerra civil el
edificio sirvió para acuartelamiento de tropas, quedando abandonado poco
después, de forma que en la actualidad se
halla en estado de lamentable ruina. En 1997 fueron aprobados unos
nuevos estatutos de la “Fundación León de Argüeso” para adaptarlos a la
reciente legislación de fundaciones. Se nombró entonces como Patronos al
Arzobispo de Burgos, al Vicario General y al Párroco de Arija.
En 2006 la finca y el edificio
del antiguo colegio fueron subastados en 210.000 euros a una empresa privada,
cuyo hecho ha sido acogido en el pueblo de Arija con cierto optimismo, pues
aunque se desconoce el destino que darán a la finca sus nuevos propietarios, opinan
que “traerá vida al pueblo”. Por otra parte, se afirma que “el Arzobispado de
Burgos, la Parroquia de Arija y el Ayuntamiento reciben unos ingresos que
pueden destinar a los fines de la Fundación
benéfico-docente instituida por Don León hace 135 años, exactamente el
23 de noviembre de 1871: la atención de necesidades educativas y sociales”.
Por tanto, aunque la Fundación León de Argüeso continúa existiendo, ha
permanecido inactiva durante varias décadas y su colegio clausurado y
finalmente enajenado, si bien las fuentes de financiación se han mantenido
vigentes.
(NOTA: En abril de 2018, el colegio de Arija fundado por León de Argüeso, se halla a la venta en 140.000 euros, contando la finca con una superficie de 4.000 m2, en Todocasa (fotografías del estado actual: https://www.fotocasa.es/terreno/arija/calle-don-leon-argueso-144417459)
Esta intensa actividad
benéfica y humanitaria, que distinguió a León de Argüeso, se vería reconocida, aunque
a título póstumo, con la concesión de la Gran Cruz de la Beneficencia, otorgada
en 1880 por la antigua Orden Civil de Beneficencia del Ministerio de la
Gobernación.
Asimismo, en diciembre de 2007 el Ayuntamiento de Arija ha dedicado una calle a Don León de Argüeso.
Como ocurrió en otros
casos, en que los montañeses enriquecidos fueron considerados como “jefes de auténticos clanes, donde la
ascendencia común y los lazos familiares eran el nexo de casi todos los
miembros pertenecientes al mismo”, León
de Argüeso se convirtió en el gran patriarca de un amplio clan familiar.
No sólo llevó a Sanlúcar a varios de sus sobrinos y parientes para trabajar con
él, sino que siempre estuvo atento a sus familiares de la Montaña, como lo
demuestran las numerosas fincas que fue comprando en su comarca de origen y entregando
a sus parientes en usufructo, legándoselas tras su muerte. En tal sentido,
Argüeso conecta con otro rasgo característico de los bodegueros del Marco de
Jerez, como ha sido tener una familia extensa en la que varias generaciones se
hallaban unidas al fundador o casa matriz del gran clan.
León de Argüeso legó a sus
sobrinos carnales, sobrinos segundos, sobrinos nietos y otros parientes de la
Montaña la suma de 284.000 pesetas, que
debían pagarse en bienes raíces rústicos y urbanos, contabilizándose los
que Argüeso ya poseía en Arija y varios pueblos de Santander. Dejó encargado
que si éstos no fueran suficientes, debían comprarse los bienes necesarios
hasta completar el legado.
En un claro deseo de preservar estos inmuebles el máximo tiempo posible y para
que no fuesen objeto de prematuras ventas al objeto de conseguir una liquidez
fácil, Argüeso impuso a todos estos herederos de la Montaña la condición de no
poder vender, cambiar o hipotecar las propiedades heredadas durante ochenta años desde el día de su muerte, es decir, hasta 1960, siendo
mientras tanto usufructuarios.
En el importe total de este legado se incluían 8.250 pesetas en metálico, que
Argüeso dejó a sus primos hermanos y otros parientes fuera del cuarto grado.
Para completar la liquidación de esta
herencia de la Montaña, los albaceas vendieron parte de los vinos, vinagres y
cascos existentes en las bodegas, tal como dispuso León de Argüeso, los cuales
fueron valorados en 204.309 ptas., a cuya cantidad se añadieron otras
20.688,50 pesetas en efectivo.
En comunión con otro rasgo
propio de estos montañeses residentes en la Baja Andalucía, así como de toda la
burguesía decimonónica, a semejanza de la vieja nobleza terrateniente, León de
Argüeso fue invirtiendo los beneficios generados por sus diversos negocios en
bienes raíces de naturaleza urbana y rústica, de forma que en el momento de su
muerte estos inmuebles componían el 39 por ciento de su capital. Poseía treinta
y ocho fincas urbanas en Sanlúcar, valoradas por la testamentaría en 284.280 pesetas, cuyo conjunto suponía el 16,20
por ciento del capital legado por el burgalés. Asimismo, eran de su propiedad
catorce fincas rústicas, situadas en los términos de Sanlúcar, Jerez, Lebrija y
Las Cabezas de San Juan, con un valor total declarado de 350.022,75 pesetas, que constituían el 19,95 por ciento
del capital (Anexo I).
Además,
en Arija y en veintidós pueblos de la provincia de Santander, Argüeso adquirió
numerosas propiedades de pequeño tamaño -215 casas, tierras y prados-, que dejó
en herencia a sus parientes. El grueso de estas fincas fueron compradas en
1857 y 1876, respectivamente, siendo valorado el conjunto en 50.914 pesetas (2,90 % del capital). Entre estas
propiedades cabría destacar la “Casa de la Torre” en el pueblo de Llano,
adquirida en 1853, que heredó Juan de Argüeso Fernández y fue valorada en 5.594
pesetas. Allí irían a veranear durante bastantes años los descendientes de León
de Argüeso.
Al fallecer León de Argüeso,
el importe total del cuerpo general de sus bienes ascendía a 1.753.948 pesetas.
Una vez descontado el legado otorgado a sus parientes de la Montaña (284.000 ptas.), y la hijuela del mobiliario y
menaje de la casa dejado a Francisca Díez (5.192 ptas.), restó un saldo líquido
de 1.464.756 pesetas, que se distribuyó en partes iguales entre sus tres sobrinos
y herederos universales (488.252 ptas.): Manuel de Lucio y Argüeso, Juan
de Argüeso y Gutiérrez y Francisca Díez Argüeso. Como estimación comparativa, cabría señalar que en 1880, el mismo año
en que falleció Argüeso, el Ayuntamiento de Sanlúcar disponía de un presupuesto
anual de 526.026 pesetas.
Para ejecutar su
testamento, León de Argüeso nombró como albaceas
y liquidadores a sus sobrinos y herederos varones, Manuel de Lucio Argüeso
y Juan de Argüeso Gutiérrez, que convivían con él, así como a Antonio Escalada
Rodríguez, vecino de Sanlúcar.
Si a éstos les surgiesen dudas o dificultades, Argüeso les encargó que consultasen
con el sevillano Manuel María León González y Sánchez, entonces Obispo de Jaén –más
tarde Obispo de Palencia y Beato-; y con Marcelo Spínola, que en aquellos años era párroco de San Lorenzo
de Sevilla -posteriormente Arzobispo y Cardenal, además de Beato-, muy
vinculado familiarmente a Sanlúcar, donde también ejerció como capellán de la
iglesia de la Merced. El arijano esperaba que ambos religiosos le hiciesen este
último favor, dándole “una prueba más de la estimación y aprecio con que
siempre lo han honrado; y por esa confianza no duda que con su buen talento y
recta conciencia resolverán las dudas que a su fallo se sometan, por lo cual
les anticipa las gracias”.
Demostraba así Argüeso las buenas relaciones que mantuvo con algunos miembros del
clero. Por otro lado, prohibió expresamente la intervención judicial en la
ejecución de la testamentaría, desheredando al que se opusiera.
3. Actividades empresariales.
Desarrollo y diversificación.
|
Casa en calle Bolsa, en cuya planta baja se hallaba el Almacén del Reloj, cuyo inmueble fue propiedad de León de Argüeso. |
La primera fecha documentada, que hemos podido localizar,
referida a León de Argüeso en Sanlúcar es 1831, en cuyo año adquiere la mitad
de una casa-almacén situada en la calle de las Cruces, donde funcionaba desde
antiguo una tienda de refino y comestibles denominada “Almacén del Reloj”, por
un reloj de sol ubicado en la fachada del edificio. En esta casa Argüeso
iniciará su trayectoria empresarial con treinta años de edad. Algunos años más
tarde, entre 1845 y 1847, León de Argüeso se haría con la otra mitad de la
finca.
Este inmueble lindaba, por la calle de las Cruces, con otra casa que había sido
propiedad del convento de dominicas de Madre de Dios, la cual también fue
comprada por Argüeso en 1856, como producto de la desamortización eclesiástica,
quedando unificados ambos inmuebles en una sola finca.
En esta casa habitará León de Argüeso el resto de su vida, junto a sus tres
sobrinos, los dependientes del almacén y los sirvientes. Este primer
establecimiento comercial y residencial se convirtió en el centro neurálgico de
sus negocios, desde donde el empresario dirigió todas sus actividades
económicas.
|
Casa-almacén del Reloj. Cabecera de factura de Herederos de D. León de Argüeso, en 1883 (AMSB). |
El almacén del Reloj era una típica tienda de montañés.
Situada haciendo esquina a dos calles –Cruces y Bolsa-, para abrir puertas a
ambas vías. El local tendría la estructura clásica de estos establecimientos,
quedando subdivida la planta baja en tres zonas: taberna, tienda de
ultramarinos y amplia trastienda para almacenaje.
La zona residencial se ubicaba en la planta principal y el área reservada al
servicio y dependientes del almacén se hallaba en la segunda planta. Al
fallecer León de Argüeso, este establecimiento siguió funcionando con sus
herederos durante algunos años. En 1895 estaban empadronados en esta casa,
además de Francisca Díez y Juan Argüeso, otros nueve montañeses: tres mujeres
solteras y seis varones. A principios
del siglo XX el establecimiento fue alquilado por el palentino Francisco Morante Sardina para instalar su almacén; y posteriormente se
ubicó en este local el banco “Herederos de Antonio Ridruejo”, regentado por
Casimiro Barrero Laya.
En la actualidad no existe ningún establecimiento comercial en esta casa, que
fue reedificada en la década de los 90 del siglo XIX por los herederos de
Argüeso.
Uno de los rasgos principales que distinguirá la evolución
empresarial de León de Argüeso fue la diversificación de sus actividades
económicas, tal como ocurrió en la trayectoria de otros bodegueros gaditanos,
constituyéndose este factor en una característica propia de la burguesía
vinatera de la época.
A lo largo de su vida, Argüeso se dedicará al comercio al por menor de diversos
ramos –comestibles, vinos y pan-; comercio mayorista –azufre-; actividad
financiera –préstamos y empréstitos a corto y largo plazo-; y sector
vitivinícola, como cosechero, almacenista y comerciante de vinos. Todas estas
actividades fueron simultaneadas hasta su muerte. Por su parte, los herederos de
León de Argüeso, aunque mantuvieron en principio la mayor parte de estas
diversas actividades empresariales, terminaron por especializarse en el ámbito vitivinícola.
|
Antigua casa-almacén de la Mata. |
En el marco de su
actividad como minorista, León de Argüeso fue propietario de tres
establecimientos de comestibles y refino, lo cuales se hallaban situados estratégicamente
en el centro urbano del Barrio Bajo de Sanlúcar. Tras la compra del Almacén del
Reloj, fue expandiendo esta actividad con la adquisición del Almacén de la Mata
(calle Regina), que estuvo a cargo de su pariente Gregorio Bustamante y
Argüeso, en quien León de Argüeso tenía depositada una gran confianza como demuestra
que lo nombrase albacea sustituto;
y la compra del Almacén de San José (calle Ancha), si bien este último no
aparece como tal en la testamentaría, aunque sí la propiedad de la finca, por
lo que quizás lo arrendase antes de morir. En estos establecimientos no sólo se
vendían productos alimenticios, sino también los propios de los refinos y quincallerías,
tal como se desprende del inventario de los géneros de almacén consignado en la
testamentaría (Anexo II). Además de éstos, León de Argüeso tuvo alquilados
otros establecimientos de venta al por menor.
Dentro de este mismo ámbito, Argüeso
también se dedicó al negocio del pan, abriendo tres panaderías o tahonas con
hornos de pan en las calles Regina, San Agustín y Sargenta, cuyos inmuebles adquirió
en los últimos años de su vida.
Otra
actividad comercial a la que se dedicó León de Argüeso fue la de mayorista de azufre, producto que era muy demandado
por los viticultores para el tratamiento de las viñas contra el oídio –plaga
sufrida en 1853-54- y el hongo del mildiu, que ha sido tradicional combatirlo
con oxicloruro de cobre. Esta amplia demanda explicaría la gran cantidad de
azufre existente entre los géneros de almacén consignados en el inventario de
la Testamentaría, que ascendía a 1.200 arrobas, así como la solicitud que
realizó Argüeso al Ayuntamiento, en
1878, para que le autorizase la apertura de un depósito de azufre. También
cabría vincular esta actividad a las relaciones que mantuvo León de
Argüeso con los mineros onubenses, en concreto con la Sociedad Minera “Los
Buenos Amigos de los Cobres” (sic) de Zalamea la Real (Huelva), dedicada a la
extracción de cobre, cuya empresa tenía contraído con Argüeso un débito hipotecario
de 68.178,61 pesetas, que era parte de un préstamo de mayor cuantía (108.178,61
ptas.) realizado en 1870. Al parecer, Argüeso también fue mayorista de teja plana
francesa para la construcción, aunque esta cuestión no está confirmada
documentalmente.
Una de las actividades más lucrativas desarrolladas por León
de Argüeso, que parece le reportó cuantiosos beneficios, fue la financiera
basada en los empréstitos hipotecarios y en los préstamos a corto plazo
mediante pagarés. Esta faceta profesional parece originarse en la tradición
existente en la zona, por la que los almaceneros montañeses adelantaban a los
pequeños viticultores o “mayetos” el dinero necesario para realizar las labores
de la viña o hacer la vendimia, devolviéndose muchas veces estos préstamos en
especie, es decir, en el esquilmo o en mostos, que el montañés almacenaba en
bodegas para su posterior comercialización. En casos de impago, el almacenero se
quedaba también con parte o toda la viña que solía ponerse en garantía. Estas
circunstancias provocaron que muchos montañeses se introdujeran en el negocio
del vino, como pudo sucederle a Argüeso.
Respecto a esta rentable actividad financiera, al fallecer
León de Argüeso, la totalidad de las deudas a su favor, consignadas en la
testamentaría, suponen más de la cuarta parte de su capital (30,14 %). Entre
los créditos a corto plazo, se reseñan diecinueve acreedores de vinos con un débito total de 44.105,50 pesetas, cuyos titulares son de muy diversas
procedencias, tanto de la propia Andalucía – Cádiz, Bornos, Sevilla, Osuna,
Carmona, Villamanrique, Málaga, Córdoba, Linares, Granada-, como de Madrid,
Barcelona y Lequeitio (Vizcaya). La cuantía de estos créditos oscilan entre
81,50 ptas. el más barato y 19.637 ptas. que adeudaba la sociedad “Moya, Ausa y
Cª” (sic) de Cádiz. Entre los deudores de géneros de almacén, aparecen ocho
personas procedentes de Chipiona, Sevilla, Málaga, Valladolid, Zaragoza, Torrevieja,
Reinosa y Bilbao, fluctuando estas deudas entre 21 ptas. y 3.250 ptas. que
debía Marcelo Gutiérrez, de Chipiona. También se consignan veinticinco deudores
de préstamos a corto plazo, mediante pagarés, de los que no se cita la
procedencia, aunque parece que en su mayoría eran de Sanlúcar. Todos ellos
adeudaban a León de Argüeso un montante de 111.271,25 ptas., oscilando estas
deudas entre 500 ptas. y 19.600 ptas. que debía la Viuda de Márquez. La reseña
de ciudades en estas relaciones de débitos indica el ámbito de la actividad
mercantil de León de Argüeso, que se extiende a todo el territorio nacional con
mayor concentración en Andalucía y el norte español.
En cuanto a los
empréstitos hipotecarios, en la testamentaría se reseñan dieciocho con un valor
total de 366.328,07 ptas., lo
cual suponía un 20,88 por ciento del
capital total de Argüeso. Algunos de estos préstamos pertenecen a
importantes vinateros de Sanlúcar como los hermanos Angioletti, Faustino de la
Piedra o los fabricantes de aguardientes y licores José Antonio Reig y
Rodríguez de Arellano y Juan José López Bernal (“López y Reig”). Estos
empréstitos se hallaban garantizados con fincas urbanas y rústicas y también
con bodegas y vinos. Las cantidades adeudadas oscilan entre 1.500 ptas. de
Francisco Romero Vidal y 104.000 ptas. de Faustino de la Piedra Moreno, cuya
cifra era parte de un préstamo de mayor cuantía (150.000 ptas.). Los porcentajes
de interés mayoritarios son del 8% y 10% anual, aunque los hay también al 5%,
6% y 7%. Todos estos préstamos fueron escriturados en la última década de vida
de León de Argüeso, entre 1870 y 1879.
|
Bodega-granero Santa Ana, situada en calles Bolsa-Santa Ana. (Demolida). |
Por otra parte, la actividad vitivinícola de comienza
tres años después de adquirir el Almacén del Reloj, cuando en 1834 compra la
mitad de la bodega-granero “Santa Ana”, a la que fue sumando otras diversas
bodegas y viñas. Por tanto, desde sus inicios como empresario, Argüeso se
dedicará al almacenamiento y comercialización de vinos, creando una empresa
vitivinícola, que permanecerá unida a sus otros negocios hasta su muerte.
Los importantes beneficios obtenidos de esta intensa actividad
comercial y financiera fueron invertidos por León de Argüeso en la adquisición
de fincas urbanas y rústicas. Estas inversiones en bienes raíces fueron
creciendo a partir de 1850, intensificándose de forma extraordinaria en la
última década de su vida. El punto culminante se sitúa en 1877 con la compra de
ocho fincas urbanas y una rústica. Por los Libros de Amillaramientos de Riqueza
de 1853, 1863 y 1873, se puede conocer la evolución experimentada en estas
inversiones que, en cuanto a las urbanas, viene a coincidir prácticamente con
lo señalado en la testamentaría. Así, durante los primeros veintidós años
de su vida empresarial (1831-1853), Argüeso compró, a un ritmo lento, las
fincas necesarias para asentar sus empresas en los ámbitos del comercio de
comestibles y la vitivinicultura. En 1853 declara la propiedad de cuatro viñas
de pequeño y mediano tamaño, dos terrenos de sembradura y tres inmuebles
urbanos vinculados directamente al desarrollo de sus primeros negocios.
Algunas de estas pequeñas viñas y tierras de sembradura fueron vendidas con
posterioridad, pues no aparecen ya en 1873.
En las siguientes décadas, entre 1853 y 1870, Argüeso adquiere
fincas a un ritmo medio-alto. Por un lado, expande sus establecimientos de
ultramarinos, comprando en 1857 el “Almacén de la Mata” (calle Regina);
y en 1867-68 el “Almacén de San José” (calle Ancha)
con sus correspondientes casas. En estos años también se hace con otras dos
casas, a mitad por indiviso, con Bonifacio Castañeda, quien estaba casado entonces
con su sobrina Francisca Díez. Estas dos casas se hallaban en el centro
comercial de la ciudad –calle Trascuesta (1860) y calle de la Plata (1862)-,
donde posiblemente los dos montañeses abrieron o alquilaron tiendas de
comestibles. Para ampliar estas fincas, Argüeso adquirió en 1868 una casa en la calle Bretones, nº 3, que
comunicaba con la citada casa de la calle Trascuesta. En
estos años también comienza a ampliar la manzana donde se ubicaba el
Almacén del Reloj con la compra, en 1854, de dos casas-bodegas contiguas en la
calle Benegil
y en 1870 la casa colindante por calle Bolsa.
En 1857 el burgalés compra una casa en Bonanza,
junto al muelle, donde pudo tener tienda abierta, además de servirle para
almacenar las mercancías que comercializaba a través del puerto. Posteriormente,
se multiplicarán las compras de estas casas-almacenes en Bonanza hasta hacerse
con nueve fincas. Este gran interés que mostró Argüeso por estar presente en la
zona portuaria podría deberse a la instalación de la línea de ferrocarril “Jerez-Sanlúcar”,
en 1877, que se prolongó hasta el puerto de Bonanza, aunque este ramal no se
finalizó hasta 1883. Por aquellos años,
estas casas pertenecientes al barrio de Bonanza, que fue edificado en 1833
junto al edificio de la Aduana, gozaban de muy buena valoración, al situarse
junto al puerto y por las expectativas que la llegada del ferrocarril abrió
para el comercio interior. Dos casas formaban una manzana, llegando Argüeso a
comprar varias manzanas completas. Por otro lado, en 1857 Argüeso compró
numerosas fincas de pequeño tamaño en la Montaña, que usufructuaron diversos
parientes. Y también durante estos años el arijano adquirió varias
bodegas para ampliar el negocio vinatero.
Algunas de estas fincas fueron compradas por subasta al
Estado, como resultado de las desamortizaciones eclesiásticas, de cuyas provechosas
oportunidades también se benefició León de Argüeso. Fue el caso del inmueble,
ya citado, que lindaba con el almacén del Reloj por la calle de las Cruces, además
de otra casa situada en el callejón de
la Huerta de Santo Domingo, nº 1, aledaña a una bodega de Argüeso, que fue
adquirida en 1858.
Y en 1873 realiza una llamativa operación al hacerse con seis dehesas en el
término de Lebrija –La Cigarrera, Charco Hundido, Los Ballesteros, Los
Camachos, Malduenda y Saltillo-, cuyas fincas habían pertenecido al Colegio de
Niños Nobles del convento del Espíritu Santo de Sevilla y fueron subastadas por
el Estado, actuando como intermediario de la compra Emilio Famugia (sic) y
Pérez. En total, estas dehesas ocupaban una superficie de 2.808 fanegas de
tierra valoradas por la testamentaría en 170.000 pesetas.
La mayor parte de las fincas urbanas
y rústicas, que poseía León de Argüeso en el momento de su muerte, fueron compradas
en la última década de su vida (1870-1879), cuando el ritmo de adquisiciones
aumentó de forma vertiginosa. En
esos diez años Argüeso adquirió un total de veinticinco inmuebles urbanos de
los treinta y ocho inventariados, es decir, un 65,78 por ciento del total de
sus fincas urbanas; así como trece fincas rústicas de un total de catorce, lo
cual supone un 92,85 % del total de su patrimonio rústico.
De
este ritmo acelerado en la adquisición de bienes raíces, durante la última
década, se deduce la apreciable acumulación de capital que le habían generado a
León de Argüeso sus múltiples negocios. En 1870 compra dos casas: una en calle
Bolsa, nº 10, que lindaba con la suya propia del Reloj y con la bodega Santa
Ana, y otra en el Barrio de Bonanza. En 1871, otra casa en Bonanza. En 1873,
una casa en calle Bolsa, nº 59. En 1874, una bodega-granero en calle Mar, nº 10. En
1875 adquiere cuatro fincas: dos en la calle Trasbolsa -una con bodega-, y
otras dos en Bonanza. En
1876, otras cuatro fincas: casa-bodega en calle Trasbolsa, nº 16; y tres casas
en plaza de la Constitución, nº 25, calle en calle Plata, nº 40, y calle
Regina, nº 21 esquina a calle Chanca. En
1877, año en que se produce el mayor número de compras, Argüeso adquiere ocho
fincas, destacando las cuatro casas –una con bodega- que le vende Mª Araceli Cortés y Díaz de Sarabia (heredera
del importante comerciante gaditano Díaz de Sarabia); así
como otras tres fincas adquiridas a Pedro Díez Paz -heredero
de Toribio Díez, antiguo propietario del Almacén del Reloj-, además de otra
casa en el Barrio de Bonanza. Y en
1878 se hace con cuatro fincas, entre ellas las dos casas-horno o tahonas de
las calles San Agustín y Sargenta, junto a otra casa en calle Bolsa, nº 70 y un
portón –cuarta parte de una manzana- en el Barrio de Bonanza.
En cuanto a las fincas rústicas, además de las ya mencionadas,
en 1877 Argüeso adquiere la “Hacienda del Piñón” o “La Botija” de olivar, en Las
Cabezas de San Juan, a Manuel de la Serna y Lucía Zuleta, Marqueses de Irún, si
bien esta compra se hizo con “pacto de retro” por lo que en 1880 aún no estaba
consumada.
En estas mismas condiciones, con “pacto de retro” hasta 1882, adquirió en 1879 una
dehesa de monte bajo en Lebrija a Francisco Espinosa y Zuleta.
En 1878 se hizo con otras tres fincas rústicas: la viña Burugena en el término
de Jerez; “El Colgadizo”, situado en el pago Cabezudo de Sanlúcar con 49
aranzadas de sembradura;
y otra suerte de tierra agregada a la Dehesa del Saltillo – ya de su propiedad-,
en el término de Lebrija.
Por último, en 1879, mismo año de su muerte, compró dos navazos en Bonanza, cuyos
singulares huertos estaban muy cotizados en aquel tiempo.
Lo habitual fue que Argüeso redimiese
de forma inmediata los censos, tributos u otras cargas con que pudieran estar
gravadas las fincas que iba comprando.
4. La empresa vinatera
|
Fachada a la calle Mar del conjunto bodeguero de Argüeso (actualmente propiedad de Bodegas Yuste). |
Perteneciente a la segunda generación de bodegueros de la
moderna vinatería en el actual Marco de Jerez,
tras las primeras décadas de estancia en Sanlúcar, León de Argüeso se convirtió
en uno de los principales vinateros de la ciudad, entre los que también se
encontraban, de forma coetánea, Benigno Barbadillo, Manuel López Barbadillo, Eduardo
Hidalgo, Cipriano Terán Carrera, Pedro Manjón, Faustino de la Piedra o Tomás
Rodríguez, entre otros. Algunos de estos empresarios alternaron la empresa
vinícola con otros negocios, como el de ultramarinos o la actividad financiera,
como ocurrió en el caso de Argüeso.
Aunque tradicionalmente se viene considerando que la empresa “Herederos
de Argüeso” fue fundada en 1822, tal como aparece en su etiquetado y material
publicitario, esta fecha no ha sido constatada documentalmente como la de
creación exacta de la empresa pues, como ya se ha mencionado, la primera fecha
documentada de León de Argüeso en Sanlúcar es 1831, en cuyo año adquiere el Almacén
del Reloj. En todo caso, para la empresa vinatera habría que partir de 1834, en
cuyo año Argüeso compró la primera bodega de la calle Santa Ana.
Durante los años en que León de Argüeso regentó el negocio
vinatero, éste se caracterizará por ser un tipo de empresa unipersonal, dirigida
por lo que se ha venido en llamar el “capitán de la empresa” o “espíritu de la
empresa”
Si bien, para ayudarle en sus actividades, Argüeso contó con su sobrino Manuel de
Lucio Argüeso, hijo de su hermana María y llegado también de Arija, que le
apoyó en todos los negocios y fue uno de sus tres herederos universales,
administrando más tarde los bienes comunes de los tres herederos hasta su
muerte. Con posterioridad también se trasladó a Sanlúcar, para ayudar a León, el
joven Juan de Argüeso, nieto de su hermano Manuel. Asimismo, para las específicas
tareas vinícolas, Argüeso contó con el apoyo del capataz de bodega, Agustín
González Macías, que permaneció a su lado al menos durante los últimos años de
su vida.
La evolución del negocio vinatero de León de Argüeso mantiene
las características propias de la mayoría de empresas vinateras creadas durante
el siglo XIX en el actual Marco de Jerez. En principio, el fundador suele adquirir
algunas bodegas, introduciéndose en el negocio como almacenista de vinos.
Seguidamente pasará también a ser productor o cosechero mediante la compra de
viñas. Y, por último, entrará de lleno en la comercialización de los vinos. Se
abarcaba así, de forma progresiva y en sentido vertical, todas las fases de la
actividad vitivinícola, interviniendo directamente en el proceso productivo.
Aunque en el archivo conservado en la bodega “Herederos
de Argüeso” no existe documentación de aquellas fechas, salvo algunos títulos
de propiedad,
por los datos contenidos en la testamentaría se puede obtener una cierta
información sobre la evolución seguida por esta empresa vinatera. La carrera
vitivinícola de León de Argüeso se inicia con la temprana adquisición de una
bodega-granero en la calle Santa Ana (1834), que había pertenecido a la familia
Arizón (destacados comerciantes con América durante el siglo XVIII).
Algunos años más tarde compra la bodega “San Francisco”, situada en la
exclaustrada huerta conventual de Santo Domingo (1841), cuyo solar contiguo también
adquirió Argüeso (1861) para construir
la bodega “San José”. Estas
dos últimas bodegas se constituyen en el núcleo originario del gran conjunto
bodeguero que posee la firma “Herederos de Argüeso” (actualmente propiedad de Bodegas Yuste). Estas primeras
adquisiciones bodegueras indican una decidida voluntad de León de Argüeso,
desde sus inicios empresariales, de dedicarse al negocio del almacenamiento y
comercialización de vinos.
Con la compra de las
primeras viñas, el burgalés se introdujo pronto en la fase de producción para
abastecer su negocio vinatero. En 1853 posee un total de 12,5 aranzadas de
viñedos en Sanlúcar, distribuidos en cuatro fincas, incluida una viña situada
en el pago de Martín Miguel de Sanlúcar (8 1/2 aranzadas).
Un año antes de su muerte, en 1878, se hizo con la viña Burugena, situada en el
pago de Burugena la Baja (Jerez), que ocupaba 39,70 aranzadas y parece
perteneció a Antonio de Lucio y Argüeso.
Por otro lado, al fallecer León de Argüeso, tenía vendida una viña (8 ½
aranzadas) a Francisco Ávila y Toscano, que estaba situada en el pago
Ventisquero del término de Chipiona, aunque aún no se había realizado la
correspondiente escritura, que llevaron a cabo sus herederos.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la empresa vinatera experimenta
un progresivo proceso de expansión, mediante la adquisición de nuevas bodegas
distribuidas por el centro urbano de Sanlúcar, si bien se advierte una clara
intención de ir concentrando espacialmente las bodegas en dos manzanas muy
próximas a la casa matriz del Almacén del Reloj, convirtiéndose poco a poco en núcleo
principal el conjunto bodeguero situado entre la calle Mar y el callejón de la
huerta de Santo Domingo.
Este proceso expansivo se materializó con la adquisición, en 1854, de las
casas-bodega de la calle Benegil; y la compra, en 1859, de otra bodega en calle
Bolsa, nº 30-Huerta de Santo Domingo.
Ya en la década de los años 70, Argüeso comprará el resto de bodegas propias de
la empresa: bodega-granero en calle Mar,
nº 10 (1874); casa-bodega en calle Trasbolsa, nº 32 (1875); casa con bodega en calle
Trasbolsa, nº 16 (1876); y casa-bodega en calle Alcoba, nº 8 (1877). Además,
en la viña Burugena existía una bodega con capacidad para 300 botas, colgadizo
con cinco lagares y una prensa. A la muerte del fundador, se consigna en su
testamentaría la posesión de nueve bodegas y dos viñas (Anexo III).
A lo largo de su
trayectoria vinatera, León de Argüeso mantuvo negocios con los principales
bodegueros de la zona, participando con éstos en algunos eventos. Por ejemplo,
en 1873 Argüeso presentó sus vinos en la Exposición de Viena, obteniendo una Medalla
al Mérito. Junto a él asistieron otros bodegueros sanluqueños, como Luis Colom
Víctor, Diego Linares, Salvador Helvant, Joaquín Hontoria o Eduardo Hidalgo,
quien consiguió una Medalla al Progreso.
Esta distinción le daría a Argüeso más prestigio y difusión de sus caldos que
rentabilidad económica, pues en la exposición tan solo vendió una botella de
vino.
A pesar de esta clara integración de Argüeso en la clase vinatera de la ciudad,
resulta extraño que en la relación de los 58 Almacenistas de Vinos existentes
en Sanlúcar, que publica una guía de la provincia en 1873, no aparezca
consignado León de Argüeso.
El establecimiento de relaciones
entre León de Argüeso y los vinateros de la comarca también vendría derivado,
en algunos casos, de los empréstitos hipotecarios que realizó el arijano a
algunos de estos bodegueros, tal como se desprende de su testamentaría, entre
los que se hallaban, además de los ya citados, la Viuda y herederos de José
Barrero Ruiz, Eduardo Miquelli y Botini o Francisco de Paula Vallejo y Ossorio,
entre otros. Era habitual que, mientras duraban estos préstamos, Argüeso o su
capataz se quedasen con unas llaves de las bodegas puestas en
garantía. La capacidad financiera que permitió a León de Argüeso comenzar con
estos préstamos desde mediados del siglo XIX se explica por la holgada
situación económica que disfrutó desde esos años. Así, en 1851 Argüeso ya aparece
entre los primeros contribuyentes de Sanlúcar.
Al fallecer Argüeso, en
sus bodegas se hallaban almacenadas unas existencias totales de 32.161 arrobas de vinos y
vinagres, valoradas en 351.857 pesetas,
que junto a las vasijas (41.201
ptas.) y útiles de bodega (3.153 ptas.), sumarán un total de 394.291 pesetas. Si
a estas existencias se añaden las bodegas y viñas, el capital de la empresa
vinatera se sitúa en 590.878,50 ptas., suponiendo este negocio la tercera parte
(33,68 %) del patrimonio total que poseía Argüeso (Anexo III). Entre los vinos
almacenados se localizan manzanillas de diversas clases, vinos entremayor,
vinos blancos (bajo y alto), vinos de color, amontillado y vinos dulces, además
de vinagres de varias clases (Anexo IV). Tal como León de Argüeso dejó
estipulado, una parte de estos vinos y vasijas fueron vendidos para comprar
bienes inmuebles, a fin de liquidar la herencia dejada a sus parientes de la
Montaña.
En un notable afán por conservar lo
conseguido más allá de su muerte y mantener la continuidad de la empresa
vinatera por él fundada, León de Argüeso impuso en principio a sus tres herederos
la condición de proseguir en sociedad con la casa comercial y los bienes durante cuarenta años, precisando incluso la razón social que debía ostentar la empresa: “Herederos
de D. León de Argüeso y Argüeso”. Cumplido el plazo impuesto, sus
herederos podrían liquidar la sociedad, recibiendo cada uno la porción que le
correspondiese.
Sin embargo, esta condición tan
restrictiva fue anulada poco después, mediante un codicilo notarial, otorgado
por Argüeso en septiembre de 1879, en el que revocaba la cláusula testamentaria
anterior, liberando así a sus herederos para liquidar la herencia cuando les
conviniese, pues “considerando ahora que por efecto de las
circunstancias, y por otros motivos imprevistos, podrá suceder que no sea fácil
ni posible cumplir la voluntad del Don León, por más que lo quieran y deseen
sus herederos”.
Respecto a los posibles herederos de sus tres sobrinos, León
de Argüeso hizo una particularidad con Francisca Díez Argüeso, hija de su
hermana Francisca, cuya parte recaería en los hijos legítimos que pudiera tener y, si no los tuviera, pasaría a
sus sobrinos carnales por ambas líneas, “exceptuando a Doña Antonina Castañeda
y Castañeda y su descendencia, que nada recibirá si llegase el caso”, y tampoco
podría heredar a Francisca su padre
si la sobreviviese. Esta limitación impuesta por el testador
podría referirse a las más que probables desavenencias que Argüeso pudo tener
en vida con las personas citadas, incluido su cuñado Juan Díez Gutiérrez.
5. Los herederos de León
de Argüeso fundan dos empresas vinateras.
León de Argüeso dejó como
sus únicos y universales herederos, a partes iguales, de todos sus bienes,
acciones y derechos, a sus sobrinos carnales Manuel de Lucio y Argüeso y
Francisca Díez de Argüeso y a su sobrino nieto Juan de Argüeso y Gutiérrez,
estando entonces (1879) el primero y el tercero solteros y la segunda viuda, todos
los cuales vivían con él en la casa del Reloj. En su testamento, León preveía
el caso de que su sobrina Francisca no aceptase la herencia –posibilidad
mencionada en dos ocasiones-, quedando entonces como sus únicos herederos
Manuel y Juan, en cuya circunstancia éstos deberían pagar a Francisca una
pensión diaria de veinticinco pesetas hasta su muerte.
Por otro lado, Argüeso estipuló que, aunque Francisca aceptase la herencia, la dirección y administración del capital y la sociedad serían
ejercidas exclusivamente por Manuel y Juan o aquellas personas que designasen, prohibiéndole
expresamente a Francisca intervenir en la liquidación de los bienes y la
administración de la empresa, “puesto que no le concede autorización”, bajo
pena de ser desheredada.
Desconocemos si esta falta de confianza de León en su sobrina, como administradora
de la empresa, se fundamentaba en razones personales o podía ser un rechazo
generalizado hacia la mujer como gestora empresarial.
Sin embargo, en la liquidación
particional, Manuel de Lucio, en su nombre y en el de Juan Argüeso, que aún era
menor de edad, pero se hallaba autorizado por su padre, Juan Argüeso y Fernández
-viudo, labrador, de 52 años y vecino del pueblo de Llano-, mediante poder
notarial, expusieron que ambos quisieron contar con Francisca Díez para practicar
las diligencias de la testamentaría, pues manifestaron que Francisca poseía el
mismo carácter de heredera universal que ellos, teniendo los tres la misma
personalidad e iguales derechos, “sin quebranto de la voluntad del testador”.
Manifestaron igualmente que, si no le concedían a Francisca estos derechos, “podría
quizás sospecharse de la pureza con que proceden y de la lealtad que les anima”.
Y también quisieron dejar constancia que Francisca Díez, “tanto por su
confianza ilimitada en ellos, cuanto por respeto a las disposiciones del
finado, ha resistido mucho aceptarla, exigiendo expresamente al hacerlo que se
consigne así en este lugar”. Por tanto, concurrieron los tres para practicar el
inventario, avalúo y partición de los bienes, así como a la firma de la
testamentaría.
Tras la muerte de León de
Argüeso, los tres herederos se mantuvieron unidos en sociedad hasta 1894,
multiplicando en esos años el capital heredado. Durante ese tiempo administró
la hacienda familiar y dirigió los negocios Manuel de Lucio y Argüeso (Arija. Burgos, 1822? – Sanlúcar, 1893),
hijo de María Argüeso (hermana de León) quien desde muy joven había aprendido
junto a León de Argüeso las claves de sus actividades económicas. En 1883 Manuel
de Lucio aparece como comerciante y almacenista de vinos.
Como su tío León, no contrajo matrimonio ni tuvo descendientes directos. Vivió
en la casa heredada de la calle Bolsa, aledaña al Almacén del Reloj, con su
sobrino y heredero, Manuel de Argüeso y
Lucio (Arija. Burgos, 1855 – Sanlúcar, 1937), que llegó a Sanlúcar con
veinte años, donde se casó con la montañesa Irene del Río López (Reinosa.
Santander, 1863), cuyos padres también tenían un almacén en la calle Cruces. Tuvieron
tres hijos: Irene, Concepción y Manuel Argüeso del Río.
Cuando falleció Manuel de Lucio (1893),
su capital ascendía a 1.366.108 pesetas,
casi el triple de lo que había recibido trece años antes. A semejanza de su tío
León, también dejó legados a diversas entidades religiosas y benéficas;
y otros legados en metálico a algunos parientes de la Montaña. Nombró herederos,
por mitad, a María Sainz Lucio, por un lado; y a sus sobrinos Manuel e Isabel
de Argüeso y Lucio, por otro. Estos últimos hermanos aumentaron de tal modo su
caudal que Isabel, casada con Bernardo Ortiz Roldán, dejó al morir 2.014.124 pesetas
(1928).
|
Juan Argüeso Gutiérrez (Col. particular). |
El segundo heredero de León, Juan
Argüeso Gutiérrez (Llano de Valdearroyo. Santander, 1857– Sanlúcar,
1899), nieto de Manuel Argüeso (hermano de León) se casó en 1883, cuando
contaba veintiséis años, con la tercera heredera, Francisca Díez de Argüeso (Yuso.
Santander, 1839 – Sanlúcar, 1913), que era prima de su padre, la cual tenía
entonces cuarenta y tres años,
es decir, diecisiete años mayor que Juan. Ambos contrajeron matrimonio en la
entonces parroquia de Nuestra Señora de las Angustias de Corconte (Santander),
inscribiéndose el matrimonio en Sanlúcar al año siguiente. Francisca, hija de
Francisca Argüeso (hermana de León) se había casado en primeras nupcias con
Bonifacio Castañeda,
con quien ya vivía en Sanlúcar en 1860, del que quedó pronto viuda y sin
descendencia, yendo a vivir con León de Argüeso. El nuevo matrimonio vivió en
la casa del Reloj –heredada proindiviso por Manuel de Lucio y Juan de Argüeso-
y no tuvieron descendencia. Heredaron a Francisca sus sobrinos, Severina y
Vidal Gutiérrez Díez, y su medio hermano Hermenegildo Díez Fernández.
Juan Argüeso Gutiérrez falleció joven, a los 42 años, legando 2.817.750 pesetas,
cuya cifra quintuplicaba el capital legado por su tío León, de las que
1.373.342 ptas. heredó su viuda; y 965.338 ptas. su hermano Manuel Argüeso
Gutiérrez (Llano, 1853). Este último también vivió unos años en la casa del
Reloj con León de Argüeso
y se casó en Reinosa con su prima Martina González Castañeda, siendo padres de
varios hijos, que entroncaron con familias sanluqueñas pertenecientes en su
mayoría a la burguesía vinatera.
Por tanto, se observa que en la tercera y cuarta generación de
la familia Argüeso ya se cumplía ese principio básico de la mentalidad propia
de la burguesía vinatera, consistente en la concentración de capitales empresariales
y el avance social mediante el matrimonio con miembros de otras familias
bodegueras. Se fortalecían de este modo los lazos de cohesión social y la consolidación
de una élite vinatera, que en muchos casos se fundamentó en la endogamia,
aunque este último rasgo se advierte ya en los miembros de la familia Argüeso
desde la segunda generación (matrimonio entre Juan y Francisca).
Durante los primeros años,
en que los tres herederos se mantuvieron en sociedad, prosiguió el incremento del patrimonio recibido. Mantuvieron
el grueso de los bienes heredados de León de Argüeso, aunque en 1884 ya se
advierte la venta de algunos inmuebles –las casas de Bonanza se
redujeron a la mitad- y la
incorporación de nuevas fincas, como el Cortijo de Arana o Mojón Blanco
en Jerez (516 aranzadas); cortijo Cabeza Alcaide (1.138 aranzadas), casa en
calle Bolsa, 35; casa en calle San Jorge, nº 4, entre otras.
También los herederos de
León continuaron con la actividad de los empréstitos. Así, por ejemplo, en 1885 los tres herederos realizan un préstamo hipotecario a Rosario Esper
Moyano de 14.000 pesetas sobre la casa de la calle Bolsa, nº 16.
Por otro lado, esta gran capacidad financiera, que disfrutaron los herederos de
Argüeso, les permitió ofrecerse y prestar en 1882 al Ayuntamiento de Sanlúcar 25.000 pesetas, sin interés, debido a
la gran sequía que se sufrió aquel año y a los escasos recursos del Consistorio.
La notable actividad benéfica y caritativa que distinguió a
León de Argüeso fue continuada por sus tres
herederos, cuya segunda generación entrarían de pleno en la mentalidad
burguesa propia del siglo XIX, para la que el ejercicio de la caridad y la
beneficencia, esto es, el denominado “buen uso de la riqueza”, constituía un
indicativo de prestigio social.
Así, Manuel de Lucio Argüeso, dejaría a su muerte (1893) varios legados a favor de los conventos de dominicas
y carmelitas descalzas, asociación San Vicente de Paúl, Hermanitas de los
Pobres del Asilo, convento de capuchinos y Hermandad de San Pedro”.
Y Juan de Argüeso Gutiérrez (1899) realizó en vida numerosas obras sociales,
por lo que popularmente se le llamó “padre de los pobres”, además de edificar
la Capillita del Carmen (1886) para enterramiento de sus herederos. Sobre la
faceta benéfica de este nuevo patriciado vinatero, resultan muy significativas
las elogiosas palabras que dedica en 1905 José Antonio Caballero al ya
desaparecido Juan de Argüeso:
“Mucha de la popularidad e importancia comercial
de la casa, le fue debida a uno de los sobrinos herederos del fundador de ella,
al malogrado Don Juan de Argüeso, fallecido en la plenitud de la vida y cuyo
recuerdo aún se conserva entre los sanluqueños que le consideraban como un
modelo de caballeros y uno de sus más distinguidos convecinos. Amantísimo del
trabajo y asiduo protector de las clases humildes y trabajadoras, engrandeció
el negocio de vinos, fomentó industrias y contribuyó con su riqueza a la
edificación de numerosas obras que daban pan y ocupación a considerable número
de obreros, al mismo tiempo que servían para urbanizar a la ciudad, cuyos hijos
-y en su nombre el Ayuntamiento- han sabido perpetuar su memoria rotulando con
su nombre y apellido la antes llamada calle de Las Cruces, donde habitó y finó
este patricio, llamado con sobrada justicia el padre de los pobres"
|
Logotipo de la empresa "Herederos de Don León de Argüeso", creado en 1894 por el matrimonio Juan de Argüeso y Francisca Díez. |
Tras la muerte de León de
Argüeso, la empresa vinatera “Herederos
de D. León de Argüeso y Argüeso” pasó a ser societaria, al estar
compuesta por los tres sobrinos y herederos. Un año después de fallecer Manuel de Lucio, en 1894, se liquidó
la sociedad, dividiéndose materialmente la herencia. A partir de entonces se
constituyeron dos empresas bodegueras diferentes. Por un lado, el matrimonio formado
por Juan de Argüeso y Francisca Díez fundaron la firma “Herederos de Don León
de Argüeso”, creándose entonces el logotipo de esta empresa, que se ha
mantenido hasta la actualidad. El registro oficial de este distintivo empresarial
fue solicitado en noviembre de 1894 por los “Sres. Herederos supervivientes de
D. León de Argüeso”, como marca de comercio para distinguir "Vinos
Generosos".
Esta “marca de la casa”
está configurada por un triángulo equilátero invertido, en cuya orla aparece inscrito
el nombre comercial “Herederos de Don León de Argüeso” y en la base “Marca
Registrada”. En el centro del triángulo se ubica la figura de una botella
jerezana, a cuyos lados aparece la curiosa leyenda “Los 2” y en la etiqueta del
envase se inscriben las iniciales “F y J”, haciendo alusión ambos elementos a
Francisca Díez y Juan de Argüeso, como los dos herederos universales de León de
Argüeso que quedaban vivos tras la muerte de Manuel de Lucio. Al fallecer Juan
de Argüeso (1899), la empresa fue dirigida por Vidal Gutiérrez Díez, sobrino de
Francisca Díez, que también fue concejal del Ayuntamiento.
La firma girará entonces bajo la razón social “Herederos de Juan de Argüeso”,
con cuyo nombre se registraron en 1906 las marcas de manzanilla pasada “San
León” (en honor del fundador) y “Argüeso. Además,
esta bodega comercializará otras marcas, aún en vigor, como los amontillado
“Argüeso” y “Las Medallas”, cuyas soleras y denominación compartieron con
Manuel de Argüeso. En 1925 la empresa se transformó en Sociedad Anónima,
pasando a llamarse “Herederos de Argüeso, S. A.” hasta la actualidad.
|
Etiqueta de manzanilla pasada San León, de 1906. |
Por otro lado, tras
disolverse la primitiva sociedad (1894), Manuel de Argüeso y Lucio, uno de los herederos
de su tío Manuel de Lucio, fundó la firma vinatera “Manuel de Argüeso”, cuyo nombre
comercial fue registrado en 1905.
La imagen de identidad empresarial de “Manuel de Argüeso” fue registrada en
1907 para distinguir “vinos, aguardientes y licores”,
estando compuesta por un pequeño león rampante, que sostiene una bandera de
España y aparece rodeado de medallas alegóricas. La actividad de esta empresa
se desarrollará también en Jerez de la Frontera, adquiriendo la antigua firma “Gutiérrez
Hermanos”. Esta bodega comercializará las marcas de manzanilla “Santa Ana”, denominación
que alude a la primera bodega de León, y amontillado “Don Pelayo”, cuyas marcas
se anuncian en 1905,
además de amontillado “Las Medallas”, entre otras. Su actividad se centrará en
una bodega situada en la calle Banda Playa
y la casa matriz se ubicó en la finca heredada de la calle Bolsa, colindante al
antiguo Almacén del Reloj. Esta empresa fue vendida por los descendientes en
1994 a Bodegas Valdespino de Jerez (hoy integradas en el Grupo Estévez).
Los tres sobrinos de León de Argüeso y sus respectivos
herederos continuaron la expansión empresarial de las dos bodegas constituidas
a partir de 1894, situándose hasta bien entrado el siglo XX a la cabeza del
sector vitivinícola de Sanlúcar y figurando entre los primeros capitalistas de
la ciudad. Así lo demuestra la posición que ocupan entre los 129 almacenistas consignados
en una “Relación de Existencias de Soleras en Sanlúcar” de 1903, donde Francisca
Díez, Viuda de Juan de Argüeso, se sitúa en tercer lugar con 2.926 vasijas
asentadas; y Manuel de Argüeso aparece en la sexta posición con 1.885 vasijas.
Entre los setenta y dos
socios accionistas fundadores que constituyeron la “Previsión Vinícola” en 1919,
se sitúa en tercer lugar “Herederos de Juan de Argüeso”, que suscribió treinta
y siete acciones; ocupando el puesto decimonoveno Manuel de Argüeso Lucio con
diez acciones. El número de acc
iones coincide con el de trabajadores fijos
existentes en cada empresa.
Aquel mismo año de 1919 Manuel de Argüeso Lucio y los Herederos de Juan de
Argüeso ocupan el primer y segundo puestos entre los principales capitalistas
de Sanlúcar, con siete millones de pesetas el primero y cuatro millones los
segundos.
La firma “Herederos de Argüeso” se mantuvo en manos de los
herederos de León de Argüeso hasta 2006, en cuyo año fue adquirida por una
sociedad vinculada al sector inmobiliario, perdiendo su tradicional carácter
familiar. Esta nueva empresa, aunque continúa con el negocio vinatero, tiene en
proyecto trasladar la actividad a una bodega de la carretera de Chipiona y demoler
gran parte del conjunto bodeguero creado por el fundador entre la calle Mar y
el callejón de Santo Domingo (13.871,09 m2) para edificar más
de doscientas viviendas. Dentro de este conjunto se conservan
históricas dependencias de gran interés artístico, como el refectorio y parte
de la sacristía del antiguo convento dominico.
Hace pocos años la empresa vinatera ha sido adquirida por Bodegas Yuste, de Sanlúcar de Barrameda.
* * *
ANEXO
I
ESTRUCTURA DE CAPITAL DE
LEÓN ARGÜESO Y ARGÜESO (1880)
|
|
Valor (Ptas.)
|
% Valor Total
|
ACTIVOS
FIJOS
|
Activos Fijos Inmuebles
|
Fincas Urbanas en Sanlúcar
|
284.280,43
|
16,20
|
Fincas Rústicas (Sanlúcar, Jerez, Lebrija y Las
Cabezas de san Juan)
|
350.022,75
|
19,95
|
Fincas rústicas y urbanas en las provincias de
Burgos y Santander
|
50.914,00
|
2,90
|
Total Fijos Inmuebles:
|
685.219,18
|
39,06 %
|
Activos Fijos Muebles
|
Utensilios bodega
|
3.153,00
|
0,17
|
Vasijería instalada
|
39.561,00
|
2,25
|
Muebles-enseres casa
|
5.192,00
|
0,29
|
Mobiliario-instalaciones almacenes
|
5.104,00
|
0,29
|
Total Fijos Muebles:
|
53.010,00
|
3,02 %
|
|
|
|
ACTIVOS
CIRCULANTES
|
Líquido en caja
|
51.200,00
|
2,91
|
Existencias de vinos
|
351.857,00
|
20,06
|
Vasijería vacía
|
1.640,00
|
0,09
|
Géneros de Almacén
|
68.863,00
|
3,92
|
Deudas a favor (venta vinos)
|
44.105,00
|
2,51
|
Deudas a favor (géneros de almacén)
|
7.268,25
|
0,41
|
Préstamos corto plazo (pagarés)
|
111.271,25
|
6,34
|
Créditos hipotecarios
|
366.328,07
|
20,88
|
Otros
|
13.186,25
|
0,18
|
Total Activos Circulantes:
|
1.015.718,82
|
57,91 %
|
TOTAL
CAPITAL
|
1.753.948,00
|
100
%
|
Fuente: A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Elaboración propia.
ANEXO II
INVENTARIO
- GÉNEROS DE ALMACÉN – 1880
|
640 arrobas
|
Azúcar en 40 cajas
- 200 a 14 ptas. / Ud.
- 200 a 12, 75 ptas. / Ud.
- 240 a 11,75 ptas. /Ud.
|
8.170,00
|
385 arrobas
|
Arroz en sacos de 1ª, 2ª y 3ª
clase, a 7, 6,50 y 6,20 ptas./Ud.
|
2.506,00
|
1200 arrobas
|
Azufre en 300 sacos (2,75
ptas. / Ud.)
|
3.300,00
|
105 arrobas
|
Habichuelas en 15 sacos a (5,75
ptas. / Ud.)
|
603,75
|
84 arrobas
|
Frijoles en 12 sacos (6,50 ptas. /
Ud.)
|
546,00
|
960 libras
|
Manteca del reyno (1,74 ptas. /
Ud.)
|
1.670,00
|
80 libras
|
Manteca de Hamburgo (2,25 ptas. /
Ud.)
|
180,00
|
400 libras
|
Manteca de puerco (1,64 ptas. /
Ud.)
|
656,00
|
161 cajas
|
Petróleo (22,50 ptas. / caja)
|
3.622,50
|
6 quintales
|
Bacalao (40 ptas. / quintal)
|
240,00
|
4 arrobas
|
Queso de cabra (11 ptas. / Ud.)
|
44,00
|
1 arroba
|
Queso de Hamburgo
|
31,25
|
48 arrobas
|
Pimiento molido (17,50 / Ud.)
|
840,00
|
21 quintales
|
Café (125 ptas. / Ud.)
|
2.625,00
|
27 libras
|
Te (3 ptas. / Ud.)
|
81,00
|
|
Papel de distintas clases
|
1.107,00
|
200 paquetes
|
Velas (1 pta. / Ud.)
|
200,00
|
100 libras
|
Tocino salado (1,50 cts. / Ud.)
|
150,00
|
145 arrobas
|
Jabón fino (9 ptas. / Ud.)
|
1.305,00
|
10 libras
|
Chorizo (2 ptas. / Ud.)
|
20,00
|
9 arrobas
|
Pasas (4,50 ptas. / docena)
|
40,50
|
20 arrobas
|
Higos (3 ptas. / docena)
|
60,00
|
513 libras
|
Chocolate varias clases (1,50
ptas. / Ud. - media)
|
764,50
|
17 arrobas
|
Fideos (7 ptas. / Ud.)
|
119,00
|
|
Sedas, algodones, hilos, botones,
cucharas de palo, cucharones de palo, molinillos, clavazones, plomos, yesca,
fósforos, alucema y otra porción de efectos de refino, así como azafrán,
canela, pimientas y demás efectos de quincalla
|
27.276,75
|
|
Mostradores, estanterías, pesos,
pesas y demás
útiles y enseres propios de los
establecimientos
de comercio de refino y quincalla
|
5.104,00
|
30 fanegas
|
Habas (10 ptas. / Ud.)
|
300,00
|
225 fanegas
|
Trigo (13,55 ptas. / Ud.)
|
3.048,75
|
101 fanegas
|
Cebada (6 ptas. / Ud.)
|
606,00
|
21 fanegas
|
Garbanzos (37,50 ptas. / Ud.)
|
787,50
|
8 fanegas
|
Alverjones (10 ptas. / Ud.)
|
80,00
|
12 fanegas
|
Alpiste (11 ptas. / Ud.)
|
132,00
|
33 fanegas
|
Maíz (11,50 ptas. / Ud.)
|
379,50
|
605 arrobas
|
Aceite (13,50 / Ud.)
|
8.167,50
|
|
|
|
|
Total
|
74.763,50
|
Fuente: A.B.H.A.
Testamentaría de León Argüeso y Argüeso. Elaboración propia
ANEXO III
EMPRESA VINATERA DE LEÓN DE ARGÜESO Y
ARGÜESO (1880)
ESTRUCTURA DE CAPITAL
|
ACTIVOS FIJOS
|
Activos Fijos Inmuebles
|
|
Nº
|
Situación
|
Superficie M2 / aranzadas
|
Valor Ptas.
|
Bodegas
Casas-bodega
Bodegas-granero
|
|
Cjón. Huerta Sto. Domingo, 3
Trasbolsa, 16
Trasbolsa, 32
Alcoba, 8
Benegil, 3 y 5
Cjón. Huerta Sto. Domingo, 1
Bolsa, 30 – Huerta Sto. Domingo
Santa Ana, 11
Mar, 10
|
833,00
649,00
212,30
647,34
421,00
118,17
2.629,00
675 ,00
407,74
|
17.500,00
11.910,00
6.125,00
8.000,00
9.102,00
1.882,50
20.250,00
11.250,00
10.030,00
|
Total
Bodegas:
|
9
|
|
6.171,55
|
96.049,50
|
Viñas
|
|
Pago Martín Miguel (Sanlúcar)
Burugena (Jerez)
|
8 ½
39
|
7.437,50
30.008,50
|
Total
Viñas:
|
2
|
|
47,50
|
37.446,00
|
Activos Fijos
Inmuebles:
133.495,50
|
Activos Fijos Muebles
|
Utensilios de bodega
|
3.153
|
Total Activos Fijos Muebles:
|
3.153
|
ACTIVOS CIRCULANTES
|
Existencias vinos
|
32.161 arrobas
|
351.857
|
Vasijería
|
1.233 botas (41 vacías)
|
41.201
|
Deudas ventas vinos
|
Mercado Nacional
|
44.105
|
Líquido en caja
|
|
17.067
|
Total Activos Circulantes:
|
454.230
|
ACTIVO TOTAL:
|
590.878,50
|
Fuente: A.B.H.A. Testamentaría de León de Argüeso.
Elaboración propia.
En el líquido en caja se ha consignado la tercera parte del
efectivo en caja
declarado en la Testamentaría (51.200 ptas.)
ANEXO IV
EXISTENCIAS
EN BODEGAS DE LEÓN DE ARGÜESO
(1880)
|
Arrobas
|
Tipos
|
Ptas./@
|
Valoración
|
Nº Vasijas
|
Ptas.
|
2.092
|
Manzanilla 1ª Clase*
|
22,5
|
47.070,00
|
* 100
|
3.182,50
|
1.512
|
Manzanilla 2ª Clase*
|
17,5
|
26.460,00
|
* 56
|
2.280
|
2.167
|
Manzanilla 2ª Clase*
|
15
|
32.505,00
|
* 83
|
792,5
|
1.763
|
Manzanilla 3ª Clase*
|
13,75
|
24.241,25
|
* 53
|
3.080
|
1.596
|
Manzanilla 3ª Clase
|
12,5
|
19.950,00
|
57
|
2.505
|
810
|
Vino entremayor*
|
12
|
9.720,00
|
* 88
|
1.697,50
|
2.941
|
Vino entremayor*
|
11,25
|
33.086,25
|
* 111
|
1.600
|
1.627
|
Vino entremayor*
|
8,75
|
14.236,25
|
* 55
|
2.340
|
4.272
|
Vino entremayor
|
7,5
|
32.040,00
|
138
|
5.242,50
|
4.267
|
Vino blanco alto
|
6,25
|
26.668,75
|
138
|
5.922,50
|
1.316
|
Vino blanco bajo
|
3,5
|
4.606,00
|
47
|
1.835
|
1.699
|
Vino blanco bajo
|
4,5
|
7.645,50
|
55
|
2.140
|
307
|
Amontillado 1ª
|
25
|
7.675,00
|
12
|
350
|
1.054
|
Vino de Color 1ª
|
17,5
|
18.445,00
|
33
|
914
|
1.410
|
Vino de Color 2ª
|
15
|
21.150,00
|
29
|
902,5
|
1.468
|
Vino de Color 3ª
|
8,75
|
12.845,00
|
49
|
1.685
|
390
|
Vino Dulce Varias clases
|
20
|
7.800,00
|
15
|
655
|
739
|
Vinagre 1ª
|
5
|
3.695,00
|
25
|
960
|
731
|
Vinagre 3ª*
|
2,75
|
2.018,00
|
*
48
|
1.477,50
|
|
|
|
|
41
vacías
|
1.640,00
|
Totales
|
32.161 @
|
Vinos
y Vinagres
|
351.857,00
|
1.233
|
Vasijas
|
41.201,00
|
|
Útiles bodega
|
3.153,00
|
Total vinos, vasijas y útiles:
|
394.291,00
|
Fuente: A.B.H.A. Testamentaría de León Argüeso y
Argüeso. Elaboración propia
* Vinos y cascos vendidos para adjudicar la hijuela
de bienes legados en Burgos y Santander
Actualización, 21 de marzo de 2023.
LEGADOS DE LEÓN DE ARGÜESO A SU FAMILIARES RESIDENTES EN VARIOS
PUEBLOS DE LAS PROVINCIAS DE BURGOS Y SANTANDER.
Según la cláusula decimocuarta del testamento de León de
Argüeso y los pagos efectuados por la Testamentaría, se pagaron en bienes raíces,
rústicos y urbanos, los siguientes legados:
· A los hijos de su hermano D. Manuel Argüeso y Argüeso,
vecino que fue de Llanos y se llaman don Juan, doña Francisca y doña Bernarda
de Argüeso y Fernández, 18.000 duros o 90.000 ptas., 30.000 para cada sobrino,
o sea, la tercera parte, y si alguno hubiese muerto, su porción la recibirán
sus hijos.
· A sus sobrinos, hijos de su hermana Dª María Argüeso y Argüeso,
que son doña Petra y doña María de Lucio y Argüeso, y por su otra hija ya
difunta, doña Antonia de Lucio y Argüeso, vecinas la primera de Arija, la
segunda de Bimón y la tercera que lo fue de dicho Bimón, a sus hijos residentes
en el mismo, 13.000 duros (65.000 ptas.), que repartirán con igualdad, la
tercera parte doña Petra, otra tercera, doña María y la restante tercera parte
la representación de doña Antonia. Si hubieran muerto dichas personas
legatarias, pasará a sus hijos. Los de la referida doña Antonia se llaman doña
Paula, don Miguel, doña Valentina y doña Gregoria Castañeda y Lucio.
· A los hijos de su sobrina doña Ignacia Castañeda y Argüeso
también difunta y vecina que fue de Bimon, que se llaman doña Bonifacia, doña
Brígida, Doña Martina, doña Venancia y don Domingo González Castañeda, 7.000
duros (35.000 ptas.), que distribuirán entre si con igualdad, o sea, 7.000
ptas. para cada uno. Si alguno hubiese fallecido, pasará el legado a sus hijos.
· A doña María de Lucio Ruiz, hija de su sobrino don
Bernardino de Lucio y Argüeso, residente en Arija, 5.000 ptas. (20.000 rs.).
· A doña María Sainz de Lucio, natural de Herbosa, hija de
doña Paula de Lucio y Argüeso, mil duros (5.000 ptas.).
· Y si muriesen sin sucesión legítima o antes que el Don León [no sucedió],
dichas doña María de Lucio y doña María Sainz, recaerá el legado que se les
hace en las sobrinas del testador doña María y doña Petra de Lucio y Argüeso y
en los hijos de su otra sobrina, hermana que fue de aquellas, doña Antonia de
Lucio y Argüeso, cuyos nombres quedan ya consignados.
· A doña Petra de Lucio y Argüeso, vecina de Arija, le manda
además 100.000 reales (25.000 ptas.).
· Al hijo de ésta, don Manuel de Argüeso y Lucio, residente en
Arija. 40.000 rs. (10.000 ptas.).
· A doña Antonina Castañeda y Castañeda, natural de Bimon e
hija de don Pedro Castañeda y Argüeso, 20.000 rs (5.000 ptas.). Y si muere
antes que el sr. otorgante, e aunque sea después, no deja sucesión legítima,
recibirán este legados los hijos de doña Ignacia Castañeda y Argüeso ya
expresados.
· A don Manuel Argüeso y Gutiérrez, que está en compañía de
don León, 25.000 ptas. (100.000 rs.).
La testamentaría pagó, en cumplimiento de esta cláusula 14ª, un total de 265.000
ptas.
Según la cláusula decimosexta del testamento de León de
Argüeso y los pagos efectuados por la Testamentaría, se liquidó en dinero líquido,
los siguientes legados:
· 2.000 rs (500 ptas.) a cada uno de sus primos hermanos que
le sobrevivan, y si hubiesen muerto antes que el don León, lega éste a cada uno
de los hijos de aquéllos 1000 r. (250 ptas.). En este legado van incluidos la
viuda y los hijos de don Bonifacio Castañeda, vecino de Reynosa y excluidos de
este legado los citados don Bernardino y don Gregorio Bustamante y Argüeso,
porque se le ha hecho ya particular en la cláusula trece de este testamento. [En
la liquidación se pagó a los primos hermanos del testador: José, Juana, Simona
y Manuel de Argüeso. y Eugenio Fernández Argüeso; por un total de 2.500 ptas.].
· La misma cantidad a María González, viuda de Bonifacio García
[250 ptas.].
· 2.000 rs. (500 ptas.) a cada uno de los hijos de su pariente don
Manuel Escalada, vecino que fue de Reynosa. [Se pagó a Manuel, Manuela y
Teresa Escalada y Diez. [1.500 ptas.].
· 1000 rs. (250 ptas.) a María Escalada, vecina de Villacantil
(sic).
· 15.000 rs. (3.750 ptas.) a la Srta. Doña María Escalada y Ramela,
hija mayor de don Antonio Escalada, de esta vecindad.
· Ídem a María Escalada y Ramela (3.750 ptas.) [pariente fuera del cuarto grado como los dos
anteriores].
La testamentaría pagó, en cumplimiento de esta cláusula 16ª, un total de 8.250
ptas.
***
Actualización, 9 de octubre de 2024.
Ampliamos, de nuevo, la investigación con las deudas y créditos a favor de León de Argüeso, cuyos datos no pudieron incluirse en la publicación original por falta de espacio.
Deudas,
préstamos a corto plazo y créditos hipotecarios a favor de León de Argüeso.
Testamentaria
de León de Argüeso, 1880.
|
CRÉDITOS
|
IMPORTE
(Pesetas)
|
FECHA
|
Venta
de vinos
|
|
|
Julián González Rasilla (Sevilla).
Remesa y compra de vinos.
|
15.330,00
|
|
Juan Luis López (Bornos). Remesa y
compra de vinos.
|
324,00
|
|
José Díaz Solís (Villamanrique).
Remesa y compra de vinos.
|
139,00
|
|
Fernando La Rosa (Madrid). Remesa y
compra de vinos.
|
504,00
|
|
Beltrán
Bignolle (Madrid)
|
300,00
|
|
José Cuervo (Madrid). Venta de
vinos.
|
835,00
|
|
José de Torres Palomero (Málaga).
Vinos.
|
198,00
|
|
Juan Antonio Gutiérrez (Sevilla)
|
2.407,00
|
|
Juan Rodríguez (Osuna)
|
708,00
|
|
Ildefonso G. Jaramillo (Linares)
|
216,00
|
|
José María Moreno (Córdoba)
|
81,50
|
|
Manuel Fernández (Granada)
|
546,00
|
|
Manuel Barrera (Carmona)
|
473,00
|
|
Hipólito Avanzays (sic) e Hijo
(Madrid)
|
142,00
|
|
José Antonio Goitiz (sic) (Lequeitio)
|
431,00
|
|
Modesto Bugallart (sic) (Carmona)
|
474,75
|
|
Nicolás Pastor (Barcelona)
|
403,25
|
|
Vicente Vega (Carmona)
|
956,00
|
|
Moya Sousa y Compañía (Cádiz)
|
19.637,00
|
|
Importe
total venta de vinos
|
44.105,50
|
|
Géneros de almacén
|
|
|
Marcelo Gutiérrez (Chipiona)
|
3.250,00
|
|
Eduardo Corte y Vildosola (sic)
(Bilbao)
|
897,25
|
|
Julián Aguirre (Reynosa)
|
1.104,50
|
|
Blas Drulee (sic) (Valladolid)
|
1.039,00
|
|
Valentín Rodríguez (Torre Vieja)
|
175,00
|
|
Obdulio Castel y Saenz (Málaga)
|
21,00
|
|
Camilo Figueras (sic) (Zaragoza)
|
659,00
|
|
Ricornell y Puigserver (sic)
(Sevilla)
|
122,50
|
|
Importe
total Géneros de almacén
|
7.268,25
|
|
Pagarés
|
|
|
Manuel Buzón (Sanlúcar)
|
750,00
|
|
Julio otras y otros (sic)
|
2.850,00
|
|
Diego Lugo
|
11.250,00
|
|
Juan Ibáñez
|
2.400,00
|
|
Dolores Sánchez
|
5.000,00
|
|
Fernando Gómez de Barreda
|
11.394,00
|
|
Viuda de Márquez
|
19.600,00
|
|
Francisco Florido
|
1.750,00
|
|
Manuel Lugo
|
5.194,50
|
|
Manuel González Montaño
|
1.050,00
|
|
Federico G. de la Torre
|
4.109,25
|
|
Dolores Rodríguez
|
7.726,75
|
|
Serafín de Castro
|
500,00
|
|
José Miguel Ramos
|
3.750,00
|
|
Mariana Araiz
|
750,00
|
|
Juan Heyward
|
15.000,00
|
|
Manuel García Ruber
|
754,00
|
|
Diego Barahona
|
1.400,00
|
|
Miguel Morales
|
5.000,00
|
|
Antonio Pérez
|
1.000,00
|
|
Manuel Mnez.
|
750,00
|
|
María Jesús Saborido
|
1.020,00
|
|
Rafael Gallego
|
1.000,00
|
|
Pedro Díez
|
3.000,00
|
|
Manuel Delgado
|
4.272,75
|
|
Importe
total Pagarés
|
111.271,25
|
|
Préstamos
escriturados
|
|
|
José Pozo y Vázquez (Escrit.
9-12-1879)
|
2.139,50
|
1879
|
José Barrero Ruiz (hoy,
viuda y herederos) (Escrit.4-2-1878).
(Préstamo 8%. Garantía:
250 botas vasijas de vino y 4.800 arrobas de vino de diferentes años,
existentes en bodega de Barrero, nº 50 de calle Caridad, teniendo las llaves
y siendo depositario Agustín González Macías. El préstamo fue de mayor suma,
hoy reducido a:
|
20.015,00
|
1878
|
Eduardo Miqueli y Botini
(Escrit. 07-10-1879). Interés: 10%
Garantía: 16
cascos o botas, de primera vida, con 475 arrobas de vino vida; y 33 botas más
de tercera con 858 arrobas de vino, todo en bodega de c/ Regina, cuyas llaves
tiene Santos Díaz González. (Sanlúcar)
|
7.500,00
|
1879
|
Antonio Herrera
y Pérez, depositario de los bienes de los hermanos Juan, Luis y Antonio
Angioletti. Pendiente de resolución en el Juzgado de primera instancia de
Sanlúcar. Préstamo (8%) hecho para pago de contribuciones y laboreo de los
bienes del consumo (Providencia de 15-12-1879 y Escrit. 18-12-1879) Garantía:
Esquilmo de la hacienda de viña de Charruado (33,5 aranzadas), término de
Sanlúcar, pago de Doña Elvira, propia de los Sres. Angioletti. Linda al N.:
Hacienda de Cuesta Blanca; E: la de Bohorques; S: hijuela de Hato de la
Carne; y O: con misma hijuela y camino de Rota. (Sanlúcar).
|
2.238,46
|
1879
|
Josefa Sañudo y Márquez
(Sanlúcar) (Escrit. 27-11-1879). Se obligó a pagar en el plazo de un año,
constituyendo hipoteca voluntaria sobre una casa en calle de la Luz (nº 2*
moderno), que linda, mirada de frente, a D. con las de herederos de Felix
Araiz; I: otra de Josefa Sañudo y Márquez; espalda: José Pastrana y Seris
(sic). Esta obligación hipotecaria fue inscrita en el Reg. Prop. 17-12-1879.
|
2.250,00
|
1879
|
Francisco de Paula Vallejo y
Ossorio (Escrit. 22-12-1876). Obligación hipotecaria: se obligó a pagar
en el plazo de un año. Rédito: 6% anual, si no pagaba en el año. Garantía:
hipoteca sobre casa-bodega propia y los terrenos adyacentes, en Cerro Falón,
s/n. Linda N: navazos de Manuel Ruiz; E y S: con la finca anterior y Banda de
la Playa; Poniente: Callejón Largo, al que da la bodega. Inscrita Reg. Prop.
16-1-1877. (Sanlúcar).
|
8.000,00
|
1876
|
María de las Mercedes Rodrigo y
Ruiz e hijos Juan, María, Agustín, y María de las Mercedes Ballesteros y
Rodrigo. (Escritura: abril de 1875). 10% anual, si al vencimiento del año,
contado desde la fecha de la escritura, no verificaban el préstamo. Garantía:
casa en c/Ancha, nº 89 antiguo. y 12 moderno, compuesta de planta baja,
principal y una pequeña parte de segunda, de superficie 391,31 m2. Linda,
entrando, D: casa-Café de las Águilas, I: con el nº 14 de los mismos
deudores; espalda: casa de Rafael Montaño. Hipoteca de finca inscrita en Registro
de la Propiedad: 13-04-1875. Y sobre otra casa nº 14 moderno de la calle Ancha,
con planta baja y principal, aquélla con 140,90 m; y ésta con 171,32 m. Linda
Izq.: anterior; Der. y fondo: otra de Joaquín Hontoria. Registro de la
Propiedad: 13-04-1875. (Sanlúcar).
|
21.097,00
|
1875
|
Ventura Muñoz y Ruiz (vecino
de Sevilla) (Escrit. 27-12-1879)
Por cinco años. Interés del 6% por
anualidades vencidas. Garantías: Casa en calle María Coronel (antes, Santa
Inés) de Sevilla, nº 10 moderno y 27 antiguo. Linda Der.: casa nº 8 de
Aniceto Gómez; Izq.: nº 6 de Josefa Escacena; espalda: con portada que llaman
del Lucero, frente a la Lóndiga nº 8 de calle San Pedro. Superficie: 280,57
m2. Un cajón situado en Plaza de la Encarnación o de abastos, nº 35. Linda Der.:
cajón nº 36 de Ventura Muñoz y Ruiz; Izq.: palenque de la panadería. Otro
cajón unido al anterior nº 36, que linda Der.: cajón nº 37, también del
deudor; Izq: con el anterior. Y otro cajón nº 37, linda Der.: cajón Julián
José Sánchez. Por el fondo o espalda, estos cajones hacen frente a casa que
habita Juan Illanes, junto a la calle del Coliseo. Pendiente Reg. Prop. Oblig.
Hipot. Presentada en la oficina liquidadora de ese impuesto y pagados los
derechos, según cartas de pago, de la caja de la Administración Económica de
la provincia de Sevilla (Vencimiento: 3-2-1880).
|
31.680,50
|
1879
|
Manuel Sánchez Larios
(Escrit. 11-11-1874)
Compromiso de pagar el 1-12-1879
con interés 10% anual adelantado. Garantía: Dos aranzadas y 30 estadales, equivalentes
a 98 áreas de tierra de hoyo navazo y baldos, situados en Cerro Falón. Linda
por Levante: Callejón de las lías; Sur: suerte de herederos de Vicente
Cortés; Poniente: con la Marina; y N: suerte de Manuel Romero. Y otra media aranzada
(23, 76 áreas) de hoyo navazo y baldo, término del anterior, pago de la
Serrana, que linda L: suerte de Bernabé de la Torre; S: con la de Joaquín
Raposo; P: con la de Juan Romero; N: con la de Juan de Pina. Registro de la
Propiedad: 18-12-1874. (Sanlúcar)
|
4.860,75
|
1874
|
José Antonio Reig y Rodríguez de
Arellano y Juan José López Bernal (30.000 ptas.) Escrit. 29-12-1875.
Pactan abonar en 1-12-1880 Interés anual del10%. Garantía: casa s/n que es
fábrica de aguardientes en Banda de la Playa. Superficie: 3.402 m2, el
edificio construido ocupa toda la superficie. Linda entrando, Der.: parte
edificada; Izq.: navazo de herederos de Isabel Batista; fondo: mismo navazo. Registro
de la Propiedad: 15-1-1876. (Sanlúcar)
|
30.000,00
|
1875
|
José, Manuel, Dolores y María de
Mier y Nodal. Escritura de obligación hipotecaria: 3-6-1878. Por cuatro
años. Interés 7% Garantía: casa nº 34 moderno y 215 antiguo en calle San
Juan. Linda Der.: casa herederos José La Cave; Izq.: casa Francisco Romero y
Sánchez; fondo: misma de La-Cave. Inscripción Registro de la Propiedad: 28-7-1878.
(Sanlúcar)
|
10.868,25
|
1878
|
José y Pedro Manzanelli y
Bordenave (Escritura de 8-8-1871)
Interés: 8%. Garantía: Casa nº 189 antiguo
y nº 3 moderno en calle San Juan. Linda Der. con casa de Matías Lobato; Izq.:
José de Celis; centro: iglesia de los Desamparados. Registro de la Propiedad:
4-9-1875. (Sanlúcar)
|
13.250,00
|
1871
|
José y Pedro Manzanelli y
Bordenave (Escrit. 22-9-1873)
Dos años. Int. 8%. Garantía: casa calle
San Juan, 189 ant. y 3 mod. (misma anterior). Registro de la Propiedad: 7-9-1873.
(Sanlúcar)
|
4.500,00
|
1873
|
Magdalena Porrata y Arizón, esposa
de Antonio Mateos y García. Escrit. (19-4-1875). Vence 31-12-1875. Más 300 pesetas
de interés. Interés: 8% anual desde el día del vencimiento, más costas y
gastos. Garantía: casa nº 31 antiguo en calle Trasbolsa, esquina Carril de
San Diego, con el que linda a la Izq.: casa Antonio Martínez Tacón; fondo: calle
Banda de la Playa. Registro de la Propiedad: 5-5-1875. (Sanlúcar)
|
5.500,00
|
1875
|
Francisco Romero Vidal
(resto de mayor suma según Escrit. 28-10-1876). A un año: 2.000 ptas. Solo
paga 500. Interés: 10% anual. Garantía: Navazo llamado del Cerro, en pago de
Verdigones (1 ha., 20 a. y 31 cent., con una casa de mampostería. Linda N.:
navazo de Luis Montaño; E: viña de Nicolás Cabrera; S: Callejón del Cristo; y
O: callejón de Verdigones. Registro de la Propiedad: 16-11-1876. (Sanlúcar)
|
1.500,00
|
1876
|
Eduardo Miqueli y Botini
(resto de mayor suma según escrit. 28-5-1877) de 36.250, pagaderas en 7 años
(1884), debiendo pagar en el 1º 6.250 ptas.; 2º: 5.000, lo que ha verificado,
por cuya razón a la muerte de D. León sólo le adeudaba 25.000 ptas. Se pactó que
en el plazo de los 7 años no devengaría interés la suma prestada, pero si por
cualquier motivo se demoraba el pago de los plazos, podría D. León exigir y
percibir con derecho el interés correspondiente al tipo de 8% desde el día que venciera el plazo retrasado,
hasta aquel en que se verificara la paga, pudiendo también en ese caso
reclamar el total de la deuda, aun cuando no hubiesen transcurridos los años
estipulados para hacerla, y de igual modo en la eventualidad de necesitar
acudir a los tribunales para el cobro, habría de satisfacerle el deudor todas
las costas y gastos. Garantía: Dos casas. Una nº 8 antiguo. y nº 6 moderno en
calle Alcoba, compuesta de piso bajo y alto, teniendo de línea de fachada
8,64 m. y de fondo 31,93 m., midiendo en tal concepto un área superficial de
262,104 m. Linda por la derecha de su entrada: casa de herederos de Rafael
Esquivel, nº 4 y fondo: con Jardín del Picacho, propiedad de Rosario Cortés
Díaz de Sarabia. La otra casa nº 9 antiguo y nº 8 moderno de la calle Alcoba,
compuesta de piso bajo y parte de alto, con fachada de 16,58 m. y fondo de
32,60 m, con superficie de 231,235 m2. Linda Der.: casa anterior; Izq: casa
de Antonio Márquez; espalda: Jardín del Picacho, “debiendo advertirse que el
lindero de la casa anterior se ha puesto equivocado, porque es el de la casa
acabada de reseñar”. Registro de la Propiedad: 7-7-1877. (Sanlúcar).
|
25.000,00
|
1877
|
Faustino de la Piedra y Moreno
(restos de mayor suma).
Escrit. 12-1-1875, reformada en
parte por Escrit. 11-6-1875.
A un año: 150.000 ptas., sin
interés, pero devengándose éste a razón de 1 % mensual si se prorrogaba el
plazo o no se satisfacía a su vencimiento. Estas bases fueron modificadas por
la 2ª Escritura en la que se prorrogaba el plazo para pagar las 150.000 ptas.
a 6 años (Vencimiento: 11-6-1881) y que el interés fuera a razón del 8% anual.
El deudor, por cuenta del principal, ha satisfecho 46.000 ptas. Garantía: casa
nº 40 antiguo y nº 4 moderno de calle Caridad, con puerta también a la cuesta
del mismo nombre, situada en el Barrio Alto. Linda D: casa de herederos de
Josefa Sánchez; I: calle Ganado. Otra casa nº 105 antiguo y nº 13 moderno. En
Calle del Chorrillo (hoy de Gutiérrez Agüera). Linda D: casa de M.ª Dolores
Ruiz; I y Centro: exconvento del Carmelitas Descalzos. Y una hacienda de
viña, que denomina del Álamo, término de Jerez, pago de Añina (52 aranzadas,
equivalente a 23 hect., 25 áreas, y 44 cent.) con caserío, bodegas y aljibe.
Linda a levante: finca de José Laffitte; N: otra de Tadeo Sánchez; a poniente:
hijuela de la Media Naranja; S: hijuela camino de Jerez. Inscrito en Registro
de la Propiedad de Sanlúcar las casas y en el de Jerez, la viña.
|
104.000,00
|
1875
|
Manuel Repullo y Godoy. Resto
del precio de una casa comprada a D. León, según Escrit. 05-07-1877. Casa nº
12 en Carril de San Diego, Linda D: otra casa de D. León; I. y fondo: casa de
M.ª del Rosario Cortés y jardín del Picacho, tb. de esta señora. Precio
total: 10.000 ptas. en cinco plazos, contando desde principios de septiembre
de 1877 el primero: 2.500 ptas. y cuatro de 1.875 ptas., quedando hipotecada la
finca vendida como garantía. Debe los dos últimos plazos. Registro de la
Propiedad: 8-8-1877. (Sanlúcar).
|
3.750,00
|
1877
|
Sociedad Minera Los buenos
amigos de las de Cobres.
Cabezo Tinto, término de Zalamea la
Real, en Huelva. Parte de préstamo mayor: 432.714,46 reales (Escrit. 6-12-1870
y Escrit. de rectificación de 13-1-1871). En estas escrituras se consigna que
esta Sociedad era deudora de D. León de 112.714,46 reales, como préstamo que le
hiciera, y además confiesa deberle 320.000 reales, de los que se dice que
pertenecían en parte y en otra u otras personas, que el mismo D. León
representaba, aun cuando figurase a su solo nombre toda la deuda. De ésta
pertenece a distintas personas 160.000 reales, que, cobrados, si sucede,
habrán de entregarse a éstas y a D. León y hoy a sus herederos únicamente los
272.714,46 reales... deber de devolver el resto a sus dueños. Garantía: Hipoteca
de las minas de su propiedad con todas sus dependencias y terreno anexo, que
se compone de tres porciones: Una suerte de tierra calma montuosa con algunas
encinas y chaparros (término de Zalamea la Real. Huelva. Partido judicial de
Valverde del Camino, sitio del Cerrejón. Linda Lev y S: ribera del mismo
nombre que baña el pie de dicho monte; Pon: con Cabezo del Tinto; N:
capellanía que llaman Las Llaves.
Otra suerte de tierra en el mismo
término, sitio que denominan Molino de la Higuera (60 fanegas). Linda Lev:
tierras de las Animas (sic) del Buitrón; Pon: río Odiel; N: con tierras de
Francisco Chaparro de Cabañas; S: con las de Juan Ydon (sic). Y la otra de 18
pertenencias que componen 180.000 m2 de extensión, en donde se halla la mina
de Triunvirato, en el mismo término. Linda N: Dique de Establecimiento; S:
Cabezo Montón de Trigo; Pon: Cabero Tinto; Lev: terreno de la misma Sociedad
Buenos Amigos. (2 Escrituras en Registro de la Propiedad de Valverde del
Camino: 27-2-1870.)
|
68.178,61
(272.714,46)
|
1870
|
Importe
total créditos
|
366.328,07
|
|
Total,
deudas, préstamos y créditos:
|
528.973,07
|
|
Fuente: Testamentaria de León de Argüeso,1880. (Archivo
Bodegas Argüeso. Sanlúcar de Barrameda).
Estas partidas suponen un 30,16 % del total del capital
inventariado: 1.753.948 pesetas.
Sobre la Sociedad minera “Los buenos amigos”, fundada en
Sanlúcar de Barrameda, puede consultarse el trabajo de Juan Carlos Sánchez
Corralejo: “Los buenos Amigos. Una Sociedad gaditana en la rehabilitación minera
de Huelva (1844-1878)”, en Josefa Feria Martín (Coord.): El Andévalo.
Minería y Patrimonio: Actas de las VIII Jornadas de Patrimonio de El Andévalo,
2018.
***
FUENTES DOCUMENTALES:
A.B.H.A. Archivo Bodega Herederos de Argüeso
A.M.S.B. Archivo Municipal Sanlúcar de Barrameda
A. D. B. Archivo Diocesano de Burgos
R.P.V. Registro de la Propiedad de Villarcayo (Burgos)
Informe del tratamiento archivístico aplicado sobre el fondo documental histórico de la bodega “Herederos de Argüeso, S.A.”. Unidad de Estudios Históricos del Vino. Universidad de Cádiz, 2000
BIBLIOGRAFÍA:
ARGÜESO SECO, Carlos (2002): Página de los Argüeso [en línea] Dirección URL: <http://es.geocities.com/carguesos/>. [Consulta: 20 enero 2009]
BARBADILLO DELGADO, Pedro (1989): Historia de de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Ed. Facs. 1942)
BARBADILLO RODRÍGUEZ, Manuel (1995): La Manzanilla. Sanlúcar de Barrameda, Bodegas Barbadillo
BARBADILLO ROMERO, Antonio Pedro (1993): Historia de las bodegas Barbadillo. Sanlúcar de Barrameda, Antonio Barbadillo, S.A. (2ª Ed.)
Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. Madrid
CABALLERO, José Antonio (1905): Guía de Sanlúcar de Barrameda. Jerez de la Frontera.
- (1907) Guía de Sanlúcar de Barrameda, Rota y Chipiona. El Puerto de Santa María.
- (2008) Siluetas Sanluqueñas. Sevilla, Extramuros Facsímiles (Ed. Facs. de 1911)
FERNÁNDEZ NAVAMUEL, Jesús (1998): León de Argüeso, una voluntad de hierro. Arija.
Gaceta de Madrid, nº 205 de 24 de julio de 1874; y nº 250 de 7 de septiembre de 1875
GÓMEZ DÍAZ FRANZÓN, Ana María (2002): La Manzanilla. Historia y Cultura. Las bodegas de Sanlúcar. Sevilla, Ed. Pequeñas Ideas.
HUESCA NAVARRO, Jacinto y JIMÉNEZ RIVAS, José Manuel (2001): Historia del Centro Cántabro de Cádiz. Cádiz. [en línea], “Orígenes de la migración”, Dirección URL <http://centrocantabrocadiz.com/historia.asp>. [Consulta: 15 diciembre 2008]
IGLESIAS RODRÍGUEZ, J. J. (ed.) (1995): Historia y cultura del vino en Andalucía. Universidad de Sevilla.
MALDONADO ROSSO: Javier (1998): La formación del capitalismo en el Marco del Jerez. Madrid, Huerga y Fierro Editores, S. A.
- (1995) “De mosto a vino: surgimiento y desarrollo de la industria vinatera en Andalucía. Siglos XVIII-XX”. En Iglesias Rodríguez, J. J. (ed.): Historia y cultura del vino en Andalucía. Universidad de Sevilla.
MARCO DE LARA, Carlos (1883): Guía Oficial de Sanlúcar de Barrameda. Jerez de la Frontera, Imp. El Cronista.
PÉREZ DEL PRADO, Santiago: “Almacenes, tabernas y montañeses”. En Sanlúcar Información, nº 263 (21/11/1998) - nº 267 (19/12/1998)
- “El Almacén del Reloj: D. León, los tres y los dos”. En Sanlúcar Información, nº 268 (26/12/1998) - nº 275 (13/02/1999)
RAMOS SANTANA, Alberto (1987): La burguesía gaditana en la época isabelina. Cádiz, Cátedra Adolfo de Castro – Fundación municipal de Cultura.
- (1992) “La sociabilidad y el vino: las tabernas”, Solera. Exposición de los Vinos de nuestra tierra. El Puerto de Santa María: Consejería de Cultura. Junta de Andalucía.
- (1996) “Los bodegueros del Marco de Jerez: actitudes y mentalidad”, en Ramos Santana, A. y Maldonado Rosso, J. (eds.): El jerez-xérès-sherry en los tres últimos siglos. Cádiz, Ayuntamiento de El Puerto de Santa María - Universidad de Cádiz.
RUIZ DE VILLEGAS HERRERA, Ignacio (2000): Montañeses de Jerez. Jerez de la Frontera, Ediciones Jerezanas.
VEGAZO PALACIOS, Jesús Manuel (2007): La desamortización eclesiástica en Sanlúcar de Barrameda (1835-1845). Sevilla, Padilla Libros Editores & Libreros.
VIEJO FERNÁNDEZ, José Antonio (2004): Modernización demográfica y transformaciones económicas en Sanlúcar de Bda. (1900-1936). Universidad de Cádiz - Ayuntamiento de Sanlúcar.
Otros recursos en Internet:
- Ayuntamiento de Arija, [en línea]. Dirección URL: <http://www.ayuntamientodearija.org/>. [Consulta: 12 diciembre 2008]
- Arija, [en línea]. Dirección URL: <http://www.arija.org/es/index.php?title=Portada>. [Consulta: 12 diciembre 2008]
- Sitio dedicado a León de Argüeso, [en línea]. Dirección URL: http://www.arija.org/es/index.php?title=Don_Le%F3n_de_Arg%FCeso>. [Consulta: 12 diciembre 2008]
* * *
NOTAS
Manuel de Argüeso
Álvarez (Arija, 1769) se casó con Isabel de Argüeso Gutiérrez, (Arija, 1763) y
fueron padres de Melchora (1792), Manuel (1795), María (1798); León
(Arija, 1801 – Sanlúcar, 1880); Francisco (1804); y Francisca (1806). En
Argüeso Seco, Carlos: Página de los
Argüeso [en línea], Argüeso. Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, Dirección
URL: <http://es.geocities.com/carguesos/otrosArguesos.htm>
y <http://es.geocities.com/carguesos/1768.htm>.
[Consulta: 12/12/2008>]
Esta información,
procedente del archivo de la Hermandad, ha sido facilitada por Ignacio Ruiz de
Villegas.
Archivo de
Bodegas Herederos de Argüeso (en adelante, A.B.H.A.) Testamentaría de León de
Argüeso y Argüeso. Inventario de “Muebles y Menages de Casa”: 12 Sillones de
estrado, que son de caoba ya usado (100 ptas.); 4 Butacas también usadas (100);
1 Espejo de regular tamaño, caña dorada (80); 1 Espejo más mediano (40); 1 Mesa
con tapa de piedra (50); 4 Cuadros de pintura al óleo (160); 1 Retrato de
cuerpo entero de D. León con caña dorada (100); 1 Alfombra de la sala de
entrada (50); 2 Sofás usados (125); 1 Mesa de comedor de pino barnizado (80); 1
Vajilla de pedernal, con copas y vasos (90); 1 Aparador de pino barnizado (80);
24 Sillas de rejillas en asiento (120); 12 Sillas de paja (32); 2 Mesas de pino
(20); 1 Mesa de escritorio y 1 carpeta (60); 1 Cama de caoba de una persona
(100); 6 Camas de hierro de persona (250); 14 Colchones de lana (420); 36
Sábanas (180); 14 Cobertores (140); 14 Almohadas y 36 fundas (185); 8 Colchas
de cama (80); 6 Mesillas de noche (60); 6 Escupideras y 2 recados (8); 3
Tocadores con palanganas y jarras (80); 6 manteles y 36 servilletas (66); 1
Guardarropa de pino y una Caja para fondos (325); 2 Cómodas (50); 1 Ropero de
pino barnizado (50); 4 Pares de cortinas (45); 3 Esteras, 3 quinqués y 4
palmatorias de metal (85); 2 Escribanías de metal (11); 1 Prensa copiador
(10); 4 Banquetas de gutaperchas (30); 12 Cubiertos de planta compuestos de
cuchara y tenedor (300); 1 Cucharón de plata (30); 12 Cucharitas de plata (60);
12 Cuchillos con cabo de platina (40); Cazuelas, ollas, latas y demás
utensilios de cocina (50); 1 Berlina de paseo (1.250). La totalidad de estos
bienes muebles fueron valorados en 5.192
ptas. (entre paréntesis, la valoración en pesetas)
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Testamento. Cláusula veintisiete. Este último
testamento de León de Argüeso fue otorgado en Sanlúcar de Barrameda, el 21 de enero de 1879, ante el notario
don Plácido López de Iturralde,
y anulaba los tres anteriores
testamentos, otorgados en 6 de julio de 1861; 13 de marzo de 1871; y 31
de agosto de 1877.
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Testamento. Cláusula decimotercera.
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Testamento. Cláusula decimotercera. Estos
dependientes eran Raimundo Gutiérrez de Ahumada, Evaristo Gutiérrez Argüeso,
Felipe Gutiérrez Sainz, José García Pérez, José García Díez, Federico Martínez,
Faustino González Argüeso, Gregorio Bustamante y Argüeso y Bernardino
Bustamante y Argüeso. Al capataz de bodega, Agustín González Macías, recibió
1.250 pesetas. Las cantidades oscilaron entre 250 y 1.250 pesetas.
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso y Argüeso. Testamento. Cláusula decimocuarta.
Este legado fue para sus sobrinos carnales, los tres hijos de su difunto hermano Manuel (Juan, Francisca y
Bernarda de Argüeso y Fernández);
los dos hijos de su difunta hermana María (Petra y María de Lucio y Argüeso); los hijos de la difunta Antonia
de Lucio y Argüeso y nietos de su
hermana María (Paula, Miguel, Valentina y Gregoria Castañeda y Lucio); sus sobrinos segundos e hijos de su
sobrina difunta Ignacia Castañeda y Argüeso, y nietos de su hermana Melchora
(Bonifacia, Brígida, Martina, Venancia y Domingo González Castañeda); su sobrina segunda, María de Lucio Ruiz, hija
de su sobrino Bernardino de Lucio y Argüeso; su sobrina segunda, María Sainz de
Lucio, hija de Paula de Lucio y Argüeso. A Petra de Lucio y Argüeso le legó
además 25.000 ptas.; y al hijo de ésta, su sobrino segundo, Manuel de Argüeso y
Lucio, 10.000 ptas.; y a su sobrina segunda, Antonina Castañeda y Castañeda,
hija de Pedro Castañeda y Argüeso. Para llevar a cabo esta liquidación se
concedió un plazo de dos años, corriendo los gastos por cuenta de los
legatarios. En la Liquidación se resolvió adjudicar a estos herederos los
bienes que ya disfrutaban, puesto que León de Argüeso tenía entregados estos
inmuebles para su disfrute “mucho
tiempo antes de ocurrir su fallecimiento”, y que ellos mismos dividirían
previo acuerdo con los testamentarios. De igual manera, continuarían
disfrutando de los rendimientos de los bienes, como lo habían hecho hasta
entonces. (Liquidación - Supuestos y Declaraciones.- Seis)
A.B.H.A.
Testamento de León de Argüeso y Argüeso. Cláusula decimosexta. Este legado,
consistente en cantidades que oscilaban entre 250 y 3.750 pesetas, recayó en
sus primos hermanos, José, Juana, Simona y Manuel de Argüeso; Eugenio Fernández
Argüeso; María González, viuda e hijos de Bonifacio García; hijos de Manuel Escalada (Manuel, Manuela y
Teresa Escalada y Díez); María Escalada; y 3.750 ptas. para la Srta. María
Escalada y Ramela, hija mayor de Antonio Escalada y vecina de Sanlúcar.
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Testamento. Cláusula veinte. En caso de que
faltase alguno de los albaceas, León de Argüeso nombró también a Manuel de
Argüeso y Lucio, residente en Arija; a Gregorio Bustamante y Argüeso, residente
en Sanlúcar; y a Francisco de Paula
Ruiz y Ruiz, vecino de El Puerto de Santa María.
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Estas fincas, adquiridas en 1877 a Mª Araceli
Cortés y Díaz de Sarabia, estaban situadas en la calle Rubiños, nº 8 (178,79
m2; valorada en 2.300 ptas.); Pza. Constitución, nº 6 (80,745 m2, 5.101 ptas.);
Carril de San Diego, 10 (282,62 m2, 5.004 ptas.); y casa y bodegas en calle
Alcoba, nº 8 (647,34 m2, 5.004 ptas.)
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Casa-horno
en calle San Agustín, nº 35 (324,55 m2 valorada 7.505 ptas.) comprada a María
de los Dolores Sánchez Núñez, casada con Manuel Camacho Ruiz; casa-horno en calle Sargenta, nº 24 (315,80 m2, 5.113
ptas.) a Francisco Ruiz Cuadrado;
casa en calle Bolsa, nº 70 (243,16 m2, 3.750 ptas.) a Dolores de la Peña
y Valcárcel y a sus hijo José Ramírez de la Peña; y un portón –cuarta parte de una manzana- en el Barrio de Bonanza, nº 7
(180 m2, 3.250 ptas.) a José María del Castillo y Barrios.
Barbadillo
Romero, A. P. (1993: 307-309)
A.B.H.A.
Testamentaría de León de Argüeso. Testamento. Cláusula decimocuarta. León de
Argüeso dejó 25.000 ptas. a su sobrino segundo, Manuel Argüeso y Gutiérrez, que vivía con él en Sanlúcar.
Fueron hijos de
Manuel de Argüeso Gutiérrez y Martina González: Basilisa (1882) casada en 1907
con Rafael Reig Salas; Juan (1884) casado en 1911 con Ángela del Prado Mosquera; León (1888); Pilar (1890) casada en 1915 con José Ñudi Ruiz
de Somavía; María Rosario (1893); Rosario Margarita (1895) casada en 1920 con
Pedro Romero Ambrossy; José (1898) casado en 1923 con Emilia Hidalgo Colón;
Manuel (1899) casado en 1925 con María del Carmen Barrero Amérigo; y Carmen
(1904) casada en 1925 con Pedro Barbadillo Rodríguez. (”Página de los Argüeso”
[en línea] Argüeso. Genealogía, Heráldica y Nobiliaria. Dirección URL: <http://es.geocities.com/carguesos/otrosArguesos.htm>
[Consulta: 12/12/2008]
Hola Ana, soy montañés y todos estos temas de los montañeses en San Lucar de Barrameda me interesan. Estoy leyendo, referente a la nota al píe número 92, que León, según el testamento que indicas, dejó herencias a sus parientes de La Montaña. Y veo que esa expresión, 'parientes de la Montaña', la refieres otras veces. Me gustaría saber, si es que te acuerdas, o dispones de fotocopia del testamento, si el nombre 'La Montaña' aparece en esos testamentos. Mi dirección de correo es elramaliego arroba gmail.com, por si quieres contactar por ahí. Enhorabuena por el blog. Un cordial saludo.
ResponderEliminarEstimado lector, muchas gracias por su interés en este blog. Le puedo responder que en el testamento de León de Argüeso no parece el término "La Montaña". Sólo se refiere a los pueblos de las provincias de Burgos y Santander, donde vivían estos parientes.
EliminarPor otra parte, la nota al pie nº 92 que usted cita, se refiere a la cláusula 19ª del testamento, donde León Argüeso advierte a sus albaceas que, si no hubiese bastante dinero líquido para comprar los bienes raíces que legaba, sus herederos podrían vender los "vinos, cascos y efectos de bodega" para cumplir esta manda.
He actualizado el contenido del artículo y he añadido los nombres de los parientes que fueron herederos de León de Argüeso en las provincias Burgos y Santander, que como ya sabrá se le ha denominado tradicionalmente en esta zona de la Baja Andalucía a aquella comarca como "La Montaña" y a sus procedentes como montañeses, incluso a los llegados de aquellas provincias como Soria.
Espero que esta información le sea útil.
Saludos,
Ana
Se me hace muy extraño que el nombre de La Montaña esté asociado a tierras de Soria en la documentación gaditana. Los que decían que eran de La Montaña eran los procedentes de lo que se denomina hoy Cantabria, y quizá también de algún valle circundando que hoy forman parte de otras provincias limítrofes. Los antiguos 'Gremios de Montañeses' estaba formados exclusivamente por lo que hoy denominaríamos cántabros, pues Montañeses eran, es decir, naturales de La Montaña, que incompresiblemente, hace 40 años, no consiguió ser el nombre oficial de la provincia, gracia que cayó en 'Cantabria'.
EliminarEl termino montañés, aplicado a aquellas personas llegadas del norte que abrían "tiendas de montañés" o tiendas de ultramarinos, a veces con tabernas integradas, se generalizó en esta zona gaditana no sólo para los naturales de las tierras cántabras, sino también como, ya se dice en este artículo, para los procedentes de Burgos (León de Argüeso), Soria y hasta Zamora. Cosa distinta eran los gallegos, que abrían tradicionalmente freidores de pescado.
EliminarLe recomiendo la lectura del libro "Jándalos. Arte y sociedad entre Cantabria y Andalucía", de Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higueray Consuelo Soldevilla Oria.
Saludos.
Ana
Perdonen Ana Gómez Díaz-Franzón y el Anónimo montañés, que me entrometa en vuestra conversación, sobre todo si Ana me lo permite. Me llamo Francisco Javier Polanco Muñoz y suelo investigar y escribir sobre montañeses en Cádiz. No me importa dar mi dirección de correo: jpolancomuñoz@hotmail.com.
EliminarPoseo en mi ordenador, en total, más de seis mil testamentos, codicilos, repartos de bienes, aceptación de herencias, riesgos, cartas de pago, etc., de montañeses en Cádiz o el entorno de su bahía, como Puerto Real, Puerto de Santa María, San Fernando o Chiclana.
Cierto Ana, en algún caso he leído llamar montañés a alguno de Soria, pero la inmensa mayoría de los montañeses o de la Montaña o de las Montañas de Burgos, o del arzobispado de Burgos, son originarios de lo que hoy día llaman Cantabria y muchos de ellos son de varios lugares de la provincia de Burgos, sobre todo de Las Merindades. Los de Arija también eran montañeses, aunque pertenezca actualmente a la provincia de Burgos, pero en 1801 no se habían formado los ayuntamientos constitucionales y las provincias no eran como era, ni parecidas. En las Merindades, actualmente se consideran montañeses
Mis documentos no se limitan a finales del XVIII-XX. Mis documentos creo recordar, comienzan en el año 1615 o algo anteriores. Por tanto, Anónimo montañés, entonces no existían, que yo sepa, esos “gremios de montañeses en Cádiz” Esto se produce mucho más tarde, como el tema de los “chicucos” a los que tanto se hace alusión en cientos de publicaciones que es muy posterior y yo diría que de mediados del XIX hasta mediados del XX. Hoy ya todo desaparecido por mor de los hipermercados.
Sí Ana, conozco y tengo en mi biblioteca el libro “Los Jándalos ...” de Miguel Ángel y Consuelo.
Tema muy interesante, este de los montañeses, no solo de la actual Cantabria, sino de una parte de Burgos.
Estimado Francisco Javier:
EliminarMuchas gracias por sus documentados comentarios sobre los montañeses en la bahía de Cádiz y entorno. No se entromete en nada. Al revés, enriquece la publicación.
Estoy completamente de acuerdo con usted.
Si bien, quiero aclararle que cuando me he referido a que, durante el siglo XIX y gran parte del XX, se les llamaba "montañeses", por aquí, a personas venidas desde otras provincias norteñas (no sólo de La Montaña santanderina o Burgos), aludo al habla popular, a la generalización que el pueblo hacía de la denominación "montañés" (todo aquél del norte que montaba una tienda de ultramarinos), sin tener muy en cuenta las delimitaciones geográficas de la época ni, por supuesto, las fuentes documentales.
¡Enhorabuena por haber reunido ese ingente y valioso archivo, y por sus publicaciones! He estado echando un vistazo e intentaré hacerme con un par de sus libros que me interesan.
Gracias y saludos.